Partida Rol por web

Era difícil saber cuál había sido la causa final de que el edificio se viniera abajo: 

Los muchos disparos, las explosiones, la cincuentena de personas corriendo, luchando y muriendo entre sus debilitadas paredes... realmente no tenía ninguna importancia. Cuando empezaron a llover trozos de techo, los últimos cadetes que estaban en el piso de abajo, liderados (por llamar de alguna manera a soltar gritos incoherentes y patadas en el culo) por el explorador Gnawing salieron como pudieron por las ventanas, las puertas y los boquetes antes de morir enterrados. No todos lo lograron.

Al fallar la integridad estructural, el piso de arriba se deslizó a un lado chocando con el edificio de al lado.

Cegado por el polvo, el soldado Gnawing no pudo hacer más que tambalearse hasta una pared donde intentar recuperar el aliento. Los filtros respiratorios de su casco estaba completamente atascados de porquería.

-Explorador Gnawing-dijo la sargento Keiroful apareciendo a su lado-Informe de la situación.

Era difícil saber cuál había sido la causa final de que el edificio se viniera abajo: los muchos disparos, las explosiones, la lucha entre sus debilitadas paredes... realmente no tenía ninguna importancia. 

Al fallar la integridad estructural, el piso de arriba se deslizó a un lado chocando con el edificio de al lado. Una nube de polvo y porqueria inundo las calles circundantes provocando un alto el fuego inesperado.

Tllk surgio de las alcantarillas junto a la Administradora al frente de los cadetes y varios milicianos que arrastraban heridos. Cuando salio del callejon pudo ver varias filas de cadetes desorganizadas avanzando por una calle. El soldado Mandelbrite parecia estar al mando y reparo en la klackon:

-£De donde sale usted ahora?£Quien es toda esa gente?

Necesitamos cuidar a los heridos.  A movilizarlos a la retaguardia.   Y luego, como flecha contra los silicoides.   Creo que se podrán flanquear con la avanzada de mis compañeros.   Se acomodó para eliminar a los piratas que podían llegarles de manera perpendicular.   Su aguijón salía por instinto, de manera amenazadora, impulsando las feromonas propias de una klackon en ataque. 

El soldado Gnawing tosía sin parar intentando no tragar esa cantidad de polvo. Se apoyó en una pared y se tomó unos segundos para recobrar el aliento, pese a que una superior le había pedido un informe. La miró con sorpresa y asintió.

- La cosa está complicada.- dijo casi sin pensar.- Los piratas... se han hecho con esta zona y hemos perdido... el edificio que servía como... cuartel.- explicó respirando pesadamente y tosiendo cada dos por tres.- Muchos reclutas han muerto. Algunos piratas también. Hemos perdido contacto... con muchos de ellos...

Tosió definitivamente, quitándose en parte esa acumulación de polvo que tenía en la garganta. Hizo un ruido gutural muy desagradable y levantó la visera del casco para escupir.

- Perdón, señora.- se excusó haciendo un saludo militar y respetuoso.

Ver el edificio caer frente a él sin duda era una de las vistas que nunca había esperado ver en su vida. Nunca había estado en una zona de guerra y aunque sabía que Kamikachadonia no era un lugar tan civilizado como los que antes había vivido pero de cualquier modo no se esperaba esto que veía.

Se protegió los ojos con el brazo para que estos no se llenaran del polvo que salía del derrumbe. Cuando se disipo observo a los supervivientes y busco a Meson que no parecía estar entre ellos. “Donde esta Meson? No estaba con ustedes?” pregunto preocupado aunque luego notaba que hace tiempo otro integrante de su grupo habia desaparecido. “La capitana también falta.”

-¡Eh, aquí atrás! Parece que la evacuación ha sido un éxito ¡y traen a la Administradora!

Mandelbrite surgió de entre el polvo seguido por una klackon muy familiar y un grupo de gente de aspecto lamentable. 

- Vaya, parece que al final hemos sobrevivido.- comentó Leashrra con una sonrisa socarrona.- No se puede decir lo mismo sobre muchos de los reclutas: nuestros números han disminuido mucho, ¿verdad?- preguntó mirando hacia las ruinas del edificio que se acababa de derrumbar.

