Partida Rol por web

Opik tenía casi levantado el hacha para atacar a la mujer cuando vio lo herido que estaba Karash.

Suspiró, sabedor que había agotado sus reservas mágicas para curar al paladín, y arremetió contra la mujer que lideraba al grupo atacante pero el cansancio hizo mella y falló el golpe.

El tipo de la repisa no consigue mantenerse en pie debido a la estocada de Erik, y cae al pozo. Pero tiene la mala suerte de que arrastra a su compañero, que cae al suelo con el en un amasijo de brazos y piernas. Intentan levantarse...

Karash ve por el rabillo del ojo que los humanos se caen y sin pensárselo dos veces golpea con su arma a uno de ellos.

Erik clava sin fijarse mucho su rapier en el enemigo herido del suelo, sin atender a su grito se prepara para defenderse.

Al intentar levantarse, el tipo que se acaba de caer de la repisa recibe todos los ataques de los compañeros, y se queda en el suelo, desangrándose. El otro se levanta e intenta golpear a Erik, pero éste le esquiva con facilidad. El otro aprieta los dientes y de nuevo intenta golpear al paladín, que se revuelve de manera que queda fuera del alcance del enorme garrote.

Por su parte, la tipa clava su espada corta al clérigo, hiriéndole profundamente.

El clérigo, herido, trató de devolver el golpe recibido pero la herida era peor de lo que parecía y falló el golpe a causa del dolor.

Tul Mellon!, yulma ula!*

*En élfico al sirviente: "A mis amigos dales de beber cuando caigan".

Buscando de nuevo la combinación con su compatriota, el paladín ataca al que se acaba de levantar.

Erik buscando el flanqueo sobre uno de los matones empieza a correr sobre la pared en el último instante salta y con un mortal hacía atrás logra alcanzar la posición exacta de flanqueo manteniéndose fuera del alcance del arma de su enemigo. Y justo entonces recuerda que allí ya no hay repisa.

El golpe es tremendo y la mierda salpica hacia todos lados. Erik pierde su embozo dejando ver la parte de abajo de su rostro, una mandíbula descubierta horrorosa, de colmillos orcos, la poca piel que tiene parece muerta. La vergüenza que se puede leer en sus ojos no tiene limite y parece preocuparle más que su probable próxima muerte.

Aún así logra clavar su arma en la pantorrilla de su rival desde el suelo.

Tinuviel contempló como lograban abatir a uno de los enemigos caídos, pero sus compañeros seguían recibiendo golpes y para colmo Erik cayó de la repisa debido a un horrible resbalón.

Justo en el peor momento, aquí van a llover golpes.

Previendo lo que iba a llegar y sin poder lanzar el fuego de alquimista para no dar a sus amigos, Tinuviel soltó su arco, sacó la varita que acababa de identificar y se lanzó un conjuro de armadura.

¿Qué estaba ocurriendo? Los enemigos, a pesar de tener acorralados a los compañeros, no conseguían traspasar sus defensas. Incluso atacar al pícaro era inútil a pesar de estar en el suelo.

Tinuviel intentó otra jugada, dejando caer la varita, sacó la bolsa de maraña que acababan de adquirir y la arrojó al tipo que se encontraba entre Karash y Erik... pero falló por muy poco. Rozó al tipo pero se rompió contra el suelo.

Erik continua luchando desde el suelo, cosa que aparentemente se le da mejor que hacerlo de píe. Clava su arma otra vez en la cadera de su rival y rueda por el suelo para salir de su alcance.

El paladín golpea al herido buscando reducir el número de atacantes