Partida Rol por web

Jack parece medio ido, algo afectado. La situación es para saltar los tornillos de cualquier cabeza pero Jack es un militar y debería estar más conectado a tierra de lo que se lo vé.

Daniel le hace una pregunta, mientras tanto William revisa los coches. Ha encontrado uno que sirve, tiene el tanque casi lleno. Es un descapotable azul.

Despues de algun que otro percance, finalmente el grupo habia llegado al supermercado indicado por Chad, o al menos estaban notablemente cerca. Pero el militar a cargo prefirio buscar un auto, posiblemente para poder cargarlo. "¿Pero como es que llegaron hasta aqui entonces?" -penso Chad.

Sin embargo, deseoso de poder recorrer el supermercado al cual aun no se habia visto obligado a acudir, apremio a la comitiva con cierto buen humor: "Bien, ¿vamos de compras?".

Un par de militares echan un vistazo a los posibles coches útiles que hay en el párquing para poder cargarlos de provisiones y de pasajeros mientras Chad espera a que le sigan hacia el interior del supermercado. Yo por el momento estoy bastante nerviosa. En cualquier momento podría vernos otra de esas cosas podridas y los que tienen más facilidades para ponernos a salvo están distraídos con los coches, aunque sin duda nos servirán de mucho. Tengo ganas de largarme de esta podrida ciudad.

Dirijo mi mirada hacia el supermercado. Parece algo cutre y pequeño. Quizás no tengan un gran surtido de comida y demás víveres, pero seguro que habrá agua y alguna lata de conserva. Con eso podríamos salir victoriosos. La fruta, la carne, los alimentos frescos... sería mejor que ni lo pensemos. Deben de estar re-podridos también, como esas cosas.

"Lo que daría por una chocolatina con caramelo..."

Mi boca se hace agua y mi estómago se apunta a la sinfonía. Hace casi tres días que no como nada decente y porque la galleta no dió más de sí.

- Sí, vamos... cuanto antes terminemos mejor. Presten atención, por si acaso... -digo mirando a mis compañeros de fatigas- ¿Quién entra primero? ¿Alguien se queda en la puerta vigilando?

Jack acompaña a los otros militares junto al descapotable azul. -Ya estoy mejor Jackson. Mejor guarda el ibuprofeno, seguro que nos hará falta más adelante. El capellán observa el coche con una sonrisa franca en la boca. -Vaya joya, aunque nos vendría mejor un todo-terreno o una furgoneta.

Mientras observa los alrededores, con la 9 mm en la mano, le comenta algo mása Jackson. -Teniente, ¿no deberíamos ir después al centro de control? No puede ser que estemos sólos...¿O sí?

-Bueno, voy con los civiles. Veré si se puede entrar en el súper.

Jack se acerca a la puerta del súper y después de observar el interior a través de los cristales, busca una forma de abrir la puerta.

-Sí, vamos de compras...Será divertido. Asiente, algo sombrío.

 Muy bien, pero si te encuentras peor avisa. Lo ultimo que necesitamos ahora es un soldado enfermo. Le contesto dándole una palmada en la espalda. Cogeremos esta preciosidad cuando salgamos, ahora vamos a ver que encontramos ahí dentro.

Me acerco a Jack que mira por los cristales. ¿Se ve algo? Habrá que reventar el pomo o tirar la puerta abajo. Y va a ser mas seguro reventar el pomo, Jack adelante, revientalo con la culata, yo miro lo que pase dentro, los demás atentos a la retaguardia.

Alejándome un poco apunto con el fusil dentro de la tienda a través de los cristales, si se mueve algo va a sufrir un poco de plomo.

El momento se acerca. Los militares están tratando de abrir la puerta del supermercado que da al párquing. Imagino que es la puerta trasera porque es más bien pequeña, pero viendo como es el establecimiento quizás sea la principal. Sea como fuere, casi mantengo la respiración expectante del momento en que abran la puerta. Miro a mi alrededor, vigilando que nada esté fuera de lo normal. Aunque... ¿qué no está fuera de lo normal? Hace unos meses esta era una ciudad normal y corriente, con gente con prisas, coches arriba y abajo, música saliendo de aquel balcón, niños jugando en la plaza... Y ahora los únicos niños que se ven se les cae la mandíbula a pedazos...

Vuelvo a poner la mirada en los soldados e irremediablemente llevo mi mano derecha a mi espalda. Por si acaso la ocasión lo necesitara.

-Maldita sea, no veo nada...Los cristales están cubiertos de carteles y polvo. -Veré qué puedo hacer.

Wraith intenta abrir la puerta del supermercado, de la forma más silenciosa posible. Si es necesario forzarla o romper un cristal, coge un cacote del suelo y lo usa. -No me gustaría estropear mi arma.

