Partida Rol por web

Una lagrima rueda por mi mejilla al acabar la ceremonia. Las palabras de Salomon me sacan de mi ensimismamiento. Yo sigo opinando que tendrían que hacer algo para impedir el paso.

No se... creo que volvere a la sala comun. digo con poco animo

Me levanto de la silla, cuando Edurne se ofrece a responder alguna de las preguntas a la chica nueva.

-Me... esperan un segundo.-
Me acerco a la fuente, tanto que logro arrodillarme en el borde de la misma. Mi mirada se pierde en el fondo, como tratando de ver algo. Por ultimo toco el agua con la palma de la mano derecha, como si fuera una despedida.

Vuelvo a mi lugar, pero no me siento.
-Creo que.., deberíamos ir a otro lado, no se,. que creen?-

Y así termina la ceremonia... y allí me quedo sentado solo, mientras los demás compañeros comienzan a dejar vacío el Jardín de Poniente. Los padres de Florinda reciben el saludo afectuoso y el pésame de todas las autoridades presentes, mientras la fuente comienza a expulsar agua hacia todos lados.

Me incorporo de mi asiento y me dirijo hacia los padres de Florinda. No la conocía, no. Pero un padre nunca debe enterrar a su hijo... Cuando me encuentro a su lado, realizo una pequeña reverencia a ambos.

- Mi más sentido pésame. -, les digo para después, retirarme hacia el edificio sin rumbo fijo.

rso, quedo como atontado durante un rato. Empieza a levantarse gente, pero ni siquiera me inmuto. No es hasta que Salomón abre la boca cuando porfín reacciono.

-Yo también voy a ir a la sala común. No hace muy buen día que digamos. Miro hacia el cielo. Tras un par de segundos con la boca abierta mirando hacia arriba me levanto decidido.

-Nos vemos allí, gente. Me despido con una sonrisa.

Me alejo del funeral sin vacilar ni mirar a nadie en particular, exceptuando a una chica bastante coqueta que también se aleja. "Menuda piba! Esa si que sería un buen partido..."

Luis en ningún momento del duscurso mira a la directora, solo la hoye, y la escucha. Cuando termina de hablar, se espera sentado un momento, para no ser el primero en levantarse, cuando bastantes alumnos ya han dejado sus sillas vacias, Ita se levanta, y se encamina hacia el magnifico castillo.

me emociona mucho cuando habla.-intenta pensar Ita, para mentir sobre sus sentimientos en ese instante.

Daniela permanece en todo momento callada, sujetándo sus manos sobre su regazo, en una posición rígida y con los ojos ocultos tras sus largas pestañas en casi todo momento.

Cuando el discurso termina, viendo como Carlos se levanta, mira a los demás, sin dejar de dedicar una mirada al desfile de Slytherins, demorándose unos segundos en Nicolás y frunciendo levemente el ceño al ver como Natalia se contonea. Suspira y mira la fuente... sonríe con calidez, aunque debilmente, y se gira hacia Raúl, Markel y el resto de sus compañeros....

¿Nos vamos, chicos?

Markel asiente a Daniela apesadumbrado y la sigue a donde ella vaya, seguramente de vuelta a la Sala Común.

Yo... Ya nos veremos en la Sala común, iré a tomar un poco el aire... -les dice a sus compañeros antes de levantarse. Sin saber que decir, Raúl también se acerca a los padres de su compañera para darles el pésame. Antes de irse del jardín, Raúl se acerca a la fuente y observa su cristalina agua. Ahora podrás ir por donde quieras... Libre -susurra con el ceño fruncido, aunque algo más aliviado al ver que el funeral ha acabado. Nunca se acostumbrará a estas situaciones. La muerte es algo difícil de asimilar para él, así que no sabe que decir o hacer.

Para aclarar un poco sus ideas, se dirige hacia el Jardín de Tramontana, aunque sin saber exactamente dónde va. Solo necesita estar solo un rato.

Asiento a las palabras de Andrés y me levanto enseguida... sacudo mi túnica de posible polvo que se haya podido pegar y miro al punky de mi lado.

