Partida Rol por web

aviso aviso y re contra aviso...volvi...

TEMED UMBRIA

La puerta trasera de a un pequeño callejón, de un lado del callejón está nuevamente la salida a la calle principal y del otro lado se encuentra una puerta doble, junto a la misma hay un cartel que dice:

"Depósito"

Es muy posible que sea precisamente donde se guardan las cosas del bar, tanto el alcohol como los pocos alimentos que allí se sirven. O puede ser que no.

La puerta parece entreabierta, dá la impresión de que no está totalmente cerrada.

Chad abrió los ojos. Estaba recostado sobre un colchón desvencijado, en la parte comercial de Cranston, en el segundo piso de un edificio de siete pisos. Había llegado anoche, puesto los cerrojos a la puerta y se había hechado sobre la cama esperando que el cansancio que sentía en todo su cuerpo se fuese al otro día.

El hecho de haber tenido que salir de su refugio provisorio para encontrar provisiones era insoportable pero lo hizo. Consiguió llegar a un viejo restaurant, tomar unas cajas de alimentos enlatados y volver a ese departamento.

Ahora, despertaba un poco agotado. Miró el ventilador de techo y recordó la realidad.

Por lo pronto seguía solo en un mundo devorado por muertos. Y tenía que sobrevivir, porque todavía había esperanzas. Siempre que hay vida hay esperanzas, eso suponía Chad.

Jesse abrió los ojos. Estaba escondida en un departamento en el primer piso de un edificio. Había llegado allí a la madrugada, cuando escapaba de una banda de podridos. Agotada, empujó un mueble contra la puerta y descanso sobre el suelo. En un punto se quedó dormida pero estaba tranquila sabiendo que los zombies no estaban aquí.

Ahora se había despertado y seguía a salvo.

Ya no había sonidos detrás de la puerta, nada que indicara la presencia de podridos. Una ventana daba a la calle y a un pequeño balcón y otra puerta daba al resto del departamento.

Tras abrir los ojos, me sobresalto, mirando con nerviosismo a mi alrededor.

- Mierda, no tenía que haberme dormido. Pero calma, todo parece tranquilo y al otro lado de la puerta ya no estan aquellas bestias aullantes de la muerte que me habían perseguido desde que tuve que salir de la ranchera esta noche. Dios mío... ¿Eran personas? Empezaron a perseguirme como coyotes hambrientos y delante del camino habían muchas más... Esto es de locos... ¿Cómo estarán en el rancho? Espero que allí no haya llegado esto -pienso mientras me levanto y observo a mi alrededor.

Como almohada había utilizado mi pequeña mochila. La miro y no puedo evitar pensar que de no habérmela dejado ahí tirada, tras el asiento de la ranchera, como tanto odiaba mi madre que hiciera, no tendría ni agua en esos momentos. Benditos descuidos... Aunque al parecer, no todos eran una buena idea viendo lo que anda por ahí suelto.

Un escalofrío recorre mi cuerpo.

- ¿Y la demás gente? - pienso

No parece escucharse nada en todo el bloque. Pero ya es de día. Una extraña sensación de miedo se apodera de mí.

- Miedo... ¿cuándo debió de ser la última vez que sentí miedo? Pero del de verdad. Quizás aquel día en que sin querer mandé a mi hermano Lui al hospital. Estábamos jugando en el tejado de la granja y tras esa estúpida idea se nos ocurrió hacer carreras. Yo gané la carrera, pero mi hermano se rompió la pierna. Cuando le vi caer se me paró el corazón, creí que se iba a matar. Creo que el miedo que sentí me paralizó y no supe ni reaccionar. Fue mi padre quién primero vino. Dios... -mis pensamientos se interrumpen y mis pasos se acercan con cautela hasta la ventana por la cual me asomo con miedo a que hayan más de esos seres ahí fuera.

La luz del día me ofrece calma pero una enorme sensación de estado de alerta me acompaña sin que yo lo quiera. Observo qué me depara la luz que me brinda el sol.

Si con la ventana no obtengo apenas visión de la calle, abro con mucho cuidado el balcón -tras echarle un vistazo y ver que no hay ningún podrido ahí- y observo la calle.

Chad volvia a despertar, una vez mas cansado. Hacia tiempo no dormia apropiadamente. Al principio del horror no podia hacerlo por el terror que acechaba afuera. A pesar de estar en un piso elevado, creia escuchar...los moverse, y gruñir alli afuera durante las noches. Le costo tiempo acostumbrarse a esa espantosa musica nocturna pero finalmente quedaba rendido por el suño. Pero sus noches no mejoraban. Muchas veces tenia espantosas pesadillas, donde revivia los mismos horrores que habia visto durante varios ataques Zombies. A veces tenia sueños mas raros, pero siempre terminaban de una u otra forma con el desgarro de la carne en las mandibulas de algun muerto que se negaba a desacansar.

