Partida Rol por web

Larissa puso la mejor de sus sonrisas y se acercó a la campesina. Dispuesta a congraciarse con ella. - Querida... ¡Por fin llegamos a un sitio donde podemos comer algo decente, me parece que llevamos eones sin hacerlo! ¡Ya casi huelo ese estofado!

- Perdona al seco de mi amigo elfo. - dijo la clériga. - Le mandaron de su pueblo al exilio por no saber sonreír ni divertirse y no podrá volver hasta que lo consiga, y él se dedica a comprar y vender arterfactos ¡Já! Bueno, de todas maneras es un negocio rentable ¡Compra por la mitad y vende por el doble! Después de pagar todos sus impuestos, claro, es un tío legal. 

- ¿Podemos pasar...? Ardo en deseos de quitarme esta pesada armadura y comer algo.

En el momento en que Larissa toma la palabra, las tres hermanas dirigen su atención hacia ella. Asienten al comentario de la mujer y sonríen.

Luego las otras dos, Eugenia y Tarsi se vuelven hacia la cocina.

Si me acompañan a la sala de clientes, estarán más cómodos mientras cenan. Además si me indican las habitaciones que les preparo, me encargaré de que estén dispuestas.

Dicho esto, os explica las habitaciones que tiene, sus precios y sus características.

- Oh. - dijo Larissa. - Tomaremos las mejores habitaciones. Una de las suites será para el señor Ethelnir y su ejem... amiga entrañable Mirella. El caballero Lorik y yo dormiremos en la otra... y ya Harold y Hothar podrán estar en las habitaciones que están justo enfrente. Así estarán a mano y podrán guardar la puerta de su señor. 

Se quedó mirando a Ethelnir y más bien a su bolsa. - Es un placer trabajar contigo, querido jefe, siempre nos proporcionas los mejores acomodamientos...

- Uno de vosotros, Harold, encargate del pago. Y una de esas cenas que huelen tambien para todos.

Enseguida les preparo las habitaciones, mis hermanas les servirán la cena en un momento, siéntense.

Tapo con la mano, aunque de forma mas que evidente, un bostezo

Querida, me encanta con la decision con que te encargas de estos temas

Es perfecto, asi no habra molestias en la noche, como las odio. Tengo tantas ganas de quitarme la armadura y toda la ropa llena de polvo del camino, y tu tambien, verdad Ethelinir, cariño?

El paladin se puso rojo para finalmente acabar con un tono casi purpura y evitó mirar a Mirella.

- Creo que lo más correcto será que las damas compartan la habitación. Eh ... y mis ingresos actuales ascienden a casi tres monedas de oro ...

La respuesta de Ethelnir me hace reaccionar rapido, hablando mas alto que el y acercandome con una sonrisa y un marcado contoneo de cadera

Pero que caballeroso, verdad que es un amor?

Exclamo mientras me acerco y me apoyo en el coqueta para susurrarle en el oido apoyando la mano en el borde de su peto, pasando el dedo por el borde de su cuello

Sonrie y comportate como si fueras el mas afortunado del mundo, estas llamando la atencion, asi que sigue en tu papel antes de que muera gente, que te gustara menos que a mi, que por lo menos devorare sus almas. Asi que comportate como el jefe, deja de hablar del dinero y ya se arreglara despues y por el bien de la mision mas te vale darme una palmada en el culo y decir algo masculino cuando me aparte

Tras unas frases susurradas entre risitas al oido del elfo me aparto, dandole un mordisquito en la oreja

y no tardes mucho en cenar, no querras esperar mucho verdad?

- Uno de vosotros, Harold, encargate del pago. Y una de esas cenas que huelen tambien para todos.

Harold asintió y se acercó a la posadera, esperando que le indicase el importe mientras sacaba una pequeña bolsita de su cinturón, donde llevaba el dinero suelto.

La mirada de Ethelnir hacia Mirella es dificil de interpretar, podría pasar un deseo abrasador o por estrangularla. O por ambas cosas.

La aparta con desgana mientras sonrie (o al menos enseña los dientes).

- ¡NO SEAS ANSIOSA QUE YA TENDRAS LO TUYO! ¡DEJA AL MENOS QUE CENE MUJER!

La mujer os deja mientras os sentáis. Al cabo de un rato las otras dos hermanas os traen un sabroso estofado y una serie de mermeladas junto con un pan recio y contundente.

Las otras dos hermanas visten de modo similar a la que os ha atendido, recatadas pero con bufandas coloridas. Una es como la de Adda, pero la otra es de color amarillo.

Larissa sonrió a las mujeres y se dedicó a la cena. Hasta ahora no había visto nada que pudiera dar a entender que había nadie secuestrado en la posada. Sin embargo preguntó a las hermanas:

- Qué curioso es el sirviente que tenéis. ¿Es mudo no? ¿Es de nacimiento?

Ethelnir procura permanecer atento a todo lo que ocurre en la posada. Eso incluye puertas que esten cuidadosamente atrancadas, posibles guardias... 

Llegado el momento de los postres, sonríe de la manera más encantadora posible a una de las tres hermanas. Sin embargo parecía estar algo inquieto, sin duda fruto de las imágenes que se esforzaba en apartar de su mente en las que aparecían larissa, Clarissa y Mirella.

- ¿Suele venir mucha gente a este agradable lugar? ¿Acaso compradores o vendedores de trofeos o reliquias? Me gustaría saber la oportunidades de negocio que puede haber aquí.

Deslizo por el gaznate la pinta de cerveza de un solo trago, y tras limpiarme convenientemente los morros con las trenzas de mi barba, me estiro y eructo levemente (lo cual quiere decir que se oye en toda la sala, y no en todo el edificio).

Bueno muchachos, y damas, voy a dejar mis mochila en la habitación, ahora mismo bajo.

Dicho esto, me dirijo a mi habitación a dejar la mochila.
 

Sí que tenemos viajeros. Es una ruta transitada, no mucho, pero sí que hay alguno.

Eso dice una de las hermanas a Ethelnir mientras que la otra le dice a Larissa.

Rosh es nuestro querido y simplón sobrino. Me temo que su defecto viene de nacimiento, el pobre...

Cuando la hermana habla de Rosh, el "sobrino simplón" te da la impresión de que está siendo muy cuidadosa con lo que dice y cómo lo dice...