Partida Rol por web

Ratoncitos

(Prólogo) Descubrimiento.

Cargando editor
02/02/2019, 01:33
Sargento Miller

Escuché el susurro de Dasha en sueños. Quería contarle más, pero no quería despertar se sentía tan bien, tan cómodo ¿Sería asi la muerte? Me levanté temprano. En la madrugada y salí de la tienda. Algunos de los más viejos se despertaban a esa hora, era algo común a cierta edad no necesitar tantas horas de sueño. Volví a la tienda y me puse en cuclillas, iba a despertar a Dasha, pero la dejé dormir más. Me recordaba la primera vez que ví a Lena, cuando su padre me daba clases de mecánica.

- Buenos días - dije cuando abrió los ojos y la esperé fuera de la tienda.

Mientras Jord hablaba solo podía observar desde el monticulo en el que estabamos el paso penoso de los miembros de la invicta, ¿podríamos enfrentar entre todos a los magos? ¿Cuantas vidas nos costaría? ¿De verdad, esto es mejor?

Asenti cuando Coram terminó de hablar.

- De acuerdo - comenté mirando el mapa que antes había tenido Jord entre manos - al anochecer deberíamos haber vuelto. 

Examiné el grupo con la mirada y suspiré - ¿Tienes algún transmisor? - lo más importante era si tenia un receptor para captar la señal, o algún transmisor de doble vía. Pero si tenía un transmisor, seguro tenía algo con que recibir la señal.

Alcé la voz para que me escucharan - ¡Muy bien señores y señoritas! Todos se ven fuertes, pero el que esté indispuesto por alguna u otra razón ¡Esta es su ultima oportunidad de seguir arrastrandose comodamente en la invicta! El que sienta que pueda estorbar, debería irse.  -termino sonriendo. No dejaría a nadie siempre que no fuera por un bien mucho mayor. Así que codeé a Jord mientras un hombre de edad venía subiendo hacia nosotros. 

Le alzo una ceja a Jord ¿El también viene? Me encogí de hombros. Si dice que puede, confiaría en su palabra. 

Cargando editor
02/02/2019, 19:38
Pinga Aandaleeb

Una acumulación de factores han traído desgracias para mi cuerpo, acelerando su normal proceso de vejez y como regalo, un amanecer nada agradable, tanto de forma física como mental.

Crujiente mi estomago por comida, débil por el esfuerzo físico realizado, junto a los primeros signo de ojeras visible en mi semblante. Gracias al correr, que desperdicio tantas energía, útiles en esta eterna peregrinaje. La moral desechada con la muerte de los niños. Olvidando el ser agradecido con la vida, con que aun pueda respirar con normalidad y tenga un despertar al menos.

Sea como sea, un nuevo día había nacido y no me encontraba con ánimos en salir de la tienda. Recostado entre las pobres sabanas,entre la monotonía de la vigilia de anoche, a lo sumos algunas minutos habré dormido, o algunas horas si soy positivo, igual no sentía una renovación de energía.

Movia mi manos en el suelo, dibujando círculos, pensando en este terreno donde estoy. Es la tumba de muchas personas, de nombres olvidados y rostros comunes. Ningún pecado habrán hecho, o lo menos no demasiado grave, pero sin importar la razón, todos estaban unidos en fosas comunes, enterrado en miles de arena o entre gusanos que devoraban su cuerpo con festín hambriento. Lo peor, era pensar que eramos unos en intenciones, hermanos que buscábamos un mejor futuro, un paraíso por descansos de nuestro huesos cansados. Pero no, ellos sufren el descanso de la muerte, el mas allá de una vida mejor, un "liberado" ¿En que pensaran tales almas libre de la prision de su envoltorio carnal ?

Pero finalmente me detengo en mis pensamiento, y tomo la decisión de enfrentar el día de mañana, aun con lo malo de ayer algo bueno había sido sacado de todo estos, algunos niños se salvaron y con suerte podrían crecer como hombre fuerte y valerosos, o en su defectos, gente sencilla y normales viviendo en la tranquilidad del paraíso. Como decia mi padre, "Extraer en el fondo de las cosas, lo mas hermosos de estas"

-Hegan, po´ día.-Dijo al verlo caminar entre la muchedumbre, intento esbozar una sonrisa pero mi rostro demasiado cansado me lo impide, yo solo me limito a bajar la mirada-Gracias, al menos se salvaron unos.-Miro hacia el suelo, no soportando mucho verle a los ojos-¿Sabes algún chiste ? Quiero reír para levantarme un poco.

