Partida Rol por web

Lo cierto es que la película no estuvo tan mal. Era la típica de aventuras pero con algunos cambios que la mejoraron. Estuvo interesante y se hizo bastante corta. Además, se estaba relajado porque no tenían a nadie alrededor.

La reaparición de las luces marcó el final de la sesión, provocando que Tezuka entrecerrara un poco los ojos. Serían las diez aproximadamente. La gente se levantó a la vez, estirando las piernas y empezando a comentar la película, al igual que hizo el chico:

- ¿Qué te ha parecido? ¿Y dónde te apetece ir a cenar?

No pudo centrarse tanto en la película como le hubiera sucedido con Kotaro puesto que era muy consciente de la presencia de Tezuka, de sus manos rozándose en el bol de las palomitas y de su respiración relajada. Aunque lo cierto es que aquello fue lo que necesitaba para dejar los nervios atrás y empezar a disfrutar plenamente de aquella cita. No se podía decir que se hubiera quedado calladita toda la película puesto que d vez en cuando comentaba alguna escena e incluso le pidió una regaliz hacia el final.

- No ha estado mal, ¿verdad? - comentó animadamente mientras recogía sus cosas -. Los paisajes eran super chulos y cuando se han empezado a disparar en el puente ha sido genial - estaba acostumbrada a comentar ese tipo de películas con Kotaro al terminar, siempre resaltando las escenas que más les habían gustado, que en el caso de su hermano solían ser las más sangrientas -. Pues me da igual, a esto invito yo y no acepto un no - se anticipó antes de que él dijera nada, dirigiéndole una amplia sonrisa -, así que ahora eliges tú, yo he escogido la película, es lo justo.

Abrió la boca pero tuvo que cerrarla de nuevo ante la advertencia de Yukino. Lo cierto es que le habría gustado invitarla a todo, pero al parecer Yukino no gustaba de ser agasajada tanto.

- Vale. Tú invitas.

Me voy a quedar con hambre...

- Vayamos al italiano de aquí al lado. Tienen comida muy buena.

Se levantó, estirándose la ropa un poco antes de salir por donde el resto de personas. No tuvieron que caminar mucho para entrar al restaurante que aunque con gente, tenía todavía mesas.

- Por cierto.- comentaba mientras veía la carta- He estado pensando y... he decidido que en el estreno de la obra, no será Romeo quien bese a Julieta. Más bien dejaré que tú elijas cómo besar a Romeo en la escena.

Sabía que el chico no estaba muy conforme con lo de dejarse invitar pero tampoco lo había estado ella anteriormente así que no sentía ningún tipo de pena por él, antes lo contrario. Le extrañó no encontrarse con Momoshiro y Mei al salir aunque al no ser un encuentro deseado no tuvo problema para dirigirse con Tezuka hacia el restaurante, muy cerca del lugar en el que se encontraban.

Estaba picoteando uno de los palitos con pegotes de sal incrustado que dejaban sobre la mesa mientras consultaba la carta, sin demasiada hambre después de tantas palomitas a pesar de que todo se le antojaba bastante apetecible. En aquel momento le estaba echando un vistazo a la lista de pastas cuando escuchó las palabras de Tezuka, que le hicieron dirigirle una mirada contrita por encima de la carta.

- Sigo sin querer un beso con tanto público - la simple idea le seguía pareciendo horrible y vergonzosa -, eso es algo íntimo y privado - comentó sintiéndose un tanto acalorada -. Tiene que haber un modo mejor o por lo menos diferente, ¿por qué quieres que lo haga yo?

La miró a los ojos mientras Yukino daba aquellas explicaciones sobre el tema del beso en la obra teatral, pues no quería perderse su reacción vergonzosa. No podía evitar que le divirtiera tanto verla así; si bien decidió no hacérselo notar, manteniendo su expresión seria, casi sin pestañear.

Solo volvió a participar en la conversación cuando la chica le dio paso:

- Porque a mí me da igual cómo sea.- se encogió de hombros y regresó a su plato de comida.- Ah, se me olvidaba. Ya hablé con mis padres. Ahora trabajaré en el restaurante Kunimitsu y los beneficios podré usarlos para pagarme lo que yo quiera hacer, es decir, referido al deporte ahora. Mis padres cederán sus ahorros de universidad a Mei.