- Venga, vamos... espero no molestarle... - instintivamente me llevo las manos al pelo y me lo peino con las yemas de los dedos.

Con una leve sonrisa me dirijo hacia allí... con la cabeza alta y un rostro serio, ensayado, claro. Al llegar a la alturo de la fuente, me paro y hago una leve reverencia de cabeza

- Mi más sentido pésame, señores Meiga... - cuando los miro, puedo observar sus caras... saben de quién soy hija y no les gusta demasiado. Pero poco me importa. Para mis adentros, esbozo una orgullosa sonrisa...

Entonces camino un poco más hasta llegar a la altura de mi padre: Adrián Espriu.

- Hola papá... Sr. Ministro - con una exquisita educación, jamás vista en mí, le doy la mano al señor ministro... luego al segundo concejal - Buenos días, Sr. Solera.

Mi padre nos mira a Andrés y a mí y esboza una sonrisa, yo se la devuelvo, y me quedo allí, aunque solo sean cinco minutos... charlando con él. Es una suerte de que haya podido ver a mi padre antes de las vacaciones de Navidad, sería mentira si dijera que no lo hecho de menos.

Sigo a Anaïs con las manos en los bolsillos y a su lado, al igual que ella aunque de mala gana, no por falta de respeto sino por disgusto ante tal situación, doy el pésame a los padres procurando no mirarlos a la cara y retirarme rápidamente de su vista...

Con menos protocolo, con bastante menos protocolo que Anaïs, saludo al padre de la misma con una sonrisa... Buenos días señor Espriu.

Sofía también se levanta junto a sus compañeros de la casa.

- No sé, chicos, primero salgamos de aquí.

Parece mareada, tanto que ni siquiera tiene la cara triste ya.

El señor ministro y el concejal Solera responden al saludo de Anaïs con una inclinación de cabeza y una sonrisa educada. Adrián Espriu, en cambio luce una amplia sonrisa al cruzar su mirada con la de su hija. Satisfecho de su comportamiento, la saluda inclinándose sobre ella y dándole un beso en la mejilla... más que un beso, roza sus labios con la mejilla de Anaïs.

Luego mira a Andrés, y dejando aún una mano en el hombro de Anaïs le ofrece la otra al sly.

Buenos días, hija. Andrés. Espera a que el rubio estreche su mano sin separarse de Anaïs.

¿Te estás adaptando bien? Pregunta, mirando directamente a Andrés. Poco a poco, su amplia sonrisa empieza a reducirse y a volverse una fina curva de sus labios... una expresión solemne y orgullosa inunda todo su rostro.

Me levanto de mi asiento y me dirijo a donde están mis compañeros.

Hola, digo algo desanimada. ¿Vamos a algún sitio? Tengo ganas de salir de aquí..., termino con un hilo de voz.

Sigo al grupo de slytherin a poca distancia mirando a ninguna parte.

- Bueno chicos, voy a ir a hablar con la profesora Belinda Daza, mi llegada ha sido un tanto apresurada por el funeral. ¿dónde puedo encontraros después? - les sonrió felizmente. - Gracias por ayudarme pero como debe explicarme muchas cosas no me gustaría molestaros tanto.

Miro a los demás...

Pues salgamos de aquí, podemos hablar en el Hall de adonde ir ¿que os parece?

Daniela empieza a caminar hacia la sala común, con Markel al lado. Al verlo tan apesadumbrado no puede evitar acercarse a él y cogerlo de la mano con suavidad, para darle ánimos. Le dedica una débil pero dulce sonrisa mientras sigue caminando, tirando levemente de él.

Sofía es la primera en dirigirse al castillo, dando por hecho que los demás le siguen.

Si bueno... algunas cosas son un poco, raras digo pensando en el termino más apropiado. Pero Anaïs me esta ayudando bastante prosigo sonriente.

Señor Espriu, verá se que ya ha hecho mucho por mi, pero... Necesito algo de dinero y bueno, mis padres me dejaron algo en un banco mágico. No recuerdo como se llama. Quizá usted podría traerme algo... En la misma frase daba por sentado que él podría acceder a sus fondos, aunque si no, contaba con el permiso del muchacho...