Partida Rol por web

Miro al Mediador, y con algo de incertidumbre mesclada con tranquilidad pregunto - Disculpe, ¿Que deberia hacer en mi situacion? Si mal no entendi, debo asistir a una audiencia con el principe... mientras tanto supongo que esperare aqui...

Edward se despidió de los demás con un leve ademán de su cabeza y dándole las gracias al Vástago que le acaba de dar la información, salió del lugar caminando bajo la lluvia.

Estaba claro que tenía cosas que hacer, y no iba a parar hasta desenmascarar a todos y a cada uno de los implicados.

Ramsey sonríe a medias -Entonces no hay más que decir, Señor Jones, tome asiento y luego regresaré, seguro que cuando el príncipe acabe con su amigo, usted será el siguiente- esas palabras estaban cargadas de cierto doble sentido, muy a propósito de la actitud del guardián. -L'strange, Rienne, vengan conmigo- dice y entra al ascensor. Cuando ambos entran, las puertas se cierran y desaparecer por el momento. Solo quedan Jones y Cramer en la sala, los guardias y ese profundo silencio que precede a la espera a algo importante.

El ascensor, con la llave del guardián, baja hasta el primer piso, en donde L'strange sale y sin despedirse, deja los terrenos del Elíseo para internarse en la lluvia profunda con destino desconocido, pero seguramente deducible...

El ascensor regresa, pero esta vez sin efectos de la herramienta de Ramsey, y se detiene en el tercer piso. Esta vez es un pasillo residencial, típico de un edificio así. -Por acá- dice el vástago y empieza a caminar, está aún oscuro y parece que Horatio no se molesta en encender la luz ni siquiera. Camina y varias puertas pasan, hasta llegar a una negra sin número. Toca tres veces y se anuncia con tono neutro.

-Soy Ramsey, abrid la puerta- y tras unos instantes, ésta dio paso al interior, un hombre de negro, que respiraba apenas, y el interior e un apartamento pobremente amueblado, las cortinas de color oscuro. La carencia era el común denominador. Luego, de alguna de las habitaciones del sitio, escoltado por otro guardia, apareció Erik, parecía calmada y al mismo tiempo sorprendido de verte, después de todo, era un prisionero del príncipe y posiblemente el botín que reclamaría Kingsley si todos los acontecimientos se precipitaban en detrimento de Erik y del tuyo...

-Lauren- dijo mientras una emoción atravesaba sus ojos, y era dirigido por su amenazante escolta, hacia una butaca de madera en la improvisada sala.

-¿Que es todo lo que ha sucedido? apenas subiste me detuvieron... temí lo peor... lo que me has contado...- empezó a decir él, mirando a los dos guardias y al guardián del Elíseo, los tres serios y expectantes, asistentes a la reunión improvisada, entre un preso y su... amante vampírica.

-Cuide sus modales señor Danton, cualquier ruptura de las tradiciones, por más inevitable que sea, es un delito en mi territorio...- dice mientras no parece estar dispuesto a ceder -Y será penalizado como es debido... me temo que una vez ha quebrantado la ley que rige sobre Filadelfia, su libertad está bajo mi potestad y su estatus no es mayor al de un reo... además, siendo del clan Brujah, la competencia sobre su sentencia estará a decisión mía y de Michaela- la mujer solo asiente en respaldo a las palabras del príncipe.

-No obstante, le daré la oportunidad de que se explaye con más detenimiento, le escucho- pausa dramática -que circunstancias lo han traído a mi ciudad, y quien es su sire, que busca con tanto ahínco...- no está preguntando exactamente, es su tono militar, rígido e imperativo para que relates todo, y la sensación de estar siendo medido y pesado, por el ojo del príncipe y su invisible mano... solo dificultaba las cosas, trabas burocráticas y un no tan alentador futuro...

Tras las palabras del Principe, me arrasco la cabeza por la parte de la nuca. Me estaba cansando todo esto, me trataban como a un presidiario peligroso y sentenciado a muerte, cosa que a mi parecer no era del todo incierto....

-Mi sire es el padre Jeremías Erickson, he estado de guardaespaldas suyo desde que me abrazó. No hablaba de sus movidas conmigo, yo solo era su guardaespaldas, su recadero.

Me envió a una misión. ir a una fabrica de aceros, ahí había un "supuesto" refugio de un Sabbat, encontré rastos de actividad, pero no había nadie, cuando regresé al refugio me encontre éste desordenado y destrozado, sin rastro de mi sire ni de nadie, y la unica pista fué esa carta que entregué.

Esperanzado con encontrar a mi sire, y preocupado por las circustancias de su desaparición, decidí ir a la cita del museo de arte, y quizás la tal Mika pudiera aclararme más las cosas. Cuando llegué al museo me encontre con la piba esta.... Lauren, que intentó dominarme con su disciplina de clan, entonces la toradora la mandó a dar una vuelta y  apareció el cadaver. A raiz de ahí, creo que ya lo conoce.... Como ve, no me dió tiempo a presentarme ante su señoria, fuí directamente al museo de arte, ahí podría encontrarle a su señoria, o preguntar como ir a verle, pero con el lio del muerto, y la acusación a mi persona. Cómo iba a presentarme ante usted?

