Partida Rol por web

Los bandidos miran sorprendidos por la velocidad de reacción de Maedros y tratan de acribillar a uno de los hombres del Thakur sin mucho éxito.
William se levanta y da un paso

Apunto de trastabillarse con la manta sobre la que descansaba, Aslam se pone rápidamente en pie, echa un breve vistazo a su alrededor y se acerca con decisión a la dama elfa mientras desenvaina el estoque para hacer frente a los bandidos que atacan por la zona más meridional.

-¿Que nos mantengamos al margen? ¡Sí, hombre!--bravuconea el joven pícaro fingiendo mucha más confianza en sí mismo de la que realmente siente--¡Pero si sólo son cuatro mendigos llenos de pulgas!

-¡Anda, Erika, cúbrete detrás de mí!--susurra en voz baja el joven de Absalom guiñándole un ojo a su compañera nada más llegar a su altura.

William se levanta y se pone a cubierto.
Los hombres del Thakur se lanzan en avalancha contra el mismo ladrón y acaban con su vida. El último de ellos, al ver que todos tienen arcos decide avanzar un poco más.

Me levanto sobresaltada, observando a los enemigos con los ojos bien abiertos y alarmada por el hecho de que el joven Aslam quiera defenderme, no me parece prudente al acabarnos de levantar y ir todos sin armaduras, es una temeridad, ruedo por el suelo y me levanto tras él susurrando - Jo tinvocu cota da llum - Un velo de fuerza me rodea protegiendome de lo que está por venir a medida que empiezo a contar los enemigos que frente a nosotros se amontonan, a los que debemos sobrevivir, y a los que no podemos derrotar....

ufff que estrés

- Vamos allá - el enano señala a los soldados - Debemos apoyarlos! - exclama en voz alta dispuesto a usar su martillo contra los ladrones, "olvidando" al otro grupo que se acerca al carro.

Me levanto sobresaltada, observando a los enemigos con los ojos bien abiertos y alarmada por el hecho de que el joven Aslam quiera defenderme, no me parece prudente al acabarnos de levantar y ir todos sin armaduras, es una temeridad, ruedo por el suelo y me levanto tras él susurrando - Jo tinvocu cota da llum - Un velo de fuerza me rodea protegiendome de lo que está por venir a medida que empiezo a contar los enemigos que frente a nosotros se amontonan, a los que debemos sobrevivir, y a los que no podemos derrotar....

ufff que estrés

Erika lanza un conjuro mientras se levanta y Alfrik busca una mejor posición.

Maedros observó la situación con cierto fastidio. Era evidente que la cosa se había complicado. Era muy sencillo acabar con los ladrones... que era precisamente lo que no querían que pasase. Mientras musitaba una maldición pensó en algo que pudiera simular estar intentando ganar un combate que prefería se perdiese, y tras pensar un instante invocó un pequeño y escaso rayo de frío contra uno de los bandidos... rayo que se estrelló contra el tronco de un árbol sin llegar a su objetivo. Hecho esto se metió con su mula aun mas dentro de la pequeña arbolada.

Maedros socorre a su compañero pathfinder que no lleva la armadura encima.
Los bandidos desenvainan sus espadas y acorralan a uno de los agentes del Thakur y lo matan.
Al sur dos de los ladrones disparan flechas a Aslam. Uno hiere al pícaro, pero el otro falla el disparo.
Otro corre con la espada y le amenaza. Quieto donde estás si no quieres acabar fiambre, chaval.
Su compañero aprovecha para alcanzar el carro.

William ya se estaba lamentando de la mala suerte que habían tenido con los guardias. Cuando más ladrones aparecieron por el sur.

Vaya. Esto es otra cosa. Así hasta ganaran y todo.

Pensaba preparar su arco, pero los nuevos ladrones se acercaron a Aslam y lo amenazaron. Lo mejor sería pasar desapercibido, por lo menos de momento.
Con mucho cuidado se adentró un poco más en los arboles en dirección al sur, había dejado su armadura junto a la mochila dentro del bosque y sólo llevaba sus armas, no había tiempo de ponersela. Si simplemente cogían el carro y se marchaban no haría nada, pero si amenazaban o herían a alguno de los suyos actuaría.

-¡Aaaaaaaaaaaargh!--aúlla dolorido Aslam cuando una de las flechas se le clava en la pierna--¡Maldito cobarde! ¿Por qué no vienes aquí a por lo tuyo, eh? ¡Ven, ven, que te lo estoy guardando!

A pesar de la fea herida que ha sufrido, el pícaro se mantiene con el estoque alzado en posición defensiva mientras trata de proteger a Erika lo mejor que puede de los embites del combate.

-Esto pinta feo, feo.

-¡Vamos, vamos! ¡Ayudadlos!--solicita finalmente a los compañeros que se encuentran a su espalda al tiempo que señala a los valientes hombres del Thakur--No podemos dejar que los maten. Son buena gente.