Partida Rol por web

La verdad, no se que pensar, esto me intriga y me preocupa -continua el capitán mientras coge una botella de whisky y llena dos vasos -tengo la impresión de que este será mi último viaje -dice ofreciéndote un vaso -brindemos por esta última aventura -te pide levantando su vaso.

Tras brindar junto a ti el capitán te ofrece su vara eléctrica -es muy dificil matar a alguien con ella, pero puede ser eficaz para que las ratas te cuenten sus propósitos. Te la regalo. Creo que tu la necesitarás mas que yo -te confiesa mirándote con tristeza.

Acepto la petaca con un gesto de la cabeza y tras pegarle un rápido trago se la devuelvo al dueño.

Sí, evidentemente. La mayoría de la gente de este barco no tiene ni idea de dónde se está metiendo y encima se ponen a bailar, como si estuviéramos en un crucero de placer.

Miro con un atisbo de rencor hacia la despreocupada fiesta que se ha montado.

Pero lo que realmente me preocupa es saber por qué, tras tantos años, los de la AMG siguen patrullando estas zonas y cazando a los que intentan entrar. ¿Qué secretos se ocultan allí? ¿Algo de valor real? ¿O temen que se sepa qué ha pasado?

En ese continente se oculta una tecnología increible y una gran cantidad de recursos importantes -le dice una mujer a Mark Mijail acercándose a ellos -¿puedo? -le pregunta la mujer al hombre de mal aspecto que se encuentra con Mark señalando la petaca. Este asiente con la cabeza y se la acerca.

Tras beber un gran trago la mujer continua hablando -Me llamo Glennys Mac Aoidh, soy científica -os dice a ambos con ligera simpatía -he descubierto algo importante. La razón por la que la AMG tiene este continente cercado.

¿Que es tan importante? -pregunta el hombre antes de dar otro gran trago de su petaca -Yo he venido aqui para proteger a mis hijos, no para meterme en más problemas. ¿Que es lo que quiere esa gente doctora? -pregunta nervioso.

Aparte de toda la tecnología e investigaciones que se perdieron en el viejo continente hay algo más -os cuenta la mujer en susurros- lo que de verdad le interesa a la AMG es un material que no puede obtener en sus dominios. Un material vital para ellos y para nosotros, con un poder impresionante. El Phthalo -os confiesa Glennys con voz misteriosa.

Glennys Mac Aoidh coge aire para continuar con su explicación pero comienza a toser de forma desenfrenada -¿Que es eso? ¿A que huele? Oled, viene del mar -os cuenta la mujer preocupada, asomándose por la borda.

Me asomo por la borda e intento comprobar de donde viene el olor o si algo se ha acercado al barco sin que nos diéramos cuenta.

Te asomas por la borda pero no ves nada ni hueles nada raro. Al rato de estar asomado empiezas a oler algo raro que te parece que proviene del hombre de la petaca, seguramente sea su mal aliento, aunque tus dos nuevos compañeros creen que es un olor que proviene del mar.

Un olor asqueroso como a cuerpos en descomposición empieza a extenderse por el barco.

Levanto mi vaso y mirándolo, digo, Porque este viaje pionero marque el comienzo de una nueva era en la que no se repitan los errores del pasado.
Bajo los ojos y fijo la mirada sobre los del capitán, Por usted, capitán

Alargo la mano con sumo cuidado para recoger la vara, Gracias, la usaré bien. Y no se entristezca, usted ha vivido más y seguramente mejor que mucha otra gente. Fíjense en mí, tan sólo tengo dos años de recuerdos y francamente, puede que este sea su último viaje por mar, pero tiene ante sí un continente enorme que recorrer.

-Wow…sabes siempre quise viajar en un velero, y recorrer cada rincón del mundo, claro es un sueño algo loco, hmm pero es mi sueño-… noto que empiezan a tocar una guitarra y se arma un baile en la cubierta, parece que tratan de olvidar lo antes visto en aquel mástil.

No nos vendría nada mal bailar un poco, me parece buena idea, así que tomo de la mano a Athos y me dirijo hacia donde están las personas bailando, pero un repentino olor me llama la atención, es algo horrible, una pestilencia, como si las fauces de mil leones nos lanzaran su aliento. Cubriendo mi nariz y boca con la mano le pregunto a Athos… -¿Que rayos es ese olor?...

