Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Capítulo 1. Una nueva promoción

Cargando editor
15/04/2021, 15:09
Jim Foster

Al final la fiesta no prosperó, seguramente porque no nos conocíamos lo suficiente. No pasaba nada, ya habría tiempo para hacerla, así se organizaría mejor. Durante los primeros días aparte del reconocimiento táctico del lugar, es decir, ir de safari mirando todo lo que había en la base, lo que estaba a la vista y lo que no. Fuera de las zonas de acceso restringido puedo afirmar que las instalaciones no me escondían ningún secreto; otra cosa era que todo lo que había visto tuviera alguna utilidad para mí o supiera de qué se trataba.

Además había hecho una serie de fichas con las que identificaba compañeros con roles, nada que cualquier observadora no pudiera hacer. Mi control no implicaba ningún ejercicio de psicología complejo, tan sólo era para manejarme mejor y saber la localización de los demás, así los comelibros solían pasarse horas en la biblioteca durmiendo la siesta, los musculitos en l gimnasio enseñando palmito, los divertidos y sociables jugando en la sala principal, los antisociales solían salir del campamento a explorar, el psicópata pasaba tiempo hablándole a las armas y otros parecía que pretendían desmontar diferentes máquinas para descubrir que si volvían a montarlas les sobraban piezas, vamos... lo habitual. 

Mientras tanto yo me había dedicado a ir a visitar los transportes terrestres, había conseguido introducir uno en el garaje para poder ver todo lo que había bajo el capó, así como tunear un poco el habitáculo. El asiento del conductor era cómodo pero me resultó bastante decepcionante que el vehículo no contara con un equipo de música integrado, sí que tenía radio y aquello me dio ideas.

Fui a la cafetería buscando a Evans y me encontré con que comiendo en la mesa de manera solitaria estaba Duke - hey ¿Qué tal? - La verdad es que arrastraba el error de tratarlo como si en verdad hablase - ¿Qué comes? - me senté en su mesa, hacía tiempo que no coincidía y bueno, seguro que Duke tenía cosas que contar - Vale, lo veo ¿Y está rico? - el rancho no era malo pero tampoco es que fuera una exquisitez - No te pregunto por Sue porque si estás aquí entonces es señal de que está bien. Estable - de lo contrario se habría llevado la comida a la enfermería - creo que pasas demasiado tiempo en la enfermería, lo sé, lo sé, es tu trabajo - era el médico, era evidente que teniendo gente enferma tendría que tratarlos o al menos hacerles el reconocimiento - pero digo que, puedes hacer más cosas aquí; a ver, puedes pedirle a alguien que te cubra un poco y mientras hacer alguna actividad fuera... - tampoco digo de salir al exterior pero al menos fuera de aquellas cuatro paredes - ¿Confías en mí, verdad? La verdad es que el otro día, mientras estaba analizando el vehículo terrestre en el garaje me acordé de ti - por la forma en que me mira, está claro que no sabe a qué me refiero; es lógico, lo que se me había ocurrido seguramente no se le habría pasado a cualquiera, pero yo era especial - si me acompañas, te lo enseño. Sí, tómatelo como una visita guiada... Un pase vip, primera clase - su mímica era divertida, no le entendía la mitad de lo que me trataba de decir, pero yo seguía hablando igual - no hace falta que te cambies de ropa, puedes venir así... en el garaje también hay batas - algún mecánico aparte del mono de trabajo solía llevar puesto un batín blanco - te puedes sentir como en casa... digo que no desentonas.

Me fijé que me estaba prestando mucha atención, quizás demasiada - oye, come que se te va a enfriar - me entró curiosidad por cómo estaba lo que comía, así que, me levanté por unos cubiertos y cuando volví probé de su plato - quizás un poco soso, vale, sí... saludable. Bueno, espero a que te lo acabes y vamos - a Duke no se le podía dejar tiempo para pensar, había que tomar decisiones rápidas, así no podría negarse. Además que no hablara me daba facilidad para convencerlo - tranquilo, serán cinco minutos. Sue no se va a mover de la enfermería, lo entenderá - simulé los ruidos de una mandíbula como de búfalo enorme y así cada vez que masticaba sonaba como si de una bestia gigante lo hiciera - ¡GROUNCH, GROUNCH! - al principio lo cogió de sorpresa pero al instante me identificó como la causante de la broma - tranky, era broma. Para que luego digan que no haces ningún ruido...

Cargando editor
15/04/2021, 20:20
Lizza Jacobs

La muchacha pasaba las páginas del libro absorta en su lectura, como si disfrutara de aquel momento de soledad, sin saber que entre las sombras había un depredador al acecho. Ciertamente tenía la guardia bajada y tan solo reaccionó la joven cuando la voz de uno de sus compañeros hizo un sonido para acaparar la atención. Iba a girarse hacia él, lentamente, pero cual fue su sorpresa cuando se encontró con un brazo que le apretaba el cuello y le obligaba a levantarse del asiento, así como a desplazarse hacia uno de los rincones de la sala.

La joven parecía colaborar, estaba sorprendida y tardó unos instantes en comprender qué era lo que estaba pasando. Fue entonces cuando Mikhail habló y Lizza pudo reconocer su voz, frunciendo el ceño enfadada, desde luego no tenía miedo, de alguna manera no creía que aquello fuera más que una broma de muy mal gusto.

- Mikhail, suéltame - dijo Jacobs con voz autoritaria - Estas bromas no me gustan y me haces daño - Conservaba la calma a pesar de todo, al menos hasta que apretó el agarre del cuello haciendo que a la joven le costase respirar.

No es una broma. No es una maldita broma.

El muchacho inicialmente la arrastraba sin problemas, pero ante la amenaza que le dijo, la de que le iba a enseñar a tener la boca cerrada, la joven se revolvió, tomando aire para intentar convencer al soldado de mantener una actitud dialogante - Hablemos... Mikhail... Yo... - intentaba tomar aire - Déjame hablar y puede que nos entendamos... Por favor, ¡suéltame!... - lo hacía a modo de petición, aunque no tenía claro que Kurik fuera a ceder tan pronto.

- Tiradas (1)

Motivo: Advertir

Dificultad: 22

Habilidad: 10

Tirada: 3 4 7

Total: 4 +10 = 14 Fracaso

Cargando editor
15/04/2021, 20:47
Jean Harris

EXPLORANDO LAS COLINAS

La temperatura del planeta Protect solía ser muy elevada durante el día y fastidiosamente fría en la noche. Pero aquella mañana había amanecido algo más fresca de lo habitual, por lo que explorar la zona que rodeaba al Domo, se antojaba como un plan agradable para cambiar de rutina.

Jean Harris apareció en el comedor con la mochila que todos los reclutas tenían en sus taquillas, dentro de la cual se encontraba una cantimplora, brújula, cuerdas y la mascarilla con la que saldría del Domo. El muchacho estaba cogiendo unos higos dulces y unas latas de conserva, raciones que podían servirle para un solo día. Estaba claro que su excursión no iba a ser del todo larga, o al menos no lo pretendía.

Becky se interesó por las intencionalidades del muchacho, el cual no tuvo ningún reparo en explicar cómo pensaba invertir la mañana.

- Cuando estábamos en la Starliner me fijé que al norte de aquí había unas colinas y me pareció ver una coloración algo más verdosa tras ellas - explicó - No estoy seguro del todo, pero quizás no todo lo que haya en la superficie de este planeta sea tan... Rojo... Además, echo de menos dar una buena caminata y es temprano... Tengo calculado regresar un par de horas antes de que anochezca... - informó a la joven - Oye si quieres venir, eres bienvenida...

