Partida Rol por web

De nuevo, haciendo el numerito de la lagartija me alejo Yuki y para su sorpresa me meto en la cama de Ogura aparentemente para decirle algo

??? Mi pensamiento de odio a todo el mundo se ve interrumpido cuando noto que alguien se mete en mi cama. Alexey?! Y ahora que quiere, pintarme más cosas en la cara o qué? Mierda, odio no poder moverme. Me está poniendo nervioso su cercanía. Bah, no va a hacer nada, relajate y piensa en planes de destrucción...

Una vez dentro de ella me tapo con las mantas y te susurro al oído, lo hago por tu bien para que te relajes, también soy tio y se que sin la de antes de dormir no se descansa bien... además besaste a mi novio, que se lo tome como el precio que ha de pagar.

Te muerdo la orejita y deslizo la mano hasta tu boxer. Tumbado en la cama notaba cómo con cada roce de mi mano el pene palpitaba y se endurecía más de lo que ya estaba por el calentón nocturno. Deslicé mi mano un poco hacia abajo, hasta llegar a los testículos. Con delicadeza los encerré en mi mano y los masajeé, sintiéndolos hinchados. Abría mi mano, la volvía a cerrar apretaba un poco, aflojaba, volvía a apretar, así hasta unas diez veces en total. Las bolas parecían querer escapar de la prisión que suponía para ellas el bóxer. Comencé a notar la punta del pene húmeda y no tardé en percibir sobre la prenda dicha humedad.

Me llevé la mano a la nariz y aspiré con fuerza el intenso olor a líquido preseminal. Está cachondo como una perra en celo. Ja y después dice que no le van los tios, lleve mi mano a tu nariz para que tu mismo pudieras comprobarlo.

Con parsimonia comencé a bajar el bóxer negro: tu polla salió como un resorte. Después fueron los huevos los que quedaron al descubierto, poblados por una ligera capa de vello. Te saqué el bóxer por los pies y lo guardé en mi chaqueta no sin antes olerlo. Esto es por las molestias dije burlón

Acerqué mi mano a tu rabo, lo agarré y suavemente deslicé varias veces mi mano sobre la piel de ti tieso polla. El glande estaba ya al descubierto, rosado y mojado, con su agujerito central dispuesto a soltar en unos minutos una descarga de lefa caliente.

Notaba perfectamente tu excitación ya que tu respiración se aceleraba mientras me mirabas con ojos desconcertados

Empecé a combinar series de movimientos lentos con otras más rápidas y enérgicas. Las venas de tu polla se marcaban sobremanera. No está tan mal armado el japonesito pienso mientras lo hago 

Con cada movimiento de mi mano, con cada roce, el efecto parecía intensificarse. A continuación paré unos segundos para que desearás que volviera a hacerlo.

Aceleré un poco más con la mano derecha sobre tu verga, mientras que con la izquierda volví a masajear tus huevos hinchados que pronto se descargarian.

Cerraste los ojos señal inequivoca de que estabas disfrutando

Cuando noto que se acerca el momento de la corrida por las palpitaciones de tu polla, la agito con fuerza y con toda la rapidez de la que soy capaz, nota como contraes varias veces tu abdomen y una explosión de leche en mis manos. Varios chorros de leche salieron disparados de forma incontrolada, manchando la cama, el suelo tu vientre y sobre todo mis manos. Seguí moviendo mi mano hasta que las últimas gotas de esperma manaron de tu glande.

Con la respiración aún agitada y sudoroso permanecí recostado unos instantes más, mientras el olor al semen derramado penetraba hasta lo más profundo de mi nariz.

Me lleve la mano a la boca y lami parte de los restos antes de pasarte a ti el resto.

Tomatelo como el precio por besar a Zack te digo sonriendo al terminar

Qué coño??! Me quedo alucinado cuando empieza a pajearme. Lo malo es que mi cuerpo reacciona por más que yo no quiera. Mierdarusodeojosverdesteodioperomegustas. Reconozco que lo he disfrutado, demasiado. Lo peor es no poder moverse ni hacer nada más que esperar al punto de estallido. Todo mi cuerpo se tensa y tensa hasta que por fin me corro y todo se vuelve a relajar en mí.

Puto cerdaco, dirá lo que quiera sobre su "novio", pero dudo que le quiera tanto como dice, no sólo me ha pajeado, se ha tragado parte de mi semen aunque "la madrequelopariómeharebozadolabocajoder! Lo mato! "Porque tiene que torturarme de este modo?" lloriqueo mentalmente.

No tardo en pasar del letargo de la relajación de la paja a quedar dormido del todo, al menos durante un buen rato. Tampoco es que pueda hacer mucho más estando paralizado como estoy.

Al finalizar mi noble e importante labor doy un beso de buenas noches a Ogura ya que ahora seguro que dormirá como un bebé y se olvidará del señor Oveja durante un ratito.

