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El Gran Comedor

El gran comedor se divide en cinco mesas en total: una larga mesa provenida de varios bancos como asientos por cada casa y una quinta mesa frente al principio de las otras cuatro donde se sientan el director, los profesores y también si hay algún invitado de honor.

La comida servida en Sorgintasun es de calidad excelente. Los elfos domésticos en Sorgintasun son chef cualificados y cocinan una gran variedad de platos para cada comida. Al momento de comer, los platos, bandejas repletas de alimentos y las bebidas aparecen por arte de magia frente a los alumnos.

Una tenue luz empieza a iluminar el gran comedor a través de las ventanas y el mismo techo, decorado con un cielo azul limpio con un par de nuves blancas que os pueden recordar alguna forma.

Se ha hecho de día. Son las 7:30.

El desayuno ya reposa sobre los platos repartidos por las 4 largas mesas de las casas, esperando a los más madrugadores. Zumo de melocotón, leche, café, chocolate, churros, magdalenas, tostadas y tortitas os esperan junto algunas piezas de fruta.

Sofía ha madrugado. De normal habría hecho la remolona, pero no quería perder su primer día en el Sorgintasun. Se pone su nuevo uniforme de Ravenclaw y baja al Gran Comedor con paso acelerado. Nada más entrar en el Gran Comedor no puede evitar sonreír como anoche en su dormitorio. Era increíble. La enorme estancia, unos pocos alumnos madrugadores de cursos superiores ya en la mesa charlando, las 4 mesas y la comida. Todo era tan majestuoso...

Se acerca a la mesa de su propia casa y se sienta. Ayer no pudo charlar bien con ninguno de su casa, entre nervios y más preocupada por su aceptación en el colegio. Espera poder entablar alguna amistad antes de que empiece la clase..

Con muy buen humor da un sorbo al zumo de melocotón y coge una tostada.

Lunes, perdón.

Soy una de las primeras en entrar al comedor. Estaba tan impaciente que me he despertado muy temprano, y hasta he tenido tiempo de salir a pasear un rato por el exterior.

El tiempo de aquí no me gusta mucho. Si estuviéramos en Sevilla, todavía haría calor, y muchos días de sol, pero aquí es como si ya hubiese llegado el invierno. La madrugada es fría, húmeda y brumosa, y me obliga a echarme la capa sobre los hombros. No quiero ni pensar en como será cuando llegue Enero. Me imagino que al menos no hará frío suficiente como para que nieve.

Cuando entro al gran salón, busco con la mirada alguna cara conocida. En la mesa de Ravenclaw hay una chica rubia que se que es de primero, pero con la que no he intercambiado ni una palabra. La saludo con una sonrisa y un gesto de la mano, y voy hacia la mesa de Slytherin, donde tan sólo hay algunos estudiantes mayores.

Me pongo mi Uniforme y bajo al Gran comedor intentando no despertar a los demas. Tengo Hambre
Al llegar al Gran comedor y ver toda esa comida, me quedo pasmada, me acerco a la mesa de mi casa y pongo a comer algo sin prestar atencion a las pocas personas que se encontraban en el comedor.

Más que despertar se puede decir que me levanto ya que no he pegado ojo en toda la noche y se me nota en la cara de cansada y en las ojeras que tengo.

Reprimo un bostezo al entrar en el Gran Comedor y veo que no soy la primera en llegar. Esperaba que un buen desayuno me espabilase para las primeras clases por que estaba literalmente desecha.

Veo a la chica que fue la primera en salir de mi dormitorio en la mesa de mi casa, aun no he tenido ocasión de hablar con ella quizá sea una buena oportunidad, así que me siento a su lado mientras no bajan las demás.

Se levantó se aseó y se puso el horrible uniforme. Cada vez que veía la faldita la daban ganas de romperla y ponerse unos pantalones, al menos la gustaba el verde. También cogió su zurrón, aparte de lo que solía llevar puso dentro su varita y el guante de cuero para poder coger a su lechuza. La capa tenía un lugar para la varita pero prefería su zurrón.

Como si fuera un zombi siguió a los demás alumnos que iban al comedor. Aun no conocía bien la distribución de aquellos pasillos. En cuanto llegó al comedor fue hacia la mesa y se sentó donde lo había hecho el día. Se sentó junto a la andaluza que había conocido el día anterior.

Me despierto con bastantes energias, no podia ser hoy un amanecer mejor. Me quedo un rato en la cama pues aun es temprano. Juego un rato con mi pequeña Shana. Veo como dos de las chicas ya se han levantado asi qu decido hacer lo propio. Me visto con mi bonito uniforme azul y me voy al comedor acompañada de cerca por mi gatita.

No se si me dejaran llevarla al comedor... ¿y a las clases? Solo espero que no tengan que llamarme la atención, me sabría mal dejarla encerrada en la habitación todo el dia. A malas la dejare suelta para que vaya y venga ella solita cuando quiera.

Entro en el Gran Comedor. De dia parace muy distinto... todo parece como más cotidiano. He de acostumbrarme a esto asi que lo mejor será hacerse a la idea. Paso cerca de mis compañeras de habitación y con educación les dedico un:

Buenos dias siempre educada y sonriente.

Pero no me siento a su lado sino en alguna zona donde aun no haya nadie. Prefiero desayunar tranquila y no molestar a nadie. Mi gatita se acurruca entre mis piernas debajo de la mesa, espero que nadie me diga nada...

Me levanto y miro a mis compañeros dormidos,mi estomago ruge de hambre-Groooooooooooaaaaaaaaaaaaaag!- me ducho y hago mis necesidades,luego me pongo la tunica excelentemente planchada,cojo mi varita y me dispongo a ir al comedor con Euski-buenos dias Euski,vienes?- obiamente no espero respuesta,pero me sigue ronroneando.
Una vez llego al comedor echo un vistazo y me dirijo a la mesa de Slitherin.