Y lo de la violación de la mascarada... Si sus hombres no me hubieran seguido, o cuando les pillé me  hubieran dicho quienes eran, no habria iniciado esa estupida persecución, aún asi, era muy tarde, casi el alba, y no habia ningun mortal....-

El príncipe mantuvo un gesto serio, escuchando hasta el último detalle de tu historia. El silencio cae una vez más sobre la sala de audiencias y la mirada fría y seca del regidor de Filadelfia. -Hay dos puntos que quisiera aclarar con usted Danton- dice mientras se queda estático, como si representara una estatua imponente, inmóvil.

-Mis hombres no fueron los que le siguieron, pero puedo decirle que se trataron de agentes de los Toreador de la ciudad, e independientemente de lo que haya sucedido, ha estado muy cerca de quebrantar la mascarada, si no lo ha hecho... y debe entender de lo serio... si insiste en tratarlo como un error, le aseguro que aplicaré la corrección sobre usted. No toleraré ni un pequeño desliz...- y luego cambia de tema. -Ahora, habló usted de "Mika", el supuesto contacto de su sire... ¿debo entender que se trata de Amanda Kingsley bajo ese seudónimo?- en ese instante una mirada fija se para sobre ti, y no viene precisamente de Langley, sino de Brown, su entrecejo se frunce, y las comisuras... enviándote alguna señal difícil de descifrar. Ambos esperan tu respuesta.

-Mmmmm... Esta bien, lo de la mascarada se me fué la pinza, castigueme como convenga. Aceptaré el castigo sea cual sea.-

Luego me pregunta por "Mika" y arqueo una ceja mirando a la Brujah. -Vaya, parece que la señorita Brown tiene algún secreto....- Pienso cruzando la mirada con ella. -Amanda Kingsley? No, eso es lo gracioso, aún no he encontrado a esa tal Mika. Intentaba volver al Museo de arte para preguntar a los guardias si en la lista aparecia, porque fisicamente no la conozco.... Bueno, en realidad solo conozco su nombre de la carta, nada más.... Y fué cuando me encontré con mis "perseguidores"....- Aclaro.

Miró a Horatio:

- El principe dijo que nos dejarian a solas, además, no se que peligro tiene dejarnos aqui solos hablando. Ya que pasará un tiempo sin que hablemos, que menos que sea en privado... ¿No crees? - El tono de ella era educado, elegante, pero tajante.- Erik y yo tenemos mucho de que hablar... - Dijo mirando a Erik, se resistia a tener que abandonarle un tiempo... Se habia acostumbrado al mortal, quizás demasiado. ¿Podian los Condenados como ella sentir emociones humanas? Se preguntó mentalmente, el unico sitio donde aun no podian investigar.

El príncipe calló pensativo durante unos instantes, observándote con fijeza al borde de la incomodidad. Por dentro, puedes sentir que quizás esté pensando en un castigo apropiado y eso mandaría a la mierda cualquier pretensión de libertad en Filadelfia. La ausencia de sonidos vitales era abrumadora, al punto de que podías escuchar la lluvia golpeando el edificio con fuerza. El fragor de la tormenta, perdido en algún sitio distante, y el frío clima de la noche de la ciudad del Amor fraterno.

El sosiego perturbador de la sala pronto llegaría a su fin, cuando nuevamente la atronadora voz de Edmund Langley se dejó oír:

-: No decidiré ahora su castigo Danton, dependerá de mi veredicto con respecto a la acusación que pesa sobre su existencia, mientras tanto, aproveche este tiempo como una libertad bajo términos- y se irguió altivo, sin quitarte la vista de encima -No podrá dejar la ciudad, so pena de ser declarado proscrito. Le aseguro que no escatimaré en gastos si debo buscarle y hacer que expíe su criminal comportamiento- duras palabras por parte de Langley. -Además, estará bajo la autoridad de Michaela Brown en mi nombre, a ella deberá rendir cuentas mientras se cumple el plazo que les he otorgado a sus compañeros y a usted. Si ella considera conveniente dar cuenta de usted, antes de que los términos se venzan, tenga la seguridad de que no lo dudaré ni por un instante. A ella tendrá que informarle sus avances con respecto a su investigación, si encuentra a Mika o a su sire, no debe ocultar absolutamente nada, o añadiré traición a su prontuario delictivo. ¿Está claro?- preguntó intimidantemente.

-Pagad entonces una pieza en un motel- responde Ramsey de forma desinteresada -Bien, dejadlos ir a la habitación, pero no os despeguéis de la puerta, por mi, podéis hacer todas las guarradas que queráis, pero me sentiré libre de interrumpir cuando me plazca, y en nombre de Langley- dice mientras se apoya sobre la pared. -Así que, pensad dos veces lo que se os ocurra, no soy muy bueno para tolerar que los invitados del Príncipe se crean que están en cualquier prostíbulo...- y antes de que se pudiese responder, los dos guardias te franquean a ti y a Erik, a el uno lo toma por el brazo y lo dirige hacia la habitación, el otro te escolta a ti bastante cerca.

