Partida Rol por web

Turner debe ser un buen corredor al ofrecerse voluntario, por mi parte desde que abandone los estudios en los que como asignatura nos tocaba no lo he vuelto ha hacer. Caminar durante unas horas si pero sin sudadera, controlador de pulsaciones, distancia recorrida y la ultima bebida isotónica de moda.

– Intentare cubrirte mientras estés a la vista si te rodean.

Consulto con la mirada a Barret por si tiene alguna cosa que objetar.

 Una vez he preparado mi trampa vuelvo sigilosamente hacia la gasolinera quedándome a una distancia prudencial. Tengo que atraer a esos siete podridos, pero con cuidado, seguro que hay mas por los alrededores y esos prefiero no encontrármelos.

Tras mirar en todas direcciones una vez mas cojo mi pistola por el cañón y empiezo a golpear con la culata un coche "vamos asquerosos, venid pronto, y venid todos"

Sigo así mirando de vez en cuando por encima del hombro y cuando se giren les hago gestos con los brazos para atraerlos, prefiero no gritar

Turner arma una trampa. Luego comienza a golpear un coche con su arma, sólo un ruido que atraiga a los podridos más cercanos. Esos que andan merodeando la tan deseada estación de servicio.

Un par de ellos giran la cabeza. Una mujer comienza a retirarse del grupo y acercarse a Turner (igual tienen más de media cuadra de separación) Sus pasos lentos son seguidos por un hombre, al que le falta la mitad de la cara.

Pronto todos los muertos comienzan a aproximarse a la dirección en las que el hombre de color los está atrayendo. Pasan delante de Barret, G y Gore pero sin verlos. Siguen hacia adelante, hacia el apetitoso bocado que el destino les está ofreciendo. Ahora Turner tiene acortada la distancia pero todavía debe hacerlos alejarse un poco más del resto del grupo.

 Sigo golpeando y veo como los zombies vienen hacia mi, se me empieza a formar un nudo en el estomago y miro a los lados cada vez con mas nerviosismos. Cuando han recorrido la mitad del camino hasta mi me giro y corro 10 metros para girarme y volver a golpear un coche

"solo he de hacer esto unas pocas veces mas, esos cerebros podridos vendrán como polillas, caerán en la trampa y yo me iré" el plan es sencillo, pero uno no puede fiarse con los podridos, pueden sorprenderte en cualquier momento, asi que sigo nervioso y vigilando en todas direcciones

Espero en tensión las indicaciones de Barret. Tendremos que revisar el coche, no este ocupado. Además de limpiar la tienda, asegurándonos esta vez de hacerlo bien.

Me adelanto un paso a Barret para que me vea, no quiero hablar si estar seguro de a que distancia oyen y señalo con la escopeta los que se ven dentro de la tienda con gesto interrogante.

Turner sigue retrocediendo. Los podridos continúan su avance lento pero mortal hacia él. No aparecen muertos por otros lados pero estando en la ciudad, el hombre sabe muy bien que no tiene certeza de que eso continúe por mucho tiempo más.

De los siete espantajos que van hacia él, hay uno sólo que se está acercando más. Es un chaval de unos doce años, al menos por el tamaño de su cuerpecito. Sus ojos, sin embargo, hace tiempo que han perdido cualquier dejo de vida. Vacíos, huecos, acuosos, miran hacia la nada mientras sus brazos, estirados hacia adelante, como un sonámbulo, apuntan al negro. Éste es el que está acortando más rápidamente la distancia.

Turner debe estar prevenido.

Ya ha perdido de vista a sus amigos, por lo pronto el plan está saliendo bien...

Turner se piede de vista con su "rebaño" de siete y Barret, cuando los muertos terminan de pasar y están lo suficientemente lejos, sale de detrás de un vehículo y hace gestos a Gore y G de que lo sigan.

Llegan a la estación de servicio.

Hay, como habían visto antes, dos surtidores y un par de vehículos. Una puerta dá al interior de la estación.

-Vamos -dice el oficial -que el tiempo pasa rápido y con cada segundo se lo pueden comer a Barret. Y no queremos eso.

 "bueno, pues ya esta bien" Miro de nuevo a mi alrededor y empuño la pistola para disparar, ya no hare mas ruido. Me giro y corro hasta la trampa, la salto y recorro cinco metros mas para esperarles y ver que caen en la trampa. 

"bueno, al menos que cae el chaval, supongo que los demás caerán después, pero ya no me quedare a mirar"

Nada mas llegar a los surtidores compruebo si funcionan lo que nos facilitaría mucho las cosas. Una vez lo he comprobado me acerco a Barret

– ¿Comprobamos si la tienda esta limpia? Podría haber alguno todavía dentro.

Turner llega corriendo a la estación de servicio pero no hay ningún zombie tras él. Su plan parece haber funcionado. Gore le está preguntando a Barret si inspeccionar la tienda. G, por su parte, mira hacia todos lados con mirada de terror (ahora no parece tan soberbio como dentro de la prisión)

Barret piensa rápidamente y dice:

-Gore, tú y Turner adentro a revisar. G y yo cargaremos el combustible.

G está pálido.

-Vamos, no te lo voy a pedir dos veces... de hecho no te lo voy a pedir. O me obedeces o dejaré tu culo a que lo coman los muertos, ¿qué te parece?

Recién allí G se pone en movimiento.

 Me agacho para recuperar el aliento, hacia tiempo que no corría tanto, pero parece que todo ha salido como pensaba, esos podridos no son precisamente buenos levantándose

Saco mi pistola y le hago un gesto a Gore para que entremos en la tienda mientras mi respiración empieza a normalizarse

Quito los seguros de la escopeta mientras me encamino a la tienda. Una vez delante la puerta le indico a Turner que pasare yo primero.

Ya se ha arriesgado antes él haciendo una carrera con los podridos.

Entro poco a poco intentando ver algo entre los vidrios y con el cañón de las escopeta delante.

Entran en una especie de maxi quiosco, o como sea que se puede llamar a una tienda que vende todo para el transeúnte, incluso revistas eróticas. Hay una máquina registradora, un largo mostrador en el que se ven jarras con galletitas, cosas saladas y una jarra con caramelos de colores.

Hay un revistero (mueble exhibidor de revistas) en el que se distinguen varias ediciones de Playboy y también algunos comics.

Detrás del mostrador, las vitrinas exhiben botellas de jugo, bolsas de snack, botellas de detergente, limpiavidrio para el coche, franelas, cajas de aspirinas (sí, realmente había de todo) y hasta cepillos de dientes y dentífrico.

Un letrero, pegado al fondo dice:

"Si no lo tenemos, pregunta en el mostrador".

Además de una superficie de mugre y una rata mordisqueando un trozo de galleta, no se ven muertos aquí.

Abandono un momento la vigilancia al ver la jarra de caramelos.

– Turner, ¿Qué te parece? – Mientras agarro la jara para meterla en mi mochila – les alegraremos un poco la vida a los niños.

Dejo un instante la escopeta apoyado en el mostrador para hacerlo. Y nada mas guardados vuelvo a empuñarla girando para asegúrarme que no haya sorpresas tras el mostrador.

 Asiento a Gore -si, a algunos adultos también les vendrá bien algo de dulce-

Hay muchas cosas que irían bien en el refugio, pero ahora el objetivo es otro, de todos modos cojo una bolsa de snacks que no este caducada, me la abro y empiezo a comer

-tendremos que mirar la trastienda también, por si acaso- 

aun comiendo snacks me acerco a la puerta de la trastienda y doy una serie de golpecitos rítmicos con la culata de la pistola, luego espero en silencio alguna reacción en el interior