Cargando editor
03/02/2019, 11:32
Olessia

Mientras Joram y el Sargento hablaban, Olessia tuvo unos momentos para reflexionar acerca de aquellos con los que iba a compartir unas cuantas horas, y posiblemente mucho más que unos cuantos peligros.

Debería confiar en ellos, y ellos en ella. Eso era ser un equipo, y al parecer para El que Empuja, ellos lo eran. Un equipo. 

Les fue mirando uno a uno, con discreción, recordando, buscando.

El viejo Miller, el sargento. Que se movía con una soltura admirable para tener la edad que seguro que tenía, la experiencia es un grado, dicen, y el viejo tenía muchos grados. Aplomo, confianza. Olessia había aprendido a confiar en él, sí. Era como un padre, y no sólo para ella. Bueno, para ella era más como un mentor alejado, el bueno de Miller era un padre para su niña, Dasha, la chiquilla-mujer que le seguía y le acompañaba a cualquier parte. Algo debían ser, no padre e hija, eso seguro. Pero quizá abuelo y nieta, porque alguien le había dicho que compartían apellido. No Miller, sino el que la chica daba si se le preguntaba, Schulz. Dasha despertaba en ella un instinto que creía ya olvidado. Sus entrañas se habían dormido cuando no pudo darle a Hans ese hijo deseado, pero ahora, viendo a la joven, un eco de lo que pudo haber sido se revolvía en su interior. Madre, pudo haber sido madre. Pero no, no lo era. Sin embargo...

Sus ojos un pelín acuosos, si eso era posible en ese desierto amargo, se separaron con dificultad de la jovencita y su protector para posarse, tras un revoloteo azaroso, en el siguiente en edad, un hombre algo más joven que este último. O quizá mucho más, aunque su porte cansado y sus hombros caídos lo dejaban a la duda. Emeth. Snake, escurridizo y flexible, hasta en su apellido. O quizá era un apodo. Su atavío era el de alguien de un lugar lejano. Pero luego de pensar eso, Olessia se rió de sí misma: ¿Y su propio atavío? Nah, nadie vestía de algún modo porque quería, ya no. Se habían diluído las diferencias, los rasgos, las identidades. Eran un solo pueblo, el de la Invicta, el de los que querían sobrevivir, llegar. Emeth era alguien reflexivo y sabio, fuera de donde fuere. Sus esporádicos accesos de tos le hacían parecer más vulnerable, pero era fuerte. Y generoso. 

Así lo decía sin palabras su amigo, el hombre que muchas veces andaba a su lado, Hegan. A Olessia Hegan le dolía. Le recordaba demasiado a su Hans. Sólo sus ojos, extraños y amarillos eran la nota discordante. El resto era una imagen algo más joven del hombre que había amado, y que ya no estaba, que había visto morir allí en las puertas de Ansera, su hogar, mientras ella escapaba. Malditos fueran, malditos, ¡MALDITOS! Pero no, Hans ya no estaba. Olessia acarició el mango de su cuchillo con un gesto casi imperceptible, y apretó los labios, entrecerró los ojos. El cabello oscuro y largo de Hegan se desdibujó en su mirada, y ésta voló de él a la mujer enigmática.

Silex. Sus ojos eran magnéticos, atraían hasta cuando no sabías que estaba allí. En varias ocasiones Olessia había querido acercarse a ella, y preguntar... ¿qué? No lo sabía. Sólo sabía que la mujer era... distinta. Había algo en ella, un aura, si quieres decirlo así. No habían llegado a cruzarse cien palabras, pero a la pescadora esa mujer le parecía un misterio que resolver. Una puerta tras la que lo que había era una incógnita a despejar, y que era algo potente, profundo, quizá había destino, quizá el destino la había marcado, y lo iba emanando sin querer, o queriendo, como una no puede esconder su aroma. Olessia olería toda su vida a Mar, a salitre, quisiera o no, vistiera o no sus redes de pesca. Sílex olía a misterio.