Qué mal, ahora tendría que pensar en el tema del beso y dar ella el paso y la cuestión es que no quería, no deseaba dar aquel beso y no estaba muy segura de cómo apañarlo ante el público. Sólo de pensarlo empezó a enrojecer, agobiada por el tema sin encontrar una solución razonable, momento que Tezuka aprovechó para desviar el tema de conversación, quizás de modo consciente o tal vez por puro azar.

- Entonces, ¿les dijiste que estabas en el otro restaurante? ¿Cómo se lo tomaron? Bueno, en todo caso me alegro que lograras hablar con ellos y hacérselo entender, es genial, más que te dejen escoger tu futuro si es algo que tienes tan claro - comentó con una sonrisa que se truncó segundos después al recordar algo -. Oye... - bajó el tono de voz para adoptar un aire más confidencial -...¿has descubierto algo del ladrón?

- El problema ahora es que tengo que conseguir bastante dinero en estos meses si quiero entrar a eso ya que no formo parte de ningún club deportivo. Pero bueno, nada es imposible.

Terminó su plato con bastante rapidez. Lo cierto era que tenía hambre y de hecho seguía aún con un poco. ¿Habrían sobrado regalices? Bebió un poco de agua antes de reponderle a la última pregunta:

- Está claro que es estudiante y tenía prácticamente claro que forma parte de nuestra preparatoria hasta que me enteré que uno del Hyotei fue castigado a venir a la nuestra hace unas semanas. Creo que si quiero enterarme de algo de allí debo hacer que Kototsu-kaicho me castigue. Aunque lo haré después de la obra, no te preocupes.

- Seguro que puedes - le animó con una sonrisa. Mientras hablaban les habían traído la comida, un plato de raviollis a la carbonara por su parte que empezaban a hacérsele un plato eterno. Había pedido más por cumplir que por verdadera hambre y ahora se encontraba con un plato delicioso delante del que no podía dar ni un bocado más. Se forzó durante unos minutos a seguir comiendo hasta que reparó en el modo en que Tezuka miraba su plato, ya vacío. Una gota de sudor le resbaló por la nuca antes de inclinar su plato en su dirección -. ¿Quieres? Yo no puedo más, me he hartado a palomitas y tampoco como mucho de todas formas -le sonrió de forma alentadora antes d ponerse seria de nuevo, consciente de la gravedad del tema del que hablaban -.  Si pueden ser los de Hyotei no tiene por qué ser necesariamente ese alumno, piénsalo. El día del festival deportivo acusaron a Yamato-san de mi clase de robar a un chico, pero ese día el colegio estaba lleno de alumnos del Hyotei. Ayuzawa no te tiene mucho aprecio - acabó por decir a regañadientes. Lo último que quería era mencionar al kaichou del Hyotei, además estaba segura de que si conocía su relación con Tezuka aquella inquina iría a peor. Pero claro, seguro que algo había imaginado tras el último encuentro -. Cualquiera podría haberlo hecho para ganarse su favor, incluso él mismo podría haberlo hecho - ahogó un suspiro -. Por eso mismo no creo que sea buena idea que acabes en el Hyotei aunque sea una semana como castigo.

Intentó que los ojos se le iluminaran ante la perspectiva de poder acabarse el plato de la chica y lo cogió con tranquilidad, pensando que quizás el hecho de que Yukino comiera poco podría serle ventajoso.

- No será la primera vez que me como tu comida.- bromeó haciendo clara referencia a cuando se comió las trufas que Mei había preparado para todos aquel día.- Aún así, tengo que seguir investigando. Me han querido acusar y podrían destruirme. ¡Podría ser que no me dejen entrar en ningún curso! Tengo que intentarlo al menos. Total, un castigo más un castigo menos... si con eso saco algo en claro...

Él también pensaba en Ayuzawa, pero tampoco le encajaba mucho el hecho de que alguien rico y con todo pudiera llevar a cabo tales robos.
 

