Partida Rol por web

Parece que hemos llegado - digo parando el motor y cogiendo el arma de la guantera. - Vamos... y que sea lo que Dios quiera... - Me bajo del coche rodeándolo para llegar al otro lado junto a la puerta de Berit esperando que baje también.

Dios no tiene nada que ver en esto.- mascullo antes de salir del coche.- Yo ire delante, no se que puedes hacer tu pero yo soy Gangrel y creo que mis sentidos pueden detectarlo, por el olor.

No respondo a su comentario, aún así con un gesto informal le invito a pasar delante sonriendo, aunque veamos las cosas de distinto modo al fin y al cabo esto tenemos que hacerlo juntas. La sigo de cerca mientras trato de estar alerta por cualquier cosa que pueda ocurrir

Ascendeis por un sendero que os lleva cuesta arriba a través de la Iglesia.

Todo parece normal, un pequeño bosque en medio de la ciudad, desierto a estas horas de la noche. Escuchais pequeños ruidos a vuestro alrededor, pero ninguno parece significativo.  La vegetación se hace mucho más espesa, dejandoos casi en la completa oscuridad, para luego abrirse abruptamente, motrándoos un claro.

Casi sin daros cuenta, habeis llegado a lo alto de la montaña. La luz de la luna se refleja en la blanca iglesia dándoos una buena iluminación del lugar. Estais en una gran explanada, rodeada de unos cuidados setos que la remarcan, con la iglesia en el centro, unos escalones por encima vuestra. El suelo está adoquinado y corre una ligera risa.

Al lado de la puerta de le Iglesia ves una forma humana caminando. A medida que se despega de la pared empiezas a ver a un chiquillo que no aparenta mas de dieciocho años. Lleva algo en una de las manos, y parece que canturrea bajito algo que no puedes entender. De una de las manos parece que lleva colgando algo con forma redonda.

Según se va acercando, de forma silenciosa, la bestia que habita en tí comienza a agitarse de una forma que no habías sentido antes.

Nora mira despistada hacia otro lado, parece no haberse dado cuenta de la presencia.

Me paro y sin perder de vista lo que he visto susurro a Nora.- Esta alli, junto a la puerta de la iglesia, esta aciendo algo. No se que es pero no me gusta, tu ve por un lado y yo por el otro. Intentemos rodearle.

Espero a que Nora se aparte como le he pedido y pongo en practica mi sobrehumana velocidad. Pretendo correr como si fuera a escapar por un lado para despues girar acia el y atraparte.

Asiento con mi cabeza mientras me dirijo hacia allí por el lado opuesto a ella. Voy con cuidado, tratan de llegar hasta allí sin que pueda verme. Alzo mi arma apuntando al cielo, preparada por si tuviera que usarla en cualquier momento.

En cuanto Berit te señala en lugar, ves una figura humana en lo alto de las escaleras. Lleva algo redondo colgando de una de las manos. Está parado el lo alto de las escaleras, y escuchas una ligera cantinela que proviene de su boca, aunque no alcanzas a entender lo que dice.

Antes de que puedas contestarle anda, tu compañera desaparece de tu vista, moviéndose más rápido de lo que cualquier ser humano sería capa.

Nora se acerca todo lo silenciosamente que puede. Con tus facultades, en un segundo te situas al lado de la figura, que ahora ves claramente. Es un chico de unos dieciocho años, con el pelo rubio y los ojos azules.Podría ser un chico normal, recién salido del instituto.

Colgando de su mano ves la cabeza de una cría que no tendrá más de diez años. La cabeza tiene un cigarrillo encendido el la boca. Los ojos abiertos de la niña, enrojecidos y con expresión horrorizada, parecen observarte. La sangre salpica el suelo. El malkovian la lleva cogida por los cabellos casi como si fuese una pelota o una muñeca.

Mientras te acerca a el, tu bestia reacciona de una forma que no habías sentido nunca, tienes una ganas instintivas e innatas de atacarlo.

-Van diez, esta noche van diez...- descubre que está conturreando.

Uileand dijo que fuera algo rapido y eso es lo que quiero. Saco las garras y me lanzo a por el intentando rebanarle el cuello como el a hecho con esa pobre niña.

Antes de que consigas llegar al lugar acordado con Berit, ves que ella está justa al lado de la figura, que por fin, distingues con claridad.

Es un chico de unos dieciocho años, con el pelo rubio y los ojos azules.Podría ser un chico normal, recién salido del instituto.

Colgando de su mano ves la cabeza de una cría que no tendrá más de diez años. La cabeza tiene un cigarrillo encendido el la boca. Los ojos abiertos de la niña, enrojecidos y con expresión horrorizada, parecen observarte. La sangre salpica el suelo. El malkovian la lleva cogida por los cabellos casi como si fuese una pelota o una muñeca.

Mientras te acerca a el, tu bestia reacciona de una forma que no habías sentido nunca, tienes una ganas instintivas e innatas de atacarlo.

-Van diez, esta noche van diez...- descubre que está conturreando.

Berit parece a punto de atacar, mientras el chico parece ignorarla a pesar de estar a su lado.

El chico permanece inmovil a tu lado, mirando al frente, como si no te hubiese visto. Sin embargo, si tu bestia ha reaccionado, es seguro que la suya tambien lo ha hecho.

Desde mi lugar no quito ojo al chico ni a Berit, con el arma apuntandole por si acaso. Mientras trato de averiguar que pasa por su mente..

Berit alza las garras contra el chico, que parece ser consciente en ese mismo instante de su presencia. En un simple movimiento, rápido pero efectivo, desvía el golpe. En vez de seccionar la cabeza, las garras atraviesan su torso casi de hombro a hombro. La sangre del vampiro salpica el suelo unos segundo, hasta que la detiene. Las garras han atravesado la carne y el músculo como si se tratase de mantequilla.

La cabeza de la niña, liberada por el ser, cae escaleras abajo haciendo un extraño ruido, parecido al de una esfera hueca. Se detiene al final de ellas, entre la hojarrasca, cubierta de mugra.

-Iban diez, y ahora tengo al once y al doce justo a mi lado.- El chico sonríe extrañamente, casi divertido, antes de desaparecer de vuestra vista.

Empiezas a escucharlo en tu cabeza, son pensamientos extraños, casi inconexos, pero con una extraña lógica entre ello.

-Yo le supliqué, le supliqué ser así, pero no lo sabía. No sabía lo que era. Tengo que huir. La chica rubia es mala. Tengo que matarlos a todos, eso los salvará, si los mato no podrán ser como yo. Matarlos es una buena idea. La rubia primero, la rubia es mala.-