No cabe decir que Becky estaba la mar de a gusto dentro del Domo, y que la idea de salir fuera y moverse no iba asociada a su bienestar mental y físico. Así que sin tardar ni una fracción de segundo, rehusó la idea.

Jean se encogió de hombros y salió del Domo con la mascarilla puesta, no sin antes coger un rifle de caza X-Bolt SF Max Varmint, un modelo que para la época en la que vivían, estaba anticuado. Y eso sin añadir de que su cuidado había sido nefasto.

- ¿Cuántos siglos tendrá esta mierda?... Si lo viera mi abuelo se burlaría de mi - se dijo a sí mismo mientras se colgaba el arma a la espalda y un machete de aspecto penoso en la pernera - Y yo que esperaba armas de última generación... Soldado espacial iba a ser... Ya... 

Y mascullando se encaminó al norte, quizás alguien que le escuchara en el comedor le quisiera acompañar, o puede que se encontrara gente con la misma idea que él y en las inmediaciones del Domo, desde el cual la visión del horizonte era extraña pero en cierta medida, hermosa.

Cargando editor
15/04/2021, 21:33
+Mikhail Kurik+
Sólo para el director

Mikhail no había dudado en arrastrarla por la fuerza hacia uno de los rincones de la biblioteca, mientras mantenía el ceño fruncido, ciertamente cabreado. Parecía que la chica no comprendía la situación en la que se encontraba, ya que no se había resistido demasiado a la llave con la cual la había sometido. - ¿Me estás subestimando, cabrona? – Le preguntó entre dientes, demostrando su mal humor en ese momento. ¿Quién mierda se pensaba que era? Todavía no tenía mucha idea de lo que haría con ella. Para ser sincero, se había dejado llevar un poco por la ira acumulada de los últimos días, pero consideraba que necesitaba escarmentarla un poco para que aprendiera que no se le debía de provocar.

- ¿Broma? ¿Piensas que es una broma? – Le preguntó en un tono que dejaba en claro lo serio que estaba en ese momento. – Hablas de mí a mis espaldas, y piensas que estoy bromeando… zorra de mierda. – Espetó realmente cabreado, en especial por el hecho de que le hubiera subestimado al punto de pensar que estaba bromeando. ¿Qué demonios la había llevado a pensar eso? - ¿Te duele? Bien. – Esbozó una amplia sonrisa, demostrando su sadismo característico en ese preciso instante. Parecía que empezaba a comprender un poco la situación en la que se encontraba.

– Primero le vas con el cuento a la otra idiota, y ahora quieres hablar. – Le susurró de mal humor, a medida que apretaba un poco más su antebrazo contra su cuello, deseando dejarle en claro que no estaba bromeando. - ¿Quieres hablar, que te suelte? Claro, princesa. Tu deseo son mis ordenes. – Declaró con frialdad, antes de soltarla, empujándola hacia adelante. – Pero primero lo primero. – Agregó al final con rapidez, antes de cargar el puño derecho, desde la altura de su cintura, para luego intentar propinarle un buen derechazo a la boca del estómago de la chica. – Te voy a sacar lo “princesa” de la manera dura. A mí me respetas como corresponde. – Se expresó cabreado, fijando una mirada más que fría en la chica. – Y será mejor que no intentes gritar o te meto una patada que te hago tragar los dientes. – Prometió con crueldad.

- Tiradas (1)

Motivo: Ataque cuerpo a cuerpo

Dificultad: 0

Habilidad: 15

Tirada: 6 7 7

Total: 7 +15 = 22 Éxito

Cargando editor
15/04/2021, 21:26
Eylo Yilmaz

Después del conato de caos que había atajado la sargento Grey, Eylo suspiró un poco más tranquilo. Internamente daba gracias por no haber tenido que hacer más que ponerse junto a Martín, ya que su estado tampoco era para tener mucha marcha encima. Volvió a su asiento y trató de sobrellevar el viaje a Protect lo mejor posible, no hizo ningún intento de hablar con Mikhail, quizá intuyendo que lo último que querría fuera charlar, pero sí le dejó vía libre para que sentara en la ventanilla y pudiera estar a su aire. Al fin y al cabo, no pretendía pasar las veinte horas siguientes callado porque a su compañero se le llevaran los demonios. Pasó el viaje charlando con Narel, intercambiando experiencias y recuerdos, aunque también participó ocasionalmente en las charlas de las filas contiguas cuando los mareos se lo permitieron.

Obviamente el vómito llegó, aunque por fortuna para Eylo, bien parecía preparado para esa situación de antemano y usó bolsa, algo que parecía ser un bien exótico en la nave al ver la cantidad de vómito que se había sembrado por toda la nave. Vomitar le hizo sentir mejor. Eso, y el analgésico que se había tomado, le permitieron al viaje pasado por bilis a Protect.

Cargando editor
15/04/2021, 22:08
Martín A. Ruiz

Antes de poder dar un paso más pude escuchar a Jim, dando esa idea de la fiesta de bienvenida. Volteé a verla rápidamente, alzando una ceja con un claro interés, a lo que esta vez di un paso hacia su dirección. -¿Una fiesta de Bienvenida? Huh... Claro, cuenta conmigo, aunque dudo seriamente que haya alcohol... Y lo menos que queremos es que el capi se nos una.- Sonreí de manera un tanto burlona, cruzándome de brazos.

Mientras seguía a un par de pasos de distancia de la puerta del Starliner, seguía divagando, pensando en varias cosas a la vez en lugar de prestarle atención al resto de compañeros: ¿De verdad teníamos vía libre en este lugar? ¿Que tanto podría durar una persona en caso de perder la máscara para respirar en la zona del Domo 12? ¿Donde se encuentra ese polem raro que habló el doctor? Eran muchas cosas las que tenía en mente, duda tras duda.

Cargando editor
15/04/2021, 22:20
Martín A. Ruiz

Los días, además de pasarlo en la armería para darle cuidado a las armas, limpiando las piezas y volviendo a armarlas, ahora me tomaba un descanso el día de hoy. La verdad era algo cansado el dedicarse en esto, no físico, pero simplemente hacer siempre lo mismo era hasta un cierto punto, agotador. Así que al momento de ver a Yum salir, me causó cierta curiosidad. Según tenía entendido era una mecánica, así que ahora que parecía sentirse bien y decidiera salir, me daba una ligera pista de a donde iba, así que me levanté, cogí la máscara y salí para seguirla hacia el garaje.

-Oh, hey.- Saludé con la mano a Yum, con cierta distancia  entre ambos mientras me quitaba la máscara que usaba para respirar. -No esperaba ver a alguien aquí... Bueno, en verdad miento, solamente esperaba a ver si acaso alguien vendría hasta el garaje primero y así yo podría venir, digamos que... Es muy aburrido ponerse a arreglar motores y todo eso solo, y yo tampoco tenía ganas de hacerlo solo.-

Cuando finalmente llegué hasta ella extendí mi mano derecha. -Me llamo Martín, mucho gusto.-

Cargando editor
15/04/2021, 22:46
Einar Andersen

Justo tras Martín, al garaje llegó Einar, quien al ver a Yum sonrió y alzó la mano como saludo.

-Veo que ya te encuentras mejor. Me alegro-dijo con genuina preocupación

-Ya suponía que tarde o temprano vendrías por aquí...- sonrió, ayudando a cargar una caja llena de lubricantes.

Al ver a Martín se puso algo más firme y le tendió la mano, en pose cortés-Recluta Einar Andersen. creo que no nos habían presentado aún- dijo estrechando la mano.

