Partida Rol por web

-Puede que la comida esté envenenada- comentó Jhon a su tío Peter -Hummm, es posible, pero no lo creo... No creo que quieran matarnos de esa manera, parece que les gusta más sentir la sangre en sus labios. Además, si eso fuese así implicaría que no solo son animales, y la verdad, es una perspectiva no muy agradable... De todos modos, por si acaso, espera a que otros coman antes que tu..- Jhon continúa su búsqueda de suministros por los armarios -Las latas. Hay no pueden meter veneno, están selladas perfectamente- -Hummm, bueno, en teoría es posible, pero es muy rebuscado, sí, las latas deberían ser seguras. De todos modos sigue con el plan..-

Al llegar al armario Jhon se queda paralizado de golpe. ¿Acaba de oír algo en el armario? Si coño, eso parece, hay algo dentro del jodido armario. 

-Errr... esto... errr... Chicos, creo que... creo que he oído algo dentro del armario- medio grita Jhon. - si joder, he oído algo en el armario...- instintivamente el nerd comienza a alejarse del armario caminando lentamente hacia atrás.

-¡Mierda puta! hummm puede ser solo una rata chico, pero con la noche que llevamos... el armario está cerrado. Vale, que nadie lo abra joder-

-Puede ser una rata... pero yo no abriría el armario- -¿Que se supone que se guarda normalmente en ese armario?- pregunta nerviosamente Jhon a los monitores.

Con un rápido movimiento tira levemente de la manga del monitor para llamar su atención mientras su rostro dejaba ver que el nerviosismo y los nervios seguían presentes en ella. Todo seguía siendo demasiado extraño y no terminaba de enlazar los sucesos.

-Pero...- señala con la cabeza donde deberían de estar encendidas las luces de emergencia -si no funcionan las luces de emergencia... ¿funcionarán los teléfonos?- no las tenía todas consigo, pero si no funcionaba ninguna luz todo marcaba a que no habría línea. 

Lenny, que había estado ayudando en todo lo posible, siempre muy pendiente de Lizzy, paró en seco su actividad ante el anuncio de Jhon. ¿Qué podía haber ahí dentro?

Se acercó hasta allí, pensando que cuantos más estuvieran menos probabilidades habría de que algo peligroso les pudiera atacar.

- No lo abras aún. Puede ser un animal, pero también puede ser... algo peligroso...- ¿Dónde estaba Dylan para aquellos casos? Miró entonces a Bobby, a ver si el valiente monitor se animaba a acercarse y hacerse cargo de la situación.- ¿Qué has oído exactamente?

No le hacía ni pizca de gracia el hecho de que algo anduviera escondido en el armario. Había dos opciones: no abrir pero estar pendientes de que nada saliera de ahí durante todo el tiempo, siempre con la incógnita de que podía haber algo peligroso. O ir, abrir el maldito armario de una vez y salir de dudas.

¿Qué harías, Mai?

Estaba claro. La chica nunca dejaría que los chavales abrieran aquel armario. Debía hacerlo él.

- Ahora voy.

Leah suspira aliviada. Le gustaba estar sola, pero en estos momentos era lo último que necesitaba. Se levanta poco a poco, y decide salir de su escondite. Con las manos en alto y sin hacer movimientos bruscos, no vaya a ser que recibiese algun golpe por error. Parecían asustados y eso no le daba confianza, pero más valía eso a nada. Dos cabezas piensan mejor que una, o eso dicen.

- ¿Qué coño está ocurriendo aquí?- Pregunta algo enfadada intentando hacerse la fuerte, a los chicos con los que se encuentre y como ya había pensado, despacio y sin hacer nada raro. No le gustaría tener que perseguirles porque les había asustado.

¡Aquella chica acababa de salir del armario! Era una chica más como ellos, adolescente y parecía sana y salva. ¿Pertenecería a algún otro grupo de campistas? ¿O se trataría de otra persona? Y en caso de que fuera campista... ¿Qué les habría pasado a sus compañeros?

Una vez Dylan metió el palo de la escoba en la habitación, agitándolo con el claro plan de identificar la presencia de algún animal y que no pasase nada, los tres se adentraron en la habitación.