Compruebo que tengo mi trofeo a buen recaudo y se lo enseño a Ogura por última vez, de ese modo recordará mi épico triunfo sobre el, tal vez no usara la fuerza para vencer, pero siendo japonés seguro que al menos es capaz de apreciar mi astucia de ninja bielorruso. Tal vez mañana se lo enseñe... puesto, así será más divertido.

Antes de marcharme le dedico unas cínicas palabras de despedida. Seguro que Mika-chan habría hecho lo mismo por ti, no te enfades, fue por tu bien.

Al igual que las otras veces repto por el suelo hasta llegar a donde está Yuki y de nuevo me hago un ovillo bajo sus mantas y de ese modo disimilar mi presencia. Yuki-chan, duermete, ya vigilo yo la primera guardia.

Irremediablemente, después de un buen rato de vigilar a Forbes-san desde debajo de las mantas, me quedo dormido. Sííí, lo sé, qué mal guardián que soy. Lo sé, lo sé, jolín. ¡No puedo evitarlo! Estaba ahí, vigilando cuchillo en mano (metafóricamente hablando), y de golpe estoy soñando que llueve dulces sobre la ciudad. Me despierto al notar movimiento en la manta, abriendo los ojos de golpe y ahogando un grito cuando veo a Alexey.

Pestañeando para intentar despejarme del sueño, veo cómo Alexey se mete en la cama de Shirosama e irremediablemente pienso mal del bielorruso. "Le va a meter mano".

Hago caso a Alexey y cierro los ojos, apoyando mi cabeza en su hombro y quedándome frito casi al instante.

Joder, estoy que me caigo de sueño. Con todas las emociones de hoy acabé muy cansado, y además tuve que colarme por una cornisa joder!!! Estoy loco ostias, podría haberme caído. Y todo por estos dos idiotas que acabo de conocer.

Sigh.

Al menos conseguí vengarme de Ogura por lo de Zack. Jajajaja el muy imbecil va a tener una polla en la frente todo el día y yo me llevo un recuerdo suyo.

Observo un momentito a Yuki, parece una niña pequeña, o a  mi con 12 años. Me da pena despertarlo para la siguiente guardia pero no me queda más remedio ya que sino me quedaré dormido. Yuki, enano, despierta, te toca una guardia de dos horas.

Caigo en un sueño profundo y como siempre las pesadillas vuelven. Estoy en un callejón del puerto, vestido con el uniforme de policía de mi padre, una sombra sale de entre los contenedores del puerto con una pistola en la mano. Al principio su rostro está borroso, no distingo a ver quién es. Entonces cuando aprieta el gatillo se convierte en el rostro de Forbes, la bala sale disparada muy lentamente. El rostro del asesino vuelve a cambiar y es Alexey burlándose. Intento apartarme pero es demasiado tarde, el disparo me alcanza y caigo al suelo. El ruso rubio se acerca a mí y me susurra al oído: Ves? Si desde un principio hubieras querido ser mi puta, esto no habría pasado. Noto como la sangre forma un charco debajo mío, me estoy muriendo.

Me despierto de golpe, abriendo los ojos como platos, mi cuerpo sigue inerte. Es como estar enterrado vivo, sin poder moverte pero con tu cerebro activo. El corazón se me acelera a mil por hora. Estoy entrando en pánico.
"He de calmarme, no estoy enterrado, no estoy muerto, respira hondo" trato de recuperar el control, si no lo hago me dará un infarto. Me obligo a mí mismo a acompasar mi respiración para recuperar la calma pero no puedo. Me cuesta respirar, noto un peso enorme en el pecho, presionando mis pulmones. Cierro los ojos e intento pensar en las cosas que me gustan, en casa, en mis hermanos, en mis abuelos maternos, y finalmente visualizo en mi mente los bosques que rodean el pueblo donde viven ellos, donde me siento más yo. Los árboles, los prados verdes, el silencio sólo roto por el ruido de los animales salvajes a lo lejos, el olor de las hojas y de la tierra húmeda, el cielo de azul intenso... Corro como el viento entre los árboles, sintiéndome libre. Poco a poco consigo que la presión de mi pecho remita y mi respiración vaya recuperando la normalidad. Me ha ido de poco. Vuelvo a quedarme dormido, aunque ya no en un sueño profundo como antes.

Día 9 de septiembre, 6:00 a.m.

Con los primeros rayos de Sol me vuelvo a despertar, pruebo a moverme y parece que aunque esté agarrotado y mi cabeza me duela como efecto del sedante, estoy bien, he recuperado el control de mi cuerpo. Me levanto, los demás siguen durmiendo. De todos modos, nunca he sido de dormir mucho, por eso salgo a correr todas las tardes en casa antes de irme a dormir, si no sería tarea imposible para mí. Evalúo el estado de suciedad de todo mi cuerpo y de las sábanas. Cojo como puedo mis pantalones y me los pongo. Abro mi armario y cojo ropa limpia, mis botas y uno de los gorros que tengo para el invierno. Entonces me doy cuenta de que en mi armario hay cosas que no son mías. Las cojo todas en una bola y las dejo a los pies de la cama de Yuki. Me marcho al baño, donde está mi neceser y la toalla.