-Yo he estado viniendo desde el primer día, aunque no me he atrevido a meterles mano. Únicamente me sentaba en la cabina y dejaba pasar el tiempo- se frotó la nuca algo avergonzado por lo raro que podía sonar eso.-Pero bueno, ahora que la maestra ya ha vuelto al púlpito, quizá pueda hacerte de ayudante. Con algo de suerte aún aprenderé algo nuevo de mecánica- añadió frotándose las manos, para luego quitarse la chaqueta del uniforme para no mancharla, quedándose en la camiseta interior color blanco que habían recibido como parte de la uniformidad.

El espigado muchacho quizá estaba pecando de modesto. Pese a que su formación profesional era la de piloto, tanto tiempo entre naves, espaciopuertos, hangares y zonas de prueba había logrado que desarrollase unos conocimientos en mecánica aplicada bastante notables. Pero nada comparable a alguien que se dedicase por entero a la mecánica, como era el caso de la muchacha nativa de su mismo planeta.

Mientras empezaban con la puesta a punto de la primera de las naves, Einar no pudo evitar bufar de disgusto ante el lamentable estado de mantenimiento de aquel caza.

-Que desastre...-se lamentó-Nada que ver con la Starliner, creeme. Aquella nave era una maravilla. Y estaba cuidada con bastante mimo, la verdad... Te habría encantado poder ver la cabina, aunque seguro que habrías disfrutado más en la sala de reactores o en sus compartimientos de motor. Me apuesto lo que quieras a que estaban impolutos...

Empezó a aplicar lubricante en varias piezas. Pese a la apariencia estirada, no parecía temer mancharse las manos de grasa o salpicarse toda la ropa con líquido de válvulas.

-Como te decía, la nave casi se pilotaba sola, pero Daya hizo un gran trabajo sacándola de la atmósfera. Según tengo entendido no había pilotado transportes de ese calado y aún así lo hizo de manera impecable. Que por cierto, estos días también la he visto venir por aquí, por lo que no te extrañe que aparezca en cualquier momento.

Cuando se trataba de temática de astronaves, el otrora reservado Einar podía convertirse en la persona más habladora del planeta.

 

Cargando editor
15/04/2021, 22:36
René Carracci

En cuanto sonó el despertador, René se levantó como un resorte. Al fin saldría. El día anterior lo había pasado mayormente en la armería, revisando las armas y limpiando las más apropiadas para salir ese día. Eran modelos muy viejos, algunos de ellos eran totalmente desconocidos para René, aunque le dio alegría reconocer algunos bastante decentes a pesar de su vejez. En cualquier caso, le había parecido preferible pasar un día entero desarmando y limpiando las armas que usaría, pues no quería encasquillamientos intempestivos allá fuera. Había elegido un rifle Winchester Model 9000 y una escopeta Benelli M8. El Winchester 9000 era un modelo bastante viejo del famoso fabricante de armas, una continuación moderna del Model 70 que había sido el rifle estándar hacía algunos siglos. Un modelo viejo, pero fiable: no en vano, era conocido como «el rifle familiar», no precisamente por ser inofensivo, sino por su durabilidad; se trataba de un rifle que un abuelo podría pasar a su nieto en perfecto estado, sin duda, y que el nieto podría pasar a su propio nieto. Ante ojos poco avizores ese rifle pasaría desapercibido por su aspecto excesivamente anticuado, pero era preferible a algunos modelos más modernos. Su mecanismo de cerrojo, puramente mecánico y sin elementos automáticos o semiautomáticos, no sólo hacía que la limpieza y desarme fuera más simple y rápido, sino que una buena limpieza dejaba el rifle en perfectas condiciones de uso, sin miedo a fallas imprevistas. Fiabilidad. Además, tenía una mira telescópica ajustable que, junto a su calibre .308, permitía derribar a un animal grande desde algunos cientos de metros de distancia si se tenía la habilidad suficiente.

[Ok, técnicamente este es un Winchester Model 70, el Winchester Model 9000 no existe, es un invento mío, pero la idea es que es simplemente una continuación un poco más moderna de este]

La Benelli M8, una escopeta semiautomática de corto alcance, sería un añadido en caso de sorpresas, un arma ligera de rápido manejo y corto alcance. No le hacía mucha gracia cargar con dos armas, pero estaba en territorio desconocido y debía estar preparado para reaccionar tanto a distancias largas como cortas. Junto a estas dos armas, René había buscado el mejor cuchillo; no era gran cosa comparada con su propio cuchillo, pero hasta que aquel le llegara, se quedaría con este otro: tras haberlo limpiado y afilado, lo había enfundado y se lo había ajustado al cinturón.

[Valga decir lo mismo que con la de arriba: esta es realmente la Benelli M3, imaginemos la M8 —otro invento mío— bastante parecida]

Ese día, se despertó, se vistió y agarró la mochila de su taquilla, en la que ya había introducido la noche anterior la cantimplora, la brújula, una cuerda, un cuaderno y lápiz (no sería mala idea intentar cartografiar a mano alzada la zona, pues no había visto que hubiera mapas en el domo). Pasó por el comedor para llenar su cantimplora, tomar un desayuno energético y, de paso, agenciarse algunos frutos secos, barritas de cereales y frutas para pasar el día fuera. Mientras estaba haciendo esto, escuchó a un muchacho rubio cerca de él, quien le explicaba a Becky sus planes para ese día, los cuales eran muy parecidos a los de René. Sin embargo, el chico parecía haberle echado ya un ojo a la superficie del planeta desde la nave y había localizado una posible zona de vegetación hacia el norte del domo; René había estado tan ofuscado y encerrado en su rabia que no se había fijado en esos detalles. En principio, René era reacio a salir acompañado, pero le pareció prudente tener alguna compañía decente en este territorio inhóspito y aquel muchacho demostraba tener capacidades más que de sobra. Lo único que le hizo dudar del chico rubio fue que invitó a Becky, lo cual le pareció a René una majadería superlativa. Por suerte, la natgrewniana declinó la invitación.

René siguió a este chico al salir del comedor, quien se dirigía también a la armería y a la salida. Observó cómo tomaba uno de los rifles. Un Browning X-Bolt SF. «¿Cuántos siglos tendrá esta mierda?».

Varios —le respondió René mientras agarraba el Winchester 9000 y la Benelli M8 que había dejado apartados el día anterior—. Este modelo de Winchester también, pero a decir verdad es ligeramente más moderno que ese Browning que has agarrado, aunque a lo mejor no te lo parezca a la vista. Son modelos viejos y por eso sabemos que son buenos. —René estuvo a punto de decirle que esperaba que, de todas formas, se hubiera asegurado de que el arma estuviera en buenas condiciones de mantenimiento para evitar sorpresas, pero ya había sonado suficientemente pedante con sus afirmaciones sobre los rifles. En cualquier caso, a René no le gustaba improvisar y por eso había dejado sus armas listas de antemano. Se puso su mascarilla antes de preguntar—: ¿Hacia el norte, entonces? ¿Tienes alguna idea del tipo de bichos que nos podemos encontrar ahí afuera? —Entonces, René se dio cuenta de que no se había presentado—. Por cierto, me llamó René Carracci.

Notas de juego

Perdón si aburre la disquisición sobre armas (probablemente a mí en vuestro lugar me parecería un poco aburrida). Prometo que no lo haré cada vez que René agarre un arma, no es un pajero de las armas, simplemente quiere estar seguro de lo que tiene entre manos :P

Cargando editor
15/04/2021, 23:07
Daya Banerjee

Una vez que Einar confirmó las coordenadas de la ruta y sacó a la Starliner de la atmósfera, proceso del que no se perdió detalle, Daya se permitió observar en detenimiento lo que sucedía en la planta de abajo. Al conectar la cámara solo había podido echar un vistazo, pero la premura por salir de la Comandancia y la orden clara de la soldado, había hecho que no se plantease demasiadas cosas relativas a la imagen que sus retinas habían captado, porque le pareció totalmente subrrealista e improbable. Pero allí estaba de nuevo. Era un completo descontrol y la mayoría de los reclutas andaban de arriba abajo por la sala y diría que Icaro estaba tirado en el suelo sin sentido.

