Partida Rol por web

Cubone mira a Chat con cara de sorpresa mientras sujeta su hueso y lo apoya sobre su pequeño hombro, despues estiende su pequeña mano hacia Chat mientras suelta un alagre- Cubone-

Sonrío al ver como Cubone me extiende la mano para estrecháremala y le correspondo al gesto.

-Pues entonces encantado, Cubone, a partir de ahora seremos compañeros.

Cubone y Chat parecian formar un buen equipo, ademas Cubone teniala ventaja de ser mucho mas tramquilo y simpatico que Scorupi, serian una buena pareja.

- Entonces creo que solo faltas tu Missy por escoger otro Pokemon - dije a la chica que aun estaba esperando

- Missy, te toca elegir. - le digo a mi amiga. Después nos iremos juntas.

Sonrío a cubone, tiene pinta de que me llevaré bastante bien con él.

Missy se levantó de un salto, acariciando la coronilla de Samy antes de dirigirse a las Pokeballs. Sonrió a su amiga, pero era una sonrisa triste. ¿Cómo decirle que dudaba de si viajar o no con ella?

Echó a caminar con paso decidido, pero miró de reojo a Silver, con la duda leyéndose en sus ojos. No tenía ni la menor idea de qué hacer, pero confiaba en su instinto, ese que tantas veces había demostrado ser un consejero fiel.

Y se plantó frente a las esferas, cerca de Chad y su nuevo compañero. Inspiró hondo, y comenzó a pesar.

Zigzagoon podía ser una elección, pero siempre lo había considero más un animal doméstico o de ocio que un Pokemon para combatir y aspirar a metas altas. No era malo, pues malo no era ninguno, pero le veía usos más particulares. Había algunos mejores para combatir, y Missy acabaría ablandándose con un Pokemon así. Necesitaba algo más agresivo por naturaleza. Algo más fiero y menos abrazable.

Skorupi estaba totalmente descartado. No le gustaba su personalidad, ni lo aceptaría tras lo que le había hecho a su hermano. No se había ganado el respeto de Missy, ni el honor de ser entrenado por ella.

Para desgracia de la chica, Abra, uno de sus Pokemons favoritos, se había largado a manos de un despojo social como Laxus. Era una auténtica lástima, pero no iba a perder el tiempo ni la dignidad intentando robárselo. Quedaba en manos del mentalista decidir qué hacer con su entrenador. Si acababa aceptándolo será por algo.

Poochyena era siniestro, y una buena elección, pero puestos a escoger a ese, del mismo modo que sucede con Zigzagoon, había otros más interesantes. Aunque desde luego aquel perrazo prometía bastante. Todos lo hacían. Missy sentía debilidad por los Pokemons bellos y cuadrúpedos.

Mankey desde luego era un luchador implacable, pero solían ser demasiado violentos. La chica podría adiestrarle y moldearle, pero seguiría sin casar demasiado con ella. No era, aunque le costase aceptarlo, lo suficientemente dura y fuerte como para hacerse cargo de un Pokemon inicial así. Un artista marcial le sacaría mucho más provecho.

Seedot le recordaba a Rock&Roll, pero no era lo mismo, y no le acababa de llamar la atención. Era interesante, pero no tanto como otros... como Vinepede. Se le parecía, y a Missy le llamaba muchísimo la atención, pero por encima de esos dos, o incluso cuatro o cinco si se contaban a los demás, estaban Shuppet y Growlithe.

El primero era un Pokemon fantasma, uno de los tipos favoritos de Missy. Sus posibilidades eran... abrumadoras. Y criado desde pequeño podría ser un pokemon sensacional. Pero no. Sería fantástico, pero Growlithe era definitivamente el que había decidido.

Caminó hacia él, y estiró la mano, colocándola a centímetros de la esfera. Se le agitó la respiración.

Era el Pokemon que iba a tantear Chad, y era un Pokemon simplemente genial. Era cariñoso, fuerte, rápido, fiero, leal, cuadrúpedo, flamean, insaciable... le venía que ni pintado a la chica, y la haría evolucionar como persona.