Tras ella le llegó el turno al último que llegaba también, el panadero. Pinga. Al parecer había intentado salvar a unos chiquillos aquella noche, así lo había escuchado en la tienda común, mientras se levantaba. Ayudado por alguien más, alguno de los que estaban en ese grupito de elegidos por Joram. De los chiquillos uno había muerto, había comido bayas, se decía. Bueno, ya estaba, había pasado a los que descansaban ya del todo, nada podía hacerse. Pero era ejemplar que algunos hubieran salido corriendo en pos de los críos, con lo que se decía de las sombras de la noche. El panadero. Debía serlo antes, supuso, es como si a ella la llamaran la pescadora. Ahora era como una burla de la vida a él y a ella. Ni pan ni pescado, ni pueblo ni mar. Pero el hombre no perdía el buen humor, ni la alegría. Reía, y sus ojos chispeaban al hacerlo.

A Olessia los ojos le chispeaban también, pero ya no había alegría en ellos. Sólo lo que un día fueron lágrimas, tristeza. Y ya ni siquiera odio. Había habido odio, sí. Ya no. Azul de azules, recuerdos. Melancolía...

Cargando editor
04/02/2019, 20:41
Jord Coram. Seïes Yurda

Ante la pregunta muda del Sargento, se encogió de hombros sin decir nada, señalando que la responsabilidad y por tanto, la decisión, era suya.

-Supongo que la mayoría de vosotros ya os conocéis. Es más, si no lo habéis hecho, os insto a hacerlo para... Para que al menos no muráis solos para compenetraros mejor y así aprovechar vuestros puntos fuertes.-

Su tono cambió para hacerse más duro, más severo: La Invicta seguirá rumbo sur durante este día y el siguiente. Deberiais estar de vuelta para entonces pero si entramos en el desierto, seguir nuestro rastro será más difícil. No os retraseis pero si no os queda más remedio...- señala un punto en el mapa y lo marca con un poco de polvo.-Este lugar debería, según uno de los mapas que vi en Amsera, serviros de ayuda. Llevar a la Invicta hasta allí es poco menos que imposible sin retrasarnos en exceso pero puede que a vosotros sí os sirva de ayuda.-

Tras terminar, tiende el mapa a Miller se cruza de brazos, observando al grupo. -Alguna pregunta?-

Cargando editor
04/02/2019, 21:12
Nepos El Sagaz

Levanta la mano antes de comenzar.

-Yo tengo una, matabrujas. Qué es lo que se supone que vamos a buscar? Lo único que me has dicho es que partíamos y el resto de los chicos están mudos por orden tuya. A donde nos mandas, Jord? No estoy dispuesto a ser un cebo para darle más tiempo a la Invicta, sabes?

Cargando editor
04/02/2019, 21:15
Jord Coram. Seïes Yurda

No parece molesto por la falta de respeto que le ha lanzado el cadavérico explorador. Antes de contestar, cambia la pierna de un lado al otro para mayor comodidad y responde con tono relajado:

-Es interesante que lo preguntes. Hemos encontrado una estructura que parece de tipo militar pero el equipo de exploración no se ha acercado demasiado en su búsqueda de provisiones. Lo que tenéis que hacer es comprobar que es ese lugar y regresar con lo que sea útil. Según me han explicado- cuenta con los dedos -medio día para llegar hasta allí y otro medio para explorar la zona antes de regresar para alcanzarnos.-

Cargando editor
04/02/2019, 21:23
Nepos El Sagaz

-Es decir, un saqueo en toda regla. Me gusta, matabrujas. Me gusta.-respondió acariciándose la incipiente barba con una sonrisa.

Cargando editor
07/02/2019, 18:06
Sílex

Mira perpleja a Nepos, sorprendida por su tono y porte altanero. Se dirige a Jord Coram y, sin mayores reservas,

- ¿Qué posibilidades tenemos en esta misión? ¿Cuál es exactamente nuestro deber? ¿No será contraproducente?

No puede evitar mirar uno a uno a quienes serán sus compañers de exploración, intentando quedarse con las caras de todos y cada uno de ellos. Sea lo que sea, iré. Quién sabe, podríamos encontrarnos una buena sorpresa.

Notas de juego

 

Cambio a tercera persona en los posteos, para escribir más cómodamente. Espero que no os resulte molesto. Un saludo! :)

Cargando editor
07/02/2019, 19:17
Emeth Snake

Emeth se acercó al grupo, concretamente a su amigo Hegan. Mientras lo hacía, alcanzó a escuchar la explicación del matabrujas y sin ánimos de interrumpir la pequeña reunión le pregunta a su compañero: ¿Qué tal has pasado la noche, Hegan? ¿Por qué no me avisaste que debíamos reunirnos con Jord?

