Partida Rol por web

Una llamada y una invitación que sin duda alguna me alegra.

-Claro, es una oferta que no puedo rechazar. Estoy paseando por la ciuda asi que si quieres te espero en la plaza de la catedral.

Sin duda alguna, el padre Freire le podria ofrecer una buena versión de la historia de la catedral.

-De acuerdo, te veo en la entrada.-

Como lo de entrada es un tanto genérico refiriéndose a una catedral, tardais un poco en encontraros.

Freire está tranquilo, aunque se le ve un poco ojoroso. Te saluda dándote la mano.

-Buenas tardes. Anna se reunirá con nosotros más tarde, Jürgen me temo que necesitaba descansar un poco.-

Empezais a caminar por los pasillos de la catedral, que huele a incienso. Hace un poco de frío dentro, pero se notan los efectos de la moderna calefacción.

John no puede hacer otra cosa que maravillarse por todo lo que está observando a su alrededor.

-Es una algo...no tengo palabras que puedan describirlo.

Indeciso entre quedarse parado en un sitio hasta observar su mas minimo detalle o seguir para no perderse el conjunto global.

Enamorandose del gran Botafumeiro y de la capilla guardiana del apostol. Recreandose en cada detalle del portico de la gloria y del relicario que contiene los sepulcros reales.

Es una visita que le embriaga llevandole de talla en talla, de arco en arco y de escultura en escultura.

Algo digno de ver, donde el tiempo vuela.

La tarde se pasa mientras Freire se va contando curiosidades:

"En esta zona había una cruz llamada Cruz dos Farrapos, donde los peregrinos colgaban las ropas (farrapos o harapos) que usaran durante la peregrinación para ser quemados después."

"Este es el Santo de los Croque, se trae a los niños pequeño y se cochan la cabeza para que lo chavales cojan sentidiño."

Por último, bajais a la cripta a ver el sarcófago de plata que, según la tradición, conserva los restos de apostol.

Despues te guía para que le des el tradicional abrazo a la imagen del santo.

Os retirais hacia la salida.

-Supongo que Anna ya estará afuera. Espero que no te aburriese la visita, a veces me emociono y podría estar horas contando cosas de la catedral.- te dice con una sonrisa.

-Tu podrias estar horas hablando de la catadral y yo escuchando cosas sobre ella jaja. He de reconocer que la arquitectura no es mi fuerte, pero sin duda alguna es algo que me maravilla, creo que tendré que venir en mas ocasiones.

Mientras se dirijen a la salida, John echa un ultimo vistazo a la catedral inspirando profundamente.

-Vamos a ver si Anna ya está esperando.

Cuando salís a la puerta, Anna sale a vuestro encuentro.

-Hola, pensé que no llegaba, me lié repasando en boceto. ¿Qué tal la visita? ¿Hacemos algo antes de ir a prepararnos?.-

Anna da pequeños saltitos continuamente, habla muy rápido y no para de moverse. Parece alegre pero muy nerviosa.

-Jajaja- ríe Freire poniéndole una mano en el hombro.- me parece que nos vamos a por una tila, y después ya veremos, depende del tiempo que quede.

-Estoy totalmente deacuerdo. ¿Que tal ayer Anna?

A John le resultaba agradable la chica, y su actitud nerviosa era algo que le gustaba, no por competencia sino de una forma personal, asi que la sonrio abiertamente.

-Muy bien, la gente de Santiago es muy simpática. Pero volví pronto al hotel, Jürgen se quedaba. ¿Y tu? ¿Dormistes bien?-

Freire os mira. Realmente es muy curioso que personas que en realidad son rivales, tengan un trato tan cordial entr e sí.

-Pues la verdad es que he dormido estupendamente. Creo que el aire familiar de esta ciudad me reconforta mucho. Esta mañana tambien estube dando un repasillo a mi boceto. Bueno, mejor dicho lo he hecho nuevamente, ya uqe el anterior parecia un alfiler dibujado por un niño o algo asi jajaja.

Espero que el nuevo pueda llegar a competir con el tuyo y el de Jürgen, pero no pensemos en eso ahroa. ¿Tomamos algo?

Ya no quedaba mucho tiempo y ahora que estaban los tres, podia ser buen momento para una ultima relajación antes de la tormenta.

-Bien chicos, vamos a una cafetería que está aquí al lado para poder darle a Anna su tila, en vena a ser posible.- os dice Freire guiñándole un ojo a la chica.

Os lleva a una cafetería con dos pisos, decorada con azulejos en las paredes, y con sillas y mesas de hierro forjado. Tienen una amplia selección de tés y cafés.