Obviamente no iba a decirle a Tezuka que no hiciera lo que creía que debía hacer, estaba claro que era alguien que se guiaba por impulsos y por un sistema moral propio que defendía a capa y espada. Lo único que hubiera podido hacer era decir que iría ella a Hyotei, pues tenía muy claro que sólo tenía que sugerírselo a Ayuzawa para que aceptara. Pero no. Por más poco que le pudiera gustar ver a Tezuka en Hyotei aún le gustaba menos la idea de verse a sí misma en aquella Preparatoria de ricos y prepotentes. Por lo menos Tezuka tenía un objetivo claro que le haría aguantar pero ella no creía que aguantara más de tres horas tirando largo sin acabar saltando aún con más motivos si Ayuzawa la perseguía.

- Comprendo tus motivos, obviamente no me voy a oponer - aclaró, por si acaso aquello era importante para Tezuka. ¿Qué pasaría si le dijera que no quería? Siendo el chico como era le parecía que lo haría igualmente, sin importar lo que ella pudiera decir, pero como tampoco pensaba ponerse en contra no es como si fuera algo de importancia -. ¿Cuándo lo harás? Sabes que si necesitas ayuda... - dejó la frase en el aire con una media sonrisa, tironeándose de la fina trenza en un intento de mantener las manos ocupadas en algo.

Sentirse comprendido era una de las cosas que más le gustaban de estar con Yukino. Junto a ella creía que no haría nunca nada mal y que no se sentiría oprimido. La libertad y la relajación eran pilares fundamentales para alguien tan "alocado" como Kunimitsu Tezuka. Sonrió y le sujetó la mano, acariciándole el rostro.

- Arigató.

Se la quedó mirando unos segundos, pensativo y dudando de si debía decir las palabras que en esos momentos se le pasaban por la cabeza. ¿Sería demasiado pronto? ¿Lo estaría esperando? ¿La acobardaría? Finalmente carraspeó, apartando la idea de la cabeza.

- Bueno, cuéntame. ¿Superarás a Mei en las notas de antes del verano?

De algún modo a pesar de que debería haberse acostumbrado el contacto con su piel seguía siendo vergonzoso y excitante. Era extraño porque tenía ganas de encogerse sobre sí misma y apartarse de su mano y a la vez sujetársela contra su mejilla para que el roce no acabara. Todas aquellas emociones y sensaciones nuevas aún la llenaban de intriga y euforia, descubriendo a cada paso algo nuevo que le mostraba un mundo lleno de colores desconocido para ella.

Parpadeó varias veces, a punto de preguntarle a qué venía esa mirada tan fija cuando cambió bruscamente de tema. Sus labios se entreabrieron en un gesto de perplejidad al escuchar hacia dónde viraba la conversación pero no tuvo ningún problema en seguirle hacia ese terreno mucho menos accidentado que el anterior.

- ¡Lo intentaré! - anunció alzando el puño cerrado ante sí antes de soltar una risa -. Aunque no creo que sea posible, Mei es muy buena estudiante y yo estoy ocupada con el club de tenis, el taller de teatro, las cosas de casa, Kotaro, mi padre, Kiri-chan... - aquello no parecía ser algo que le preocupara. Yukino era una muy buena estudiante pero desde luego no la mejor pues su dedicación nunca había sido completa. Tampoco lo pretendía, a la vista estaba que cuando había pasado a tener más tiempo para sí misma se lo había ocupado con actividades como talleres, aunque sabía que era algo muy valorado por las universidades -. ¿Por qué? ¿Necesitas ayuda con tus estudios y no sabes cómo pedírmela? - le preguntó en plan juguetón, divertida.

Ese era el tipo de cosas extrañas. Con Tezuka descubría una faceta de sí misma que no conocía y aunque a veces se sentía estúpida al quedarse observando hasta el más mínimo gesto o detalle de su fisonomía otras veces se sentía natural, divertida y libre. Nunca se había comportado así con nadie, siempre dejaba que su lado controlado y maduro tomara el control pero en momentos así era como si éste lado quedara relegado a un segundo plano.

Le hizo una señal al camarero para pedir la cuenta antes de prestarle atención a las pícara sonrisa de Yukino mientras él hacía como que se lo pensaba detenidamente:

- Mmmm... pues no me vendría mal, la verdad.- miró un par de segundos más a la lámpara del techo antes de mirarla con su típica expresión, aunque en su mirada bailaba la diversión:- ¿Entonces vienes a mi casa como profesora de clases particulares?