Hegan le mira con una tristeza en la mirada que no necesita palabras. Emeth conocía bien esa mirada, esa tristeza... no sabía que le había sucedido a su amigo durante la noche, pero estaba claro que le había afectado mucho, y era obvio que no quería hablar de ello. Así que decidió no incordiarlo más, ni continuar hurgando en la herida. Entonces cambió su expresión por otra algo más despreocupada y dijo en voz baja: Bueno, mi joven amigo... espero que a los líderes no les moleste mi presencia porque de mi compañía no te vas a librar.

Acto seguido, dio un paso adelante, entornó su mirada hacia Jord y Miller y con una voz más firme y en un tono más alto preguntó: ¿Tienen algún inconveniente en que yo me les una? Me apetece cambiar un poco la rutina lenta de la marcha por algo más dinámico.

Cargando editor
08/02/2019, 00:17
Sargento Miller

Sonrío cuando Emeth se acerca y voy a su encuentro - Me hacía falta no ser el único anciano aquí, estos jovenes se aburren escuchando mis historias sobre cosas que nunca han visto y el viaje es largo - le palmeé la espalda al tiempo que le tendía el mapa. 

- Si puedes leerlo, mejor. Guiaremos la expedición - la primera lección que me enseñó mí superior cuando aún era cabo es que las personas se sentían importantes con una tarea, rebajaba la carga del que esté a cargo y te ganabas la confianza de tus subalternos. Delegar era una actividad importante que no podía ser ignorada.

El sol caliente ya, y el dolor de la pierna volvía a ser un picor extraño. Renqueé junto a Jord de nuevo.

Señorita, la misión es ir y volver con lo que sea útil -me giro al grupo y alzo la voz - las posibilidades sin agua son 0% Recarguen sus cantimploras. Nos iremos lo más pronto posible - saco mí propia cantimplora, doy un trago y se la tiendo a Dasha para que tomara y recargara. Partiríamos cuando todos estén listos.

- Señorita, tenemos más posibilidades en cada momento de las que pensamos - le comento a Silex en voz baja mientras me acuchillaba. 

Cargando editor
08/02/2019, 03:39
Hegan Ridley

Hegan ve como el panadero se acerca al grupo, quien por su aspecto taciturno parecía haber sufrido bastante por los sucesos de la fatídica noche. -Hola- responde a su saludo -no tienes que agradecer nada, es mi deber como miembro de esta desvanecida columna, ayudar siempre que mis piernas lo permitan...

¿un chiste?- reacciona a la petición de Pinga... -lo siento amigo, pero por más que lo intente no logro recordar ninguno- Por supuesto que quería ayudarle a reponerse, pero su propio estado, desconsolado y abatido, le impedía formular en sus pensamientos algo alegre o entusiasta. -Pero anda ven, únamonos a este grupo de exploradores, así mantendremos nuestras mentes ocupadas en hacer lo que podamos por la invicta- le propuso con el tono más alentador que pudo sacar de sus entrañas.

Mientras otros comentan y discuten sobre el objetivo de la inesperada exploración, Hegan se percata como una joven, de complexión delgada pero firme, y pelo castaño oscuro, analizaba con la mirada a cada uno de los miembros del emergente cuerpo de exploradores. Parecía estar inmersa en sus pensamientos, sus ojos, que emitían tristeza y dolor pasado, pero a la vez una enorme entereza,  por momentos se perdían en el vacío. Hegan la mira por un pequeño instante y luego cambia la vista.

- supongo que todos cargamos con algún peso- piensa mientras se acerca a su viejo compañero Emeth respondiéndole su pregunta con mirada triste, esperando que fuera suficiente para contarle todo su pesar, como si con ello el viejo pudiera captar cada detalle de lo sucedido, aunque por su comentario, parece ser que fue exactamente lo que pasó.

El sargento se acerca y responde positivamente a la petición de Snake, asignándole de entrada una tarea -Estás dentro mi amigo- Le dice con una leve sonrisa a Emeth, mientras le da un leve toque con el codo

Notas de juego

perdón por la demora, estoy muy complicado en el trabajo ahora

Cargando editor
09/02/2019, 01:29
Dasha Schulz

Escuchaba y observaba a todos, sin disimulo alguno, sin sonrisas ni la chispa de la emoción por una aventura. Parecía que Dasha hiciese aquello cada día, que formase parte de su rutina y estuviese algo cansada de que todos los días fuesen iguales. Es más, alguno podría creer que incluso había cierta insolencia en sus ojos, como un aire de perdonavidas. Tal vez fuesen simplemente cosas de la edad, tenía aquellos años en los que uno podía sentir que se comía el mundo, sin embargo el mundo se los estaba comiendo a ellos.

