Partida Rol por web

Cuando llegáis al centro de control de tráfico, véis que la torre se encuentra escondida entre varias estructuras más altas, lo que hace que tenga el aspecto de un puesto avanzado engarzado en la pared de cañón artificial. En el exterior hay una plataforma de aterrizaje con cuatro estaciones de atraque. La plataforma está unida al centro de control de tráfico por medio de una estrecha pasarela de dos metros de anchura.

Quaad atraca magistralmente el aerocamión sobre uno de los brazos de la plataforma mostrando una mueca de superioridad al haber efectuado un buen trabajo, pero justo cuando apenas quedan unos centímetros para posar el aerovehículo los motores se paran antes de tiempo y la nave termina cayendo bruscamente provocando un sonido brusco y seco.

Al salir véis en el centro de la plataforma una familia de rodianos ataviados con montones de bolsas con la compra del día. Se les ve aparentemente agotados y parecen esperar un aerotaxi.

Al fondo, hacia el sur, un puente conduce a la sala de control de tráfico, y aún quedan unos 15 minutos para que comience el discurso del canciller.

En cuanto la torre de tráfico empieza a apreciarse a lo lejos, ya me impaciento moviéndome más de la cuenta en mi asiento, relamiéndome con alguna que otra sonrisa algo traviesa para acabar saltando al suelo cuando aún nos quedaba medio metro para tocarlo, aunque al parecer me ah salido más a cuenta por el repentino fallo de... ¿amortiguadores?
-¿Qué ha sido eso?- pregunto a nuestro experto Quaad echando un vistazo extrañado al aerocamión, ayudando a Numa a bajar de él para después ponerme a andar con amplias zancadas a través de la pasarela que nos separa de la zona de control... Pero me detengo repentinamente observando a ésa familia sintiéndome absurdamente culpable de algún modo. Me dan lástima, eso es lo que pasa, que me estoy volviendo un marica blando.

-¡Mierda!- espeto por lo bajo al percatarme de ello -Podríamos prestarles las llaves del aerocamión....- aventuro repentinamente sin poder evitarlo. Si no lo hubiera propuesto sé que me hubiera removido la consciencia durante toda la semana.

Eeth salió del aerocamión y observó el edificio.

- Será mejor que entremos cuanto antes. Queda muy poco para que comience el discurso y ya habrán preparado ese coche con los explosivos. Tenemos el tiempo justo para evitar que dirijan el tráfico y acaben volando toda la plaza. Vamos.

El padawan se adelantó a ellos y avanzó hacia el centro. Buscó las posibles vías de entrada y alguna pista de lo que podrían encontrarse en el interior. No tenían tiempo para hacer planes elaborados.

¿¿¿Pero que coj.. ?? ¡Joder! Vaya chatarra..

Me levanto algo sobresaltado por el repentino parón de los motores, menos mal que no nos dejó tirados en medio del vacio. Suspiro y maldigo por lo bajo, luego tendré que echar un vistazo al motor o sino pedir un aereotaxi.

No sé, deben haberse freido..

Contesto a Nakor mientras salimos y no puedo evitar fijarme también en aquella familia.

¿Prestarles las llaves? ¿Quieres que se maten? Aunque.. hmmnn

Sin pensarmelo mucho mas me voy acercando hasta ellos con una mano en la pistola de la espalda mientras murmuro paranoico.

Yo ya no me fio de nadie.. ¿que llevan en las bolsas? Podrían estar esperando para cargar los explosivos que llevan ahí ocultos y..

Bajáis de la nave y, a parte de la familia de rodianos, no véis a nadie más en la plataforma de aterrizaje. Decidís entonces dirigiros a la sala de la torre a través de la estrecha pasarela que une ambas partes.

Mientras llegáis a la puerta que da al turboascensor principal, un aerotaxi llega a la plataforma y se posa sobre uno de los brazos de atraque, concretamente en el situado más al nordeste.

Cuando los rodianos comienzan a moverse hacia el aerotaxi, una lanzadera aérea surge súbitamente de la profundidades del cañón del rascacielos y aterriza en el muelle sudeste. Tras unos segundos de incertidumbre, se abre una escotilla trasera y salen dos pasajeros: un humano y un twi'lek con la piel verdosa. Os percatáis de que observan a su alrededor con cautela y mantienen una mano cerca de sus chaquetas...

La situación resulta inquietante, pero... serán realmente ellos ?

Haced una tirada de Escuchar CD15.

Paso el trayecto fascinada porque no hagan ninguna cafrada al volante, "les ha tenido que costar contenerse..." sobre volar esta ciudad resulta impresionante y a medida que nos acercamos a la torre los nervios aumentan.

