Partida Rol por web

El oficial enarca una ceja ante el tono que usa Lauren, le da una mirada de reojo a su compañero en el auto, que no parece estar enterado de lo que sucede. Observa a ambos, primero a Lauren y luego a Bernard.

-Entiendo señores, pero por lo que veo, ocasionó bastantes problemas- dijo mientras encaraba a Lauren, como si notara que cierto dejo de autoridad proveniera de ella. -Puede uno de ustedes acompañarme a la Estación a reportar lo sucedido, así como las señas del sujeto? mi compañero se quedará acá acompañando al otro mientras llega la cura, y así evitamos otro inconveniente... además, debemos hacer el informe de tránsito por el accidente que han tenido- dice mientras la mira. El policía es bastante más alto que ella, y mira de reojo al parachoques a unos metros más allá.

La lluvia parecía disminuir un poco, y deshacerse de la autoridad iba a tomar más esfuerzos que una pobre excusa. Problemas, dificultades, la situación no hacía más que empeorar y el tiempo agotarse, con las horas contadas para demostrar su inocencia, cada minuto invertido en trivialidades (y algunos obstáculos como la furia frenética de Danton), solo acercaba a los cainitas un paso más cerca de la condena ante Langley y la primogenitura.

Lauren asintió:

- Pero podríamos también reportarselo aqui y ahora en un momento, es que ese demente nos ha pillado en la peor noche que había para atacarnos, ibamos de camino a una reunión de trabajo importante para mi empresa. Una cena privada de negocios, y como entenderá, mis empresas no pueden esperar por mí... - Dijo concentrando de nuevo su poder.- Asi que si son tan comprensivos de tomarme declaración sobre la descripción y dejarnos seguir con mi reunión se lo agradecería. Por cierto, el señor que nos vio y pidió ayuda por nosotros, ¿Sabria decirme sus datos? Es para agradecerle su buena ciudadanía, no cualquiera hace eso hoy dia. - Asi ahorraban problemas de mascarada.- ¿Estamos de acuerdo? - Dijo cruzando los brazos, en aspecto de chica con autoridad, en mala situación.

Bernard asiente de nuevo con la cabeza, mientras Lauren habla sin querer siquiera pronunciar palabra, para no intervenir con lo que Lauren está haciendo. Cuándo ésta termina de hablar, es cuando toma la palabra, en un intento de dar una descripción opuesta del culpable (Danton) a la que haya podido dar el humano.

- Estábamos conduciendo a la reunión de la que mi socia les acaba de hablar, cuando un tipo bajito pero muy fuerte se tiró encima del coche. Tenía el pelo moreno y tan corto... como cortado al uno. Tenía la piel muy morena, pero era caucásico, con la nariz muy ancha y los labios muy finos. 

Como no puede ser de otra manera, a Bernard no se le escapó la mirada del policía hacia el parachoques, asi que intenta contestar a la pregunta aún no pronunciada para poderse ir cuanto antes de ahí.

- Entre el golpe, el loco, y que al coche había que llevarle al taller debido a que le tocaba una revisión, tal vez el parachoques no estaba tan fuerte como debía. Pero vuelvo a decirle, señor agente, estamos bien, y nos están esperando unos cuantos ejecutivos. Y ya se sabe, los ejecutivos no tienen paciencia.

- Y yo tampoco, y estoy hasta los huevos de ustedes, "agentes". 

Bernard empezaba a parecer algo frustrado, no tenían tiempo que perder, y a estas bolsas sólo se les ocurría preocuparse de un papeleo que les puede hacer perder aún más tiempo. 

De repente Lauren parece encantadora y emite un aura de seguridad, de autoridad, que incluso Jones tendría que aceptarlo (incluso el mismo Danton!), aunque nada ha cambiado en apariencia, sus palabras tienen un tono entre encantador y cargado de una firmeza a la que resultaba decirle algo en contra.

-Ejem...- dijo el oficial tomando su sombrero de forma algo incómoda -Entiendo perfectamente señorita, no tendré ningún problema, me encargaré de aquello entonces- dice aún manteniendo el gesto serio. -Fue una llamada del lugar, de hecho, pensé que la había realizado el señor- dijo lanzando una mirada que señalaba a Bernard Jones. Entonces éste habla y el oficial abre la ventana del asiento del conductor tomando el radio comunicador.

-Aquí el oficial Davis, me encuentro en Lincoln con Jefferson, buscamos a sospechoso, baja estatura, cabello negro y corto, tez morena, nariz ancha y labios finos, repito, baja estatura, cabello negro y corto, tez morena, nariz ancha, labios finos, cambio- una respuesta ininteligible se oyó del otro lado. -Afirmativo, permaneceremos acompañando a dos personas víctimas del sospechoso, solicito refuerzo en la zona, cambio y fuera- colgó el radio.

-Les acompañaremos mientras llegue la grúa señorita- dice amable hacia Lauren el oficial.