Dasha permanecía junto a Miller, cerca pero no tanto como para tocarse, siquiera sentir su calor. Observó al grupo, había crecido, un par de hombres fuertes, un par de chicas y un viejo. Al viejo fue a quien su padre entregó el mapa
Espero que no nos haga ir despacio

La misión consistía en saquear, coger cosas, comida, medicinas, agua y tal vez algún tesoro. A Nepos no era al único a quien había gustado la idea.

Coger cosas, eso se me da bien. Y tengo bastante sitio en mi mochila.

Cargando editor
09/02/2019, 09:52
Olessia

¿Una estructura de tipo militar...?

Nada en las facciones de Olessia cambió, pero sí el enfoque de su mirada. Su mente le repitió la frase de Jord Coram transformándola en una pregunta inquietante. ¿Nadie se había dado cuenta de lo que implicaba esa palabra? ¿Y les enviaba a ellos? Eran exploradores en el mejor de los casos. En el peor eran un panadero, una pescadora, una adolescente, un par de viejos... Un solo soldado, que supiera, y era el más anciano del grupo. No sabía qué eran los demás, podía ser que hubiera algún luchador hábil, o algún estratega. Pero no daba esa sensación.

Pero claro, ¿a quién iba a enviar si no? Ellos eran los que parecían más fuertes, más enteros. Un grupo de exploradores

Sin añadir nada asintió de un cabezazo a las indicaciones del sargento. Recargar la cantimplora. Y Beber, y comer algo si se podía, pensó además. 

Cargando editor
12/02/2019, 01:45
Pinga Aandaleeb

- No lo se, Hegan. pa' coño de su madre parece que nos enviaran.-Dijo cansando ante su propuesta de ir al grupo de exploradores, no teniendo muy bien mi cuerpo fisico. Como para que quisiera esforzarlos mas. Pero tampoco, tenia mucho animos de hacer nada, pero si me quedaba inmovil, sin esperanza podria morir antes que me de cuenta-me d´ Burda de culillo ir. ¡Que vaina mas arrecha-Suelto entre mi pequeña paradoja, entre ir o no ir. Entre tanto pensaba que hacer, que no le presto mayor atencion a la mirada de una extraña chica hacia mi persona-Ire, pero sendo Jalabola sere. Estare muy cerca de ti, demasiado. Eres el unico que medio conosco.-Y con estos, camino para escuchar la nueva informacion del viaje, pero ni eso tengo la oportundiad. Apenas empiezan hablar gente desconocidad, que yo cierro mis ojos, y sin darme de cuenta, me quedo medio dormido. Lo levanto cuando ellos ya han terminado de charlar-¿ que dijieron ? No escuche.

Cargando editor
12/02/2019, 23:03
Nepos El Sagaz

Con una carcajada, responde al adormilado panadero:

-Que nos vamos a saquear un fortín militar. Eso es lo que han dicho marmota!-

Cargando editor
12/02/2019, 23:15
Suzett manos torpes.

No estaba lista. No lo estaba. De ninguna manera.

Y Coram lo sabía. Oh, claro que lo sabía. Como no iba a saberlo? Ya le había advertido que su anterior posición no era nada en el esquema de la Invicta y que tendría que ganarse el perdón por el gran error que había cometido.

Por eso Jord la había elegido. Por eso. Nada más.

Y ella quería gritar. Quería gritar que aquello no era justo y que la Invicta estaba condenada. Quería gritar la verdad.

Y lo había hecho, hasta quedarse afónica. Nadie le había hecho caso. La columna, se limitó a seguir avanzando. Y la mejor muestra de atención fue la mirada del anciano Kor. Si, su mirada, cargada de desaprobación y de conocimiento.

No se movió para cumplir las órdenes porque ya lo llevaba todo encima. Y se atrevían a llamarla Manos Torpes...

Malditos fueran todos. Y maldito Jord Coram por la maldición que había desencadenado. La culpa era toda suya!

-Estoy lista para partir.- fue, en cambio, todo lo que dijo.