Shuppet la ayudaría a convertirse en una víbora inteligente, una maestra del subterfugio siguiendo a las maneras que ya apuntaba. Pero Growlithe sería su redención. Un Pokemon así, criado desde pequeño, convertiría a Missy en la mujer que ansiaba ser cuando fuese adulta.

Cerró los ojos, soltó el aire, y aferró la esfera, sacándola del anclaje. La sostuvo en el aire unos segundos, comprobando que no había sucedido nada. Exhaló el resto del aire, aliviada.

Growlithe era su segundo Pokemon inicial.

Lo había escogido por Chad, y lo había escogido por ella. Ese Pokemon le daría tanto a su entrenadora como ella al Pokemon. Estaba segura. Era su apuesta de riesgo.

Y entonces, acabada la selección, echó a caminar nuevamente con la Pokeball en la mano hasta plantarse frente a Silver. Comenzó a hablarle en tono cordial, pero bajo. Aquella era su conversación privada con él.

- Disculpe, Silver, pero tengo que comentarle algo. Prometo ser breve- dijo aún sosteniendo la Pokeball de Growlithe, con Rock a su lado-. Me preguntaba si podría darme un medio para contactar con usted más adelante. Un número de teléfono por ejemplo sería fantástico. Estoy segura de que tarde o temprano tendré que pedirle consejo. Sólo era eso... y preguntarle por dónde debería empezar mi viaje.

Obviamente, ella tenía pensado viajar sin prisa al primer gimnasio Pokemon, pero no tenía nada claro. Quizá con el tiempo decidiese quedarse a trabajar en una guardería Pokemon, o incluso fundar una. Eso siempre le había hecho ilusión... aunque tal y como estaban las cosas no le parecía una buena idea, al menos por el momento. El problema, como siempre, sería el dinero.

Mire atentamente la eleccion de la chica, su hermano se habia quedado con el Pokemon que sin haber sidollamadoh abia salido a escena y actuaba un poco como un Pokemon de circo, ella en cambio se habia guiado por su instinto y se habia lanzado hacia Growlithe.

Este era un gran Pokemon muy estendido a lo largo de todo el mundo, la policia solia utilizarlo y era raro el agente de la ley que no tenia uno de estos Pokemon, eran leales sin duda los mas leales de todos los Pokemon incluso si fueran robados jamas obedecerian a su captores, eran grandes rastreadores y con la fuerza suficiente como para poder luchar contra casi todo lo que se les presentase, no era precisamente la elección que yo hubiera hecho pero aun asi era un gran Pokemon.

Observe como despues se acercaba la chica hacia mi para consultarme algo.

- Mi consejo es que cojas un autobus atraves del tunel montañoso que hay a la afuera en diceccion a ciudad portuaria te estarias alejando bastante del gimnasio mas cercano pero esa ciudad estar repleta de entrenador y es mucho mas segura de lo que pueden ser cualquiera de las otras, ademas el viaje hasta alli es relativamente economico y te ahorrarias 3 o 4 dias de viaje a pie. rodando la montaña - Sin duda era la mejor elección de viaje para alguien novato era mejor no ponerse en peligro.

- En cuanto a mi numero no hay ningun problema, te dare mi numero de movil - tras lo cual le di un papel con mi telefono apuntado.

- Muy bien entonces creo que ya hemos terminado aqui, los que querais hablar conmigo podeis quedaros al resto os sugiero que os marcheis a casa a descansar se nos a hecho muy tarde y seguro que vuestros padres estaran deseando ver vuestros Pokemon -

Asiento con la cabeza, pero me dirijo hacia Pat, queda claro que la tristeza que antes sentía se ha desvanecido en cuanto cubone me ha ofrecido la mano.

-¿Qué te parece, Pat?

Missy guardó la Pokeball de Growlithe en el cinturón, y tras un guiño de ojos a Rock, la luz de sus ojos, lo guardó en la Pokeball, prometiéndole sacarlo en cuanto pudiese. Le explicó brevemente que tenía que preparar a los tres (Rock, Growlithe y la propia Missy), para el viaje. Acabado el momento de preparación y recluir a Rock en su celda, aceptó un papel que Silver le tendió, guardándolo también en el cinturón.

