Partida Rol por web

Todo empezaba a perder el sentido. De nuevo, comenzaba a sentir toda la corriente de adrenalina en su cuerpo. Así, podría enfrentarse a la misma muerte, al igual que ellos.
Pues ni siquiera para salir de aquel apuro eran capaces de ponerse de acuerdo.

Si el problema se lo llevaba otro, y ellos podían salir impunes... ¿por qué no podían aprovecharse de eso? Todos eran lo bastante mayores, o al menos querían fingirlo, para hacer frente a sus propios problemas. Cualquiera podría elegir su camino.

Van a lanzarse a la pelea cuando Doug interviene, culpando a Alma directamente. Parecía no tener suerte en nada. Pero pretendía que eso cambiase.
Se detiene para mirarlo, y mantenerse neutra ante las explicaciones que estaban dando. Parecían incluso ayudarse unos a otros. Después de todo, no era una locura.

- Puedo ir a buscar el botiquín, o vamos a tener la sala pintada de rojo... - intenta echar un cable, en contra de su actitud, callada y reservada para aquellos que no le inspirasen confianza.

Aunque se sentía respaldada y protegida por Dick, Alexia sintió como la adrenalina subía por sus venas pues la mirada de Street y la sonrisa diabólica que se dibujó en su cara, asustaban. Pero tal y como esperaba, Alma entró en escena controlando a su perro, entonces fue cuando ella le sonrió, pícaramente.  Marioneta

-Toda tuya –contestó susurrando mientras le metía la coca en el bolsillo y roza su culo levemente sin que la rubia se dé cuenta.

Cuando llegó Doug, Alexia suspiró aliviada de quitarse la coca de encima. Sorprendida por la nueva habilidad para mentir de Alma, se mantuvo al margen. Alma era la favorita de los profesores, era ella la que tenía que jugar sus cartas.

Cuando Dick, se acercó a Street, para fingir amistad y broma pintándole la cara, Alexia no pudo aguantar su risa. Una carcajada salió de su boca antes de que se tapara la boca. Rápidamente  reaccionó, tosiendo.

-Te acompaño al baño – le dice a Erica, que pidió ir al baño para lavarse la herida.
- Ejem ejem-  fingió toser - Necesito agua. ¿Señor Doug? – esperó la respuesta.

Con las manos en los bolsillos, miro a Doug con expresión indiferente cuando habla acerca de la fiesta. Ni miento ni desmiento nuestra implicación, ya que de eso ya se encarga Alma por lo que parece. Hago una mueca cuando Dick se me acerca y pasa su brazo por mi hombro, dándome de pasada un par de palmaditas en la cara que hacen que le lance una mirada asesina llena de puro rencor. Miro a Doug, forzando una sonrisa y le doy un par de codazos "amistosos" en el costado a "mi colega".

- Inseparables, como el Manchester y Giggs.

Doug miró con cierta desconfianza a Alma, quien parecía explicar que de casualidad no estaban involucrados en la fiesta clandestina. Mientras que parecía que había una chica herida, Johnson. Había otra chica rubia que no estaba en el despacho de la directora cuando ocurrió la pelea. Aunque, después de todo, mientras más manos mejor.

Sonrió con simpatía ante el gesto amistoso entre Drake y Street, la directora iba a estar contenta cuando se enterara de que no iban a haber más pleitos entre ellos dos. A pesar de que en este momento esté en un ataque de nervios y sacando su colección de bebidas de su caja fuerte para emborracharse intentando olvidar el caos que se había armado en la escuela. Doug suspiró, algún día el fantasma del alcohol dejaría de atormentar a esa mujer.

-Pues si, se han metido en la escuela y han organizado una fiesta clandestina, con drogas y alcohol... - Dijo con una expresión realmente horrorizada - Fue terrible, por suerte hubo un llamado anónimo que detuvo esta pesadilla. Menos mal que no tuviste nada que ver, Blanchett 

Doug le dio unas palmadas en el hombro a la chica, con una sonrisa.

-Ya estábamos temiendo de que empezaras a descarrilarte del camino - Dirigió su mirada a los demás - Y ojalá tus nuevos amigos aprendan un poco de usted, señorita. Me alegra mucho saber que ahora están todos integrados, ¡Va a ser maravilloso verlos en la escuela a todos juntos!

Luego, se percató de que una chica se estaba desangrando, por lo que miró a Erica y a las chicas que se ofrecieron a ayudar.

