Partida Rol por web

Todos os ponéis la ropa con facilidad, puesto que ya conocíais cual era cada prenda, su función y la manera de ponerla. Marek concretamente incluso las había usado antes para participar en una feria medieval que él mismo había ayudado a organizar a través del departamento de historia de la Universidad de Yale.

La primera en terminar, es Kate, que parece que ha usado ropas medievales durante toda su vida. Le quedan como un guante y con ellas se mueve estupendamente.

Una vez que todos estáis listos, abandonáis los vestidores y os reencontráis de nuevo en el taller de la anciana, donde ahora se encuentra, además, Sue Gómez, que lleva una peluca.

- Tú también deberías ponerte una peluca, hija - dice la anciana, dirigiéndose a Kate -. En la edad media, a las mujeres les cortaban el pelo como castigo. Llevar el pelo corto era fruto de escarnio y humillación pública. O si lo prefieres, puedes cortártelo más y te hacemos pasar por varón.

Sonrio ,al oir a la Señora Maria , no estaría mal eso de pasar por un chico , las mujeres en ese tiempo no tenían tanta libertad como ahora para sus movimientos .
Pero al ver las túnicas las camisolas y demás , me encanta disfrazarme y esto es lo mas,
Sabe Señora Maria me tienta pero de momento me pondré un pelucon de esos o una redecilla enjoyada de la época, y en tal caso no estaria mal que me pudiera una muda de varón por si acaso.-
En mis labios aun esta la sonrisa tonta de ver tantas telas bordados y mas

Vaaaaaaaaaya... Realmente parezco alguien de la época me voy mirando de arriba abajo y voy jugando con los volantes de la falda.

Cuando me doy cuenta que ya estamos con Sue me sonrojo y miro al suelo - Perdón... - susurro.

Miro a Andre con cara de circunstancias cuando las chicas empiezan a juguetear con la ropa, la verdad es que le sienta mejor que a nosotros, dicho sea de paso, ¿Qué Kate se haga pasar por un chico?, exclamo al oír las palabras de la mujer, Sinceramente dudo mucho de que eso cuele, pero usted es la experta digo levantando las manos a modo de disculpa, no vaya a ser que se enoje conmigo.

Después vuelvo a acercarme a Marek, Esto tienen pinta de ser eterno busco de nuevo a Sue con la mirada, ¿Qué se siente al viajar? le pregunto con curiosidad.

- Si alguna vez quieres hacerte pasar por un hombre, simplemente, da la vuelta a tus ropas. Como ya te he dicho, las prendas son las mismas. lo único que cambia es el corte, y los bordados. Si les das la vuelta y te pones lo de dentro afuera te quedarán raras y no se verán los dibujos - explica la costurera -, te aseguro que no llamarás la atención.

- Es mejor que olvides lo de la redecilla enjoyada... vuestras ropas están diseñadas para aparentar una posición social neutra, ni muy pobres, ni muy ricos. Se trata de no llamar la atención, de modo que... nada de joyas ni abalorios - añade Gordon, mientras la señora María te ayuda a colocar bien la peluca.

Sue sonríe a Chris.

- Pues no se siente nada, pero es... raro... mas que lo que sientes, son las cosas que ves, lo cual es curioso ya que, realmente no tienes ojo, pues todo tu cuerpo se descompone en cuantos para ser enviado al otro lado. Pero es como... como... - Sue hace una pausa intentando encontrar la palabra adecuada, sin lograrlo -. Ni los mejores efectos especiales de la más fantástica película de ciencia ficción podrían explicarlo. Será mejor que lo vivas.

Pues bien, si ya estáis todos listos, regresemos a la sala de tránsito.

Regresáis a la sala de tránsito, en la que no observáis ningún cambio digno de mención. Antes de partir, Sue Gómez busca una mesa vacía sobre la que despliega un mapa.

- Este plano muestra el territorio tal y como era en el año 1357 - explica -. Iremos al monasterio de Sainte-Mère, a orillas del río Dordogne, en el sur de Francia. Llegaremos a las 8.04 del martes 7 de Abril de 1357, porque creemos que es la última fecha en la que el profesor dejó alguna huella en aquella época que nosotros hayamos podido encontrar hoy en día. Es mejor no trastocar demasiado las cosas. Afortunadamente para nosotros, coincide con la celebración de un torneo en Castelgard y el espectáculo atraerá a mucha gente de los alrededores, lo cual nos permitirá pasar inadvertidos.

