Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
- ¡Ya te lo he dicho, oi!- dice mientras se lame la cola, algo que contrasta con su voz de princesita.- Me gustó tu olor y te perseguí. ¡Ne, déjame acompañarte!
Te mira, aún sabiendo que tu cara es de desesperación. Aunque parece decidido a hacerlo. ¿Será peligroso?
Voz como la de jasmín de Aladdín ^^
No voy a correr riesgos. Desato la pesadilla eterna sobre él...pero sin hacerle daño...solo llevándole a esa dimensión. Por el momento.
-Última oportunidad de decir la verdad. Si no me convences...
Un abismo de llamas se abre bajo él o ella.
- ¡¿Pero qué haces?!
Mira al suelo y ve que está rodeado de llamas que van a atacarle de un momento a otro. Apresándole y sin dejarle salir.
Salta del susto y cuando cae al suelo nuevamente...
¡Es más alto que tú! ¡Es un hombre!
Sigue mirando las llamas aunque intenta defenderse rodeando su cuerpo de reiatsu, un reiatsu que te resulta algo familiar.
-No te atacarán si no lo ordeno yo...así que empiza a hablar. Ya.
Me cruzo de brazos y me concentro en su reiatsu.
¿De qué me suena?
Se te queda mirando, concentrado aún en hacer una barrera con su reiatsu sobre él. Ves que va vestido parecido a un shinigami e incluso lleva una especie de haoría, aunque no tiene número ni nada. Tal solo sea un haorí simplemente.
- Me llamo Hisaishin. Vivo solo. Ya está. Punto y final.
Se te queda mirando, porque te has quedado callada y parada observándole.
¿En qué está pensando? ¿Sabría de mí? ¿La conocerá? Huele tan parecida a ella... volví a dejarme llevar por un recuerdo.
- Eh. ¿Te importa quitar esas llamas? Me incomodan.
No me respondió cuando le dije "Shihöin"
Lo libero, bufando sorprendida. He llegado a una conclusión interesante.
En un instante estoy a su lado y le presiono una mano en el pecho. Le coloco una marca.
-No podrás quitarte eso sin mi ayuda- me aseguro de que sea así-...es decir,podré encontrarte cuando quiera, aunque tú no quieras. Tú y yo vamos a hablar pero tengo cosas que hacer ahora. Espérame aquí.
Comienzo a marcharme para acabar cuanto antes con la misión del sotaicho. Pues esto me interesa mucho más.
Pelo como ella....ojos como ella...un reiatsu que me es familiar ¡Se transforma en gato! Conoce mi apellido, su piel es parecida, mi olor le es familiar....Yoruichi...creo que tenemos que hablar...
Se mira el pecho y se toca la marca.
- ¿Qué es esto? ¡Eh! ¿Que te espere?
Te empieza a seguir, con andar decidido. ¿Te has dado cuenta de que tiene una zampakûto?
- Ni hablar. Yo voy contigo. Encima ni te has presentado. Me haces hablar, decir cómo me llamo y tú lo único que haces es colocarme un busca.
Se pone a tu lado, cuando estáis a punto de entrar.
-Reena Shihöin. Espera aquí, si me sigues, te quemaré. Quiero acabar esto rápido. Hablaremos después.
Entro.
Se resigna porque no pareces hablar muy en broma. ¿Has dicho Reena Shihöin? Sin duda piensa que esperarte merecerá la pena.
Y así entras en el bosque. Silencioso, con vistas bonitas y sonidos de animales y del agua. Lo típico.
Aparentemente no pasa nada y caminas con total libertad. Hay ardillas, jabalíes, ciervos, pajaritos cantores... todo muy idílico. Quizás demasiado.
Avanzas y llegas a un sitio con tres bifurcaciones: la izquierda da hasta un laguito con una catarata de agua cristalina, la del medio a la espesura del bosque y a la derecha hay más barro que otra cosa.
Veamos....
Me siento y concentro.
¿Qué noto en cada dirección?
Tranquilidad en todas las direcciones. Aunque sí que es una atmósfera algo cargada. Como si hubiera algo que no estuviese en su sitio. Pero esa sensación la tienes justo donde te encuentras. Y no ves nada. Absolutamente nada.
Y el neko no te ha seguido, obediente.
-Pues nada...por aquí.
Me dirijo hacia la cascada.
Es extraño...hay algo pero no hay nada...mejor no me distraigo...
Motivo: dadorrr
Tirada: 1d3
Resultado: 1
Olor a hierba fresca, flores de colores, sonido del agua descendiendo por la cascada... todo normal, como hasta el momento, pero esa sensación de tener algo a tu lado, esa atmósfera algo densa, te sigue persiguiendo.
Llegas hasta la zona de la cascada y la laguna, encontrándote, de forma sorpresiva porque antes de parpadear no estaban, a muchas personas, con atuendos de shinigami dentro del agua. Todas te están dando la espalda y ninguna se ha percatado de tu presencia.
Que cosa más rara....
-¡Oe! Shinigamis. ¿Qué hacéis aquí?
Observo y siento bien la zona.
Notas la tensión en su cuerpo cuando los llamas. Hay al menos veinte de ellos.
Se giran y ves que tienen unas caras desencajadas, heridas y un aspecto terrible. Gruñen y parecen fieras feroces.
No lo dudas, se lanzan hacia ti como una manada de hienas hambrientas y entre el sonido de sus gritos y el chapoteo del agua, escuchas una voz reirse, detrás de ti. Aunque cuando miras, no hay nada.
Me muevo de un lado a otro hasta que todos se dirigen a mi desde una misma dirección
-¡Tsuriboshi!
En lugar de para parar una caida, uso la red para atraparlos.
Y comienzo a aumentar la temperatura...cualquier fuente de reiatsu, aparte del mío, debería evaporarse. O resistirse a ello pero...revelándose en el proceso.
Las plantas se marchitan, el agua se evapora, los shinigamis, que intentan zafarse de la red a mordisco y estiran los brazos hacia ti, gritan por el horror del calor... y la risa que has escuchado cesa.
Notas la presencia. Primero resistiéndose, luego corriendo. Huyendo de ti. La notas, algo débil, ir por el camino de barro.
La parte del bosque en la que te encuentras parece un auténtico desierto. Los shinigamis intentan salir otro rato más, hasta que no tienen nada para poder hacerlo.
No quería dañar esa zona. Al menos es una muy pequeña zona, y el agua volverá a fluir en unos instantes por la catarata. Se recuperará.
Como un rayo persigo a quién sea que huye.