¡Mierda! Ninguno de estos libros me sirven... los de historias y cuentos podrían ser interesantes, pero los de magia y pociones... ¡si ni siquiera se más de dos hechizos! Nah, la magia parece que no es lo mío.
Comienzo a hojear por encima los libros de los cuentos y las historias, a ver si por lo menos, tengo suerte y encuentro una historia interesante o algún nombre conocido de alguien que haya estado en el castillo cuando el jardín estaba abierto...
Encuentras leyendas e historias... algun libro hace referencia, pero no es abundante... y además, nunca se sabe si un cuento es 100% seguro... sin embargo, todos tienen algo en común: Blancanieves y los Siete Enanitos.
Blancanieves... y los siete enanitos... bueno, podría haber sido peor. Digo en voz alta mientras continúo leyendo un poco más, antes de comenzar a leer los libros de hechizos y pociones.
No sé quién ha escrito estos libros de cuentos e historias, pero al parecer, no estaba muy bien de la cabeza. ¿Qué puede haber de mágico en Blancanieves y los enanos esos? Bueno, en esta vida he aprendido a no descartar nada por más absurdo que parezca, así que... mejor me quedo con la copla por si las dudas.
Mi master se mete algo y no convida... ^^
Los libros de hechizos y pociones... son MUY complicados, tanto técnicamente como estatrégicamente como el vocabulario... como todo. Incluso a ratos hablan en idiomas desconocidos para ti...
Mierda de libros complicados. ¿Dónde está la magia para tontos de toda la vida? Joder...
Dejo los libros en su sitio y nuevamente, me pongo a leer los cuentos e historías de la magia. Por lo menos, así mataré el tiempo y estaré entretenido.
Blancanieves y los Siete Enanitos... aunque también aparecen la Bella Durmiente y la Cenicienta... sin olvidarnos de la Caperucita Roja y el Lobo Feroz. La mayoría de veces alrededor de la fuente mágica de Sorgintasun... pero no son más que variaciones de la historia real... o de la que tú conoces.
Andrés se encoge de hombros y sigue a la chica, con una mirada bastante más que sugerente, pero sonriendo... como si quisiera confundirlo con el bromeo.
Habrá visto que sobra... hay tensión sexual entre nosotros, ¿no la notas? Sonríe divertido mientras mira a la chica de arriba abajo como tantas veces había hecho.
Sera posible... más y mas cuentos... bueno, por lo menos ahora en ellos sale la dichosa fuente...
Continúo leyendo los cuentos, intentando descubrir alguna anomalía entre ellos... por más mínima que sea.
Y como tantas veces le había respondido yo... sonreí sarcástica. Dirigiéndome a la cocina y cogiendo una manzana de la cesta de frutas y dándole un bocado... me apoyé en el mármol.
- ¿A dónde habrán ido Carlos y Nico?
Caperucita se come el Lobo Feroz cuando este está buscando tranquilamente flores por el bosque, los Siete Enanitos se pierden en el cuento y Blancanieves debe buscarlos mientras esquiva la manzana... Cenicienta cae dormida y Belladurmiente es tratada de criada.
Estem... ¿puedo tirar algo para descubrir algo... o... me quedo en la inopia?
[M]: ¿Qué quieres descubrir? Estás leyendo y eso es lo que lees ·_·
Andrés mira toda la cocina con curiosidad... y no tarda demasiado en localizar el frigorífico y echarle una ojeada... ¿Comerían los magos jamón serrano? No iba a perder la oportunidad de buscar en la nevera de la dama como si "estuviera en su casa".
¿Quién sabe? Y... Se acerca a ella de repente y pone sus manos a lado y lado de la chica, en el marmol, encerrándola. ¿.. a quién le importa?
Sonrío... aunque la simple presencia de Andrés me pone nerviosa, siempre intento evitar que no se note, que parezca que lo tengo todo completamente controlado...
- Bueno... ahora los cuatros estamos metidos en el ajo, si descubren algo, yo también quiero enterarme... y también quiero enterarme si es alguna competición, por si no cuentan con nosotros... - respondo, clavando mis pupilas a los ojos de él.
Y para diambular por ahi que hay abierto xD?
[M]: y si lo vas a mirar tu? xD La mujer os ha dicho que podíais pasear por el castillo xD
Andrés levanta una mano y acaricia con la yema de un dedo la cara de Anaïs. Su mejilla y su barbilla. Luego vuelve a encerrarla en la jaula de sus brazos, sin dejar de mirarla de cerca.
Tan bonita y tan... No completa la frase, acerca más su rostro al de ella, quedando a escasa distancia entre ambos. Me vuelves loco. Susurra sobre sus labios sin dejar de mirar sus ojos y el resto de su rostro... como si fuera a romperse.
Mi rubor se intensifica, y una vez más noto aquel calor por mi cuerpo... pero ahora no es momento de esto, tenemos que buscar pistas sobre la fuente... sin embargo... sus ojos y sus labios.
- ¿Y por qué no me besas ya...? - le pregunto finalmente, pasándome la lengua por el labio superior y mordiéndome el inferior.
Andrés sonríe de medio lado, satisfecho, mientras sus labios recorren la corta distancia que los separaban de los de la chica. Primero un simple roce de labios. Acaricia los labios de Anaïs con los suyos, mordisquea el labio inferior de la slytherin hasta que... su lengua reclama sus derechos a acariciarlos. Los recorre despacio, con suavidad... tentando a la morena.
Eso iba a hacer...
Entreabro los labios para que tenga toda la libertad del mundo para hacer con mis labios lo que le plazca... ya no me importa. Coloco las manos en sus hombros, cerrando los ojos para poder sentir más y mejor su beso y su lengua...
Andrés sonrie, antes de introducir su lengua en la boca de Anaïs. Saboreándola, recorriéndola... acariciándola por dentro y buscando la lengua de la morena. Cuando la ha encontrado, la invita a moverse... la entrelaza con ella.
Sus manos siguen en la encimera, pero sus brazos se flexionan, acercando más su cuerpo al de ella... tanto, que la morena puede sentir los latidos acelerados de su corazón. Estaba nervioso... y quizá algo más que eso. Demasiada adrenalina acumulada de toda la noche. Pero no... él no iba a demostrarlo.
Coloco mis manos a su cintura, cogiéndolo de aquella ropa de gala y empujándolo un poco más hacia mí, si cabe, saboreando sus besos y su lengua, con los ojos cerrados y con pasión... muevo entonces mi mano hasta la encimera y me separo un poco de Andrés para, de un salto, quedarme sentada allí y coger ahora la solapa de la americana de Andrés y no despegarme de sus labios, con él entre mis piernas.