-Oh, claro. Ustedes dos - Dijo señalando a Alexia y Jenna - Acompañen al baño a la señorita antes de que se le infecte la herida o algo. En el pasillo al lado de la puerta del baño se encuentra un botiquín en la pared. Vamos, vamos, no pierdan tiempo... 

-Bueno, será mejor dejarlos continuar con su trabajo, cualquier cosa que necesiten estaré en mi oficina. ¡Nos vemos! - Doug se despidió del grupo y se fue por el pasillo, rumbo a su oficina.

     Doug no tuvo problema en que fuera al baño a limpiarme la herida. Le dijo a Alex y a Jenna que me acompañaran. En otro momento eso sería como "What the fuck, Jenna?" pero ahora la verdad no me molestaba en lo absoluto. Escuché un poco antes el sermón sobre imitar a Alma y me reiría de no ser porque también me dolía un poco el labio superior en donde me había dado el fucking derechazo. "¿O fue con la izquierda? Nah, ni idea". 

    -Volveremos pronto... solo quiero que no se infecte.

    Y decía la verdad: una, no deseaba ver que ese maldito corte terminaba siendo la razón de mi desgracia cuando había manejado los otros tan bien; dos, no tenía intenciones de no volver porque no necesitaba que alguien le dijera a mi madre algo malo sobre mí.

    "Supo de la fiesta. No es tonto, tuvimos suerte. Por suerte es Doug."

    -Vamos...- le dije tanto a mi amiga como a la otra chica. No quería problemas entre nosotras. Estaba en esa nube de humillación, frustración y alcohol, que hace que nada te importe demasiado. No para una pelea. "Vale, a hacer eso y volver a aparentar ser una princesa a la que todo le va jodidamente bien..."

Hubo una gran puesta en escena, todos ahí ejecutaron a la perfección sus movimientos y sin asco ni escrúpulos se sumaron a la mentira que ya habían pensando. Alma se quedó de pie, estoica y mentirosa, sonriendo con descaro cuando Doug puso su mano en la cabeza, en una palmadita para una niña buena que justamente ella no era, pero no lo mostró, ni un rastro de culpa, porque si llegaba a saberse de la fiesta y de que fue echa por Dick, ella iba a decir que se las había robado como justamente le advirtió, y no sería una traición. Ama mojó sus labios y le pareció una estupidez el  movimiento de Dick que abrazó a Lian, no era necesario exagerar tanto, pero Doug se lo cree, se lo cree todo.

Alma lo observó de reojo, ¿seguir su ejemplo? igual no era tan loco, de ahí, era la única que no había bebido ni se había drogado, sólo le había roto la boca a Erica, que si bien se lo merecía por todas las tonterías que le había dicho antes, particularmente lo que le dijo no ameritaba tan violenta reacción. 

Doug  relató los hechos de la fiesta, y Alma no pudo dejar de pensar en cuantas chicas habrían quedado embarazadas esa noche, vio mucha droga, vio mucho alcohol, y Dick tenía esa bolsa de coca en su espalda, ¿que clase de personas eran esas?, Dick, ¿que clase de persona era? Se le revolvió el estómago, pero contuvo la mueca de asco hasta cuando Doug salió de ahí, luego de que Jenna, Alexia y Erica fueran al baño, Alma lanzó una mirada a Jenna, no confiaba en dejarla con esas dos, pero bueno, de momento no podían hacer nada. Las chicas iban saliendo y ella movió sus hombros, dándose la vuelta, estaba cansada, el no dormir siempre le producía alteraciones en su estado de salud.

En silencio y sin cruzar nuevas miradas con otros, fue hacia una de los botes de puntura que habían abierto las chicas, y untó  la brocha para comenzar a pintar, cuando antes terminara antes estaría en casa, en su cama y en su soledad, que se le hizo tan necesaria en ese momento.

Las tres salen algo recelosas del salón de clases. Por el pasillo, ahora con las luces encendidas, notaron como Doug caminaba detrás de ellas, pero luego entraba a su despacho, dejándolas solas caminando en dirección hacia el baño. Allí estaba el botiquín en la pared, por lo que Jenna lo tomó y las tres entraron al baño de mujeres. 

El plan había funcionado, lo más flipante era que Doug se hubiera tragado mi amistad con el zumbado, aunque estaba claro que al menos él si había entendido el gesto. Cuando me dio un par de codazos me alejé de él.