-No me lo puedo creer… que han hecho ahí abajo…-susurró a Einar, sin poder asimilar que la mayoría se estuvieran saltando el no ir correctamente sentados al menos.

-Un piloto nunca debería beber antes de coger los mandos de una nave…-confirmó Daya a la soldado que se había quedado con ellos en el puente-Fue lo primero que me enseñó mi padre, yo le sumé a eso el dormir todo lo posible el día antes de un vuelo programado. Es seguridad para uno mismo y para el pasaje-se encogió de hombros, no quería hablar demasiado de Icaro, era un asunto delicado, demasiado para que ella, una simple recluta, se posicionase.

Escuchó lo que les comentó a Einar y a ella, poniendo de relieve que se necesitaban pilotos, solo eso ya era positivo para ambos-Gracias por la información, es tranquilizador saberlo. Le sonrió a Einar, conteniendo la emoción que sabía que era compartida por el piloto.

Cuando se quedaron solos, Daya miró al exterior, viendo por segunda vez a la Tierra desde aquella perspectiva-Es la primera vez que vengo a la Tierra, es preciosa… tan azul y esas nubes tan blancas. Es mágica…

Una vez que Einar conectó el piloto automático y la navegación era segura estuvieron hablando un rato entre ambos, Daya miraba por las cristaleras todo lo que pasaba por su camino con interés, estuvieron revisando juntos más detalles de la Starliner y, en general, se le pasó rápido el viaje de veinte horas, salvo por sus idas y venidas cada dos o tres horas al baño, convencida ya de que aquello era obra de la vacuna. Que Einar se sintiera bien fue un alivio para ella, pues tenía total libertad de pasar en el baño el tiempo que necesitara con tranquilidad sin dejar la nave desatendida.

Cuando subieron a darles las coordenadas de aterrizaje, siguió observando con interés como las introducía Einar y este hacia entrar a la nave en la atmósfera, sabiendo que aun tenía mucho que aprender en Protect para que llegara el punto en que le dieran a ella sola una Starliner como aquella. El aterrizaje fue suave y, cuando se apagaron los motores, supo que aquella pequeña aventura había terminado. Solo esperaba que no tuviera consecuencias para ninguno de los dos en el futuro.

-Si, bajemos. Prepárate para la reacción de Icaro si está despierto…

Cargando editor
15/04/2021, 23:11
Daya Banerjee

 Daya llegó a la sala tras Einar. Se veía un poco pálida y su mano derecha sobre el estómago, revelaba que aun arrastraba molestias después de las veinte horas de vuelo. No pudo evitar ponerse la mano en la nariz, sorprendida por el olor reinante allí y su mirada se detuvo en Icaro nada más terminar de bajar las escaleras que llevaban al puente de mando.

-Madre mia… ¿qué le ha pasado?...-pregunta retórica que no esperaba contestación, pero se notaba sin problema que había recibido un puñetazo ¿Grey? ¿Alguno de los reclutas que habían visto de pie durante el vuelo? Ahora mismo no podía recordar bien.

De repente, apareció delante de ella el rostro de Einar-Sí, sí, sin problema… -le confirmó a Einar para que estuviese tranquilo. Les iba mucho a ellos dos tener la misma versión ante lo que había pasado para no terminar fuera de Protect antes de llegar siquiera a pisar su superficie.

Mejor que esté inconsciente por ahora, la verdad… no seré yo quien lo despierte… pensó mientras rodeaba el cuerpo del piloto y se escurría entre el resto de reclutas buscando algún rostro conocido que no tardó en localizar. La primera fue Yum a la que Einar se había acercado y parecía estar preguntando si se encontraba bien. Más allá estaban el resto de las chicas con las que había estado hablando en la Tierra. Se acercó a ellas, interesándose por su estado de salud y por lo que había pasado allí durante el vuelo hasta que la sargento Grey los reunión y les indicó los siguientes pasos a hacer ahora que habían llegado a Protect.

Cuando la sargento abrió la puerta y les dejó salir al exterior, Daya no pudo menos que silbar, sorprendida por lo que vio. Ella ya había tenido la visión de la superficie desde el aire, pero allí, a ras de tierra, era todo mucho más impactante. Notó enseguida la sequedad del ambiente, la falta de agua, los colores rojos que lo inundaban todo. Nada de agua ni del verde de su Innum natal. Aquello era tan diferente como inhóspito y atrayente para ella que, inundada de optimismo, avanzó al interior del Domo curiosa por ver el interior de las instalaciones en las que pasaría sus dos próximos años.

Cargando editor
15/04/2021, 23:17
Daya Banerjee

De repente, la compuerta de la nave que estaba junto a la que Yum, Einar y Martin habían elegido para poner a punto la primera, se abrió dejando ver a una sonriente Daya que bajó de la nave de un salto, llevando en su mano un proyector holográfico portátil.

-¡Buenos días! Hoy me he levantado más temprano de lo normal, no he descansado muy bien así que me vine temprano para revisar la documentación que tenemos disponible de este tipo de naves... en la propia nave-levantó el holograma en su mano, dirigiéndose a Einar inicialmente para después volverse hacia Yum con una enorme sonrisa-¡Me alegra ver que te encuentras mejor! Me dijeron que estabas con fiebre pero controlada y descansando, siguiendo las indicaciones que te habían dado. Yo he estado también estos dos días haciéndome amiga del cuarto de baño tan fantástico que tenemos aquí. Creo que sigo sin acostumbrarme a esa falta de intimidad... -suspiró- pero la vacuna optó por que pasara por ese trago rápidamente y en varias sesiones por día así que, ¡os llevo ventaja a todos! -bromeó con las veces que se había visto allí sentada, intentando quedarse vacía por dentro para intentar que la siguiente visita al baño fuera lo más tarde posible.

Se volvió entonces hacia Martin. Lo recordaba de la Tierra, no recordaba haberlo visto en la nave, pero era lógico. Demasiadas caras nuevas.

-Hola, soy Daya. Encantada de verte por aquí. ¿Sabes algo de mecánica? Bueno... ¿ambos sabéis? -miró a Yum, sorprendida al ver lo que pretendía hacer-¡Vaya! Hablamos de varias cosas en la Tierra pero no hablamos sobre lo que sabíamos hacer... ¡me encantará tenerte por aquí y saber que le vas a arreglar las tripas a estas naves! Si hacéis que podamos arrancar los motores sin temer que exploten será un milagro-continuó, incluyendo ahora al chico que no conocía, que entendía que también sabía de mecánica o, al menos, le interesaba lo justo para estar allí en aquel momento-Einar y yo lo hemos estado hablando estos dos días... estás naves no están a punto, es como si llevaran aquí mucho tiempo abandonadas... es extraño ¿no os parece? Por cierto, te he escuchado Einar, gracias por el cumplido, pero os recuerdo- les comentó a Yum y a Martin con una mirada brillante de admiración- que quien sacó la nave de la Tierra y nos trajo hasta aquí, fue él-terminó señalando a Einar.