Lentamente vas recobrando la conciencia, es como si estuvieras sufriendo una resaca horrible, las voces se oyen distorsionadas y no ves más que oscuridad, estás en alguna especie de contenedor o algo así... y todo el cuerpo empieza a doler, es una sensación que estaría cercana al entumecimiento, no te sientes con energía como para levantarte siquiera. El hombro te arde, seguro tienes algunos huesos rotos además, y la sensación de estar completamente empapado.

Lo último que recuerdas es haber ido a buscar tu motocicleta... y ahora, no tienes idea de como llegaste allí, si tan solo... pudieses recordar...

Lauren se acercó a la cabina:

- Voy a asegurarme de que mi asistente haya llamado a la grua. - Marca el numero del mayordomo.-

Lauren se extraña:

- Ya habrá salido hacia aquí supongo... Bueno amigos mios, a esperar. - se cruza de brazos, estaba cansada de todo esto ya, queria llegar a su confortable mansión y poder tener el control de la situación de nuevo... Se les acababa el tiempo a todos.

- ¿Esperar? ¿Y si están ellos cuando nos recojan, ¿qué hacemos con Danton? ¡Y encima han pedido refuerzos! Vale, estamos jodidos...

Bernard mira al policía con el que hablaba Lauren a los ojos, mientras habla poniéndo todo el poder en sus palabras y en su fascinadora mirada.
- Señor, una vez que han pedido refuerzos, nada queda por hacer aquí más que esperar, sin embargo, tal vez puedan encontrar al hombre que hizo esto - señala la calle con el brazo, sin despegar los ojos del policía. - Así que vayanse. Nosotros esperaremos a sus compañeros.

El oficial observa fijamente a Jones, y luego asiente con la cabeza sin detenerse mucho a pensar las circunstancias de todos los acontecimientos.

-Entiendo, lamento las molestias señores- dice dirigiéndose de forma un poco autómata hacia el auto, su compañero le dice algo, pero el parece tomarse su tiempo para responder. Enciende el motor, y la patrulla se aleja del sitio, dejando de nuevo el silencio y el rumor del goteo constante de la lluvia. Pasan unos minutos, mientras esperan.

Finalmente un Ford Taurus del 92 negro aparece, el auto de Erik, manejado por Joseph. El auto para cerca a donde están ambos, y Joseph se baja para abrirle la puerta a ambos. No se oyen otros vehículos cercanos, y los destrozos de la reciente batalla. Danton no da señales de recuperar la conciencia, el tiempo apremia, se ha perdido tiempo valioso en este incidente, sin mencionar que se ha forzado la mascarada... la sola existencia de testigos pone en riesgo la posición de los tres vástagos y solo le daría más razones a Langley para deshacerse de ellos...

Lauren observa a su compañero atado y en el maletero y mira después a Josh y a Bernard:

- Ha faltado poco... Me alegro de verte Joseph. Llévanos de vuelta a la mansión por favor... - Los buenos modales se habian incluso asomado a su personalidad por casi primera vez en toda la noche desde que salió del lugar del Elíseo.

Bernard suspira aliviado tras meterse en el coche después de haber ayudado a meter a Danton en el maletero. Aunque realmente la ayuda había sido más testimonial que otra cosa, pues prácticamente lo habían arreglado entre Lauren y su... ¿cómo lo llamó? ¿Joseph? Da igual...

- No, no digas esa frase, que aún esto no ha acabado. Habrá que intentar encontrar al humano con la lengua larga... y arreglar su problema. Pero sí, ahora mismo deberíamos ir a tu mansión, mientras me pones al día que me perdí antes de entrar a la sala en la que el amigo - señalando al maletero - y tú hacíais tan buenas migas delante de la Primogénita Toreador. ¿Quién entró primero? ¿Qué pasó luego? Aunque parezca repetitivo creo que necesitamos todos los detalles en la mesa, nos puede ayudar a encontrar algún detalle que no cuadre.

Lauren asintió:

- Al humano ya le encontraremos luego... Primero llegamos allí, exponemos todo para saber qué está pasando, y en cuanto el compañero violento se ponga a pensar con claridad y decirme qué cree que está pasando, iremos a silenciar al buen ciudadano. Luego pondremos fin a esta enorme conspiración que hay en nuestra contra y al fín, podremos estar tranquilos. Bernard, siento el espectáculo de antes con Danton, de verdad, pero te juro que no recuerdo qué le he podido hacer, es que no lo entiendo...

Joseph continúa conduciendo, a pesar de todo, es un humano silencioso que sirve a Lauren. La lluvia parece ir disminuyendo poco a poco, dando paso a un clima húmedo y a un goteo constante, el carro se mueve por las calles en la madrugada de Filadelfia sin mayor dificultad, las dificultades parecen haber quedado atrás, más no los problemas.