El humano Meson no aparecía. La mrrshan se pegó a una pared y preparó su fiel pistola. Había piratas por todas partes, aunque no en una condición óptima. Podían aprovechar su confusión para atacar donde más doliera.

- La zona de edificios civiles ha sido asegurada.- informó a Mandelbrite cuando se acercó, para que también lo supieran los recién llegados.- Sólo queda esto...- señaló hacia la central y la miró con pesar.

Iba a ser una batalla cruenta.

En un abrir y cerrar de ojos, aquella estructura que funcionaba como fortaleza se derrumbó. Un fuerte estruendo inundó el lugar seguido de una lluvia de escombros y una nube gigante de polvo.

El explorador sintió como el concreto y demás partes del edificio caían sobre él, afortunadamente y de manera milagrosa alcanzó a correr y esconderse debajo de una mesa.

El estruendo final se dio y llegó la calma... bueno, por al menos unos segundos ya que los lamentos de los heridos entre los escombros se empezaron a escuchar.

Estaba oscuro, algo caliente y húmedo comenzaba a escurrirle por el rostro, le costaba respirar. Después de que pasara el aturdimiento, el humano comenzó a luchar por su vida, empujó y trató de mover los escombros sobre él.

-Ayuda!... Dio un grito sordo, sus pulmones estaban algo comprimidos por la fuerza que ejercía la basura del edificio.

Finalmente le pareció escuchar a alguno de sus compañeros a lo lejos y cuando menos lo esperaba, una luz apareció entre los escombros; estaba saliendo de ahí.

Débil y algo lastimado, el humano levantó la mano para que pudieran apoyarlo.

-Aguanta, soldado-el soldado Mandelbrite corrio hasta Meson y le ayudo a incorporarse-Te pondre a salvo.

Y arrastro al explorador hasta detras de una esquina.

-£Donde esta el general?-pregunto la sargento mientras distribuia a sus hombres por los edificios circundantes.

Los ruidos de disparos continuaban pero ya eran mucho mas espaciados. Parecia que, despues de todo, estaban ganando.

-Vuestro debil lider ya no puede ayudaros-dijo una voz cavernosa entre la niebla de polvo y escombros-pero todavia me siento lo suficientemente magnanimo como para daros una oportunidad de supervivencia: vuestro patetico planeta no me interesa...

Envuelto en una capa negra como el sudario de la muerte, el lider pirata salio a la vista. Se le veia sucio y zarrapastroso pero habia salido bastante bien librado de que le cayera un edificio encima.

Su espada de energia seguia vibrando refulgente en su mano derecha. Sus movimientos eran elegantes y precisos.

-... pero he cruzado media galaxia en pos de lady Rn'amara, he negociado con piratas, he sojuzgado y matado por ella. Ahora la quiero para mi.

-Vale, yo me he perdido algo, £quien es este tio?-pregunto la sargento mirando a la mrrshan interrogativamente.

El pirata se quito la mascara revelando sus facciones felinas.

-Lady Rn'amara, vuestra travesura ha durado suficiente tiempo. Es hora de que cumplais con vuestro destino... junto a mi.

A ambos lados de su señor aparecieron dos soldados mrrshan y un androide de combate con pintas de que le habian puesto piezas nuevas pero de otro modelo.

Parecia que uno tras otro cada uno de los tripulantes de la Onyx iba apareciendo, incluyendo al antiguo capitan que el minero ya lo habia dado por muerto aunque nunca lo admitiria en voz alta. Pero antes que hubiera tiempo para aunque sea una pequeño festejo aparecio alguien que adivinaba que nadie esperaba.

Escuchando la pregunta de la sagento respondio lo mejor que pudo. "Creo que un prometido de ella." dijo por lo bajo Leashrra, tratando que la felina no le escuchara. "Lo demas te lo dira ella." aunque adivinaba que se lo diria a todos ya que luego de esa declaracion solo la respuesta de ella dejaria ver como saldria todo esto.

Por el sistema de comunicación de la Onyx, el capitán en coma se reveló. La mrrshan no supo reaccionar a aquello, de modo que no comentó nada. Sin embargo, le pareció que su regreso había sido una buena señal para la tripulación; quizá había sido el empujón necesario para recuperar la esperanza. El hecho de que Meson, el explorador, no hubiera quedado aplastado bajo las ruinas del edificio también era alentador.