Se trataba del despacho del director del campamento. Una habitación algo pequeña, con la persiana bajada, estanterías con unos cuantos libros en la pared de la derecha, dos sillas de madera, una mesa escritorio rectangular donde descansaban algunos papeles, bolígrafo, un abrecartas, una foto familiar del señor director y un teléfono. Tras la mesa, una cómoda silla de cuero negra de despacho se encontraba dada la vuelta, mirando hacia la ventana cerrada.

No había nadie en esa habitación. Ni humano, ni animal.

Y entonces... el teléfono empezó a sonar.
 

Con la ayuda de Jenny había logrado empujar una de las mesas hasta la puerta de entrada del edificio, y aunque le parecía algo precario, podía ayudar a mantener fuera lo que fuese que hubiera desatado aquel infierno. O al menos servir de alarma si alguien trataba de abrir desde fuera.

Exhaló un suspiro, algo incómoda por no haber sido capaz de convencer al monitor de esperar al amanecer para salir de nuevo. Negó con la cabeza, inmersa en sus pensamientos. Ella lo había intentado, había puesto palabras a la vocecita de la razón que todos parecían estar ignorando. Pero no podía tomar las decisiones por ellos.

Mientras buscaba a Jane con la mirada, caminó de nuevo hacia sus compañeros con un montón de ideas dándole vueltas en la cabeza, La asiática le caía bien. Parecía razonable, y tal vez, si se decidía a contarle lo que había visto, pudiese ayudarla a averiguar que hacer.

Sin embargo, el repentino revuelo que se forma en torno a uno de los armarios termina de devolverla a la realidad. De él sale una chica de aproximadamente su edad, con gesto algo enfadado y completamente fuera de lugar.

Las alarmas se dispararon en la mente de la pelirroja. La última cosa que vio salir de un lugar oscuro fueron los murciélagos, y no tenían muy buena intención. Y luego estaban los mensajes. "allá donde la oscuridad pueda colarse." En los armarios no había luz. Y la chica parecía enfadada, lo cual no tenía ningún sentido teniendo en cuenta que era ella la que se escondía...

Tirada de calar (para la chica nueva) y de advertir.

Alex no se fía un pelo de la tipa que acaba de salir del armario, y menos cuando la situación le resulta tan inverosímil.

Las dificultades vuelven a ser 0 porque no tengo ni idea de cuales son las reales (si no no me deja tirar), contadme lo que gustéis.

La sala estaba despejada al parecer. Eso era buenas noticias en una noche como aquella. Parecía alguna especie de aula de colegio o alguna cosa así. Sin embargo a su parecer eran buenas noticias empañadas por el hecho de que seguramente los teléfonos no funcionarían.

Se adentró en la sala y empezó a mirar los papeles. Quería ver si tenían algo importante escritos. Cualquier información en aquella situación prodría ser crucial. También se metió el abrecartas en el bolsillo. Menos daba una piedra sinceramente.

- No creo que funcionen, Eva. Dijo un pelín tenso, levantando la vista hacia la chica. Que alguien vigile la puerta y en general el pasillo. Es nuestra única vía de escape.

Hasta que no empezó a sonar no había reparada en el teléfono, teniendo en mente las palabras de la chica. Sin embargo cuando empezó a sonar dejó inmediatamente lo que estaba haciendo y miró fijamente a sus dos acompañantes. No sabía si aquello era un golpe de suerte o una maldición, pero esperaba que Jake, como jefe de aquel grupo, cogiera el teléfono.

Por un momento parecía que su cabeza había funcionado con algo de lógica, aunque no las tenía todas consigo... Asiente con la cabeza ante la proposición de Dylan y da media vuelta con cuidado, iluminando a cada paso todo el lugar para asegurarse que no había nada. No tardarían demasiado, o eso pensaba cuando el teléfono comenzó a sonar. 

Seguía manteniendo la linterna al frente, en sentido contrario en el que se encontraban, girando un poco el cuerpo y la cabeza para ver el teléfono que había comenzado a sonar como loco sin terminar de entender cómo es que funcionaba -¿quién...va a querer llamar?- lo que se hacía raro era que alguien quisiese llamar en esos momentos. 

Lejos de alejarse hacia oscuro pasillo, se queda en la puerta del cuarto iluminando hacia fuera, observando si algo se movía, pero atenta a lo que sucediese con el teléfono que funcionaba ¿sin luz?

