Partida Rol por web

La voz de su hermano paso a ser de preocupacion, bastante extrañado dice.

- Pero estas bien ahora en casa ¿no?. No te preocupes, voy para alla

Durante un par de segundos no se escucha nada y despues dice:

- Tardare 15 minutos en llegar, si te ha pasado algo espero que hayas llamado a los medicos, no tardo y no te preocupes

Rapidamente cuelga el telefono

Una vez su hermano había colgado el teléfono, Alice depositó el mismo sobre su base, justo al lado de la mesilla que se encontraba en el sofá sobre el que estaba sentada. Un ligero pitido, que indicaba que la batería del teléfono había comenzado a cargarse de nuevo, fue el pequeño impulso que la chica necesitó para dirigirse al cuarto, abrir el armario, y comenzar a vestirse, esta vez... con el pijama, aunque no estaba muy segura de que no acabase en urgencias...

Hasta que su hermano llegase tenía que matar el tiempo, y dada la situación... entre la opción de comenzar a preparar la cena o buscar enfermedades raras de la piel por la red desde el portátil... optó por lo último.

Tomó asiento, frente a la mesa en el dormitorio, y encendió su portátil. Esperó pacientemente, tintineando los dedos contra la madera de la mesa, nerviosa, marcando un ritmo vertiginoso.

─ Veamos... enfermedades de la piel... ─decía, en voz baja, con la luz del portátil y la de la mesa encendidas (la del techo se encontraba apagada)─ Vaya... qué desagradable.

El sonido de las teclas revoloteaba por toda la habitación a una velocidad vertiginosa, se encontraba ansiosa por encontrar una respuesta a lo que le había ocurrido.

─ Piel... piel... ─miró el reloj en la pantalla del portátil, y con un suspiro acabó por enunciar─ Cómo tarda este hombre...

Mientras esperaba a su hermano Alice encontro toda clase de enfermedades de la piel, rarisimas, algunas parecian inventadas, otra parecian medievales, de todo pero nada que se pareciese lo mas minimo a lo que a ella le sucedia. Fue entonces cuando apresuramente se abrio la puerta, era su hermano

- Alice....

Entra en el salon encendiendo la luz y dice:

- Aqui estas, dime que es eso que te preocupaba tanto, no es normal que me llames para decirte que te pasa algo y parecias asustada

Dice con un tono de voz preocupado, realmente se notaba que estaba precupado por su hermana

Cerró el portátil de golpe, algo cansada de buscar, y recostó su espalda y cabeza en el asiento, dejó el mismo en la mesa dela habitación, del dormitorio. Escuchó la voz de Konrad, y suspiró, levantándose del mismo y dirigiéndose frente a él, tras salir del dormitorio.

En el salón, Alice situada delante de él, nerviosa y temerosa de lo que estaba pasando, no reaccionó de otra forma que no fuese abrazando a su hermano. Un abrazo fuerte, en busca de protección, algo o alguien que le explicase qué ocurría.

Él era bastante más alto que ella, por lo que la barbilla de éste quedaría sin problemas por encima de la cabeza de la chica. En un murmuro de voz ahogada Alice enunció:

─No... no sé que está... pasando. Pero... algo no está bien.

Con sus manos apretó fuertemente la chaqueta de Konrad, por la espalda, mientras lo abrazaba, como si no quisiese despegarse de él. Su cuerpo se encontraba tembloroso, y su cabello húmedo desprendiendo olor a su champú de coco.

Konrad se mantuvo un buen rato sin decir nada, solo acariciando el pelo de su hermana de forma paternal, cuando esta estuvo algo mejor la separo un poco, con un tono de voz amable, un tono que Alice sabia solo usaba con ella dice:

- Pequeña dime que es lo que te ha pasado, ¿alguien te ha hecho o dicho algo? porque como sea asi me encargare de que sufra por ello y sabes que siempre cumplo mi palabra

Estaba preocupado y le hablaba con ternura, una ternura que nadie mas sabia que tenia, solo ella

Alice fue separada, ligeramente pasó sus manos por las mejillas retirando un par de lágrimas que el estrés había dejado escapar de sus ojos. Tomó aire, profundamente, y después dejó escapar sus palabras, tratando de explicar lo mejor que podía lo que le pasaba.

─ Son... mis manos. No... no sé que pasa, enferma... cambia... es raro. ¡Y no he hecho nada! ¡No, no se qué coño está pasando! ¡Estaba en esa maldita tienda comprando algo para cenar... ─era evidente que Alice se alteraba por momentos─ y noté algo metálico en mi espalda... después nada! ... ¡Llegué a casa... y se me pegaba la toalla... luego la mano se volvió blanquecina... no sé que ocurre! ¡Tal vez me esté volviendo loca!