-Bueno, no podía salir mejor, pero ¿quien cojones habrá llamado a la poli?, hay gente que solo se divierte jodiendo...

Dicho esto me acerqué a Alma y empecé a pintar con las manos a su lado, o a hacer como que pintaba.

-Oye, ¿desde cuando se te da tan bien mentir?- Pregunté con una sonrisa.

Me encontraba en un estado de euforia, y aunque acabábamos de salir de una fiesta, ya tenía ganas de enlazar con otra, para celebrar el momento.

Como estaba pintado y pensando sola, ya no se detenía a ver lo que los demás decían o hacian, además, no debía preocuparse por Lian, había demostrado que no iba a golpear a Dick a la más mínima provocación, así que era un peso menos. Agotada, puso su mano en su frente pensando en lo que Doug dijo, de que se había descarriado, y si lo pensaba, no lo había hecho aunque su vida aburrida había dado curiosos giros en esa semana, y se había vuelto más "entretenida" lástima que no estaba preparada para esas vueltas de la vida.

Alguien se puso a su lado, estaba pintando, pero Alma no se giró hacia esa persona hasta que esta hablo, era Richard que sin más le pregunta por el mentir. Alma suspiro, no iba a explicarle que las personas inteligentes se les hacia más simple mentir, dado que requería mayores capacidades intelectuales. Esa explicación no era entretenida simplemente.

- ¿y por qué te interesa? -le preguntó, girándose hacia él - quizás aprendí del mejor, - con la brocha que tenía  en las manos, la empujó contra el pecho de Dick, manchándolo - hazlo bien si quieres ayudar - no era agradable ni dulce, estaba lastimada por su actitud, y todo lo de esa noche, y quería lejos a ese chico - déjame en paz por favor - en ese último gesto, Richard podría ver la tristeza en sus ojos, Alma se había hecho muchas expectativas, y se había llevado una gran decepción. 

Yo, siendo el que hubiera encontrado a este peculiar grupo de jóvenes juntos, con los atuendos que teníamos y sabiendo los antecedentes ademas del hecho de haber mas de los que deberían no habría creído ni la mitad de las palabras de Alma, la hubiera tachado de mentirosa, la hubiera suspendido y posiblemente al resto o simplemente me lo hubiera guardado, tener algo con que chantajearnos hubiera sido un buen método de control. Ya bueno, la ventaja estaba en que estabamos ante los ojos de Doug, alguien quien a mi parecer no era la persona mas lista de todas o simplemente no le impostaban estas cosas, estaba concentrado en otros asuntos... cosas de adultos. Salió del lugar como si nada, dejándonos de nuevo solos, sin la compañía de Erica, Jenna y Alexia quienes habían salido para auxiliar a la primera.

Miré los potes de pintura con curiosidad pero aún mas a la rubia, el nuevo juguete de Dick. Tomé un pote de pintura y se lo puse al lado del pie derecho parándome justamente a su lado, mirando también la pared. Yo conocía esa expresión, la de desafío, la de dejar volar tu imaginación para crear algo nuevo, algo bello, me pasaba cuando componía. Tomé su mano retraída tambien y le di mi pincel lleno de pintura.

- ¿Cuando vas a empezar?, he estado en silencio esperando eso, no mas. Dije mientras la miraba, no quería que dejara de ver esa pared en blanco, su expresión, esa que tenía ahora era la que me gustaba ver. No pude evitar sonreír un poco.

Por cierto, mi nombre es Nicolas, Nick, puede ser solo Nick. Y ¿el tuyo?.

Ok, si antes estaba confundida…

Trato de hilar lo que sea que pasó aquí, pero caray, incluso una semana sin ir a clases parece ser demasiado. Continuo de espaldas, sin ver pero atenta a todo lo que escucho. Julieta… que diga, Blanchett supo decir bien la mentira, supongo que la adrenalina porque se notaba que justificar a lo descarado no era de su tipo. La cara que debe de estar poniendo quien sea que acaba de entrar ahora… casi me suelto a reír aquí mismo, tuve que morderme los labios para no arruinar la charada, gracias a dios que estaba de espaldas.

Mientras lucho contra mi propia risa vuelvo a fijar la mirada en la pared frente a mí, ahora con la base más seca pero con la pintura conservándose húmeda.