Cargando editor
16/04/2021, 03:51
Eylo Yilmaz

No es que Eylo hubiera tenido planes de salir acompañado esa mañana y, a juzgar por los que se habían reunido a la salida, tampoco los demás. Después de pasar un días más consumido por las náuseas de la vacuna, los siguientes días los empezó a tomar con mayor actividad, adaptándose gradualmente a la gravedad de Protect. Tampoco es que se preparara a conciencia para la salida, se notaba que Eylo no estaba acostumbrado a ambientes terrestres, pero salvaba la incomodidad de los respiradores y el equipo para el exterior con bastante habilidad.

Con una actitud bastante ajena al simposio armamentístico, Eylo tomó una comprobándola someramente. Sabía lo suficiente de armas, y con lo suficiente era hacia donde apuntar, gatillo y demás. Quizá podía desarrollar un conocimiento más profundo de estas, pero la falta de interés en ellas eran una razón de importancia. Se armó más por consciencia del lugar donde se encontraban que por convicción. Y una vez prestos a salir, echó oído a lo que se estaba conversando.

Probablemente arácnidos y criaturas subterráneas —comentó uniéndose a la charla —. Esta atmósfera no apta para que la vida, tal y como la conocemos, prospere —añadió pensativo, puso una mueca y tendió la mano a los no conocía —. Eylo, encantado. Becky, ¿podrías tener en cuenta la dirección que tomamos? Si sucede algo, que el resto sepan sobre la zona que nos movemos. Por seguridad.

Echó una mirada a la lejanía, donde parecía que se iba a encaminar el viaje, y luego echó una mirada a la base. No es que le preocupara, aun, lo que pudieran encontrarse en los alrededores, pero saber que existía una radiación de menor intensidad en la zona del Domo 12 le invitaba a ser cauto en los próximos movimientos.

No creo que sea aconsejable alejarse en exceso de la base —reflexionó con calma —. La sargento informó que las zonas circundantes tenían una radiación baja, eso quiere decir que hay zonas de alta radiación.. y no contamos con un contador de rads. Sugiero cautela.

Aunque a Eylo se le pudiera ver una persona preocupada, parecía más la costumbre de vivir en dificultades lo que parecía que quisiera anticiparse a los problemas. Dando los primeros pasos en el exterior, se agachó tomando un poco de tierra de Protect en sus manos y sonrió con cierta nostalgia. Luego echó una mirada al cielo de tintes carmesíes, como un reflejo del propio suelo rojizo del planeta.

Bueno.. al menos recuerda a casa —comentó para si, pero audible para los presentes.

Cargando editor
16/04/2021, 11:27
Duncan "Duke" McCarthy

Pues sí, venía directa hacia él. Le sonrió amablemente olvidándose del cansancio esperando algún tipo de pregunta médica. Era lo normal en aquellos días, se sentaba y le preguntaban: ¿Era normal aquel sarpullido?, ¿aquellas nauseas iban a desaparecer pronto? ese tipo de cosas, como si tuviera todas las respuestas, como si tuviera conocimiento de la microbiología protectoriana. Le indicó con un pulgar para arriba que estaba bien y antes de que la invitara a sentarse ya se había sentado y había empezado con su habitual martilleo de palabras.

Sonrió. La verdad es que la imaginaba como una chica popular en su juventud, de esas que hacían que se rompieran los cuellos a su paso, y allí estaba, preguntándole si aquella bazofia estaba rica.  Arrugó la nariz e hizo rotaciones de la mano indicando que aquello estaba más o menos rico y encogiéndose de hombros, sacó la lengua, se la tocó con un dedo e imitó, puños cerrados, brazos en jarras con los puños en los sobacos y aleteo. Aquello sabía a pollo, lo que pudiera ser ya era más difícil de decir. Movió la boca en silencio para formar la palabra : ¿Quieres?

Asintió a la pregunta sobre Sue y su sonrisa se hizo más luminosa. Suspiró aliviado mientras simulaba secarse el sudor. Se tocó la muñeca, donde debería estar el reloj, puso un dedo y luego hizo junto las manos y se las puso debajo de la oreja y luego junto las manos y las despegó a toda velocidad, con un pequeño silbido. En un día estaría fuera de la enfermería, libre cual pajarillo. Le volvió a sonreír y se encogió de hombros a modo de disculpa, era médico, había muchos enfermos, no había mucho más que pudiera hacer, al menos de momento, y mientras estaba en la enfermería tenía acceso al ordenador, y con ello se podía comunicar.

La miró divertido cuando dijo que podía hacer más cosas allí, se rascó la barbilla y se dio cuenta que necesitaba afeitarse. Alzó las cejas y negó. De momento no habían más médicos, ni nadie que se hubiera identificado como enfermera, así que, estaba como John Wayne, solo ante el peligro. Cuando le preguntó si confiaba en ella, la miró con profundidad, fingiendo poder leer en sus pensamientos para sonreír y hacer ese ruido seco que correspondía a su carcajada para finalmente asentir. Confiar en ella? Claro, para montar fiesta, para una cita en un sitio divertido, era apuesta segura, también confiaba en ella para que le metiera en un lío, pero, igual es lo que necesitaba, darse una alegría, cambiar la rutina, porque haciendo lo que venía haciendo no recuperaría el habla jamás y Jim era las antípodas de la rutina, una descarga eléctrica, un subidón de adrenalina.

Le dijo que le recordaba un vehículo terrestre y la miró extrañado. A que se refería? A que el vehículo estaba tan escacharrado como él?, pero parecía que le sugería una especie de visita guiada y en primera clase. Se quedó mirándola. Tenía los ojos bonitos y era divertida, aunque parecía animada por un motor nuclear, de los que no se agotan nunca. Se ve que se había quedado mirándola como un tonto y le dijo que menos mirar y más comer, sonrió, y bajó la vista al plato, cortó un buen trozo y se lo metió en la boca, mirándola mientras comía y alzando las cejas diciendo, ves?, puedo comer y te puedo mirar, al mismo tiempo, soy un homo sapiens superior. La vio levantarse y la siguió con la mirada durante unos segundos para centrar su vista en el plato. Cuando la levantó ya le estaba ayudando a acabar. Se quedó mirándola, con una sonrisa, mientras se preguntaba si le estaba vacilando o es que era así de verdad. No parecía que se fuera a rendir. Aquello era muy difícil para explicar por señas así que sacó una pequeña libreta, un bolígrafo de los de botón y escribió

No jodas que has encontrado una limusina?. Creo que es lo más bonito que me han dicho en mucho tiempo. I'm in, necesito un descanso pero, solo puedo estar fuera una hora como mucho.

Volvió a emitir el sonido seco que correspondía con su risa y le tendió el papel.

Se metió otro trozo enorme para acabar antes y al empezar a masticar, al oír los ruidos de Jim y su imitación a, a algo, casi se ahoga. Empezó a toser, incapaz de que aquello fuera para arriba o para abajo. Tosió, cogió un vaso de agua y lo vacío de un trago mientras se daba golpecitos en el pecho. Respiró, se secó las lágrimas, mitad por el atragantamiento, mitad por la risa y se quedó mirándola como si la estuviera regañando. Suspiró, le tendió la mano para que se levantara y con la otra le pidió que guiara la expedición. Sí, tal vez lo que necesitaba era algo de vitamina J en su vida, porque lo que no mataba hacía más fuerte, y Jim eran de las que necesitaba un sistema inmunológico en forma para sobrevivirla.

Cargando editor
16/04/2021, 11:49
Evan Smart

La noche anterior Evan había estado trasteando los monoplaza Eagle MK2, fascinado por la belleza de dichas aeronaves en cuanto al diseño estructural y prestaciones, y no tanto en cuanto a su estado de mantenimiento, la mayoría de las cuales precisaban ser montadas y desmontadas casi al completo después de que el polvo de Marte hubiese accedido por todas las juntas. Yendo y viniendo con piezas y componentes del garaje al lugar donde estaban ubicadas las aeronaves, inmerso en el mono de trabajo que había encontrado en las taquillas, no recordaba en que momento el agotamiento había hecho mella en él, hasta el punto de quedarse dormido en el interior de una de los monoplazas. 