La nueva estaba cubierta de sangre de la cabeza a los pies y aunque parecía aliviada e incluso altanera ante la compañía una mirada a fondo demostraba que parte de aquella seguridad fingida ocultaba un miedo atroz ante lo que probablemente había vivido en las últimas horas, probablemente el mismo miedo que vería en todos sus compañeros.

Todos parecían atentos a la nueva y aunque Jenny quiso acercarse no pudo. Lo supo antes de que le sucediera. Una nueva visión que le cortó un jadeo antes de que la golpeara de lleno.

"Eran un chico y una chica, dos adolescentes, dos mellizos vestidos con una época que desde luego no se había llevado en los últimos cien años. Ella lloraba aprisionada contra el suelo por dos muchachos frente a una pequeña casita, con la mano extendida hacia el chico, que era arrastrado por un puñado de jóvenes sin rostro, inconsciente y sangrando profusamente por la cabeza. Hubo una sucesión de flashes en los que Jenny sintió las ramas del bosque arañar su piel, las piedras clavarse contra su espalda y el dolor palpitante en su cabeza.

Rocas. Arrastraban al joven por su lecho de rocas. Sus ojos se abrieron de golpe con una abrupta exhalación pero sólo pudo ver cómo el cielo se perdía de vista para dejar paso a un nuevo techo de roca. Respiraba agitado, asustado, temeroso. Y entonces vio a los chicos que se reían ante él.

- ¿Dónde está mi hermana? - preguntó furioso, ocultando el miedo que palpitaba en su interior.

- Esa pequeña ramera se ha quedado en casa.

El chico se revolvió contra sus captores pero un empujón contra una pared rocosa le dejó viendo las estrellas.

- El hijo de la bruja...¿tienes poderes como tu madre? ¿eh? Yo creo que eres un charlatán y que sin ella no eres nada...

- Dejadme o mi madre...

- ¿O tu madre qué? La mía dice que la tuya no es bruja. ¿Qué hará, eh? ¿qué harás tú? Nada, sólo eres un trozo de carroña que se esconde bajo las faldas de mamá - hubo un nuevo forcejeo y los muchachos volvieron a reír, aunque nadie tan fuerte como su portavoz -. Estúpido niño... - una piedra fue lanzada, golpeando en el brazo del chico, que soltó un gemido -. ¿No nos muestras tu poder? Venga, va... - otra vez se repitió lo mismo, dándole en la frente. Pronto empezó a caer una lluvia de piedras sobre el chico que empezaba a estar seriamente malherido ante aquel aluvión -. Eres un inútil para todo Hugo, aquí te pudras.

Una sombra oscureció la visión del joven. El portavoz se alzaba ante él con una enorme roca y una más grande sonrisa, con una expresión cruel en el rostro. Un fogonazo de odio inundó al chico, que aún sabiendo que iba a morir, lanzó un escupitajo ensangrentado al chico que tenía delante.

- Os mataré a todos.

El dolor apagó todo lo demás".

Jane se había quedado en un casi agradable segundo plano, escuchando a medias las conversaciones de los demás e inmersa en sus propios pensamientos. Más que en sus pensamientos, en un ejercicio de autocontrol en el que intentaba no echarse a llorar ni a soltar frases catastrofistas. Estaba asustada y cansada y lo último que necesitaban ni ella ni nadie era que cundiera el pánico.

Respiró profundamente varias veces y hubiera seguido así sino fuera por la aparición de una nueva chica. Se acercó hasta el lugar en el que se estaban arremolinando todos, alrededor de ella.

- Estamos huyendo de... - intentaba responder a la pregunta de la chica pero una mirada en derredor no le dio la palabra adecuada -...¿la muerte? - un parpadeó de desesperación fue toda su expresión de pavor que se permitió antes de ponerse de nuevo seria - ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿estabas con los otros grupos?

1-Alex 2-Andrew ... 11-Lizzy 12-Penelope. El 7 no cuenta

Lenny :)

Jenny jadea muy, muy, fuerte. Le falta el aire y se marea. De repente cae al suelo de culo y exclama con una voz masculina y joven*:

-Escóndete en casa ¡corre hermana!

