En tu caminata hacia tu parroquia por el bosque escuchas un llanto, detrás de un par de árboles delante tuya. Cuando te acercas, encentras un niño pequeño de unos 4 o 5 años. En cuando te ve, se te echa encima llorando aún más y manchando tus pantalones de mocos.
Aunque tardo en reaccionar unos segundos, inmediatamente me agacho y abrazo al chico, dejando que se desahogue todo lo que necesite y me quedo en silencio hasta que se calme. Una vez noto que ha acabado, acaricio su pelo con suavidad y lo retiro levemente. Le muestro mi mejor cara piadosa, de buen pastor y le hablo de forma tranquila y pausada, tal y como he hecho tantas veces a lo largo de mi vida. - ¿Qué te sucede, pequeño? No debes temer nada, pues Dios nos protege.
El pequeño te mira sin entender muy bien que dices. Se pasa la manga por la nariz rojiza un par de veces y te se abraza de nuevo a ti -M-me he perdido- gimotea - ¿dónde estoy? - se le vuelven a caer lágrimas por sus mejillas mientras te mira asustado y desorientado. El niño es rubio platino, con ojos azules y piel blanca. Va sucio y con algunos resguños.
¿Quién es este chico? La duda me inundaba. No era de Storybrooke, eso estaba claro y estaba perturbado por ello. No recordaba a ningún miembro nuevo desde que llegase al pueblo, y mucho menos a un niño solo. Con aplomo, seguramente surgido de la necesidad del joven perdido de encontrar a una figura de autoridad, le hablé con voz dulce y calmada. - Estás en Storybrooke, hijo mío. No te preocupes, te llevaré a la iglesia y allí podrás estar tranquilo. - Le sonreí.- Soy un pastor, puedes confiar en mí.
Con los ojos aún algo rojos y sorbiendo los moquillos con la nariz te mira muy serio -¿cuida ovejas? ¿puedo verlas? - miraba confundido a todos lados-me recuerda a casa, pero creo que no se llama "Torybuk"
Entonces comienza a caer una pequeña lluvia que suena bastante al chocar las gotas con las hojas caídas de los árboles. Llegas a la parroquia junto con el niño casi ya de noche. El pequeño te mira un momento y frunce un poco el ceño- no me has dicho como te llamas...
La inocencia del pequeño no pudo sino hacerme reír con alegría. - No, pequeño, soy un sacerdote de Dios. Soy el pastor que guía a su rebaño hacia a la virtud y la prosperidad. - Dije con una sonrisa cálida. - Soy Lawrence Berkeley. - Le desvelo mientras abro la puerta lateral de la parroquia, por la que solo yo puedo entrar. - Y esta es la casa de Dios. Ahora podrás descansar.- Mientras entro y dejo mi chaqueta en el perchero comento de forma animada. - Oye, ¿te gusta el chocolate caliente?
Mira a todos lados curioso - ¿esta es tu casa? hace mucho frío aquí- se frota las manos para intentar entrar en calor. A tu pregunta sonríe y empieza a dar saltitos por toda la sala mientras gritaba "¡Síii!". No sabías muy bien, pero ese crío te hacía sentir como si hubieras recuperado algo que habías perdido.
La presencia del chico me reconfortaba. Era casi como si me hiciera olvidar los terribles sucesos de todo el día. Al ver su jovial reacción no pude sino sonreír y agacharme para ponerme a su altura. - No te preocupes, pequeño, el chocolate te ayudará para entrar el calor. Por cierto, ¿cuál es tu nombre?
Una vez me lo dice, asiento y me le miro. - Dime, , ¿quieres venir a la cocina conmigo a por ese chocolate?
El niño te sonríe ampliamente y asiente varias veces con la cabeza por la proposición de ir a por el chocolate caliente - Mi nombre... Sean, si así me llaman - conforme vais andando hacia la cocina, Sean- ¿aquí vives tú? ¿por qué vives en un sitio tan frío? - de repente un aullido que hiela la sangre se escucha de fondo haciendo que el niño se aferre a tu pierna asustado.