Para Evan era muy común concentrarse hasta tal punto cuando a temas de mecánica se tratase, que desconectaba de todo lo externo e incluso olvidaba necesidades tan básicas como comer y beber, o incluso descansar, por lo que era probable que estuviese ajustando algún tornillo cuando se posaría sobre el asiento del piloto, y allí quedase durmiendo hasta la mañana siguiente.

Justo aquello fue lo que sucedió, los sonidos de unas voces llegaron a sus oídos, provocando que el viejoven Smart abriese los ojos, percatándose que la luz del Sol bañaba su rostro. Bostezó sonoramente bajo la máscara de seguridad y se tapó el rostro con una mano, justo en el instante en que escuchó abrirse el mecanismo de apertura y elevarse la puerta, encontrándose de frente con Yum.

- Eh, hola. Ejem, Evan Smart... - trató de tranquilizar a la joven, la cual daba la impresión de que acababa de ver a un fantasma - Lo se, esto es raro. Me quedé dormido en el monoplaza desde anoche... - y al poco vería a Einar llegando desde el garaje, recubierto de grasa y con una caja de herramientas en la otra mano, lo cual le hizo sonreír divertido... y a Daya y a Martín a su lado, con los cuales si bien ya había intercambiado algunas palabras desde su llegada, todavía no podía considerar que fuesen cercanos. Buenos días a todos. Oye Einar - se permitió el lujo de hablarle directamente por su nombre - ¿no tendrás ahí dentro una junta tórica del distribuidor, arandelas y una polea de levas? La que hay en este monoplaza está demasiado dañada ya... - expresó divertido levantando el pulgar, aunque de inmediato escuchándose rugir su estómago y llevándose de inmediato una mano a su abdomen - Mierda, quizá debería desayunar algo antes de continuar. Desde ayer a mediodía que no he probado bocado... 

Cargando editor
16/04/2021, 17:35
Lizza Jacobs

Lizza simplemente alucinaba con las palabras de Kurik. Aquel tipo no debía estar bien de la cabeza, puesto que ya no solo estaba atacándole de manera vil y sin dar algún tipo de explicación lógica al respecto, si no que encima de proponerle parlamentar, su respuesta era si le estaba subestimando.

- No te subestimo, ¡claro que no! - dijo la muchacha como respuesta, entendiendo que como loco que era, debía darle la razón, y quizás solicitar a los mandos que un equipo médico le revisara la cabeza, pero claro, en aquel instante solo estaban ellos dos y debía solucionar el conflicto para evitar que fuera a más. La cuestión era, ¿cómo?

Cada vez que intento hablar con él se pone más violento. Seguro que busca que le pegue para que sea yo la primera en dar el golpe, ya lo dijo Grey, si lo hago pierdo la razón. Quizás deba seguirle la corriente...

- Perdóname Mikhail, lo siento, de verdad que lo siento.... - Dijo la joven intentando sacar humildad ante la incomprensión del momento, al menos hasta que escuchó el motivo por el que el joven estaba tan sumamente cabreado - ¿Hablar de ti a tus espaldas?... ¿Quién te ha dicho eso?... Yo solo hablé con Narel sobre lo violento que te pusiste en la Comandancia conmigo, de que no te entendía... Ayyyy... - Y sí que le dolía su maltrato  - Para, que me haces daño... - Quería elevar la voz pero de alguna manera estaba comedida, como si la sorpresa atenazara sus cuerdas vocales.

Mikhail parecía ceder ante sus palabras, aunque como denotó al instante todo era sarcasmo, soltándola bruscamente, provocando un empujón que hizo que la joven tuviera que trastabillar para no caerse de bruces contra el suelo y romperse los dientes.

Lizza se giró hacia él completamente enfurecida, hasta la persona más empática habría tenido dificultad para mantener el tipo en aquel instante.

- No he dicho nada más malo de ti que lo que todos pudieron ver. No creo que se sorprendan de que se te califique como violento. Lo eres y mucho - Dijo con valentía, como si ella en cualquier caso dijera la verdad y no tuviera dobles intenciones

Y primero lo primero. El puñetazo dirigido hacia el abdomen femenino acertó de pleno, haciendo que la joven se doblase hacia adelante, y es que Lizza a pesar de su entrenamiento no era demasiado hábil esquivando, aunque los puñetazos que le daba al saco cuando estaba en el gimnasio eran muy respetables.

Tardó un tiempo en incorporarse mientras Kurik seguía hablándole con un asco desorbitado, el mismo que estaba comenzando a surgir en ella misma contra reacción a la injusticia que se estaba cometiendo

- ¿Princesa? - preguntó sintiendo la ira crecer en su interior - No Mikhail, no soy una princesa, solo una persona a la que no le gustan los conflictos... -Tenía lágrimas en los ojos pero se contenía a llorar delante de él - ¿Quieres pelear? Pues venga adelante, luchemos, no tengo inconveniente... - le estaba sacando mucho valor al encuentro. Era dura a pesar del golpe recibido - Pero seguirás siendo el mismo tipo duro, violento e irascible después de que me pegues. Sé que no voy a ganar, pero tú tampoco lo harás castigándome... Solo vas a conseguir que las personas que podrían ser tus amigas te den la espalda...

Y dicho esto la joven se adelantó para darle un puñetazo en el estómago, con la clara intención de resarcir el dolor que sentía y que él le había provocado.

- Tiradas (2)

Motivo: Esquivar

Dificultad: 22

Habilidad: 10

Tirada: 4 7 10

Total: 7 +10 = 17 Fracaso

Motivo: Golpear Mikhail

Dificultad: 0

Habilidad: 13

Tirada: 4 6 9

Total: 6 +13 = 19 Éxito

Notas de juego

Esta pobre lo tiene difícil para evitar lo que se le viene encima....XD... Tira 1D6 de daño

Si tu esquive supera 19 te quitas con elegancia....jajajajajajajaja

 

Cargando editor
16/04/2021, 19:03
+Mikhail Kurik+
Sólo para el director

El joven Kurik le había logrado propinar un buen golpe al estómago a la recluta, lo que ciertamente despertó una sonrisa en su rostro, al sentir cómo su puño entraba en contacto con el cuerpo de la chica. - ¿Y eso no es hablar de mí a mis espaldas? – Le preguntó, ligeramente cabreado, aunque ahora un poco más relajado, luego de haberla golpeado de aquella manera. – Narel vino luego a tocarme los huevos con esa mierda, y su puta simpatía, sólo porque tú le hablaste. – Afiló la mirada, no tardando mucho en cabrearse de nuevo. Estaba cansado de que le subestimaran, de que le vieran como alguien que debía de ser tratado con empatía, como si tuviera un problema que debía de ser arreglado. No eran más que patéticos intentos de soldados. Para ser un guerrero, se debía de ser fuerte y decidido, y aquello era algo que de lo que él no carecía, o al menos eso pensaba.

– Es lo que todo soldado debería de ser, cabrona. – Espetó de mal humor, al oírla acusarle de ser violento. Iban a ser entrenados para matar. Serían máquinas de matar en cuerpos de carne y hueso. ¿Quién mierda pensaba que no serían más que herramientas de destrucción? ¿Dónde mierda pensaba que estaba? – Malditos idiotas con sus putos ideales. – Suspiró, para luego negar con la cabeza, suponiendo que alguien tenía que despertarles a la realidad, parecía que no habían comprendido aquello. – ¿Piensas que esto es un juego? Somos soldados. El conflicto es parte de nosotros. Y hablas de no ser conflictiva. – Escupió a un costado, ciertamente molesto por lo que acababa de escuchar. No podía creer que una recluta, que pretendía ser un Soldado Espacial, dijera semejante cantidad de tonterías. Le daba asco, demasiado, ver semejante patética excusa frente a él. La chica era hermosa, pero aquello no le serviría de nada en aquel sitio.