Leashrra sonrió discretamente, pero el momento de alegría duró poco. El líder pirata se mostró ante ellos haciendo uno de esos típicos discursos de criminal soberbio y engreído. Sus movimientos eran propios de un espadachín entrenado y experimentado, pero había algo más. Cuando el asaltante pronunció el nombre de la dama mrrshan, ésta abrió los ojos como platos.

Esa voz...

Entonces se quitó la máscara. ¡El Duque! Leashrra se quedó sin palabras de nuevo, aunque esta vez por una mezcla de indignación y sorpresa. ¿Había hecho todo eso sólo para llegar a ella? Quizá en algunas novelas antiguas del pueblo mrrshan, una gesta de estas características habría parecido caballerosa y romántica. Sin embargo, para ella se trataba de una monstruosidad.

- Duque Rassh- musitó cuando por fin pudo usar las palabras.- ¿Habéis venido hasta aquí y os habéis aliado con sucios piratas... por mí?- dio un paso adelante y bufó, irritada y confusa.- ¿Habéis perdido el juicio? ¿Acaso no tenéis ni una pizca de honor? ¡Esto es una aberración! ¡Atacar civiles inocentes solamente para impedir que vuestro estúpido orgullo quede manchado por un fracaso amoroso! ¿Qué digo, amoroso? ¡Ni siquiera me amáis! ¡Soy como un trofeo que debéis conseguir por la fuerza, como si se tratara de una competición absurda!- le señaló y gritó iracunda.- ¡No tenéis el derecho de haceros llamar "mrrshan", y menos aun un miembro digno de la corte de Fieras!

Respiró agitada y recuperó el control sobre sí misma. Si continuaba hiriendo su orgullo, aquello podía acabar mal.

- Un momento... Si estáis aquí por mí... ¿Significa que os retiraréis si accedo a irme con vos y casarme, como estaba planeado?- le preguntó con los ojos entrecerrados, incrédula.

A usted si que le falta un buen encargado de relaciones públicas y asesora en estrategia, mi duque.  ¿Aliarse con los enemigos del grupo al que justo su proto-prometida viene a ayudar? ¿Neta? ¿En qué planeta se ha visto una seducción más tonta? Por un-demonio-escorpión Rassh, me cae que si quiere a este mujerón de minina de esposa va a tener que espabilarse y comenzar a hacer algo de mejor nivel.  No queremos que la siguiente generación de gatitos conquistadores de la galaxia salga tontita.  -dijo Tllk con una expresión exasperada de su exoesqueleto.

Claro que lo del pene espinado de los felinos tampoco le parecía la mejor idea de la evolución a Tllk, al menos no desde el punto de vista de las hembras.  Mucho mejor el sistema donde nosotras somos las reinas y mandamos y tenemos nuestro harem de zánganos a nuestra disposición, no uno sólo, y todos dispuestos a morir por nosotras. 

Quizá este que observaban era un comportamiento derivado de esa misma tontería genética original, algo así como el pecado original de los simios que dieron origen a los humanos, que creo se andaban robando fruta del árbol que no debían.  

Veamos si cambia el muchacho y gana a la dama como se debe, o...    Oiga, Lady Leashrra, ¿no le gustaría más nuestro Capitán Hrrsh?  Sería una vida de aventuras... -le dijo en un susurro inaudible para el duque, pero para que a Leashrra no se le olvidara en este acalorado momento que había más de un par de bigotes en la galaxia.

Los guardaespaldas del duque alzaron sus armas mientras el daba dos pasos hacia adelante en direccion a Leshrra.

Extendio la mano:

-Lady Rn'amara, vos podeis poner fin a toda esta locura: acompañadme a las estrellas y dedicare el resto de mi vida a poner la galaxia a vuestros pies, a haceros feliz y a cumplir hasta el mas minimo de vuestros deseos.

Tras Leashrra, la sargento Keiroful y Mandelbrite alzaron sus armas tambien. La mrrshan no estaba familiarizada con el romanticismo pero nunca ni en sus mas salvajes sueños se habia imaginado una declaracion como aquella.