Me concentro una vez más en la pared frente a mí, de nuevo percibiéndola como un lienzo en lugar de una estructura de concreto y ladrillo. Dejo que todo alrededor se difumine, desvaneciéndose para ser de nuevo solo un ruido lejano, mientras juego con la brocha entre mis manos. Al final la bajo al suelo, casi a tientas por no despegar todavía la mirada, terminando de diseñar la obra.

Siento que algo toma mi mano y deja un pincel que creo ya tiene pintura en él. Sonrío con sus palabras, a veces cuando me sumerjo en la idea o busco la inspiración pierdo la noción del tiempo.

- Ahora mismo. ¿Ves que el brillo de la primera capa ha disminuido pero sigue allí? – Paso la mano encima de esta, abarcándola toda, pero lo suficientemente lejos para no llegar a tocarla – al hacer el trazo parte de la pintura original va a ir junto a la nueva… - me dejo emocionar por mis propias palabras - Aunque ponga nuevos colores se verá como si hubiera usado un mismo tono, o mejor dicho, que una luz del mismo tono cubre el borde. Como la luna o el neon.

Al moverme rozo con el pie un bote de pintura, desvío la mirada y ello me hace reparar más en quien ahora está a mi lado. ¿Neil?

Vuelvo a mirar hacia la pared sonriendo, admito que es una agradable sorpresa. Me sorprendo de escuchar otro nombre, quizá el primero lo confundí, es posible con el ruido que había cuando estaba en el escenario. Me gusta que lo repita, no sé porque, pero me gusta que lo haga.

- Pax. – respondo, de manera simple, pero no cortante. Al contrario, casi invitándolo a decir algo más.

La pintura está en su punto justo, y no necesito pasar un dedo para saberlo: después de años de experiencia solo me basta una mirada para saber que está lo suficiente como para lograr ese efecto. Una idea me llega a la cabeza: le alargo el pincel, mirándolo directo a los ojos, ofreciéndole el raro privilegio de participar conmigo en un mural. Raro porque no suelo hacerlo con nadie.

- ¿Quieres intentarlo?

Las palabras de Alma me dolieron, no entendía porque era tan... tan... tan estirada joder. Abrí las manos como queriendo decir "tranquila ya me abro".
Saqué las llaves y se las dejé delante de ella.

-No te volveré a molestar...

Si ya aquello me había dolido, ver a Nicky tonteando con Paxie no fue precisamente algo bueno. Me quedé plantado en el sitio, con la mirada fija hasta que finalmente conseguí reaccionar, saqué de mi bolsillo otra de mis pastillas y me la tomé, aunque tenía un regusto raro a pintura. Después de ello fui junto a Andy, intentando olvidar el resto.

-Eh tío, ¿que pasó con aquella tía?, la llevabas muy bien.- Dije recordando que la última vez que lo había visto antes de reencontrarnos había estado intentando camelarse a una.

Cuando salieron de la habitación y Doug se quedó atrás, Alexia replicó sobre el sermón de este.

- Y ojalá tus nuevos amigos aprendan un poco de usted- imitó la voz masculina de Doug sarcásticamente – hay que drogarse, llorar por todas las esquinas para dar pena e ir dando puñetazos a diestro y siniestro.

Le sonaba a risa como todos veían con tan buenos ojos a Alma.

-En fin, veamos –

Tomó el brazo de Erica, y desenvolvió la camiseta de Nick que estaba envuelta en su mano. Había mucha sangre en la camiseta y la palma de la mano estaba enrojecida por completo. El corte era profundo y largo. Miró a los ojos de Érica, y le transmitió su preocupación y al mismo tiempo le reprendía con la mirada.

Joder, Érica, tienes que dejar de hacer esto. Deseó decirle, pero Jenna estaba delante.

Encendió el grifo para que Érica se limpiara la herida, mientras Alexia se giró hasta Jenna para coger las cosas del botiquín. Pero un cruce de miradas entre ellas, provocó una ráfaga de imágenes que atestaron su memoria. Aquella mirada de ojos verdes bajo la máscara, aquellos dedos deseosos de tocarla, y sus labios…se hizo notar en su cuerpo, se ruborizó. Bajó la mirada, cogió las gasas y el betadine y se volvió hacia Érica. Esperó que no se percataran de nada.

-No hace falta que te quedes. – le dijo sin mirarla.