Bueno, llegas a la parroquia :3
La joven observa con detenimiento la estructura de la parroquia, como si quisiera encontrar algo que no hubiese visto antes. Al menos puede sentirse bien en ese lugar, ya que lo ha visitado antes cuando quería conversar con el reverendo. ¿A él podía contar todo lo que ha pasado? No lo sabe muy bien, pero al menos se entretendrá con el niño que debe cuidar. <<¿Quién será?>>
La pelirroja toca la puerta esperando alguna respuesta.
Gracias :)
La puerta se abre y tras ella aparece un niño rubio, de ojos claros que rondará por los 4 años de edad. Cuanto te ve, abre mucho la boca, como fascinado - ¡qué pelo tan chuli! ¿quién eres? ¿por qué estás aquí? - el niño no para de hablar.
-Hola-Antye esboza una sonrisa grande, lo suficiente para dar una buena impresión al niño <<Este debe ser el pequeño>>-. Mi nombre es Antye y soy amiga del reberendo Lawrence.
Se agacha para estar a la altura del infante y sonríe cuando le elogia el cabello.
-Gracias, tu también tienes un lindo cabello-le revolotea un poco el peinado y mira a través de la rendija por si acaso puede ver algo-. Me habló el reverendo porque quería que le hiciera un favor. ¿Sabes si está? Por cierto, ¿tienes hambre?
Ríe un poco cuando le revuelves el pelo y te mira mientras sonríe ampliamente -yo soy Sean -te dice con una vocecilla animada - Lawrence está ocupado en este momento -escuchas sus tripas rugir -¿sabes hacer tortitas?
-Claro que sí-Antye le guiña el ojo al pequeño y hace un movimiento con su cabeza indicando que deben entrar-. Se que no debes hacerle caso a extraños, pero el reverendo me conoce.
La joven coloca unas manos en el hombro del chico y de nuevo sonríe.
-Vamos, Sean. Vamos a preparar algo de comer.
El concepto de tortitas creo que es diferente xD Y entro a la parroquia.
Entra a la parroquia contigo - me dijo Lawrence que ibas a venir -corre hasta sentarse en una silla - que me cuidarías mientras él va a ver a la alcaldesa esta tarde en el ayuntamiento - se cruza de brazos pensativo - a una abamblea- mueve las piernas algo nervioso - yo quería ir, suena divertido
Si! Cierto, yo me refería a pancakes :/
La joven tuerce un poco la boca. Ella quiere ir también a al reunión que solicita la alcaldesa, algo le dice desde su corazón que es relevante, pero no puede evitar sentir incertidumbre.
-Te preparo las tortitas, solo dame un poco de tiempo.
Va hasta la cocina donde saca todos los ingredientes requeridos. No se coloca delantal porque no le parece importante, si se ensucia la ropa simplemente puede lavarlo. Mientras bate la masa, la pelirroja mira a Sean en su lugar.
-¿Por qué quieres ir a la asamblea? Seguramente dirán cosas aburridas.
¿abamblea? xD
-¿cosas aburridaaaas?yo solo quiero ir con Lawrence -baja la mirada un poco apenado -oye, oye ¿tienes novio? -dice con inocencia el pequeñajo.
Los niños de 4 dudo que sepan decir asamblea bien xD
Cuando Sean pregunta si tiene pareja, Antye se sonroja y bate más rápido la masa para las tortitas.
-Esto... no... creo que...
Al estar preparada la mezcla, la pelirroja se acerca a la estufa para calentar una sartén y colocar un poco de mantequilla.
-¿Te gusta con mantequilla? ¿o te apetece acompañarlos con alguna fruta?
Antye intenta evitar el tema, pues le resulta complicado explicarle a un crío de 4 años lo que está pasando por su cabeza.
Pensé que era un error xDDD vale, vale. Mis disculpas.
El niño salta de su asiento y se acerca a ti lo más rápido posible -¡AH! ¡estás muy roja! ¿estás enferma? - mira a todos lados preocupado más por ti que por las tortitas.
Voy a darle una colleja al cura cuando le vea en persona la próxima vez que lea vea. Puedes hacer dos cosas: o te llevas a Sean a la asamblea o te vas sin el niño (y como Lawrence no se ha pronunciado, pos sa'guanta)