Se entretuvo colocando bien los cubiertos en el plato terminado con el fin de disimular la sonrisa que amenazaba con aflorar por su cara.

No era la única que actuaba diferente, Tezuka también bromeaba más cuando hablaba con ella, era menos serio y mostraba una faceta suya protectora, juguetona y determinada. Le gustaban los dos Tezuka que conocía, no podía evitar sentirse ilusionada con cada nueva cosa que descubría.

- Si me prometes que así vas a estudiar, lo haré - le sacó la lengua, aunque se había sonrojado un poco al imaginarse otra vez en la habitación de Tezuka. La otra vez que estuvo allí ya le gustaba, aunque no lo supiera y recordaba a la perfección lo turbador que había sido pues la escena la había asaltado por sorpresa varias veces cuando dejaba la mente en blanco para dormir, rememorando los detalles.

Se llevó al mano al pecho, poniéndose recto y abrió la boca aunque pareció que se pensaba las cosas antes de responder:

- Prometo...- si se ponía a planteárselo, la idea de que Yukino le ayudara con los estudios podía estar bien y quizás le ayudara, pero lo que más le gustaba de aquella idea no era estudiar ni pasar los exámenes de forma holgada, sino estar con ella más tiempo y a solas.- ... que lo intentaré. ¿Vienes entonces este miércoles?

Ladeó un poco la cabeza, divertida ante la falsa solemnidad con que Tezuka había respondido, sin poder ni querer evitar la risa que pugnaba por salir de sus labios.

- Está bien - respondió mientras pagaba la cuenta sin echarle más que una mirada -, si no hay ningún inconveniente vendré el miércoles. A estudiar - puntualizó.

A quién quería engañar. Lo que quería era estar con Tezuka, lo demás le importaba poco, aunque por lo menos si quedaban en su casa, con Mei y Hayane cerca, estaba segura de que se sentiría lo bastante cohibida para cumplir con su palabra de intentar ayudarle.

El que hubieran quedado de nuevo era buena señal. Para Tezuka significaba que no era el único que se sentía bien al lado del otro y que sentía las ganas de permanecer cuanto más tiempo a su lado

Tras pagar la cuenta, y viendo que ya era bastante tarde, decidieron dar el paseo en dirección a la casa de Yukino. Anduvieron con las manos entrelazadas, charlando de nuevo sobre varios y diferentes temas, hasta que llegó el momento de la despedida. Por suerte no les había caído ni una gota a pesar del nublado día que continuaba haciendo.

- ¿Te lo has pasado bien?- la preocupación de Tezuka en ese aspecto era poca, pero aún así quería escuchar las palabras de boca de la chica.

A pesar de que el tiempo de su cita llegaba a su fin no podía sentirse triste o desanimada. Por supuesto que hubiera alargado aquel rato juntos mucho más pero también era una persona responsable y había prometido no llegar muy tarde a casa de modo que prefería volver ya y terminar aquello con el mismo sentimiento feliz que la embargaba desde hacía horas.

- Hai. Mucho - muchísimo, añadió para sus adentros, sintiendo como si la sonrisa hubiera pasado a formar parte de la forma natural de sus facciones -. ¿Y tú?

El chico asintió sin miramientos. Para terminar de despedirse se acercó y la besó en los labios, prolongando el tacto un par de segundos.

- Buenas noches.

De forma inconsciente se había puesto de puntillas, intentando prolongar el contacto del beso, aunque inevitablemente terminó, más pronto que tarde, cuando Tezuka se apartó, deseándole las buenas noches. Se mordió el labio con disimulo, sintiendo todavía su contacto.

- Buenas noches.

Por suerte aquella noche tampoco se encontró con un interrogatorio por parte de su padre y casi mejor, porque sentía que no podía borrar la sonrisa estúpida de su rostro, feliz. No tardó demasiado en irse a la cama pero el sueño la eludió durante horas, todavía demasiado emocionada mientras su cabeza revivía una y otra vez aquellos momentos que la habían colmado de felicidad y que estaba ansiando que volvieran a repetirse.