Partida Rol por web

Ethelnir mantuvo el arco en la mano, repetiendose que era mejor idea que coger la espada, pero dudando. todo dependia de lo que se tardase en derribar al lobo, que esta poniendo en aprietos a Harold. La situación se ponía tensa por momentos y todo lo que escuchaba eran las quejas y pullas de Lorik.

- ¡¡Por Iomedae norteño!! ¡¡Deja de gimotear y echa una mano o tendremos muchos más problemas!!

Casi echaba de menos a Clarissa, que parecía mantener al buen Lorik en su sitio y manejarle ... como les manejaba a todos.

Larissa no iba a dejar que se metieran con su muevo amigo. - ¡Los problemas los has creado tú, elfito y tus contubernios con razmiritas y cobradores de impuestos! 

Luego miró a Lorik. Como si estuvieran en la barra de un bar. - ¿Eres del norte? Yo pensaba que Numeria estaba por las tierras centrales...

Lorik no entendía como podían pasar tantos problemas con un par de saeteros y con un lobo cualquiera, normal que les diera miedo ir por el otro lado - Como puedes comprobar, además de no tener ni idea de tácticas, ni de combate, tampoco tiene idea de geografía.

Harold se hizo un ovillo, tratando de mantener sus botas entre él y la dentadura del lobo.

Los razmiranos vuelven a disparar y recargar sus ballestas. En esta ocasión, los virotes chocan contra el casco del Ábaco.

Mientras tanto el lobo sigue mordiendo a Harold...

- ¡Maldita sea! ¿¡Es que siempre tengo que salvaros de todo!? - levantando el espadón y acercandose rápidamente al lobo, descargó un fuerte golpe cortante con intención de acabar con aquella criatura que atacaba a Harold. Le habia decepcionado, sí, pero no podía simplemente dejarle morir. - Sois unos inútiles - susurro al final.

Viendo que Lorik golpeaba con dureza al lobo, se giró hacia los ballesteros, se arrodilló para mantener estabilizar el tiro y apuntó al que tenía quemaduras con idea de reducir el numero de adversarios rápidamente.

La flecha salió bien dirigida mientras el elfo respondía al enorme guerrero.

- ¡Vamos! ¡No es momento para quejarse! ¡Esto se puede poner muy feo en poco tiempo!

El tremendo golpe de Lorik descabeza al lobo de una pasada, mientras que la flecha de Ethelnir impacta sobre el ballestero.

Harold utilizó el arco para levantarse del suelo.

¡Por todos los dioses! - no pudo evitar exclamar mientras miraba los dos mordiscos del lobo por los que sangraba copiosamente.

Aún así trató de lanzar una flecha pero el dolor hizo que volviese a fallar.

Según avanzo, cojo el urgrosh con la mano izquierda mientras saco del cinto una de mis hachas arrojadizas. Desde la pasarela se la lanzo a uno de los ballesteros, clavándose en el suelo con el filo manchado de la sangre de uno de ellos, sangre que brota de una de sus pantorrillas.

Una sonrisa aparece entre las trenzas de mi barba.

El combate se iba decantando hacia los pathfinders, pero Larissa no sabía como finalizaría todo, así que avanzó hasta Harold y le golpeó con la varita.

- Muchacho... ¿Por qué te tiras al suelo cuando hay un lobo al lado? Vale que te estaban disparando con las ballestas pero... joer, que te come.

- Y la diosa que importa es Calistria, como te metas con ella te meteré la varita por el ojo, es de curación, así que puedo hacerte muuucho daño. 

Sabes, Lothar, cariño?

Respondo mientra lanzo con certara punteria otro proyectil de fuego contra uno de los ballesteros

Creo que en la sociedad no te eligieron para esta mision por tu destreza en el baile, sino para que te encargues de esta cosas justamente

El ballestero herido se aleja lentamente, saca una poción y se la bebe mientras que el otro dispara a Hothar que desvía el virote con la parte de hacha de su urgrosh.

Larissa volvió a sanar a Harold. No quería que muriera por un mal flechazo.

- ¡Quieres dejar de moverte! ¡Apenas te sana la varita!

Luego se movió hasta colocarse (ambas Larissas) al lado de Ethelnir. - ¡Arqueros! liquidad a ese... ¡Está huyendo!

Harold se adelantó y disparó dos flechas, una detrás de otra pero el bamboleo del barco y las heridas sufridas hicieron que salieran sin fuerza y torcidas.

Larissa observó como Harold disparaba dos flechas aproximadamente a dos metros de distancia.

- Estoooo ¿Y tu eres de los arqueros de la sociedad?