Alice se expresaba corporalmente de una forma muy notable, moviendo mucho sus brazos y manos, y hablando exageradamente rápido. Los nervios estaban apoderándose de su razón.

Konrad miro extrañado a su hermana pequeña, lo que le contaba era realmente raro y su cara lo reflejaba, cuando ella termina de hablar dice.

- Espera, espera, dices que sentiste algo metalico y despues no lo tenias, y que la toalla se te pegaba y despues se te puso la mano blanquecina, no se, no lo entiendo

Se quedo bastante extrañado, la miro algo extrañado y dice:

- No habras estado haciendo o tomando cosas que no debias no? porque no se lo del metal a lo mejor tocaste algo y se te quedo pegado y luego se cayo, lo de la toalla, bueno se te ha quedado pegada por cualquier cosa y lo de la mano, no apretarias con mucha fuerza con la mano no?

─ ¿Crees que no trato de buscarle una explicación? Joder, Konny... parece que no me conoces ¿qué voy a haber tomado?

La muchacha parecía hasta un poco ofendida por el comentario sobre si había tomado algo o no. ¡Claro que no había tomado nada!

Posó la palma de su mano sobre el vientre de Konrad, sobre la chaqueta o abrigo que llevase, tenía intención de demostrarle lo que estaba ocurriendo, eso que no podía entender y que le traía por el camino de la amargura, aunque en el fondo lo que realmente deseaba era que no pasase nada.

─ Solo... mira.

Cuando Alice toco el abrigo de su hermano no sucedio nada, este se quedo mirandola unos segundos y dice:

- Si, veo como tocas mi chaqueta, ya se que esta un poco vieja, pero que le vamos a hacer

Parecia que estaba empezando a no creerse mucho lo que su hermana le habia contado, entonces supira y dice:

- Hermanita no deberias de ver tantas series de esas fantasiosas, ahora me diras que eres como se llamaba, la de salvar a la animadora salvar al mundo que a todo el mundo le dio por decir, menuda mierda y tienes poderes de marcianos

Alice frunció el ceño al ver que esta vez no ocurría nada. ¿Acaso al destino le había dado hoy por jugar con ella como si fuese una marioneta? Hace menos de una hora tenía un pedazo de metal en la espalda... maldita sea.

─ Te juro que... Konrad, no te estoy mintiendo ─lanzó una mirada seria al mismo, cargada de sinceridad─ de verdad que ha pasado algo... raro. Soy la primera en no creerse esas cosas pero... ¡joder, es cierto, créeme! 

Retiro la mano del viejo abrigo de su hermano. En parte aliviada porque no había pasado nada raro, y por otra frustrada porque no podía demostrar su verdad, se giró y se dirigió al sofá del salón. Se apoyó de espaldas a este, sentada sobre el respaldo, dejando detrás de ella la televisión, y mirando directamente a Konrad, que tenía al lado la cocina.

─ No me crees ¿Verdad?

Konrad suspira y dice.

- Creeme que me gustaria creerte hermanita, pero es muy dificil de creer

Suspira profundamente y dice:

- Dices que se te pego algo de metal en la espalda no se, como no vayas al medico a que te examinen...

En ese momento el telefono de Alice comienza a sonar

─ Me he mirado y no... no tengo nada... pero Konny, tienes que creerme ─Alice guardó silencio de golpe, cuando la melodía de su móvil alcanzó a sus oídos, tomando así toda la atención de la chica─ El teléfono, espera.

Se dirigió apresuradamente al cuarto, su teléfono estaba sonando. Este se encontraba sobre su escritorio, en el cuarto, lo había dejado ahí antes de ducharse. Un brillo azul salía reflejado en la pantalla, de forma intermitente, acompasado de una vibración que hacía retumbar el aparato, y la melodía, que captó la atención de Alice cuando se encontraba en el salón.

Lo descolgó y preguntó tímidamente, pues no esperaba una llamada de nadie:

─ ¿Quién...?

La llamada es de un hombre con voz algo seca:

- Buenos dias la señorita Smith? le llamo de la policia de Nueva York, hace un par de horas estuvo en la escena de un atraco y deseamos pedirle que acuda a la comisaria ya que tenemos que tomarle declaracion

El hombre se toma una pequeña pausa y añade:

- Le agradeceria que viniese de inmediato ya que el dependiente de la tienda y la otra persona que habia en ella han aparecido calcinadas no se alarme pero deberia acudir cuanto antes

─ Calcinados... ─dejó escapar, asombrada─ Bien, sí... voy para allá.