El ventilado giraba lentamente sobre su cabeza. Seguia las aletas con la mirada, en una mezcla de sueño y cansancio, provocandole un efecto hiptonizante y tal vez, tranquilizador.

No sentia apetito. Y pensar en comida, le provocaba una mueca de ironia, dado que luego de tantos siglos de ser el mayor consumista, finalmente el ser humano se habia vuelto su propio deseo alimenticio.

Chad se levanto de la cama, aun algo cansado. Se lavo cara con un poco de agua, y luego se dirijio a la ventana. Mirar por ella, de alguna manera lo hacia volver a la realidad. Ver lo desierto y sucio que estaban las calles era como un duro golpe que le decia que todo aquello en verdad estaba ocurriendo. Chad se quedo unos minutos mirando por la ventana con las persianas bajas reflexionando sobre como el mundo habia llegado a esa catastrofe y si habria otras personas vivas como el. La esperanza, y mas mas aun Chad Hoppus, era lo ultimo que se perdia.

La ventana dá al callejón de un bar llamado Teddy's . Se ven tres militares afuera de la zona de depósito del bar: una puerta metalizada doble que dá al interior del sitio donde se guarda el alcohol y la poca comida que ofrecen. Los soldados no miran para arriba, están preocupados intentando ver qué hay detrás de esa puerta que está entreabierta. Están armados y caminan sigilosamente, solamente de causalidad los has visto.

La ventana dá al callejón de un bar llamado Teddy's . Se ven tres militares afuera de la zona de depósito del bar: una puerta metalizada doble que dá al interior del sitio donde se guarda el alcohol y la poca comida que ofrecen. Los soldados no miran para arriba, están preocupados intentando ver qué hay detrás de esa puerta que está entreabierta. Están armados y caminan sigilosamente, solamente de causalidad los has visto.

Asomarme por la ventana me sirve para divisar a tres militares armados y caminando de manera sigilosa, registrando la zona, pero no sé si en busca de suministros, de podridos o de supervivientes. 

- ¿Y si lo que guardan, aparte de armas automáticas y ganas de sobrevivir, no son del todo buenas intenciones? Bueno, lo que podría intentar es un primer contacto... a muy malas, puedo volver a buscar refugio donde sea. Si lo he logrado una vez, puedo una segunda. O no un refugio pero sí un vehículo y largarme de esta ciudad infestada - pienso.

Miro a mi alrededor, en la habitación en la que estoy, en busca de cualquier objeto del tamaño de un bolígrafo, una figurita o algo así. O en mis bolsillos incluso, por si tengo un mechero, un paquete de chicles o cualquier objeto de ese tamaño.

Si encuentro algo, me asomaré al balcón y lanzaré dicho objeto cerca de donde están ellos. No voy a ponerme a lanzar voces para que todo ser viviente -o no- sepa dónde estoy.

Encuentre algo o no, me asomo al balcón para ver si existe alguna escalera de incendios que dé al callejón para poder bajar, aunque es un primer piso y veo factible lo de deslizarme balcón abajo para no perderles de vista. Demasiadas veces he hecho la cabra como para tener ahora vértigo.

Por un momento Chad se sorprende. ¿Personas? Hacia mucho que no veia gente... viva. Pero luego se pregunto si aquellos militares serian producto de su imagicacion, sus deseos, su cansancio. Volvio a lavarse la cara y regreso a la ventana para comprobar que efectivamente alli habian personas vivas, probablemente buscando alimentos. Esta era su oportunidad, no sabia bien si aquello seria mejor, pero debia intentarlo.

Agarro un morral, coloco una botelllita de agua y dos latas de atun abrefacil. Adentro tambien llevaba pequeños y no muy filosos cuchillos (tipo untables) pero que de alguna manera lo hacian sentirse mas seguro. Tambien llevaba su siempre fiel libro de Reiki. Un libro chico, de no mas de 180 paginas, introductorio al Reiki. Tambien llevaba unos pocos cristales blancos, que le servian para purificar la energia de algun sitio. Ultimamente lo hacia cada mañana con los primeros rayos de sol para purificar el ambiente*, eso en contadas ocaciones le habia permitido descansar bien unas dos o tres horas.