Abro los ojos y lo primero que veo es un rayo de sol que entra por la ventana. Mi día va a ser bueno.
Acaricio un poco a Asrael que esta a mis pies y me levanto sin mas. Tomo una ducha y me pongo mi uniforme.
Paso por la sala común y me uno a un grupo de alumnos que se dirige al gran comedor. Buen día. Digo en general.
Al entrar al comedor veo que todavía no hay mucha genete asi que me siento en el primer lugar vacío que encuentro.
Me sirvo una gran taza de café y tomo una tostada con mermelada.

Aún con los ojos cerrados, me desperezo en la cama y comienzo a estirarme un poco. Cuando por fin me decido a abrir los ojos veo que varias de mis compañeras ya han abandonado la habitación, con lo que, temiendo llegar tarde el primer día de clase, me levanto apresuradamente, lo que molesta a Luna, que estaba acurrucada entre las sábanas y me lanza una mirada de reproche por el susto... parece que la he despertado.

Me visto rápidamente y voy hacia el Gran Comedor. Entro por las grandes puertas de madera y veo a dos de mis compañeras en la mesa, con lo que voy a sentarme al lado de ambas.

Luego de bajar, me acerco a la puerta, el nerviosismo, se nota en mi rostro, hay muchas personas, varios de primer curso, y algunos mayores, seguro que no han podido dormir. Me dirijo a mi mesa y me siento y aprovecho a comer las cosas que mas me gustan.

Pensaba que me despertaría bastante pronto, pero esta vez al parecer no fue así. Cuando, tras abrir los ojos, recordé dónde estaba y me incorporé, vi algunas camas vacías ya. ¡Maldición!

Con miedo a llegar tarde (aunque por otra parte había más gente dormida, así que supuse que no lo sería mucho) me levanté, aseé y vestí rápidamente. Me puse el uniforme de Ravenclaw todavía con emoción, puesto que me hacía sentir una maga. ¡Maga!

Viendo que ya es de día, antes de salir pego un grito de ¡Arriba! para las que queden (no es plan de perder puntos el primer día) y bajo deprisa al comedor.

Al entrar en el mismo me asombra el bullicio que hay, con casi todos los alumnos hablando, gritando y divirtiéndose. Mientras me dirijo a la mesa con la gente de primero de Ravenclaw, me fijo sin embargo que la comida en las mesas parece bastante normal. Parece que no tendré problemas para comer eso, al menos.

Tras conseguir despegar los ojos, compruebo como varios de la habitación ya se han marchado hacia el comedor. Con algo de prisa me ducho y me arreglo convenientemente, poniéndome la túnica. Una vez acabado los preparativos salgo raudo haci el comedor. Cuando llego a este, me encamino hacia la mesa de mi casa con tranquilidad.

Me levanto tranquilo y a mi ritmo , mi gata sigue durmiendo. Nada mas levantarme me visto (lo normal) y me aseo (lavar cara , dientes y to el royo mañanero) tras eso me dirijo al gran comedor a paso tranquilo. Entro y veo al multitud de gente desayunando....

Puffffff
Me dirijo a la mesa Ravenclaw

Algo se lanza encima de mi y empieza a arañarme maldito gato parece ser que se a escapado del baul y aun esta más enfadado.
Cuando me levanto para cambiarme el gato se estira panzar arriba en la cama y se queda siseando todo feliz ya a demostrado quien manda
Me cambio sin quitarle un ojo de encima a ese sicotico peludo y me voy para el comedor, donde busco la mesa de Ravenclaw y me siento junto a mis compañeros, cuyos ojos de sueño no tienen mucho que envidiar a los mios.

Markel entró en el Gran Comedor casi corriendo detrás de unos alumnos mayores pensando que llegaba tarde y que todo el mundo estaría ya sentado.

Por suerte aunque ya había mucha gente en el comedor para nada estaba lleno. Algunos alumnos se giraron para ver al acelerado novato y cuchichearon. Debía estar rojo como un tomate.

Miró a la mesa de Gryffindor y localizó a algunos de sus compañeros de primero.

Escuché como dos de las chicas de mi habitació se levantaban y se vestían para bajar al comedor... bostezé y me estiré a la misma cama.

- Bueno... será mejor que me vaya levantando... - me dije a mí misma, sentándome a la cama y pasándome la mano por los ojos... mierda... todas las vacaciones levantándome a las tantas y ahora tan temprano... que desesperación.

Puse los pies el frío suelo y me coloqué el uniforme y la túnica verde y plateada - Hasta luego, Sweety, pórtate bien - dije, antes de salir de la habitación a paso rápido.

Al llegar al Gran Comedor veo que ya hay tres miembros de primero de Slytherin sentados en mi mesa - Buenos días - saludo con una media sonrisa, dirigiendo la mirada a la mesa de Ravenclaw... pero sin encontrar lo que buscaba.

María se había despertado pronto debido a que entraba el sol por la ventana y le daba en los ojos.
Al levantarse de la cama vio que Edurne aún estaba dormida, y la despertó suavemente para preguntarle:
-¿bajas conmigo a desayunar?.-dijo con una tímida sonrisa.

Tras esto se puso su uniforme y se despidió de su gato black, bajando hacia el gran comedor.
Al entrar vio que ya había algunos chicos sentados en sus mesas desayunando. María se dirigió a su mesa, seguida de Edurne, pensando que había un buen desayuno.
Su desayuno fue un vaso de leche y dos tostadas.