Partida Rol por web

 Cualquier cosa es de utilidad, entiendo que quieras dejar algo en tu piso. Ahora marchemos cuanto antes. Chicos, los civiles en medio, nosotros delante y detrás, yo por delante. Estad atentos, armas cargadas y listas.

Es hora de salir de aquí si o si. Dejando caer al vara al suelo cojo mi fusil de la espalda. Se acabaron las tonterias, probablemente ha sido suerte que haya dejado a dos ko con solo un golpe.

En marcha.

Todos bajan a la planta principal del edificio, Daniel encabeza el equipo, es el jefe provisorio. Al menos los otros dos militares lo obedecen. Sean cuales fueren los rangos anteriores, ahora Jackson es el líder, y nadie, al menos de su equipo, va a cuestionarlo.

En el medio del grupo está Jesse, rodeada a la derecha por Chad y a la izquierda por William, Jack cubre la retaguardia.

Daniel abre la puerta, oteando la zona.

Por ahora simplemente se ve una calle desierta. No hay signos de podridos a la vista. Hay varios edificios, dos o tres coches y una boca de incendios en la esquina.

Delante del edificio hay un negocio pero tiene la persiana cerrada. Al costado está el callejón del bar adonde antes habían estado los militares.

Por un segundo pasa por mi mente qué diablos estoy haciendo.

"He pasado la noche en un apartamento con más de esas cosas tras la puerta de una habitación, sin contar con todos los que me seguían desde mi ranchera hasta aquí. De pronto, veo a unos soldados rondando un callejón. Les digo que bajo mientras algo golpea la puerta. Sin pensar quizás que fuese peligroso hacerle entrar, hago entrar al tipo tranquilo. Y aquí estamos, en la calle. Desértica"

No hay sonido de vida, salvo nuestros movimientos. No hay cláxons ni coches circulando. Ni música, gente hablando, riendo, no hay el sonido de las aves. Nada. No es lo mismo. Ni el sol parece dar el mismo calor. Todo ha cambiado.

Uno de los militares, el de las gafas -no sé sus nombres- decide qué formación vamos a adoptar para ir seguros por la calle, pero creo que sabe de sobras que no estamos seguros. Quizás pretenda hacernos creer que sí lo es, que eso ya es otro cantar. De todos modos, decide que yo voy en el medio. El tipo tranquilo va a ir a un lado y los demás terminan la formación, uno a la izquierda y el otro detrás.

De momento no avanzamos. Chad tiene que guiarnos hacia el supermercado. Ir al super de nunca me ha gustado, pero nunca pensé que hubiese algo peor que ir un viernes por la tarde a comprar: hacerlo sin clientes, sólo con la amenaza de una especie de zombies sedientos de hombrecitos alegres con armas y buenas intenciones caminando solos por la ciudad. Tengo mucho miedo.

- ¿Sólo están ustedes en la ciudad? ¿Sólo son tres? Quiero decir... debe de haber todo un ejército movilizándose para rescatar civiles o algo así, ¿no? -digo en voz baja. No sé por qué hablo en voz baja, quizás sea por la tensión palpable que hay a nuestro alrededor que me induce a ello- Ahora sería un buen momento para avisarles por radio, como en las películas... Vamos, digo yo...

Miro a mis compañeros de fatigas, viendo en sus rostros su también tensión y preocupación por cómo va a seguir la siguiente hora. Bueno, todos no, salvo Chad.

"¿¡Qué narices...!? ¿Nunca se pone nervioso? ... Bueno, imagina por qué a él no le han molestado en su piso y a ti sí, señora ahoramepongolamúsicaatodapastillaenlarancheramientrasconsultoelmapaporquemeheperdidoyapenasmequedagasolina. Menuda tontería... Malditos zombies"

Espero que el día sea largo. La luz del sol parece que no apetece para matar y comer personas. Eso es bueno. Creo.