– No eres más que una princesa. Una niña mimada. ¿Vas a ir a llorarles al resto también? – Le preguntó con frialdad, a medida que esbozaba una sonrisa cruel, tan sólo para sorprenderse en el momento en el que la chica se abalanzaba sobre él con la intención de propinarle una buena en el estómago, de la misma manera que él lo había hecho con ella. Por fortuna, la había visto justo a tiempo, lo suficiente como para esquivar su ataque al desplazarse hacia la izquierda, aunque, ciertamente, había estado muy cerca de que le atinara el golpe. El puño de Lizza había rozado su uniforme, haciendo que Mikhail chasqueara la lengua, molesto. – Ja… al menos no eres tan idiota. – Se expresó con cierto respeto por la chica, aunque no lo suficiente. Por lo menos, había optado por defenderse, lo cual la hacía algo mejor que el resto de los idiotas en aquel sitio. Sin embargo, eso no evitó que el joven cargara su puño derecho, antes de propulsarlo hacia adelante con cierta fuerza, con la única intención de golpearle en el costado, justo a la altura del riñón.

- Tiradas (4)

Objetivo: Daño

Tirada: 1d6

Tirada: 1

Total: 1 = 1

Motivo: Esquivar

Dificultad: 0

Habilidad: 15

Tirada: 3 4 8

Total: 4 +15 = 19 Éxito

Motivo: Contrataque al riñón

Dificultad: 0

Habilidad: 15

Tirada: 2 5 8

Total: 5 +15 = 20 Éxito

Objetivo: Segundo daño

Tirada: 1d6

Tirada: 6

El dado ha explotado: 2

Total: 8 = 8

Notas de juego

La ha llevado barata con el daño xDD Y no esquivo con elegancia, sólo lo justo al parecer ajjajaaj Llega el momento del contrataque, si no logra esquivarlo... se lleva 8 de daño al parecer xDDD

Cargando editor
16/04/2021, 22:43
Kalina Radoslawa

Después de varios segundos de desconcierto ante los aspavientos del mudo, Kalina comprendió, más o menos, lo que él quería que buscara.

¿Agua y… sal? —preguntó en un intento de asegurar que había entendido bien.

Ante el asentimiento del médico, a pesar de que no había podido adivinar qué habían sido todos aquellos gestos de números y letras, Kalina se puso en pie con dificultad dispuesta a ir a la cafetería. Sintió cómo el estómago protestaba, amenazando de nuevo con una serie de arcadas que consiguió evitar a base de respiraciones profundas.

Pero al pasar junto al grupo de paladines de la justicia y de la sargento Grey, la cual acababa de incapacitar aún más al pobre capitán, el olor a vómito golpeó con tal fuerza su nariz que a punto estuvo de sumarse a la vomitona general. Sin prestar atención a las recriminaciones, órdenes y consejos que se estaban dando, Kalina apuró el paso para entrar en la cafetería dispuesta a respirar un aire menos contaminado.

Tuvo que apoyarse en la pared para no caer mareada al suelo, regulando una vez más su respiración. Cuando estuvo segura de poder seguir adelante, buscó el agua, la sal y un limón, el cual cortó en rodajas para aspirar intensamente su olor. Las náuseas se suavizaron inmediatamente y por fin pudo ir a reunirse con el médico, evitando mirar al grupo que aun rodeaba al piloto y, sobre todo, intentando no inhalar la pestilencia que se respiraba en esa zona de la nave.

El caos era general, pero Kalina para no sentirse ni abrumada ni más mareada de lo que estaba, se centró en proporcionar al mudo lo que le había pedido. Ayudó al médico cuando llevó a Sue a la parte trasera de la nave y volvió a su asiento cuando la voz a través de megafonía aviso del inminente despegue.

Le sorprendió que Anne le dirigiera la palabra y, mirándola con cierto reparo, escuchó sus palabras sin mostrar si estaba de acuerdo con ellas o no. Kalina tenía claro que la joven a su lado iba a ser un grano en el culo si uno se llevaba mal con ella; prueba de ello fue la forma en la que habló de la sargento y su velada amenaza.

Desde luego ha sido una irregularidad permitir pilotar a dos reclutas recién nombrados —dijo con educación y mostrándose neutral en su respuesta. No tenía pensado buscar una enemistad con Anne pero tampoco estaba dispuesta a formar una alianza con ella y menos después de la advertencia de sus palabras—. Es difícil controlar y acallar la lengua de tanta gente. Supongo que, si esto sigue así, tarde o temprano habrá consecuencias.

Una nueva arcada, esta vez más intensa que las anteriores, hizo que dejara de prestar atención a Anne para centrarse en coger una bolsa y echar el poco contenido que había en su estómago. Se sintió mejor, pero el mal sabor de boca hizo que le entraran ganas de levantarse para enjuagársela. Lo malo era que la nave ya había comenzado el despegue y sería una locura, sobre todo por los mareos que sufría, levantarse. Por suerte alguien le ofreció una pastilla y un vaso de agua con sal que, aunque asqueroso de sabor, consiguió su propósito, permitiendo de esa forma que el resto del viaje fuera un poco más llevadero… Aunque solo un poco.

Fueron veinte horas horribles. Los sonidos y olores de la gente vomitando, el recuerdo de lo que había sucedido con el capitán; las amenazas, veladas o no, que se habían dedicado en algunos casos, el comportamiento bastante arrogante de la sargento y, en especial, el no disponer de su comunicador y de su música.

Las agotadoras horas de vuelo las dedicó a dormitar, cruzar alguna que otra palabra con Anne e incluso se dignó a presentarse a Vera, a la cual le entregó una de las pastillas que alguien había repartido así como un vaso de agua con sal.

Pero también, en parte para estirar las piernas y en parte por preocupación, se levantó varias veces para comprobar el estado en el que se encontraba Sue. Por suerte, y obra del médico mudo, parecía que mejoraba ligeramente aunque su aspecto indicaba que no estaría en buenas condiciones durante una buena temporada.

No veía el momento de que aquel viaje llegara por fin a su destino; pero lo hizo. Desde su posición alejada de la ventanilla, Kalina no pudo apreciar el planeta como le hubiera gustado mientras la nave tomaba tierra. Pero, cuando por fin salieron de ella y dejaron atrás los malos olores que aún perduraban, quedó impresionada por lo que estaba viendo.

Acostumbrada a las montañas de su tierra, a sus extensos bosques; sus tranquilos lagos y sus rápidos torrentes, a la variada flora y fauna del lugar donde vivía, Kalina sintió un gran impacto al ver la sequedad del planeta, su monótono color rojizo y calor que la golpeó nada más descender de la nave. Con la mascarilla protectora puesta para poder respirar con tranquilidad, la joven observó el monótono paisaje que la rodeaba.

Por un instante sintió que aquel no era su sitio, que se había equivocado al apuntarse a la Space Force, que no aguantaría demasiado en un lugar tan árido, aburrido y carente casi de vida. Pero se recordó los motivos que la habían llevado hasta allí y, con paso decidido, se adentró en lo que sería su hogar en los próximos dos años. Siempre y cuando no la expulsaran antes o muriera por el camino.

