Partida Rol por web

Asiento a las ordenes de Tony, me pongo mis cestus y también agarro el hacha por si las dudas llevándola en la espalda (siempre la llevo así, cruzada).

-“Cuiden bien al anciano compañeros, confío en vosotros y no me gustaría tener que andar dándoles caza si algo llegase a pasar…”-

-Parece que la hoguera se alza lejos, y no pienso ir a pie por el desierto, haced lo que querais pero yo ire a caballo, y ya de paso reconocere el terreno.

Dicho eso comprueba sus armas y espera.

Athelstane cabalga dando un pequeño rodeo mientras el grupo de caza se pone en marcha.

A lo lejos el humo continúa subiendo mientras veis como el Melnibonés cabalga más despacio, poco a poco va subiendo una duna desde donde podrá ver la causa del humo.

Cabalgas hacia el humo con la certeza de que podrás pasar  inadvertido y dar la vuelta para informar al resto. De pronto un agudo zumbido comienza a oirse en el aire, parece como si alguien estuviera agitando una cadena en el aire. Decides cambiar el paso a un ritmo más lento mientras subes un duna desde donde podrás ver con facilidad......¡Te quedas estupefacto ante la visión!. Un montículo de arena es el origen del humo, tu caballo relincha y el montículo se pone en marcha en dirección tuya a una velocidad increíble mientras el zumbido es cada vez más alto.

Veo como los demas se alejan y Athelstane hace rodeos con su caballo, sus figuras se pierden en el horizonte.

- Dime, ¿tienes alguna buena historia que contarme? ¿o prefieres pasar el rato aburridos y callados? y le doy una sonrisa de medio labio a Sierpes.

Jatges permanece callado mirando el humo negro. Su rostro serio parece estar recordando algo....

-Ah...Ah...-.Balbucea el anciano.-Los mercaderes cuentan historias del humo negro que atrae a sus víctimas, nunca se habían visto tan lejos del centro del desierto. Ataca sin piedad, ninguna arma es capaz de atravesar su armadura, cuando coge a su víctima la arrastra debajo de la arena hasta el corazón del desierto donde la engulle-. 

No solo las vuestras de momento, lo estabas haciendo bien solo quería asegurarme y que sierpes lo entendiera.

- Bueno, al menos ese humo sera un problema menos ¿no? - sonrio - ¿alguna vez usted ha visto que esto pase...? ¿tu que piensas Sierpes? - digo ya un poco mas preocupado.

-¡Pero que demonios!- Dice mientras espolea al animal para esquivar lo que se le viene encima.

 Joder. Menos mal que dije que los 2 arqueros detrás mía. Si le ven con el caballo estamos perdidos al igual si le atacan... Bueno, él estará perdido

Me intento apresurar pero manteniendo la formación .

.-¿Humo negro que engulle? Me parece una leyenda improbable-. Al quedarse con Auderico se replantea irse con los caballos .-Dime. ¿Crees que merecemos la desconfianza de nuestros compañeros-. Dice con una sonrisa malevola

Escuche a Tony y me rei suavemente.

-Ya se dara cuenta de que es un blanco de casi 3 metros de altura por 3 de longitud, encima de una duna en medio de la nada cuando le lluevan un par de flechas

Segui a Tony de cerca y comence a andar de forma sigilosa.

Comencé a seguir a Tony por su derecha, como bien había indicado, después de atravesar la duna me dirigí a el:

-“Líder, creo que lo mejor seria proceder a pie, en su caso y en el mío, los 2 somos hombres corpulentos y con un físico entrenado, si vamos a caballo resaltaremos todavía mas y eso nos volverá un blanco mas fácil si llegan a dispararnos con flechas…”-

 yo no voy a caballo. Solo athestane. Él es el único que quiso.

Veis como el melnibonés espolea al caballo haciéndolo girar bruscamente, el animal relincha ante la orden esquivando por los pelos una ola de arena que aterriza donde estaba vuestro compañero. El caballo relincha otra vez pero de terror, cabalga duna abajo mientras un montículo de arena tan ancho como dos caballos le persigue.....Un agudo zumbido se oye.

Mientras decidís un relincho aterrador corta la conversación, veis como el melnibones espolea al caballo duna abajo mientras una nube de polvo le persigue....

Espoleas al caballo duna abajo intentando alejarte de "eso". La ola de arena te abria aplastado si no hubieras reaccionado a tiempo, tus compañeros se quedan atónitos intentando discernir en sus mentes que te persigue. 

Espolea al caballo no en direccion directa hacia sus compañeros, sino dejando un trecho de algunos metros para que observen que le persigue.