- ¿Por dónde vamos? -ahora pregunto a Chad en voz baja también

El grupo ya estaba listo para abandonar el edificio. Cuando salieron por el mismo, miro por detras de su hombro con nostalgia. La formacion tenia su logica, el iba en el medio, como custodiando a la unica mujer viva del lugar. "Ahora que lo pienso, Jesse representa una de las mas grandes esperanzas para la humanidad..." Antes que pudiera seguir con sus charlas internas, la chica pregunta por indicaciones, a lo que Chad responde: "Pues vamos dos cuadras por esta calle y luego doblamos una vez a la derecha y otra a la izquierda y ya estariamos alli." -Chad hablaba con tranquilidad. Temia por el grupo en si, pero no habia tiempo para hacer nada. Esperaba no tener que recurrir a hacer nada, pero tenia la sensacion que haria lo que fuese por proteger a la unica mujer del grupo. Tal vez de la ciudad entera.

 Entonces adelante.

Un ejercito entero... respondo agachando un momento la cabeza No puedo caer ahora Lo  hay, o esa es la información que tengo, pero desde luego, no aquí... En cuanto a la comunicación... puedes seguir probando con la radio.

A medida que vamos avanzando con las indicaciones de Chad, no paro de darle vueltas a lo que el militar dice.

"No hay ejército. Ni aquí ni en ninguna parte... Nos han abandonado. Quizás es que ya no existe ni ejército, ni gobierno ni la vida tal y como la conocíamos hasta hace poco. Pero... ¿Entonces...?"

- ¿Entonces qué hacen ustedes aquí si nadie les ha ordenado que viniesen? Y si no hay campamento del ejército, ¿a dónde vamos? -digo hablando en un tono de voz bajo. Miro a los demás y me doy cuenta de que se me ve a la legua que tengo miedo. No paro de cotorrear. "Será mejor que calle un poco..." - Es igual, déjelo, lo siento. No debí... Ya me callo

Continúo caminando con el grupo avanzando por la calle, tratando de que mis nervios no me maten de por sí. Tan sólo pensar que en cualquier momento puede salir otra de esas cosas...

"Mejor guardo silencio. Si hay alguien o algo ahí delante será más fácil de oír si callo un poquito, aunque me cueste. Uf, si me va a costar... ¿Cuándo vamos a poder estar a salvo?"

Mientras el grupito de paseo y aventuras avanzaba Jesse cuestionaba mucho sobre la iniciativa y motivacion de los militares. Chad no prestaba atencion a las preguntas en si, y mucho menos a la respuesta que podrian venir, sino a lo que entre lineas las palabras y posiblemente el cuerpo y espiritu de la mujer gritaba a pesar de hablar en voz baja: miedo.

A Chad le preocupaba. Confiaba en que si habia salido vivo de entre los muertos era gracias a su tranquilidad. La perfecta normal reaccion de Jesse le parecia una bomba de tiempo para la empresa. Ella misma se daba cuenta de aquello. Pero el callarse nunca es la solucion, sino el desahogo saludable. De no haber sido extremadamente bizarro, Chad hubiese cedido uno de sus cristales, tenia en mente un collar, a la chica, pero no era ni lugar ni momento para esas cosas. Por lo que opto por algo menos sospechoso.

"Por mi esta bien. El saber que hay gente viva por aqui es reconfortante" -Chad hablaba con un tono de voz normal, muchas veces podia sonar como si de un cura o un sabio hablase, atribuia dicho aspecto a sus años en el convento. "Entonces Jesse, no eres del barrio. Cuentanos, ¿de donde vienes?". "Lo mejor es seguir hablando, con naturalidad. Nada malo tiene porque ocurrir, y el callarnos u opromir nuestras voces, es signo de que algo no esta bien".

Jack saca la radio de entre sus ropas y sigue probando.

-Aquí 4x27 comunicándose. Aquí 4x72 comunicándose, ¿alguien me oye? Cambio.

El código que Jack estaba utilizando tenía que ver con la frecuencia de transmisión. Era una forma de decirle a alguien por qué canal transmitía y todo eso. También tenía que ver con un registro militar, si otro militar oyera el mensaje sabría que era uno de sus colegas el que estaba transmitiendo.

La primera cuadra pasó sin inconvenientes.

Llegaron a la segunda. En medio de la calle había al menos veinte podridos caminando. Ninguno había visto a los del grupo puesto que estaban caminando pegados a la pared, guarecidos por un camión, los restos de uno a decir verdad, que los tapaban de la vista de los "caminantes".

Jesse notó que varios podridos eran niños y eso no la tranquilizó.