> Estos territorios atraviesan un periodo de cierta agitación. Como sabéis, abril de 1357 nos sitúa aproximadamente veinte años después del inicio de la guerra de los Cien Años. Han pasado siete meses desde la victoria inglesa de Poitiers, en la que se tomó prisionero al rey de Francia. Ahora el rey francés sigue retenido mientras se negocian las condiciones de su liberación. Y Francia, sin rey, está al borde del caos.

> En este momento Castelgard se halla en manos de lord Oliver de Vanner, un caballero inglés nacido en Francia. Oliver se ha apoderado también del castillo de La Roque, cuyas defensas ha reforzado. Lord Oliver es un personaje impopular, conocido por su mal genio. Lo apodan "el Carnicero de Crécy", por sus excesos en esa batalla.

> Entretanto, una tropa de caballeros renegados bajo el mando de Arnaud de Cervole, un monje despojado del hábito, han penetrado en la zona para arrebatar los castillo a Olivier. Creemos que Arnaud, conocido también como el Arcipreste, se encuentra a varios días de camino. Pero las hostilidades pueden desatarse en cualquier momento, así que actuaremos deprisa ¿entendido? Con un poco de suerte, el profesor estará en el monasterio, así que simplemente iremos, lo encontraremos allí y lo traeremos de vuelta.

La mujer os mira uno por uno, antes de preguntar:

- ¿Alguna duda?

Si, yo tengo una duda, si por algún motivo alguien nos pregunta de donde somos o algo así, o nuestros nombres, ya sabéis, preguntas normales para la época, puesto que todo el mundo se conocía por aquel entonces aunque haya bastante gente de fuera, ¿no tenemos nada preparado?

Miro al resto, tal y como lo pintaba Sue todo parece muy sencillo, pero yo sólo veía inconvenientes por todos lados, en esa época de arbitrarios caprichos, cualquiera que se creyera con un poco de superioridad sobre el resto, podía intentar actuar a su antojo, y sinceramente la cosa se complicaba en el caso de las chicas.

No sé, supongo que sabéis a lo que me refiero, además, ¿los monjes nos dejarán entrar en el monasterio?

Sue y Gordon intercambian una mirada de entendimiento.

- La verdad es que no había pensado en eso - reconoce finalmente la joven -. En lo de los nombres, me refiero. Respecto a nuestras identidades, fingiremos que somos unos peregrinos irlandeses que van de paso hacia Roma. Irlanda e Inglaterra también estaban en guerra por aquella época, de modo que con esta excusa podremos movernos por territorio francés sin despertar las suspicacias de los nativos.

- Si queréis proponer algún nombre, se aceptan sugerencias. Si no, creo que tengo algún libro por ahí, con registros bautismales de la época comparados con los datos que han recogido nuestros agentes de campo...

Siempre quise ser irlandés, y peregrino añado con una sonrisa, un nombre, un nombre, Cristian O’Fleury, ¿qué tal?, ¿me queda bien? digo mirando a Kate.

Buenos días hermosa dama, me llamo Cristian O’Fleury hago una reverencia exagerada, ¿Quedo convincente?

Al acercarse el momento de descubrir que lo que decía Gordon era realmente cierto, mi nerviosismo aumenta de manera sobresaliente, por eso intento relajarme un poco, aunque sea de una manera un tanto curiosa.

No sé si mi nombre pasa desaparecibido - confieso, tras pensarlo unos minutos, estoy nerviosa y ansiosa y reconozco que mi cerebro no piensa en velocidades muy rápidas... - Supongo que Elisa quedaría más de la época, ¿no? - pregunto, pensando que muy probablemente he metido la pata...

- Yo prefiero seguir siendo André, que además es un nombre bastante común en Europa, tanto en nuestra europa como en la medieval. De apellido ... digamos que me apellido Cordonbleau.

Digo con una sonrisa, recordando mi último almuerzo en un restaurante francés.