Partida Rol por web

Disparo contra uno de los oficiales de los bandidos al ver la inefectividad de la flecha.

Necesitare cogerle desprevenido

Si no daba comienzo a la batalla antes de que ese tio convenciese a los campesinos podriamos tener una huida en masa.

.-Es invulnerable. Ese hijo de puta es invulnerable-. Dice en voz baja Sierpes al ver como la arena detiene la flecha

Zalab erguido sobre su trono grita órdenes al instante al ver que otra flecha dirigida hacia un oficial se clava en otro muro de arena. Agarrandole por la pechera lo amenaza con voz cruel.

-¡CAZAD AL ARQUERO LO QUIERO VIVO, O DE LO CONTRARIO OCUPARÁS TU SU LUGAR!.-Una veintena de hombres siguen al oficial hacia las ruinas.

-¡UTILIZAD LOS GARFIOS, ARQUEROS CUBRIDLES, ARRANCAD LA BARRICADA Y NO DEJEIS A NADIE CON VIDA!-.

Viendo mi posicion comprometida, desapareci lo mas rapido que pude.

Baje corriendo del edificio y comence a correr como la arena entre las callejuelas intentando perder a los perseguidores lo mas rapido posible y sin hacer ningun ruido.

Al pasar cerca de alguna casa relativamente completa, salte al interior para fundirme en las sombras.

Creo que el enfrentamiento directo no sera una opcion

Me quedo resguardado en las sombras del edificio hasta que los perseguidores pasen de largo o me sigan dentro, con el arco a la espalda y las dagas en mano entre los pliegues de la capa.

Los nómadas buscan por entre las ruinas, montado sobre su caballo está el oficial que pasa de largo. Uno de los soldados se adentra en las ruinas donde te escondes.

Más al norte, en la muralla, la caballeria nomada lanza ganchos sobre la barricada alzada en la puerta principal mientras otros jinetes cubren a sus hermanos con arcos y letales flechas rojas.

Los aldeanos disparan sus arcos y lanzan piedras contra los jinetes en un acto impulsado de defensa. Las plegarias de los aldeanos no pueden competir contra los gritos de rabia de los nomadas, pronto la sangre comienza a derramarse en ambos bandos.

Veo pasar al grupo y como un incauto entra a inspeccionar el edificio.

Pobre diablo...

Una idea paso por mi mente

Si logro quitarle la ropa, podre moverme con mayor libertad entre su retaguardia

Aprovechando la oscuridad que me envolvia, me situe a su espalda.

Pillandole desprevenido. Deslice las dagas por su cuello. Una de ellas parecio no encontrar carne, quizas me habia quedado corto y no habia calculado bien por la oscuridad, sin embargo la otra logro darle un tajo.

Comienzo a cortar las cuerdas, dándoles ordenes a los
soldados de que hagan lo mismo y que los arqueros no dejen de disparar…

.-Disparad-. Sierpes intenta hacer blanco con su arco de caza pero falla el tiro

Notas como el acero se introduce en su garganta. Agarras su cuerpo apoyándolo en su caida para no hacer ruido y te dispones a cambiar las ropas por las de un soldado.

Vas cortando cuerdas a medida que avanzas por encima de la barricada. Las flechas rojas vuelan cerca de tí, a veces incrustándose en el pecho de un aldeano o en un ojo. Un zumbido a tu lado hace que tu atención se centre un momento en los arqueros, una flecha gira sobre si misma desde el momento de ser lanzada mientras busca su objetivo.

Intentas atinar la puntería pero los nómadas no paran de cabalgar a un lado y a otro. Incluso para un arquero no es fácil. Sueltas otra flecha que se clava en el suelo, vislumbras como cerca de esa flecha un nomada está parado, sin duda apuntando a un objetivo, sigues con la mirada la trayectoria de la flecha observando a Sigfried como corta las cuerdas de los garfios. Ese es su objetivo, la flecha falla por poco, pero prepara otra.....

Tony se acerca mientras silvan flechas a su alrrededor.-Sígueme, poco podemos hacer aquí nosotros, les daremos la bienvenida abajo.-

Sierpes mira como el arquero enemigo intenta dañar a Siegfried. Si consigue herirlo o matarlo podria verse afectada la moral y se quedarian sin mando. El pikarayense intenta hacer su mejor disparo pero falla apenas tiene unos segundos antes de que el nomada dispare tambien.

La flecha se acerca surcando la distancia hacia su objetivo en un instante. En el último momento Sigfried consigue echarse hacia atrás notando como las rojas plumas rozan su cara y pasan de largo.

La flecha se acerca surcando la distancia hacia su objetivo en un instante. En el último momento consigues echarte hacia atrás notando como las rojas plumas rozan tu cara. Oyes la maldición del Nomada en su lengua nativa.

Sales con precaución del edificio cuando unos ruidos de lucha cerca te llaman la atención. Los nómadas han conseguido encontrar a los aldeanos que estaban escondidos y ahora luchan por su vida. Pero poco pueden contra las tropas y son capturados para ser llevados ante Zalab Albashid.