Tras esas palabras su unas heridas se abren de golpe en su cabeza, haciendo arcos de sangre y cae de espaldas al suelo  como si hubiese recibido unas pedradas aunque sin piedras implicadas. De repente sus brazos se estiran hacia atrás y es arrastrada por una fuerza invisible, dejando un rastro de sangre en el suelo.

-¿Qué es esta cueva? ¿Dónde estoy?

Se medio incorpora y mira en dirección al joven Lenny con los ojos en blanco.

- ¿Dónde está mi hermana?

Mantiene la mirada hacia el chico, o algo que hay detrás de él, como escuchando la respuesta.

Tras unos segundos es empujada contra la pared. Y se sacude violentamente, como si recibiera una paliza a manos de maltratadores invisibles.

No nos apedreéis ¿Qué os hizo Hugo? ¿Qué os hice yo?  – Entre sollozos escupe un diente en una bolsa de saliva teñida por sangre.

- Dejadme o mi madre...

Pero no hay compasión, pues recibe una nueva tunda, que la tira al suelo. Su ojo se pone morado grita cuando su brazo se rompe con un sonoro chasquido y otro golpe marca su frente. Tiembla en el suelo gritando mientras varias piedras invisibles más se ensañan con su cuerpo. Levanta la cabeza mirando a lenny y con una última sonrisa los ojos blancos proclama:

- Os mataré a todos.

No Hugo, ellos son otra gente de mucho tiempo después no son los que…

El sonido que escucha, cuando la cabeza de Jenny gire violentamente, es el de unas vertebras que adoptan una configuración no compatible con la vida humana. Su frente se ha agrietado y si alguien recoge el estropicio algún día encontrara además de sangre, trocitos de hueso y algo de materia gris alrededor de su cabeza.

Me acerqué con Dylan a la puerta y al ver que no había nada entré en ella. Busqué el teléfono con la mirada. Cuando este sonó, lejos de aliviarme porque funcionase, me preocupé por lo raro de que sonase a aquellas horas de la noche. Me quedé unos momentos mirando el aparato y me dirigí despacio hacia él.

Dejé que Dylan se encargara de proteger la puerta y alcé la mano para coger el teléfono. Tenía que pedir ayuda. Estaban pasando cosas muy raras y ya habían muerto dos personas. Carl... con aquel rostro horrorizado y Clia. Al recordarla el grito volvió a mi cabeza junto con un escalofrío.

Sí?

Vaya, eran un buen grupo. En parte se sentía más segura. Pero el hecho de que hasta algunos desconfiaran de ella no le gustó ni una pizca. Y menos que se arremolinaran alrededor de ella como si fuera un monstruo de feria.

Por fin alguien sensato se atreve a entablar conversación con ella. La china la mira y Leah le responde. Sí, estaba con un grupo pero de repente aparecieron bichos raros que iban matando a la gente. Yo no dejé de correr hasta que me escondí aquí. Dice explicándose y señalando el armario. ¿Huir de la muerte? Ya veía uqe esta gente estaba igual o peor que ella. ¿Sóis los únicos que quedan? Pregunta, pues aunque eran un gran número, ahí faltaban mucha más gente.

Inmediatamente, en cuanto Jake cogió el teléfono una voz masculina muy conocida le empezó a hablar:

Voz:- ¿Sabes, Jake? Empiezo a estar cansado de todo esto. Cansado de que no hagáis más que huir por la zona. Todas las veces igual.- su voz era tranquila pero se denotaba cierto malestar en su tono- yo os mato, vosotros huís... sé que a mi hermana esto no le gusta y por ello, quizás para hacerlo más divertido, os plantearé un nuevo cambio. Ahora conocerás la historia de verdad:

<< Nosotros éramos felices. Mi padre falleció cuando mi hermana y yo éramos pequeños y mi madre nos crió en la casita que hay en el bosque. Aunque estábamos lejos de la sociedad éramos felices y vivíamos tranquilos. Pero ello no duró por mucho tiempo. A la edad de catorce años vinieron unos chavales al nuevo campamento que ahora pisáis y conocieron de nuestra existencia. Pensé que sería agradable tener niños con los que jugar, con los que compartir cosas... pero me equivocaba. Siempre me tacharon de rarito y muchos se divertían haciéndome rabiar y metiéndose conmigo. El bosque que tantas veces me había parecido mi casa ahora me resultaba grotesco y poco seguro.