Se mordió el labio, sabiendo que había más gente queriendo hablar con Silver, pero siguió hablando. Sería breve.

Missy asintió a Silver.

- Iré a esa ciudad- aseguró, pues no tenía prisa por ganar medallas de gimnasio, y la palabra "seguridad" le llamaba poderosamente la atención-. ¿Sabe si el alojamiento allí es caro? No dispongo de mucho...- eso era importante. La chica no quería arruinarse sin más- ¿Y si voy andando? Serán más días de camino, sí, pero igual así puedo ver un poco de naturaleza y entrenar a mis pequeños, o capturar a nuevos. Seguro que les gusta más que viajar en creaciones del hombre.

No le importaba tardar, le importaba disfrutar del viaje. Quizá fuese mejor luchar con entrenadores en la ciudad, pero la perspectiva de ver un poco de naturaleza rodeado de sus pequeños era muy tentadora. Llevaba años queriendo hacerlo, aunque claro, si no era seguro...

Cuando Missy termina de hablar con Silver me acerco a él.

- Silver, me gustaría ser la entrenadora de Skorupi. Llevarlo como segundo pokemon junto a Pidove. - le digo.

- Sé como tiene que sentirse en estos momentos. Es un luchador igual que yo. Somos dos supervivientes. - añado.

Evidentemente omito el detalle del odio que ambos compartimos hacia Chad pues no es relevante en estos momentos.

- El precio del hospedaje en todos los centros Pokemon suele costar mas o menos lo mismo asique rondara entre 200 y 500 la noche, ademas son los mejores lugares para conseguir información de otros entrenadores y descansar mientras vuestros pokemon recuperan las energia, no obstante si el centro Pokemon esta lleno trata de buscar alojamiento en un hotel reconocido sera mas seguro que vagar por la calles, pocas ciudades son seguras hoy en dia -

Lo de ir andando, tania razón en que veria mundo y podria toparse con otros Pokemon pero tambien podia encontrarse con el y eso no era aconsejable.

- Te sugiero que por esta vez viajes en autobus tus Pokemon aun son muy debiles para poder enfrentarse a muchos peligros y podrias encontrarte casi con cualquier cosa -

- Me temo que no puedo hacer eso, Skorupi tendra un entrenador pero sera mas adelante cuando este preparado -

- Está preparado. - digo. Déjeme demostrarselo.

Missy suspiró. ¿De 200 a 500 la noche? Permitírselo sería problemático, muy problemático. A la ruina su economía. Bueno, siempre podía hacerse la mendiga y rogarle a la enfermera que la dejase dormir en una silla de la sala de espera. De seguro sería mejor que la calle, o el sablazo en el estómago que suponía pagar un hotel.

Tenía más preguntas. Hubiese querido preguntar qué sería ese "casi cualquier cosa" que podía encontrarse... pero no le costó mucho averiguarlo. Desde ladrones hasta Pokemons demasiado fuertes, pasando por desastres geográficos hasta gente o naturaleza mucho peor. De acuerdo, cogería ese medio de transporte... y así seguiría un rato con los que fuesen en esa dirección.

Sabía que tenía que dejar espacio a Samy, pero no pudo evitarlo. Preguntó dos tonterías más antes de irse.

- ¿Sabe el horario del autobús y si dejan sacar a los pokemons dentro? ¿No hay más lugares donde hospedarse aparte del centro Pokemon y el hotel? ¿Cuanto cuesta el autobus?

Parecía realmente preocupada por ese tema. Necesitaba interaccionar con sus pequeños, y la economía le preocupaba... mucho.

- El autobus hacia la ciudad portuaria cuesta 150 y no esta permitido sacar pokemon dentro de el, en cuanto al hospedaje seguramente podrias encontrar alguien que te dejara dormir en su casa pero yo desconfiaria de cualquiera que en esa ciudad se mostrara amable sin ninguna razón aparente -