 Jack, no puedes tener miedo. Tú no. Hoy no. Eres el capellán y, aunque estas personas no crean en Dios, tú puedes ser su guía. ¿Qué mejor momento que ahora para que conozcan el poder de la fé? Además eres un soldado, y estás armado. No puedes flaquear. El grupo depende de que todos hagan lo que deben hacer. Ahora eres un soldado de Dios, y quizás estés viviendo el Apocalipsis. ¡Demuestra lo que vales!

La puerta del supermercado se abre ni bien Jack la empuja.

El sitio no es muy grande, hay unas diez hileras de góndolas. Al fondo parece ser el sector de las heladeras.

Delante (habeis entrado por la puerta principal que no es demasiado grande) está la caja registradora y por donde se pasan los productos para pagar. Hay en total dos cajas registradoras, una a la derecha y otra a la izquierda. Luego están las cinco primeras filas de góndolas, hay 5 más detrás de éstas. Por lo que se logra ver, hay más góndolas detrás. Puede ser que unas diez más.

Una rata sale debajo de una de las góndolas chillando y se escapa a la calle.

La luz del día ilumina la estancia lo suficiente como para investigar sin necesidad de luz eléctrica, que por cierto no funciona. Mientras todos están entrando, se escucha el caer de paquetes, al fondo.

Por suerte o no, el militar abre la puerta. Parece que ya estaba abierta, por lo que no ha tenido que forzarla ni nada de eso. Vamos entrando con cautela en el supermercado y por poco me da un infarto al oír el chillido de una rata que se escapa a la calle en cuanto nos ve entrar. Miro a mi alrededor y parece un supermercado chino con "de todo" normal y corriente.

Me dirijo al militar de las gafas para decirle qué hacemos primero, si registrar o buscar comida, pero un sonido me detiene. Al fondo, parece que hay alguien. Mi primera reacción es agacharme y esconderme tras una góndola. Si fueran muertos no estarían rebuscando comida, aunque también podría ser que al caminar haya tirado paquetes de algo sin darse cuenta. Hay que tener presente que muchas luces no tienen a pesar de tener bien claro su menú y la manera de conseguirlo. Pero si son personas normales, tenemos otro problema: la competencia en tiempos de superviviencia.

Odio este lugar.

Me quedo mirando a mis compañeros de fatigas con cara de querer fugarme ya con el coche. Lástima que no sepa hacer un puente.

Despues de tanto dramatismo, la puerta estaba abierta y entran sin mas al glorioso mercado. Ir al supermercado nunca antes habia sido tan especial y aventuresco. Al entrar Jesse se encuentra a la defensiva, pero Chad agarra uno de los canastos que alli se encuentran y sonriendo se dirije a las gondolas. Da unos pocos pasos al frente, sabiendo que habian "personas" delante, pero preferia ver que eran antes de hacer nada. Por si acaso, ya tiene una de sus manos dentro de su morral.

 Conseguimos abrir la puerta sin esfuerzo. Todos entran a tropel mientras yo me llevo la mano a la cabeza Las cosas no se hacen así... Y menos cuando puede haber algo. Un sonido nos alerta al fondo, puede ser cualquier cosa. Entro con el fusil preparado. 

Detrás de nosotros, veamos que tenemos por aquí. Estad preparados Les digo a mis compañeros.

¡¿Hay alguien?! Grito para ver si son humanos

El ruido de pies arrastrándose y un par de quejidos es toda la contestación que Daniel recibe. Chad, que se acerca un poco más ve a lo que sería una cajera, con el uniforme del supermercado. Es un blanco con un delantalcito rojo. La chica tiene una etiqueta con su nombre que dice "Emily". Después de eso, Emily tiene un sólo ojo, la mitad de la cara ha sido comida así que sólo tiene la parte derecha de la mandíbula y le falta una mano.

Se ve a "alguien" más detrás, de hecho dos "personas".

Cuando ve a Emily, el joven capellán se queda inmóvil durante varios segundos, con los ojos muy abiertos, recorriendo las líneas que la no-muerte ha dejado en la cajera. Su rostro se queda lívido y la garganta se cierra con un trago inacabado.

Al cabo de unos segundos levanta la pistola y amartilla el arma con pulso tembloroso, pero la baja de nuevo y la guarda en la pistolera.

De repente, su ojo derecho comienza a parpadear más rápido de lo normal, y la comisura derecha de sus labios se levanta a modo de media sonrisa. Entonces, en ese supermercado abandonado, rodeado por unos pocos de los supervivientes de aquella tragedia, Jack Wraith comienza a reir. Ríe con una risa cínica y dura, incluso cruel.

-Emily...¡Aún no nos han presentado!

Dicho esto, Jack enfila la hilera de estanterías y va directo a los podridos, después de coger una lata grande de tomate frito cien por cien natural y una botella de cerveza de dos litros.