Partida Rol por web

Lucio y Orrin corrían tratando de distraer las fuerzas de Altieon y darnos a todos una oportunidad de recuperar el ropaje que pertenecía a nuestro maestro. Souga por su parte se notaba débil y visiblemente afectado por los combates que hubiese tenido tiempo atrás, el momento de la verdad había llegado - Athena, danos el poder y la fuerza para cumplir esta misión - carraspié un poco y me arrodillé frente a Souga - Atacaremos a Altieon, tú has luchado mucho hoy y no puedes exponerte más, al menos uno de nosotros debe volver con vida y entregar el ropaje al Santuario, daré mi vida por que cumplas ese objetivo, no mirarás hacia atrás sin importar lo que oigas o sientas Souga - mirándole fijamente a sus ojos que se mantenían aun cerrados tomé suavemente sus dos hombros y me levante, mirando hacia el muelle donde el gigantesco Altieon se erguía como la inmensa torre a derribar - Souga, hermano, encomiendo a Athena a tu cuidado - mi cosmos empezaba a encenderse como si lo fuese a hacer por última vez - Adelante muchachos, a detenerlo!!!

A medida que Lucio se acercaba a sus enemigos, su cosmos seguía aumentando, preparándose para la batalla.

No había dicho ninguna palabra en ningún momento, simplemente atentamente ponía atención a todo lo que pasaba. Mi rostro era neutro como si no estuviera pasando nada en este momento, aun cuando estábamos al borde de encontrar la armadura de nuestro maestro.

Ver a mis compañeros juntos de nuevo me llenaba de alivio. No quería que a ninguno le pasará nada malo, pero como una guerrera de mi Diosa, me daba a la idea de que fácilmente se podía perder a un compañero. Claramente en un momento estamos sonriendo todos juntos y al otro solamente somos briza. Era como si al final nuestro destino estuviera decidido, uno pleno de gozo y de satisfacción de lograr lo que queremos, pero tal vez ante los ojos de alguien un poco mas objetivo sería uno lleno de dolor que solamente terminaría en la muerte. Todo esto pasaba por mi cabeza, pero no dejaba que ninguna de esas ideas me convenciera. Terminaría tachándome a mi misma de no ser objetiva.

Por eso mismo solo miraba y escuchaba a mis compañeros quienes planeaban paso a paso su estrategia. Aun así cuando tenía algunas ideas preferí callar y dejar que mis compañeros decidieran el futuro de todos nosotros y de nuestro objetivo, la armadura de Argos de Navío.

Bien, no hay mucho que decir en este momento. ¿Por que ni siquiera puedo dibujar una sonrisa?. ¿Por que simplemente pienso en que puedo perder la vida y aun así no siento miedo de eso?. Esta no soy yo. Desde que estuvimos en el tartaro con Jhure y Artemias, siento como si hubiera perdido algo de mi. Pero, ¿que es?. ¿Que es eso que tanto me agobia en este momento?.

Aun me queda mucho camino para la plena iluminación.

Apenas logro notar que el santo de unicornio  me hacia participe en el plan, siendo yo la que efectuara la captura de la armadura. Lo mire fijamente, pero aun mi rostro no lograba decir nada. Haré lo que bien tu dices hermano. Estaré allí si Souga no puede continuar con su tarea. Tengan por seguro que nuestros planes saldrán del todo bien. Miro a lo lejano, como perdida de nuevo en mi contemplación. 

Elevo mi cosmos un poco, era el signo de que estaba preparada hasta para lo peor. Con la fuerza que mi Diosa me había concedido al hacerme digna de representar una constelación estaba completamente segura de que todo saldría perfectamente.

Comienzo a decender escondida con el resto de mis compañeros esperando el momento oportuno en que Lucio y Orrin lograran su parte del plan y luego asaltar a Altieon por nuestra cuenta.

-Entonces solo queda empezar con el plan e intentar que todo salga bien.

¿Estan todos preparados?
Era una jugada arriesgada pero debian darse prisa el tiempo apremiaba.