Lo que faltaba —murmuró al escuchar la intención de la parlanchina de organizar una fiesta.

Kalina aún tenía el estómago revuelto, algo que seguramente le tardaría aún unas cuantas horas en pasar, y pensar en organizar una fiesta era lo último que ella deseaba. Además, que los dejaran solos sin la supervisión de algún superior era algo que la tenía preocupada. Se imaginaba que sería algún tipo de prueba para ver cómo se las compondrían en ciertas situaciones, sobre todo después de lo que había pasado durante el vuelo, y una fiesta no le parecía la mejor opción para empezar.

Negando con la cabeza ante las absurdeces de aquella loca, Kalina entró en el domo dispuesta a reconocer el lugar donde permanecería durante una larga temporada.

Cargando editor
16/04/2021, 22:55
Kalina Radoslawa

Los primeros días, mientras poco a poco iban despareciendo los efectos de la vacuna, Kalina se dedicó a una estricta rutina que se mantenía entre la biblioteca, el gimnasio y la enfermería para ver cómo evolucionaba Sue.

Los entrenamientos, sobre todo después de haber perdido algo de peso al no poder controlar en su interior lo que ingería, eran suaves pues aún se encontraba débil. Pero lo que más disfrutaba, lo que más tranquilidad le aportaba eran las horas que pasaba en la biblioteca estudiando todo lo necesario sobre Protect y la fauna y flora del lugar; posibles microorganismos que pudieran ser nocivos o beneficiosos y cualquier dato con el que conocer mejor el planeta.

Por supuesto, de vez en cuando hacía una escapada para comprobar la evolución de Sue a la cual, a pesar de su constante verborrea, había empezado a cogerle cierto cariño. La veía como una niña pequeña y curiosa, que todo lo preguntaba y con ganas de aprender. Eso era algo que Kalina apreciaba de los demás y, de alguna manera, la había tomado bajo su protección… Eso sin contar con que la joven le había prometido entrenar con las armas para mejor su puntería.

Al sentirse mejor, Kalina se animó a salir al exterior. Tenía ganas de comprobar in situ todo lo que había leído en los libros y por ello se preparó ese día para ir de excursión. Después de la rápida ducha, lo que ella peor llevaba ya que en su país el agua no era un bien tan escaso como en Protect, y de desayunar cuanto su estómago le permitió aguantar, Kalina preparó su mochila con diversos objetos que podría necesitar.

Lo principal, el agua. Después cogió una brújula, barritas energéticas, algunos frutos secos así como frutas desecadas, un cuaderno y lápices de colores para tomar notas y hacer dibujos; su mascarilla, una pequeña pala como las que usaban los jardineros y varios frascos de vidrio, así como guantes y pinzas.

Sabía que debería coger algún arma pues salir al exterior era bastante peligroso, aunque recordó el mal estado en el que estaban las que había en el domo y se dio cuenta que ella no había limpiado ninguna. Un fallo que se recriminó mientras se dirigía a la armería para intentar alguna que se adaptara a sus necesidades y que no pesara demasiado dado el calor que hacía fuera.

Se sorprendió al ver la reunión en la armería a esa hora tan temprana. Parecía que ella no había sido la única en tener la misma idea y, mientras escuchaba a los que iban a salir, pensó que sería buena idea ir con ellos. De hecho quizás fuera la mejor de las ideas ya que algunos se mostraban bastante expertos con las armas, algo que a Kalina le vendría de perlas.

Mientras cogía uno de los cuchillos y se lo guardaba, dudosa de qué otra arma llevar, Kalina escuchaba las presentaciones y comentarios de los demás. Sí, se estaba formando una pequeña expedición y ella quería apuntarse. Por suerte la heroína de las duchas a la que todos habían protegido había rechazado la invitación. Por su propio bien era lo mejor que Becky podía hacer, con el calor del exterior seguro que la grasa de su cuerpo comenzaría a freírla.

Disculpad —dijo con su habitual educación—. No he podido evitar escucharos y, como yo también había programado una salida para hoy, ¿os importaría que me uniera a vosotros? —preguntó, esperando una respuesta que estaba convencida no sería afirmativa—. Por cierto, soy Kalina.

Aún seguía dudando qué otra arma le vendría bien y, si aquellos compañeros tenían pensado salir también, quizás la pudieran aconsejar.

Cargando editor
16/04/2021, 23:58
Martín A. Ruiz

Al escuchar la voz de alguien más detrás de mi rápidamente me giré, confundido antes de que pudiera estrechar la mano de Yum: Era el mismo rubio de antes en los vestidores, el "soldadito de juguete" que siempre andaba firme, caminando recto y que doblaba milimétricamente su ropa. Pero a diferencia de antes, ahora con Yum parecía tener un trato más familiar, más "humano" si me quisiera poner aún más mamón con él, pero eso ya era suficiente como para dejar de verlo con tantos prejuicios o con esa "hostilidad" que tenía. Cuando volvió a estar tan serio como antes y me extendió la mano se la estreché con una gran y amable sonrisa, como quien saluda a un viejo amigo o tal vez compañero de clases que no veía desde hace tiempo. -Descanse soldado, ni que fuera alguien importante o de mayor rango, todos aquí somos reclutas. Es un gusto conocerte Einar, me llamo Martín Ruíz.-

Luego de presentarme y escuchar la forma en que Einar pasaba su tiempo aquí, no pude evitar reír algo divertido, cruzándome de brazos. -Pues oye, yo la pasé en la armería dándole mantenimiento y algo de cariño a las armas. Es decir, disfruto hacerlo, pero son tantas y pues... Simplemente me cansé.- Me encogí de hombros, restándole importancia al asunto. Mientras Einar seguía hablando vi como se quitaba la chaqueta y sin ningún problema empezaba a ponerle lubricante a las piezas, y eso simplemente hacía que me agradara más, que se ensuciara las manos sin poner muchos peros ni nada.

Pero de pronto, mientras la conversación tenía lugar y yo solo me mantenía escuchando un poco, la nave de la que estábamos cerca (y al parecer ibamos a trabajar primero) hizo un ruido, a lo que veo como se abre la compuerta, y la que parecía ser la chica que condujo el Starliner junto con Einar (y que había visto algunas veces en el baño) saltó de la misma. Eso sí que me tomó por sorpresa la verdad. La veía con cierta curiosidad, preguntándome como no nos dimos cuenta que estaba allí, pero entonces solo tomé un respiro y decidí ignorar esa duda que tenía. Al ver la energía de la chica y lo agradable que era, simplemente me llegaban a pegarse esa misma energía, a lo que cuando se acercó a mi le sonreí también de manera más alegre. -Mucho gusto Daya, me llamo Martín. Soy ingeniero mecánico, y en Ignis tenía un trabajo donde me ponía a reparar vehículos, motores y todas esas cosas para la compañía de minería donde trabaja mi padre. No he tocado en tantas ocaciones cosas tan refinadas ni delicadas como naves de combate, pero... Bueno, al menos tengo conocimiento.- 

Mientras la conversación seguía llegamos a nuestro destino, viendo allí a un sujeto que parecía estar en mal estado... No solo general, ya lo había visto antes en las duchas (y obviamente su tatuaje), pero a pesar de verse "destruido" antes, ahora parecía estar peor. De momento saludó a cada uno y luego le habló a Einar, a lo que después su estómago reaccionó rugiendo, evidenciando el hambre que este tenía, tanto asíque llevé mi mano derecha hasta mi estómago y fruncí leve el ceño. Mierda, hasta a mi me dio hambre... Eeeeh... No sé los demás, pero en definitiva deberías comer un poco y... ¿Dormir?... Todo depende de ti, pero en definitiva tienes que comer algo.