-Bolsas de compra... aqui..? Soy a la unica que le parece rarisimo...- Digo por lo bajo mientras rasco el costado donde llevo mi blaster. Suelo ser desconfiada pero de esta gente no me srprenderia nada.

-Si, Eeth tiene razon, mejor que nos demos prisa antes de que ni nosotros lo contemos.

-Hmm... sí, supongo que es una posibilidad- acceso al razonamiento algo paranoico de Quaad, pero extiendo el brazo para detenerle repentinamente.
-Tú sigue hacia la sala de control con Numa, nosotros nos apañaremos aquí. Llamadnos si necesitáis ayuda- doy unos golpecitos al pequeño comunicador que todavía pende de mi cinturón y miro por un instante a los dos pasajeros que acaban de llegar.
Su actitud es tan sospechosa que me parece menos probable que sean ellos, además sólo son dos... Supongo que es una de esas veces en la que mi lógica se vuelve sin sentido así que empiezo a acelerar mis amplia zancadas hasta los aparantemente relajados rodianos.

-Disculpen, necesito que me enseñen el contenido de esas bolsas, protocolo estándar- ni yo mismo sé lo que estoy diciendo pero les muestro la identificación facilitada pro el canciller y por mucho que tenga pinta de contrabandista van a tener que acceder. Hoy me siento un poco más poderoso.

Eeth salió del aerocamión en silencio, sin dejar de mirar el entorno. Tras notar la presencia del twi´lek y el humano, frunció el ceño, desconfiado, dejó a Nakor hacerse cargo de las compras de los rodianos y se apartó ligeramente del campo visual, esperando quedar oculto tras una esquina. Un jedi les haría sospechar allí. Por otro lado, pensar en sí mismo como tal le hizo recordar fugazmente que quizá se enfrentaran a alguien como él.

Quizá por el ruido de la ciudad o porque su sentido de la prudencia no le permitía acercarse más, no pudo escuchar nada coherente de ellos.

Antes de llegar a los rodianos Nakor me detiene para volver a encarrilarme hacia mi tarea principal, de hecho me había olvidado por momentos de ella, me suele pasar a menudo.

Vale, vale, ya va, ya va..

Venga nena, dejemos a los cara de mosca con ellos..

Nos separamos y comienzo a dirigirme hacia la torre de control de trafico junto a Numa aunque recordando la vez anterior no aparto la mano de mi cadera junto a la pistola. Podrían esperarnos dentro de nuevo.

Estate alerta..

Tanto la twi'lek como Quaad se encaminan por la pasarela sur hacia la puerta que lleva hasta el centro de control, en silencio. Nakor se encargaría de llevar a buen recaudo el trámite con los cara de mosca, como el técnico mismo denomina a los rodianos.
Eeth advierte también la nueva lanzadera y cómo de ella salen dos individuos sospechosos, y decide resguardarse intentando inútilmente escapar de un ángulo de visión llano y abierto.
Nakor, por su parte, se acerca a la aparente familia de rodianos indentificándose como miembro de seguridad de Coruscant. La voz del que parece el cabeza de familia suena puntiaguda y siseante.
- Protocolo estándar ? solo contienen nuestras compras del día, por favor, el aerotaxi nos espera...

Mientras tanto, en la otra lanzadera situada en el brazo Sudeste de la plataforma, oís como el conductor de la lanzadera grita algo al par de individuos que salieron instantes antes. Éstos asienten y fugazmente marchan al trote por la pasarela hacia el centro de la plataforma, dejando las puertas de la lanzadera abiertas.

Cuando advierten segundos después a Nakor haciendo las labores de seguridad y al padawan, parecen sorprendidos, aunque quizá solo estén confundidos, y los sorprendidos seáis vosotros cuando, sin previo aviso, sacan sus blasters y comienzan a dispararos; concretamente a Nakor y Eeth.

No los habéis perdido de vista ni un segundo, por lo que tiramos iniciativa a ver quién da la primera.

Mientras caminamos hacia la torre de control observo la precipitada situación, por suerte tenía la mano encima del blaster y pude desenfundar con rapidez, poniendo la mano libre sobre la espalada de Numa para que se agachara mientras se preparaba. Trato de buscar algo con lo que cubrirnos pero cerca no parece haber gran cosa, más nos vale acertar primero..

Joder.. yo solo venía a jugar con ordenadores..