Al mismo tiempo que Atho y Juliana hablaban, una mujer había comenzado a gritar y un grupo de gente comenzaba a tocar música; estas situaciones podrían llamar la atención de cualquiera, cualquiera excepto Atho, pues la charla que se producía entre los dos jóvenes reclamaba toda la atención del muchacho. "Hacía mucho tiempo que no me sentía así" pensaba Atho, como en una nube, mientras era conducido hacia la improvisada pista de baile que se había formado. Pero justo en el momento que iban a comenzar a danzar, Juliana se detuvo y preguntó algo acerca de un olor.

-¿A qué te refieres?-

En cuanto Atho se percató del olor, tosió durante un rato. -¿Qué diablos es eso?- dijo con voz ronca.

-Proviene del mar- dijo en alto casi sin darse cuenta de que gritaba.

El olor que rodea el barco hace que la fiesta y los bailes que comenzaron de forma tan espontanea cesen de igual manera. Muchos pasajeros corren a los camarotes para resguardarse del mal olor mientras que varios marineros preguntan a la gente por el paradero del capitán.

Tapado en parte por el ruido de las olas se escucha como un pequeño chapuzón en una de las bordas de la cubierta y pocos segundos despues se oye el grito de alerta de un hombre.

Aunque no sabes a ciencia cierta de donde proviene el mal olor miras por la borda, tratando de mirar al lugar de donde parecen creer que sale el fétido aroma.

Antes de que te de tiempo a reaccionar una larga y oscura figura emerge de un salto del mar, dirigiendose a la científica, a la que no le da tiempo ni a gritar. Ves que en una rápida sucesión de movimientos la figura, con la forma de un gusano gigante de piel oscura y abotargada de la que se desprende ese fétido olor, abalanza su cabeza sobre la mujer indefensa, atrapándola con su mandibula y volviendo a sumergirse en el mar con el cuerpo triturado de Glennys Mac Aoidh.

Estais hablando el capitán y tu cuando un marinero entra sin llamar en el camarote del capitán.

Señor, algo raro ocurre -dice con tono asustado.

Subo ahora mismo, pero tu ve con Mousa y dale un arma -le contesta el capitán al asustado marinero.

En cuanto tengo mi arma subo a la cubierta, me subo el jersey para taparme la nariz y busco al capitán, si lo veo me reuno con él. Si no le veo me pego a quien haya.
¿Qué ocurre?

Disfruto del suave vaivén del barco en mi camarote mientras termino de acomodar y hacer un recuento de las cosas que llevo en el viaje.

Ya está todo listo, debería ir a cubierta a ver quién busca un mercenario que haga el trabajo sucio por una buena pasta.

Cuando salí me encontré con que había un olor putrefacto y el barco pasaba por entre medio de cuerpos clavados en el medio del mar.

Muy romántico...

Empecé a ver a la gente entrar en el pasillo que llevaba a los camarotes e inmediatamente después un grito

¡Qué demonios!

Rápidamente me dirigí a ver que pasaba.

-Atho no me siento bien-… sintiéndome casi desmayar, para mí había sido suficiente con ver lo que había antes en los mástiles, pero esto era espantoso, mi ser no soportaba atrocidades, quería huir de allí, pero para eso no era lo que había venido, no, no había llegado hasta allí, para encontrar a la bestia y huir en ultimo momento; si quiero soluciones, debo enfrentarla y derrotarla, además tengo la ayuda de este nuevo compañero de causa, y no podía dejarle solo, no dejaría que pasara algo así.

-Atho, vámonos, tenemos que entrar, esos cuerpos deben llevar tiempo allí, el clima y las corrientes de aire pueden llevar algún tipo de virus a través del aire, es mejor que busquemos implementos con los cuales evitar respirar más esta peste-.

-Oh dios, ¡que mal huele!

Exclamo al oler el aroma que llevaba el viento. Joder con los cadáveres.

-Bueno nena, nos vemos después

Le digo a la mujer con la que había bailado guiñándole un ojo, para salir corriendo hacia mi camarote.

Doy un salto para atrás mientras saco el machete y empiezo a gritar:

Protegeos, protegeos. Nos está atacando una serpiente marina.