Leashrra no podía creer lo que estaba viendo. La pose del Duque sería atractiva si no fuera porque detrás de él había unos matones apuntando con sus armas a los compañeros de la mrrshan. ¿Cómo podía pensar que con eso se ganaría su favor? ¡Ni que fuera una salvaje criminal, como él!

Sin embargo... No tenía más opciones. Miró a la capitana en funciones y negó con la cabeza, muy a su pesar. Volvió a girarse hacia Rassh y avanzó un par de pasos hacia él.

- No hay razón para que la tripulación de la Onyx sufra por esto. Suficiente han aguantado ya.- dijo con un atisbo de pena en su voz.- Tampoco los exploradores que han bajado a este planeta voluntariamente tienen que defenderme de vos, Duque.- inspiró profundamente, preparándose para lo que iba a decir.- Iré con vos.

Agachó la cabeza, derrotada y soportando en peso de sus propias palabras.

- Es lo correcto.- añadió en voz baja.

Meson no podía creerlo, la lucha y destrucción en ese planeta era en parte por un tonto romance entre felinos. Tantas vidas inocentes perdidas por la tonta búsqueda de preservar el orgullo de un mrrshan. Este sujeto está demente... hacer esta clase de actos por algo tan simple.

El humano se encontraba recargado en una columna (o lo que quedaba de ella) que sobresalía entre los escombros, estaba lastimado y completamente cubierto de polvo, tanto que se sentía como una de aquellas galletas de nuez que la señora Jenkins solía regalarle cuando la ayudaba a terminar de limpiar su casa.

-¿QUÉ?. El explorador rápidamente se tapó la boca al darse cuenta que lo gritó, fue tan impactante la sorpresa que le fue imposible disimularlo. ¿Qué más podía hacer Leashrra? era obvio que no quería ir con ellos, es la única alternativa para salir vivos de esta.

Esa felina no parece segura de su decisión.

El soldado se encontraba detrás de Leashrra, manteniendo la calma y esperando alguna señal que le indicara peligro por parte de los aliados del Duque.

La escena era algo tensa y sabría que podrían salir heridos con cualquier movimiento en falso.

El duque mostró los colmillos en una amplia sonrisa.

-Habéis tomado una decisión juiciosa, mi dama.

Pulsó un botón de su muñeca para hablar por su comunicador.

-Garra Blanca, aquí el duque-anunció en tono autoritario-Tengo lo que vine a buscar. Extracción en mi posición en cinco minutos. Ordene a las tropas que se retiren.

Casi al momento, los tiroteos se ralentizaron.

-Me llegan comunicados de las escuadras, sargento-dijo Keiroful-El enemigo se está retirando en todos los frentes.

-Eso parece-afirmó la sargento Keiroful confusa-¿Quizás deberíamos aplaudir o algo?

Por encima de sus cabezas, la noche se iluminó con la llegada de una nave de elegante diseño mrrshan. El vehículo maniobró hasta situarse sobre el duque y sus guardaespaldas que no bajaban la guardia ni dejaban de vigilar a los presentes.

Emitió un rayo tractor que elevó a los mrrshans unos centímetros sobre el suelo.

-Lady Rn´amara, coged mi mano-apremió el duque.

Que romántico.

Aunque aun nos faltan silicoides rebeldes.  Lady Leashrra, ¿y si salen a la luna de miel una vez que hayamos rescatado completamente a Kami? 

Leashrra miró a la capitana y negó con la cabeza. Por primera vez, los tripulantes de la Onyx pudieron ver una expresión de desesperanza en el rostro de la mrrshan. No la habían visto así ni siquiera cuando les perseguía el enorme monstruo espacial que casi había engullido la nave entera.

- No puede ser, capitana.- respondió suspirando.- Debo irme ahora para evitar más muertes innecesarias.

Se adelantó y le dio la mano al Duque. Evitó su mirada, pero se puso a su lado como si ya fuera su esposa. Le hizo un leve gesto con la cabeza a Rassh para indicarle que estaba lista para la extracción.

- Buena suerte, aventureros de la Onyx.- dijo finalmente a modo de despedida.