El padawan esperaba aquella reacción. Por lo que había visto antes, estaban dispuestos a dar la vida, y no les importaría a quién mataran en el proceso. Reprimió su desprecio y encendió el sable lo más rápido que pudo. Había que defender a los inocentes, y eso también iba por ellos mismos. El fulgor azul vibró un instante quieto antes de que el zabrak se colocase a toda prisa en posición de defensa, listo para desviar hacia el cielo los disparos de los fanáticos. Hoy no matarían a nadie, ni al senador ni a un rodiano que viniera de hacer su compra diaria. Hoy sólo encontrarían la respuesta a sus actos delictivos, la inexorable consecuencia de su inconsciencia.

Instintivamente, se concentró en la Fuerza para prever la trayectoria de los disparos, y nada más pasó por su mente, ya que sabía que sus compañeros harían a su ver su trabajo.

Observo el contenido de las bolsas con cierta desgana, ya que parece que realmente no son ellos aunque después de todo podrían estar llevando los explosivos sin saberlo...

Y nuevamente queda patente que el pensar no es lo mío, aunque al parecer lo de esos tipos tampoco, que empiezan a soltar disparos a diestra y siniestra sin preocuparse de nada más.
-¡¡AGÁCHENSE!!- exclamo a pleno pulmón a los rodianos a pesar de tenerlos cerca, intentando apartarme de ellos todo lo posible sin correr riesgo de caer, intntando evitar así que los disparos directos o desviados dirigidos hacia mí puedan impactar en la familia inocente.

Camino pensando en lo extraño de la situacion, ya no solo porque sea sospechosa si no porque nunca es llegar y besar el santo. Hasta que Quaad toca m espalda y me agacho sacando l blater y mirando la situacion, supongo que no les daran muchos problemas, pero... nunca se sabe.

-Y todo esto solo llevando bolsas de la compra... - no puedo evitar que la ironia salga de mis labios.

En cuanto sacan las armas, un grito en básico suena por toda la plataforma.
- Es una trampa ! - proviene del interior de la lanzadera - Tendremos que acabar con Valorum en persona, vámonos !

Otro cierra las puertas de la nave que se suelta del brazo de atraque, cayedo a plomo hacia el cañón de rascacielos antes de enderezarse y acelerar en dirección hacia... la torre del canciller (sorpresa! ¬¬)

En un abrir y cerrar de ojos y tan pronto como llegaron ya se estaban largando, dejando a dos de los suyos colgados pero con intenciones poco amistosas. Sin pensármelo dos veces apunto al humano y dejo al twilek para Numa. Cada cual a lo suyo.

Joder, que estress..si tuviera pelo se me caería

Murmuro nervioso mientras la energía comienza a cargarse en el cañón del blaster para salir disparada en dirección al terrorista.

Humano y twi'lek se arrodillan en el suelo del brazo de la plataorma mientras sus disparos se dirigen hacia el centro de la plataforma, dirección Eeth y Nakor, que trata de cubrir a la familia de rodianos. Éstos, al empezar a escuchar los disparos de los blasters y el grito del mercenario con aspecto salvaje, se echan las manos a la cabeza y protegen a los más pequeños.

El disparo del humano no acierrta en su blanco, que no hiere al mercenario; en su lugar, el cabeza de familia rodiano cae al suelo malherido, con un hilo humeante saliendo de su pecho...

La escena aún no ha dado tiempo a que se convierta en dramática, pues los blasters continúan sucediéndose en un intercambio de disparos láser que atraviesa toda la plataforma.

A lo lejos, la nave comienza a perderse en el horizonte.

De hecho, no tardará mucho en llegar a la torre del canciller. Pongamos 1d4+1 asaltos.

Todo vuestro !!

-Será hijo de...- no acabo el insulto ni es necesario, pero aprieto los dientes furioso cuando el estúpido terrorista dispara a uno de los inocentes rodianos.
Por unos segundos que pueden resultar valiosos dudo entre correr hacia el aerotaxi o quedarme.
Sé que resulta imperativo que alguien vaya tras ése último terrorista, pero tampoco podemos dejar a esta familia a su merced y para variar me entra esa especie de instinto protector absurdo que espero eliminar algún día porque me trae demasiados problemas.

-¡Eeth, Numa! Al aerotoaxi, ¡nosotros os cubrimos...!- mi voz vuelve a alzarse por encima del sonido de los disparos. Creo que le estoy cogiendo el gusto a esto de gritar órdenes, aunque en realidad no quiere decir que vayan a hacerme caso pero me parece lo más adecuado en estos momentos. Aunque está claro que mi punto de vista no siempre es el mejor...

Aún así intento hacer lo que acabo de decir, apuntando al twi'lek para al menos distraerle y dar así vía libre a mis compañeros hasta llegar al vehículo mientras el humano intenta reaccionar.