Colgó el teléfono. Se dirigió al salón con el mismo en la mano, y le dijo a Konrad:

─ Era un agente... tengo que ir a la comisaría. ¿Vendrás, no? Los otros han... han muerto calcinados. Los que estaban en la tienda cuando atracaron.

La muchacha se mostraba temblorosa, el hecho de que esa gente hubiese acabado reducida a cenizas según el agente había escamado bastante a Alice.

Konrad pone mala cara y dice.

- Espera, que es lo que ha pasado, quienes han aparecido calcinados? y si vamos a ir a la policia mejor cambiate y no vayas en pijama porque pareceras una loca.

Coge las llaves de su moto y sus cosas mientras se pone en pie y dice.

- Hermana, te lo digo muy en serio, ha pasado algo mas? porque sabes que si hace falta ir a por alguien puedo llamar a los chicos que ya sabes que son protectores contigo

Mientras se dirigía a la habitación, para cambiarse de ropa, Konrad pudo escuchar lo que Alice le decía:

─ ¿Crees que era necesario que me dijeses que me cambie de ropa? Joder... ─abrió el armario y sacó unas prendas, que dejó caer sobre la cama─ El policía dijo que esos tipos... están calcinados. No sé nada más, yo me largué de la tienda. Apenas vi al tipo que atracó el sitio... no esperé ni a que llegase la policía.

Unos pocos minutos después, Alice ya se había cambiado el atuendo, por un conjunto más urbano y cómodo. Una chaqueta de cuero, camisa, vaqueros y botines oscuros. Tomó las llaves de casa, su cartera con la documentación, y lo guardó en el bolsillo trasero de sus vaqueros, el móvil lo colocó en el bolsillo delantero.

Salió de la habitación.

─ Siento... joderte la fiesta, Konny. Supongo que no es el plan que esperabas para esta noche...

Ella sabía que si la situación hubiese sido a la inversa, otra vez, hubiese hecho lo mismo por él. 

Los dos hermanos fueron en la moto a la comisaria mas cercana a la tienda la cual tambien era la mas cercana a su casa, el lugar estaba revolucionado, se notaba que habia pasado algo grave y en ese momento estaba toda la comisaria ocuapada con el asunto, la television estaba puesta y daba la noticia.

Un agente de policia al ver a los hermanos llegar se acerca y pregunta:

- Disculpen en que podemos ayudarles?

Alice se mantenía ligeramente detrás de Konrad, hasta que llegaron a la entrada de la comisaría y aquel agente les preguntó si podía ayudarles. Entonces avanzó un par de pasos. No era la primera vez que ella y su hermano pisaban la comisaría, siempre para algo poco... agradable.

Se dirigió al agente, observando el lugar, y le dijo:

─ Buenas... me han llamado para declarar. He estado en el atraco a la tienda, hace como un par de horas a lo sumo... ─observó al agente, y después a su hermano.

Esperó la respuesta del agente, Alice se encontraba impaciente, inquieta y nerviosa.

El policia asiente y dice.

- Ah si, por favor señor espere aqui, señorita acompañeme

Le lleva a un apartado y saca una lbireta, entonces empieza a hablar:

- Bien, empecemos por que me cuente todo lo que vio en ese momento

El policia le indica que tome asiento, pero pasa algo entonces, Alice lo vuelve a notar en su espalda, el tacto de la silla, era en su espalda esta apenas habia rozado la silla cuando vuelve a notar como la misma textura de la silla parece que se extiende por su espalda

Alice apretó los párpados, cerrando los ojos, y ladeando ligeramente el cabeza con una clara muesca de incomodidad. Otra vez... aquella sensación, notaba como se extendía de nuevo por su espalda cuando apenas se había sentado del todo.

─ Esto no es real, no es real, no es real, no es real, no es real... ─repitió mentalmente, una y otra vez, en pocos segundos.

Tomó aire profundamente, y trató de acomodarse cuanto pudo en el asiento. Sus manos reposaban sobre sus muslos, bajo la mesa, fuera de la vista del agente. Comenzó a hablar con nervios, distraída e incómoda, pero después... relató todo como si estuviese narrando una simple historia.

─ Pues... verá... yo tenía que comprar algo... para la cena, ya sabe. Estaba en la tienda... justo en el estante de la pasta... y escuché una voz. Era la voz de un chico joven, le vi de reojo... tenía el pelo corto, un poco más largo por arriba como si tuviese una pequeña cresta... su cabello era marrón, sí... y llevaba barba, de un par de días. No recuerdo nada más de él. Me escondí... entre los estantes y cuando se marchó por la puerta pagué lo que había cogido de la estantería y me fui a mi casa.