Pidió café con leche, largo de leche y se sentó a disfrutar de un nuevo rincon de la ciudad.

-Quiero agradecerle padre, esta magnifica visita con la que nos está obsequiando. Se le ve cansado y me da que n oha dormido mucho y encima anda preocupandose por nosotros, para que veamos la ciudad. Se lo agradezco. Y Anna, estoy entusiasmado por haberte conocido, A Jürgen ya le conocia, asi que estoy muy interesado en tu obra.

Tras un par de pequeños sorbos al café que estaba demasiado caliente. Tomó la cucharilla para moverlo un poco.

-Mmm, padre Freire, lo que dije no era para ganar puntos, ya le dije que para eso le habia traido el jamon y los dulces jajaja

-Mi obra- dice Anna sonriendo de forma un tanto melancólica - No creo que sea apropiada para este proyecto, pero es lo que realmente me apetecía hacer. Supongo que lo de ser un artista inmortal no está hecho para mí.-

Freire te contesta mientras disfruta de un té de frutos rojos.

-Me hacía falta un paseo y vosotros me parecíais buena compañía. Además, es posible que acompañe al ganador a la herrería. Quien sabe.-

-Bueno, eso es algo que ahora no creo que sea muy importante...no, espero, ahora es cuando es importante ¿no?. A lo que me refiero es que no nos preocupemos hasta las 8.

Tras pensar en ello unos instante John se dirije a Freire.

-Me gustaria que cuando vuelva a esta ciudad  podamos disfrutar de mas paseos.

- Serás bienvenido en Santiago, Jonh.- te dice Freire.

-Bien,es hora de ir hacia el hotel, supongo que querreis descansar un poco antes de las pruebas.-

Freire se levanta de la mesa.

Anna empieza a morderse nerviosamente el labio. Sigue caminando casi a saltitos, sin dejar de moverse ni un segundo.

Salís a la calle, ya  ha anochecido, y en el cielo se refleja la iluminación nocturna de la catredral.

Todos os dirigís al mismo sitio, al hotel.

-Recordad que teneis que estar a las ocho menos diez en el auditorio. Mucha suerte.- os dice Freire despidiéndose.

Anna, muy seria, te extiende la mano.

-Que gane el mejor, Jonh.- te dice.

Al no sonreir, parece una persona mucho más adulta, un rival más peligroso aún.

-Te deseo lo mejor.

Despues de la despedida, subo a la habitación tras recoger la llave. Mi intención es no pensar en lo que se me presenta por delante almenos hasta un instante antes de mi presentación.

Mente vacia para sacar lo mejor de mi.

A la hora indicada entras en el auditorio que es realmente impresionante. Su arquitectura hace que, una vez en el escenario, te sientas observado desde todos los ángulos.

Freire te guía hasta una mesa dispuesta a un lado del escenario. En ella hay tres sillas, una jarra de agua y un vaso para cada uno.

Anna y Jürgen ya están sentados, y los dos parecen igual de tensos.

- Necesito tu boceto, John.- te dice Freire.

-Aquí lo tiene.

Entrgo la copia del boceto, la que mejor hecha tenia para quedarme yo las que tienen los apuntes pertinentes y así poder responder las preguntas que me hagan.

Tras esto, saludo a los Jürguen y Anna y me sinto en la mesa.

Ahora es cuando comienza todo...

Estoy nervioso sin duda alguna.

Cuando pasan los diez minutos de rigor, empiezan a entrar los miembros del jurado.

Se van sentando en una mesa dispuesta casi en frente vuestra, en frente al escenario.

Ves entrar a un hombre vestido con sotana, de aspecto recio y serio. Seguidamente entra una mujer de unos cincuenta años. A su lado se sienta un hombre que te resulta conocido, es uno de tus antiguos maestros, un gran artesano. El siguiente es un hombre de aspecto asiático y, por último, Freire.

Tambien se ha acumulado una considerable cantidad de público que ocupa algo más de la mitad del auditorio.

El hombre vestido con sotana se acerca al micrófono que tiene delante suya.

-Bienvenidos a todos. Gracias al público por sus asistencia, y a los aspirantes por su talento. Felicidades a los tres por haber llegado hasta aquí. Les recordamos a todos que el fin de esta competición es conseguir un diseño digno de ser forjado para nuestro Apostol. Rogamos al Señor que nos guíe con sabiduría para poder escoger acertadamente. Para empezar, escogeremos al azar los turnos de los participantes. Lo hará una mano inocente.-

A la mesa del jurado se acercan dos niños, vertidos con uniforme escolar. El más pequeño de ellos lleva una bolsa de fieltro entre sus manos.

A tu lado, ni Jürgen ni Anna hablan.