En cuanto Doug se gira y sale por la puerta, empiezo a desinfectarme a base de limpiarme con las manos los lugares donde Dick me había tocado. ¡Bej, me voy a volver un subnormal! ¡Siempre dicen que la estupidez se pega y me ha tenido que tocar el más estúpido del Reino Unido! Bej, bej, qué asco.

A la pregunta de quién habrá llamado, me limito a forzarme a no sonreír (aunque me muero de ganas), sin inmiscuirme. Como si no supiese nada. Hay que ver, ¿eh?, qué cabrón el que haya llamado. Si es que no se puede ir así por la vida. Cabrones.

Me acerco a Alma y vuelvo a poner una mano en su hombro. Le guiño un ojo y sonrío. Me enciendo otro cigarrillo, porque por culpa del M parece que no esté fumando, ¡no me llenan!

- Eh, has mentido de puta madre. Muy bien, Alma, de puta madre. ¿Te encuentras mejor?

No había comunicación entre en los dos, Dick y Alma, se habían roto los débiles lazos que podían unirlos y en ese minuto no quedaba nada de nada porque ella creía que él a había engañado, mientras que él no comprendía su reacción y esa hostilidad constante, pero  todo tenía una justificación cuando has pasado tanto tiempo acosada y  en donde ya no puedes creer en las personas que habían sido los artífices de tantos malos tratos.

Vio su partida, y debió bajar la mirada, sí, ahí seguía latiendo su corazón, pero ya no tan rápido, pero seguía doliendo, se quedaría callada un momento mas, cuando alguien fue donde ella, era Lian, que estaba divertidísimo por lo que había hecho con Doug, Alma le sonrió apenas, y asintió con la cabeza.

- sí... sí, mejor - murmuró la chica - ¿y tú? - levanta su mano y le quita el cigarrillo - puaj, sabes como odio esto - miró el cigarrillo y tuvo la idea de pegarle una calada, pero seguramente se ahogaría y sería demasiado cómico. Reír, necesitaba reír - y ya sabes con quien hablas.. soy una mente maestra bajo esta apariencia debilucha - le guiñó un ojo, dándole un golpecito en su hombro - oye, mi papá no va a estar en todo el finde, se fue con su novia, podríamos irnos luego a mi casa ¿te parece? y llevamos a Jenna, claro - levanta las cejas, tomando más ánimo, aunque lo hiciera forzándose un poco.

- No puedo estar mejor. -Respondo, aunque en realidad sí estaría mejor si los polis hubiesen detenido a ese grupito. Pero bueno, no se puede tener todo, ¿no? Sonrío cínicamente y recupero el cigarrillo de sus manos. Eh, cariño, si no vas a fumar, ya lo fumo yo.
- Con Jenna, claro, ¿por qué no?

Miro al grupito, fijándome en la "pintora", la única que ha cogido la brocha para algo que no sea manchar a otro. ¿Es que está loca? ¿De verdad piensa pintar de gratis? Vuelvo a mirar a Alma.
- ¿Es solo para una noche o para algo más? -Sonrio.

Había evitado la mirada de Doug desde que entró. Me alegré de que no me preguntase que demonios hacía pintando sin camiseta. Al decir verdad, me alegraba de que no hubiese pasado mucho tiempo con nosotros. En seguida nos despachó y se fue.

Suspiré aliviado, en realidad había temido que mi plan se fuese al garete y encima me la cargarse de manera doble. Me volví a poner de espaldas al aula y apoyé la frente en la pared, recién pintada, manchándome.

Mierda dije en voz baja.

Desconecté totalmente mi cerebro durante unos instantes. Miré profundamente a la pared, como si se tratase del cuadro más importante de todos los tiempos. Tenía el cerebro embotado y sentía los sonidos de mi alrededor como si fueran un ruido lejano, es más, más lejanos los oía de lo que había sentido las sirenas de la policía.

Detrás de mi apareció Nick, me erguí rápidamente sonriendo, pensando que venía conmigo, a ayudarme. Pero resultó que solo le interesaba Pax, que estaba a mi izquierda. No iba a enfadarme, Pax me caía bien, no era como la buscona de Alma, pero, aún así, no pude evitar sentirme algo decepcionado.

Después de todo, puede que me haya equivocado pensé para mi, refiriéndome a las intuiciones, a las sensaciones que había tenido con Nick Puede que sea que haya confundido sus intenciones, al fin y al cabo, sólo intentaba ser amable y yo quería que fuese algo más...