Lo peor llegó en la noche del cuarto día de campamento. Bajo la mirada de la luna llena descubrieron a mi madre realizando un ritual en su altar, pues se podría decir que era hechicera, ¿y adivinas qué pasó entonces? La emprendieron con ella insúltandola, empujándola, gritándole... intenté salvarla, pero lo único que logré fue que me persiguieran. Corrí por el bosque durante muchos minutos hasta que terminaron por descubrir mi escondite. Me mataron a pedradas, Jake, dejándome solo. Recuerdo que juré vengarme mientras veía la mitad de una fotografía en la que aparecía mi hermana y que siempre llevaba conmigo. 

Pero ahí no quedó la cosa. Mi hermana quedó sola en el mundo, metida en la casa, angustiada y desesperada. Luchó por seguir adelante, por encontrarme... pero finalmente sucumbió a la tristeza. Desde entonces hemos reaparecido cada cierto tiempo para llevar a cabo nuestra venganza. Matar a los campistas que se atrevían a usurpar nuestro territorio.

Pero, como te digo, este año parece ser que hay un cambio de planes. El deseo de ella es que nos podáis unir de nuevo y tiene la plena confianza de que sería posible si encontráis ambos trozos de la misma fotografía y los unís. Es una sentimental pero haría cualquier cosa por ella, incluso ralentizar vuestro fin. Mi deseo es mataros, destrozaros, ¡vengarme por todo el daño que causásteis!>>

Así que ya sabes. Estar aquí encerrados no os protegerá de mi ira. Estar intentando llamar por teléfono no os alejará de mi sombra. E intentar huir tampoco os servirá de nada. Tienes dos opciones, Jake: Lograr unirnos y aplacar nuestra sed de venganza o dejar morir a tus compañeros uno a uno...

Estaba claro de quién era la voz. Era Hugo.

- Y para que sepas que no bromeo, ahora mismo terminaré con Jenny.

Y el teléfono se colgó.

-no sé a ti, pero a mí no me convence una pizca- Comentó el tío Peter - ¿Una muchacha escondida en el armario esperando a ser rescatada la misma noche en que dos de tus compañeros han muerto? ¿Suena raro no chico?-

Jhon procura no acercarse demasiado a la chica. Si los demás quiere rodearla y exponerse a cualquier riesgo vale, pero el desde luego no va a acercarse más de lo imprescindible.

- Además, es una mujer chico... ya sabes, Jezabel, Abrahel, Lilith, Astartea, Perisas... ¿Casualidad?-

- Bueno, mamá es una mujer y no es un demonio- reflexionó Jhon

- ¡¡¡Pero tu madre no ha salido de la oscuridad de un armario la misma noche en la que está muriendo gente por causas sobrenaturales!!! ¡¡¡Despierta chico!!- -¡¡Un armario joder, un jodido armario!! ¡¡Acaso no te acuerdas de aquel artículo sobre las puertas entre dimensiones...!!

- Perdona tío, lo siento... err... tienes razon... errr... es probable que sea, que sea esto... errr ¿un demonio?- Jhon se retira un par de pasos más del grupo, tratando de escurrirse hacia la cocina. Seguro que puede encontrar algo con lo que defenderse del demonio con cuerpo de mujer que está en la habitación.

- No la ataques chico- le advierte el tío Peter - No la ataques porque seguramente no conseguirás matarla...-

-Pero entonces... entonces tengo que dejarla que nos mate sin defendernos-

- No, la mataremos antes, sí, pero cuando esté desprevenida. Seguro que intenta llevarse al musculitos a parte para mancillar su cuerpo, o al pijito rubio... cuando lo haga la atacaremos y acabaremos con ella... Ahora procura parecer tranquilo, simpático y colaborador, ve a la cocina y agénciate algo para acabar con ese demonio...-

-Errr... chicos...errr esto, errr... bueno, voy a la cocina a coger algo de comer y de beber, errr sí, err.. estaréis todos hambrientos...-

Jhon se dirige a la cocina tratando de parecer lo más calmado posible.