Sadalsuud al apoyar sus manos sobre el caballero del León puede sentir como su cuerpo tiembla, así como observar el gesto en la comisura de su boca, un gesto originado en la impotencia de no poder realizar ninguna acción. Souga escuchaba como todos estaban planeando el ataque a su enemigo y él era solo un estorbo, un pobre moribundo sin ninguna función más que correr, correr como una rata cobarde, y era este pensamiento el que hacia brotar su frustración.

Sus ojos se mantenian cerrados, sus puños sobre sus muslos y sus pensamientos, más alla de su frutración, sus pensamientos iban dirigidos como una oración a Athena para que protegiera a sus compañeros, para que les ayudara en la misión.

Lucio y Orrin van a la carrera colina abajo, desafiando a los soldados con sus gritos y gestos. Altieon los ve y frunce el seño; eleva sus puños al cielo y una tormenta de energía roja cae sobre el campo! Los aprendices apenas pueden sostenerse en pie camino abajo; y a último momento giran hacia la ribera del río.

6 guardias desaparecen y comienzan a correr tras de ellos; los árboles pronto los ocultan del grupo que se quedó con Altieon...

En cuanto mis compañeros alejan a unos cuantos soldados, doy la señal para que los demás bajemos, corriendo hacia abajo a fin de poder atacar a los guardias y si es posible, agarrarlos desprevenidos…

Comienzo a correr para enfrentarme directamente a los soldados y darle paso a Artemias de continuar contra altieon.

Este es el comienzo de algo completamente grande, acompañame señorita atenea y te juro que protejere a capa y espada el nombre de la constelación de la paloma ya que me precede.

ya no había vuelta atras para la realidad.

Ahora era la nuestra teniamos que demostrar que eramos dignos d eportar las armaduras y enfrentarnos a Alteion y sus secuaces era una gran prueba..

Comence a correr hacia ellos ,con mis compañeros.

A pesar de la impotencia que sentia al haber quedado al limite de sus fuerzas, Souga no podia permitir que sus compañeros fueran a luchar y el se quedara solo en aquella colina, por lo que mientras los demás corrian al encuentro de Altieon, el se incorporo de la posición en la que se encontraba y comenzo a caminar  por el mismo camino que sus compañeros iban. A diferencia de ellos, el caballero del León parecia un muerto vivo, su melena chamuscada, cuerpo cubierto de sangre y ampollas en varios siitios.

Me levanté tras animar a Souga y brindarle mi apoyo, su rostro de impotencia y dolor reflejaba la frustración que sentíamos de tener que hacer esto tan pronto, sin tanto entrenamiento como hubiéramos deseado pero era la voluntad de nuestra señora Athena. El tiempo transcurría y lentamente nuestro maestro moría, ese recuerdo inundó de ira mi corazón y mientras mis compañeros se adelantaban corriendo, como un gélido rayo pasé por entre ellos - UNIDOS POR ATHENA - mi grito no buscaba más que exacerbar el orgullo de mis compañeros por ser santos de Athena, y la guerra, había sido declarada. Argos Navios regresaría al Santuario costara lo que costara

- Ahh!! 

Los soldados gritan mientras se lanzan hacia los aprendices, con intención de despedazarlos antes de que siquiera lleguen a su maestro.

Lucio y Orrin se dirigían a la distancia atrayendo la atención de la mayor cantidad de soldados que pudieran. De los 12 hombres que acompañaban a Altieon tan solo 6 se fueron tras ellos, el combate era por mucho disparejo y mi cuerpo y cosmos no durarían tanto como yo deseara, pero si al menos podía intentarlo lo haría. Mientras mis compañeros se movían rápidamente, como un gélido y congelante rayo pasé entre ellos dirigiéndome a uno de los guardianes de Altieon - Basta!!!, el combate se termina acá, somos Santos de Athena - abrí mi mano y de ella una pequeña lluvia de finos cristales volvió a salir, mi polvo de diamantes (21/10) volvía a la carga contra el mismo Altieon y si alguno de sus soldados se interponía, pues al menos lastimaría a uno de sus hombres