Caminaban muy separados y muy lentos pero siendo un número importante, había que pensar bien la manera de evadirlos.

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Algo por dentro se está apoderando de mí y es esa asquerosa sensación de querer huir, escapar, correr y esconderse, esperando sin esperar nada, pero sin tener que afrontar esta situación que me estaba ahogando. Los militares están tensos, alertas, reacciones adecuadas a su adiestramiento; saben manejar situaciones tensas. Uno de ellos trata de comunicarse por radio y Chad me pregunta que de dónde soy. Es una situación un tanto irreal...

- Yo... Llevo un mes o así cruzando estados... No me acuerdo bien... -me cuesta hablar en un tono de voz bajo y normal, mi voz va y viene- Viajo desde ...desde Arizona. En mi ranchera.

Miro de reojo al soldado con la radio por si tiene respuestas. Nada. Nadie parece recibirle por radio. Pero hay novedades en el frente.

- Oh, mierda... No... -un grupo de esas cosas estaban delante de nosotros, y de momento tenemos ventaja. Parece que ni se han dado cuenta de que estamos ahí. Hay un par de esas cosas muy pequeñas, como si fuesen... - ...niños... -me cubro la boca con la mano.

Nombraría a Dios en mis plegarias ahora mismo, pero parece que está muy lejos de nosotros. Algo más lejos.

 Quietos, digo al ver delante de nosotros a todos aquellos zombies. No nos han visto, si no estarían sobre nosotros seguro...

Miro a mi alrededor buscando la mejor forma de rodearlos. Retroceder no era buena idea podriamos tener que dar una vuelta demasiado grande. La plaza era el camino mas seguro y ese parking al otro lado podria servir para atravesar esa cuadra.

Iremos por la plaza de baldosas rojas hacia el parking que hay entre esos edificios. Con cuidado y atentos. 

Compruebo el estado de mi arma, modo ráfaga y cargada. Siempre me gustaba comprobarlo, la idea de quedarme sin balas o ir a disparar con el seguro puesto me aterraba. Agachado les hago un gesto para que me sigan, intento cubrirme con el mobiliario urbano y los coches para asegurarnos de que no nos ven.

Esto es horrible... he visto muchos horrores en los hospitales de campaña, pero nada semejante...

Me agacho, imitando al militar que parece tener la voz cantante y le sigo mientras intento controlarme, sin mirar a esas cosas, confiando en que sigan sin vernos. Inspiro honda y profundamente, tratando de quitar de mi mente el miedo a morir como esas cosas, como los compañeros de viaje que tuve, como podría pasarnos a nosotros si no tenemos cuidado.

- Bien, sí... a ver si llegamos a por las provisiones... -respondo al militar, en voz baja- y luego...

¿Y luego? Según lo que he entendido, no hay ejército. Así que o el refugio es improvisado como el apartamento pero de los militares o de verdad existe algún lugar seguro. Aunque imagino que para llegar hasta ahí tendremos que tener algún tipo de vehículo o algo así.

Creo que debería de empezar a pensar menos y a estar al tanto de lo que pasa a nuestro alrededor.

El plan de Chad por tranquilizar a Jesse mediante una amena charla se vio completamente frustrado cuando vieron que habian varios zombies en el camino. Varios, cuantos, muchos. Chad Hoppus no habia visto tantos juntos hasta el momentos, o no que se diera cuenta. Se sorprendio, llegando a apenarse por lo que veia. No sentia miedo, pero si una enorme tristeza. En entre los come carne habian incluso niños, y eso le hizo sentir como una roca caia y retumbaba dentro de su estomago.

Enseguida Daniel, dio las ordenes para sacarnos ilesos de aquel lugar. Hubiese preferido hacer algo por aquellos seres maldecidos, pero una vez mas, Chad agradecia a la logica y no se guiaba del todo por sus sentimientos. Si lograba salir vivo de alli y ayudar a los militares, tal vez tendria oportunidad de hacer algo mas adelante. Despues de todo, lo mas confiable para dar esperanzas, suelen ser los propios humanos. Quienes tambien tienen la posibilidad de arrebatarla.

El reikista escuchaba con atencion las instrucciones dadas y en silencio avanzo por aquella plaza de cemento junto con el resto del grupo.