El recuerdo de la reunión hace tan poco palpita con fuerza en los dos vástagos presentes. Las cosas parecen no tender a mejorar, L'strange había desaparecido sin dejar pista tras de si, quizás en dos días estaría en Nueva York o cruzando el país hasta la costa Oeste. Danton había enloquecido sin razón alguna y estaba como pasajero del maletero, tras haber recibido el castigo físico suficiente como para detenerlo temporalmente. Solo Bernard Jones y Lauren Rienne parecían tener en sus manos la posibilidad de cambiar un destino incierto y una sentencia por parte del principado de Filadelfia.

Oscuras horas les aguardaban, buscando una forma de salir de tantas dificultades, por honor, por instinto de conservación, por demostrar su inocencia.

Te movilizan. Sientes un dolor persistente y todas tus sensaciones parecen estar tan lejanas. Ahora parece atenuarse y es como si estuvieras en tu propia burbuja, aislado completamente de todo. El dolor, el sueño tan intenso en el que podrías sumergirte, una a una, las imágenes quiméricas de tu anterior vida.

El viejo te cuidaba, te trataba a veces como un niño, eras su sabueso preferido, te hablaba de la estirpe y de las diferencias abismales entre los clanes. Los Ventrue, siempre jugando a dominar la política, manipuladores natos, cada vez que el viejo se refería a ellos, había un dejo de desprecio, culpándolos de ser tan ciegos como para no ver lo que ocurría bajo sus narices. Luego callaba amargamente. Su imagen vívida regresaba a tu memoria una y otra vez. las últimas noches parecía más alerta, más inquieto por algo, pero siempre se tomaba su tiempo para hablar. Esta vez, desapareció antes de poder decirte algo. Algún secreto guardaba, lo que había sucedido seguía siendo un misterio y la única pista estaba en aquella ciudad. En ese oculto corresponsal. La clave estaba tan cerca y había tantos obstáculos...

- Realmente no contestaste a mi pregunta, Lauren - ¿Será por esa costumbre de los Ventrue de irse por las ramas por lo que en esta ciudad se lleven tan mal con los Toreadores? - Ambos estabais mostrando vuestros colmillos. ¿Cuál fue la ofensa? Puede que se haya encabronado al recordarla. 

Llevo dos veces salvando a la chica ésta y aparte que ni un "Gracias" no es capaz de decirme qué coño pasa. Así vamos mal... Me tendría que haber quedado en casa, y no venir a Filadelfia.

- Aparte, ¿tiene mucha relación con el primogénito de su clan? ¿Nos podría echar una mano? No creo que sea bueno por nuestra parte despreciar ayuda ninguna. ¿Y guardaste el número de Edward
L´strange? Supongo que habrá que llamarle, si se llevó los videos del museo tal vez haya visto algo. No esperemos a llegar a tu casa. Necesito saber. Y de verdad lo necesito ya.

Lauren suspiró y se dejo caer un poco sobre el asiento:

- Verás, te contaré lo que sé de una puñetera vez antes de que haya más problemas... Todo comenzó en la galeria de arte. Kingsley me presentó a su prodigio de neonato, cuando Danton apareció maleducado y violento... Le caí mal desde el principio, aunque es cierto que yo tampoco era amigable, pero al fin y al cabo estabamos en un lugar que requeria etiqueta. Luego ella me pidió que fuera a recoger mi pintura y choqué con el periodista... ¡Mierda! El tipo llevaba las manos en los bolsillos guardadas y el maletín donde guardaba la camara. Al entrar el discipulo de Kingsley yacía muerto. ¡El asesino es el maldito periodista! ¿Como pudimos dejarlo pasar por alto?... Debemos hablar con Kingsley en cuanto lleguemos. Esto no se quien nos la ha jugado... Pero me temo lo peor. Somos los peones de un juego mayor que nosotros, y por Dios que a mi nadie me hace esto. En cuanto ese maleducado de Danton despierte, dirá por qué tanto odio contra mi... Pero yo no he hecho ningun crimen aun. Y... Bueno, tenia algo más que decirte, pero prefiero que sea luego cuando me calme.

 - Pues realmente espero que te calmes rápido. Tener toda la información posible es lo que puede salvarnos la vida.* El maletin... ¿no es el que Danton acabó por llevarse de tu casa? ¡Mierda! ¿Y si en él hubiera información sobre lo que pasó? Tal vez le ordenaron matar al ghoul y después lo liquidaron para no dejar pruebas...

Enarcó una ceja:

- Pensaba decir "Gracias por salvarme" pero centremonos en el tema. Quizás la información de la maleta fuera falsa o trucada, Danton la miró y se hizo la cabeza un lio. Quizás nos la están jugando... No lo se. Son todo teorias...

- Ya, ahora mismo no tenemos más que teorías - contesta Bernard algo agobiado - pero mejor eso que nada, supongo. Ah, y de nada - termina por sonreír levemente.

- No sé qué más decir. No sé qué más hacer. Como no nos pongamos las pilas, estamos muertos. - piensa mientras mira hacia adelante esperando llegar ya a la casa, o a que Lauren se relaje y hable más.