Cargando editor
12/02/2019, 23:27
Director

Poco después, con todo el mundo ya reunido, el anciano sargento dió la señal de partir. Lo cierto es que quizás hubo alguien que esperó que Jord Coram o Kor fueran a despedirlos pero en su lugar, únicamente el sonido de la marcha y el zumbido de los insectos fueron su despedida, agradecimiento y deseo de suerte. Nadie se quejó por ello o si lo hizo, lo hizo para sí o tan bajo que nadie pudo oírlo.

Por otra parte, marchar cuesta bajo era chocante y el grupo tardó más de media hora en alcanzar la cola de la Invicta. Manteniéndose a una distancia prudencial de los enfermos rezagados que vendían al dolor, al sudor y al hedor a heces y meados sus esperanzas de continuar vivos un día más. Y casi todos lo vendían contentos, pues la alternativa era desplomarse para no levantarse nunca más.

Y poco después de abandonar la cola, durante el tiempo que avanzaron por el camino, hallaron a los Afortunados. Tendidos en postura de eterna adoración hacia el polvo, la muerte y el dolor. Algunos con una sonrisa atormentada en el rostro. El último gesto de rebeldía ante la liberación condenadora de la muerte, esa desconocida para el hombre que ni tan siquiera la Aetergenia ha conseguido escrutar en su interior.

Y que ahí sigue, paciente y fiel, la compañera eterna que promete alivio a todos los tormentos. Sombras a todos los misterios y viaje hacia destinos insondables aún para los más sabios.

No obstante, el testimonio macabro pronto desaparece de la vista. Porque siguiendo el mapa, pronto abandonaron el camino y se internaron en las desnudas y abruptas colinas que dominaban el paisaje. La vegetación, hasta ahora tímidamente presente, merma con gran rapidez hasta que, cercano ya el atardecer, desaparece por completo y el duro baile de ascensos y descensos culmina con una visión desoladora:

El lugar, y todo lo que ofrece la vista, prometen una marcha dura, polvo y el martirio de la saliva gris y los mocos negros unidos a la ya acuciante sed. Por otra parte, el promontorio rocoso llama al descanso y más de uno decide sentarse un instante mientras contemplan el paisaje y Miller observa el difícil descenso con el ceño fruncido.

El debate no tarda en surgir; Dar un rodeo para buscar un camino más fácil o ahorrar tiempo y descender por el escarpado desfiladero. Se tome el camino que se tome, todo parece apuntar a que la marcha hasta ahora no ha sido más que un placentero paseo.

Y que el primer desafío aguarda ante vosotros.

Cargando editor
12/02/2019, 23:59
Nepos El Sagaz

El muchacho observa con aire pensativo el desfiladero. Colocándose en el mismo borde en un arrebato de confianza...

Con un crujido, el borde mismo se desprende y el joven explorador se ve obligado a lanzarse de espaldas contra el suelo para evitar despeñarse con la sorpresa grabada en el rostro.

-No, por ahí no.- comenta -El terreno es demasiado inestable y aún con una cuerda que yo por lo menos no tengo, el descenso sería más tramposo que yo en una partida de la Rosquilla.- suspira antes de blandir una sonrisa nerviosa. -Dar un rodeo sería lo más seguro pero tendríamos que tener muy mala suerte para que toda la falda estuviera en el mismo estado.-

- Tiradas (2)
Cargando editor
13/02/2019, 00:08
Suzett manos torpes.

Ella bufa malhumorada al escuchar el comentario del joven idiota que se hace llamar explorador. Ante la mirada interrogativa y burlona de este, su voz está, a pesar del cansancio, teñida por la pedantería de los estudiosos y la arrogancia de los que se creen importantes:

-Partiendo de que toda la montaña es una mezcla de los mismos materiales y que la erosión es bastante fuerte, daré las gracias si encontramos algún paso que no sea vertical. Al no haber plantas, el viento no tiene oposición y desgasta la piedra y la tierra, reduciéndolo todo al mismo polvo que tienes por cerebro. No voy a probarlo pero diría que la ausencia de vegetales puede deberse a la alta salinidad del terreno. Es decir...-

- Tiradas (2)
Cargando editor
13/02/2019, 00:13
Nepos El Sagaz

-Basta! Captado. Mucha sal y mucho viento. Poca agua y cero plantas. Pero por favor, para. Oírte hablar me hace desear haberme caído por el acantilado. O peor, que tu fueses la que se hubiese acercado, manos torpes.-