Chad aun colocandose el morral bajo a toda prisa las escaleras. Se habia acostumbrado a aquello, desde que una vez se trabo el ascensor y estuvo encerrado casi media hora. Rapidamente llego al hall de entrada del edificio, y alli paro la carrera. Esa tactica tambien se le estaba haciendo costumbre. La entrada del edificio estaba trabada desde adentro por unos bancos, cajas y demases, creando una pequeña pero eficaz defensa contra los no muertos. Se acerco con cautela y miro por los huecos, para asegurarse que era seguro salir.

Jéssica encuentra una revista sobre el suelo. Es vieja y está desvencijada. Puede utilizarla para hacer un bollo de papel y arrojarlo por el balcón. También nota que el balcón tiene una pequeña escalerilla de emergencia que da al balcón anterior y de ahí a la calle. Los militares siguen en su posición, discutiendo algo, es posible que tenga que ver con la entrada al depósito. No se ven zombies por abajo, de momento.

Chad baja por las escaleras a la puerta principal del edificio, que es la que dá a la calle. No dá al callejón directamente sino a una calle lateral al mismo. De manera que para entrar en donde están los soldados, Chad debería salir del edificio y doblar la esquina en dónde se encuentra.

No son muchos metros. El edificio está prácticamente en la esquina.

Por ahora no hay muertos rondando. Al menos no en la calle.

Un ruido de pasos arrastrándose viene a Chad desde el piso superior.

Entro para buscar algo y encuentro una revista. De paso recojo mi mochila; quizás sea momento de irse. Salgo al balcón, acercándome lo más posible hacia la dirección en la que se encuentran los militares y con algunas páginas de la revista -no gasto la revista entera- hago unas cuántas bolas de papel. Las aplasto con fuerza para que no se desmonten a medio vuelo y cuando creo que van a tener buena consistencia las lanzo hacia los militares. ¡Lluvia de pelotas de papel! Un ataque casi mortal... pero sólo son para hacer señales a los militares. 

Por si acaso no se dan cuenta de que les llueven pelotas de papel me acerco a la escalerilla que da al balcón de abajo. Me asomo para ver su estado y el estado del balcón de abajo.

Están delante de la puerta que dá al depósito cuando de pronto tres pelotas hechas de papel os caen en la cabeza.

Jack comenta.

-¿Qué es eso? -y levanta la mirada.

 Algo rebota en mi cabeza cuando salimos por la puerta. Alertado levanto la mirada con la vara preparada para golpear.

Cuidado Grito por si acaso

Una vez seguro que por la entrada principal del edificio no habia nada, se tranquilizo. Ahora seria decision suya salir al encuentro de esos militares o no. Pero antes de que pudiera decidir nada, un ruido de pasos a su espalda, proveniente del piso superior, lo hizo darse vuelta y olvidarse por un momento de los militares. Aquello lo habia agarrado por sorpresa. En los dias que llevaba en el departamento, se habia asegurado de revisar los demas, hasta donde tuviese acceso. No era un edificio grande ni de muchos departamentos, pero aun asi habia tomado sus recaudos. Si un zombie estaba rondando el lugar, significaba que habia encontrado otro metodo para ingresar al predio.

Chad no estaba seguro que hacer. Hacia dias que no sabia si habria mas gente viva en la zona. Pero por otro lado, se sentia bastante seguro en su departamente, y no queria, en caso de regresar, que fuera un sitio infectado de muertos vivos.

Pocas veces en la vida Chad habia tenido un lugar al que llamar hogar. Hace poco habia conseguido un sustentarse el alquiler de ese departamento y significaba mucho para el. Supuso que si los militares buscaban comida, aun se quedarian un poco mas por la zona. O de no hacerlo, eventualmente volverian. El hecho de que hubiesen mas personas por la zona, hacia que quisiera quedarse alli mas tiempo en la seguridad de lo conocido.

Tomando uno de los chuchillos de su morral, Chad comenzo a caminar por el pasillo, sigilosamente, arrastrando los pies, en direccion al sonido que habia escuchado.

Cuando las tres bolas de papel caen  sobre la cabeza de los soldados uno grita

Cuidado

Y levanta la cabeza para ver el origen de tan inusual lluvia. A sus ojos lo que hay es una chica de cabello oscuro que está mirándolos por el balcón, desde un primer piso. La chica los seguía mirando y entonces los otros compañeros también alzaron la cabeza...

Chad se acerca hasta donde provienen los pasos. Es en uno de los departamentos de arriba. El hombre sube las escaleras nuevamente y busca el origen del ruido. Nada. No hay ningún sonido allí. Pero Chad estaba seguro de haber escuchado el sonido de pasos, pasos arrastrándose encima de él.

Se queda unos minutos observando el largo pasillo. Está seguro de que los pasos venían de aquí pero no vé nada que los pudiera producir.

Es simplemente el pasillo del primer piso con dos puertas a la derecha y tres a la izquierda.