Puedes ver el pasillo de un apartamento común, todas las puertas cerradas, entran por la primera, y cuando das el primer paso adentro, se cierra la puerta. Erik suspira y enciende la luz, un bombillo amarillento, que lanza una luz tan debilitada... que podría fundirse con solo pensarlo. El cuarto es de aspecto lastimero, las paredes están peladas y sucias, sin ningún cuidado. Sobre el suelo, hay un colchón polvoso, una butaca y una manta apenas. Donde debería haber un armario de madera empotrado en la pared, hay apenas un agujero enorme, las puertas fueron retiradas. El sitio huele a humedad y a suciedad. El ruido de la tormenta allá afuera se deja oír con fuerza, cada gota golpea la ventana con estruendo, provocando ese sonido que te recuerda aquellas épocas de vida, en donde deseabas abrigarte y tomar algo cálido. Del otro lado, hay unas rejas de hierro. Es una prisión improvisada.

Erik se voltea y te mira, él es quizás lo más limpio de la habitación, tan solo lleva allí unos cuantos minutos. -Lauren... no entiendo que ha sucedido...- dice e impide que le interrumpas, te observa fijamente -Debo decirte algo, no se cuanto nos dejarán hablar, antes de ser detenido, recibí un mensaje al localizador de Joseph(*)... dice que habían dejado un recado urgente. Me pareció oportuno decirte...- tragó saliva mirando ahora hacia la ventana.

-¿Qué sucede?¿Nos han condenado a muerte?- pregunta y por esta vez, parece un niño pequeño e indefenso, en un mundo de criaturas que no entiende... pero que le han capturado. En tu mundo.

Lauren le besó y le explicó todo lo sucedido rapidamente, inquieriendo en el momento preciso que necesitaba su ayuda para resolverlo. Pero que seria la ultima vez que se vieran hasta que se resolviera todo. Era un momento tenso, y ella no podia explicarlo con total claridad, pero la Ventrue que era, la obligaba a seguir adelante.

- Debemos llegar al fondo del asunto... Tenemos poco tiempo.

-Cristalino...- Mascullo tras las palabras del Príncipe, genial, ahora era un criminal, bueno, en mi vida mortal era algo así, asi que poco me importaba la verdad. Y ya por lo menos dejaría esta pantomima y podría ir a buscar a mi sire....

-Me reconforta su confianza.- Digo con mis palabras cargadas de sarcasmo, añadiendo una medio sonrisa forzada.

-La señorita Brown vendrá conmigo o solo debo informarla? Si es así, cómo lo hago?- Pregunto mirando a ambos.

Informo a Brown de que ya he encontrado a Mika?  Pienso con gracia para mi.

Erik seguía desconcertado. Observó fijamente a Lauren, mientras una sombra de abatimiento se cruzó sobre su rostro -Supongo que no podré ayudarte mucho en esto...- dijo. Un ex-agente de la CIA fuera del combate, si alguien sabía que tipo de ghoul era Erik, lo había hecho bien para dejarlo fuera de todo aquello... era Lauren Rienne contra la palabra de la primogénita toreador, y a saber que harían el resto de acusados de ser una cuadrilla. Solo Jones parecía inclinado a seguir contigo.

-Solo tienes la pista que te di temprano- comentó alicaído, con el cadáver en la morgue y tu presencia requerida, con la llamada de Joseph y el tiempo corriendo en contra tuya, y la sentencia de un crimen que no cometiste, pendiendo sobre tu cabeza, como una filosa espada sostenida apenas de un pelo... como una Espada de Damocles.

El príncipe se mantiene silencioso. Esta vez es Michaela quien toma la palabra para responder a tu duda -: Debe responder ante mi, señor Danton. Le dejaré un número de contacto y tendrá que reportarse en este mismo sitio cada noche, para saber que está acá. No vaya a olvidarlo, porque si debemos ir a buscarle, le aseguro que no será en buenos términos.- aclara con cierta dosis de tranquilidad, junto con la pizca adecuada de seriedad, para pensar de que se trata de una muy seria posibilidad. Tanto Langley como Brown parecen tener la manía de controlarlo todo adecuadamente. Vicios del poder.

El silencio recae sobre el sitio y luego Edmund Langley retoma la palabra -Es todo lo que tengo que decirle por esta noche Danton. Retírese de la audiencia e infórmele al señor ... Jones, que le estamos esperando a partir de ahora- y una mirada lanzada con total frialdad te reporta que todo ha terminado.

-:Danton, me temo que tendrá que esperar a que termine la reunión con el señor Jones, hay un par de cosas que quiero dejarle en claro antes de que salga del elíseo- interrumpe Michaela, no espera una respuesta, solo una afirmación.

-Esta bien, esta bien....- Comento levantando la mano indicando que no soporto más éste trato de niño pequeño al que me estan sometiendo....

Salgo de la audiencia y voy a la  sala de espera, dónde veo a Jones....

-Ey! Jones, Langley te espera...- Comento sentandome en el sillón sacando el cigarro apagado alisandolo para que sea fumable de nuevo, y lo enciendo dando una profunda calada....