Pese a todo me aparté un poco de ellos dos para no tener que oír como él tonteaba con la chica rubia. Suspiré de nuevo, y me di la vuelta, justo en ese momento Dick llegó a mi lado.

No me dije con cierto resentimiento Si al final resultará que el tipo este resultará ser más amigo mío que Nick. Es majo, a su manera rara y matona de serla. Lastima que sea un poco yonki pienso al ver como se mete una nueva pastilla en la boca.

¡Oh! le contesto sarcástico. Estaba totalmente desinhibido, y iba a aprovecharlo, seguro que cuando durmiese se le pasaría ¿Te refieres a la chica borracha y drogada que me trajiste? le digo arqueando una ceja, haciéndome el macho ¿La que casi no podía caminar? ¿La que sin duda no sabía ni donde se encontraba?
Me paso la mano por la frente, notando la pintura, me la quito y la miro en mis dedos.
No sé que clase de relaciones estarás acostumbrado a tener tú, quiero Richard le digo mientras me limpio la pintura de la mano en el pecho de su camiseta Pero yo no acostumbro a aprovecharme de las pobres e inocentes doncellas le digo forzando un acento londinense. Le sonrío de medio lado para quitarle hierro al asunto.

Oye, Dick, ahora en serio le digo en un tono más bajo para que solo el me oyera mientras sigo limpiando mis dedos en su camiseta. Deja a Kyllian un poco tranquilo, por favor. Quiero salir de aquí cuanto antes y no quiero más broncas que deriven en más problemas. Suspiro, de nuevo, y le miro a los ojos, estaba cansado. Aparto la mano de su pecho y cojo un par de brochas, una para mi y otra para él. Por favor. Quiero descansar, en serio. Hazlo por mi le digo fingiendo voz de corderillo desvalido.

Iba a continuar la pintura del castigo, pero se sintió mareada por el olor de la pintura que aunque fuese al agua, de todas formas tenía ese pesado olor a pintura, además, Lian no ayudaba mucho, lo miró con rencorcito, pero luego solto una risita, el chico podía ser demasiado descarado, demasiado, y no supo por qué, pero lo creyó capas de llamar a la policia, pero también pudo hacerlo cualquiera.

- ¿acaso no quieres que vaya? que malo amigo eres... te voy a acusar con ella- se vuelve a reír, mentalmente se apartaba de las tristezas de esa noche - y no sé... ¿quisieras otra cosa? - rodó los ojos, no era buena idea, ni siquiera hacerlo había sido una buena idea, no, al contrario, había sido una pésima idea, pero ahi, como una santa pelotas, estaba haciéndose de la idea de algo más en esa "noche".

- eh, pues no sé si se te dan los tríos, loquillo, considerando que Jenna iría  -   se mordió el labio inferior, y ya sus mejillas estaban rojas, como cuando en esa mañana buscaba su ropa y lo llamaba a darse una ducha- no sabía que tenías esos gustos... pero...- frunció sus labios - Lian fue mi idea o te vi llegar al pasillo con la loca de Valerie - se cruzo de brazos haciendo un mohín con los labios, exigiendo  explicaciones, aunque podía haber un pequeño rastro de celos, pero Alma ni muerta lo reconocería.

Aunque había preguntado a Andy, mi mente estaba más pendiente de las conversaciones de las otras dos parejas que de él. Como si no tuviera bastante con el tonteo de Paxie, ¿Alma estaba tonteando con el colgao?, eso es lo único que me faltaba.

-Venga, no me jodas.- Le dije a Andy, aunque realmente la frase no tenía nada que ver con él.

A pesar de eso si que había escuchado algo de lo que el chico me había contado, estaba cansado, y quería irse a casa.
Así que tiré la brocha que me había dado y cogí uno de los botes de pintura. Pesaba lo suyo, y al estar sin tapadera se me derramó un poco, aunque no podía contenerme, y me reía.
Finalmente lancé el contenido muy cerca de donde se encontraban Paxie y Nicky. Para acto seguido tirar el bote de pintura ya vacío al suelo.

-Ala, yo ya he pintado mi parte.- Dije riéndome.- Me abro.

Ni si quiera miré a Nicky y Paxie, a quienes debía haber dejado llenos de pintura. Me limité a sonreír a Andy, y acto seguido les lancé un beso a Alma y el colgado.
Después de eso salí del aula.