Cierro la puerta y me doy una ducha rápida, me lavo la boca para quitarme el semen que me ha rebozado Alexey esta noche pasada. Cabrón. Con la toalla todavía alrededor de mi cintura, me lavo los dientes y me aplico pasta de dientes en el bonito tatuaje de marcador permanente que me hizo el puto ruso en la frente. Mientras espero un par de minutos a que haga efecto me quito las gafas y me pongo las lentillas. Tras eso me visto con unos boxers negros, pantalones tejanos anchos caídos de color negro desgastado, una camiseta negra de Orgullo y Prejuicio Zombis, una camisa de cuadros de leñador de manga corta, mis botas militares negras que ya están secas y las muñequeras de cuero negro (una lisa con una anilla y otra con tachuelas de pinchos), aunque esta vez dejo a la vista las pulseras ainu de cuero trenzado y cuentas que siempre llevo en la izquierda y que suelo tapar con la muñequera de cuero. Me limpio la frente de pasta dentífrica con agua tibia. Ha saltado todo, ni rastro de la obra de arte. Aun así, me pongo el gorro largo, doblado hacia atrás, tapándome la frente. Por suerte no es de esos de lana forrada o me asaría la cabeza por completo.

Salgo del baño totalmente vestido, con gorro incluido, cojo la cartera del otro pantalón y anclo la cadena a la trabilla del que llevo puesto y me guardo la billetera en el bolsillo. Cojo mi móvil también, para el otro bolsillo. Me acerco a mi cama y saco las sábanas, me las llevo al baño e intento lavar las manchas de semen como puedo. No tengo ni idea de si aquí alguien cambia las sábanas o no, así que no me queda otra que asegurarme de que no se quedan acartonadas hasta que adquieran vida propia. Mojo sólo las zonas manchadas y les echo jabón de las manos y froto hasta que me siento más o menos satisfecho con el tema. Después las tiendo en la estructura de los pies de la cama para que se sequen. Cojo mi mochila estilo carguero militar, toda rayada con dibujitos varios como la A de anarquía y tonterías varias que durante los años han ido poniendo mi prima, mis hermanos y mi amigo Miki con rotuladores permanentes, y meto los libros de clase, un par de bolis y el ipod. Dejo mi guitarra en mi cama bien puesta.

Como aún me sobra tiempo cuelgo con celo los dos únicos posters que me he traído de casa en mi trozo de pared: uno de Reservoir Dogs y otro de La noche de los Muertos Vivientes de G. A. Romero, la clásica. Dejo mis dos libros de zombies y el de Hawkings en el estante.

Me acerco a la cama de Yuki y trato de despertar al ruso, si le pillan aquí aún son capaces de decir que le obligué mentalmente a hacerme una paja y a meterse en la cama de Yuki, fijo. Y sinceramente mi cuenta ya está lo suficientemente en rojo con Forbes. Pronto liquidaré esa cuenta, muy pronto. Pero no hoy.

-A wa e no kewe, kirainahito ni odoru- murmullo en una mezcla de ainu y japonés, como una promesa fehaciente. Vuelvo a sacudir con cuidado a Alexey, es un capullo pero parece que, a pesar de las ostias que nos damos, es lo más parecido a un amigo que tengo aquí.

Aparto a Yuki con cuidado para no despertarle, por lo que se ve se ha vuelto a dormir y si no fuera tan adorable le daría collejas hasta que me doliese la mano.

Me levanto y arrastro a Ogura al baño antes de irme. Cuando estamos dentro pongo una mano en su hombro y sonrío de forma cínica. Ahora mira. Me quito los pantalones y la ropa interior para ponerme la que ayer le quité. Creo que me quedan mejor que a ti.

Me asomo por la puerta del baño y compruebo que ovejo sigue durmiendo, avanzo hasta la puerta de la habitación, nada más abrirla mientras salgo me giro a Ogura y le guiño un ojo. No te enfades, fue por lo del beso a Zack... y para relajarte, te veía demasiado tenso para dormir.

Le miro extrañado cuando me arrastra hasta el baño. Estoy a punto de susurrarle que es la dirección incorrecta hacia su habitación, mientras miro que Forbes no se despierte, cuando ya estoy dentro y me enseña mis boxers.

Enarco una ceja. Miro Mis boxers y luego a Alexey. Y yo creía que los de la capital estaban todos mal de la cabeza.

-Vaaale, si tanto te gustan quédatelos- respondo sin más. No sé muy bien qué decir, cada vez me deja más desencajado con estas salidas. Me da la risa tonta sólo de pensarlo. Cojo mi mochila y salgo detrás de él del cuarto.

-Joder, estás chiflado ruski, pero me caes muy bien, realmente muy bien- y cierro la puerta del dormitorio a nuestras espaldas.

Intento aguantar despierto durante mi guardia, vigilando a Forbes-san y comprobando que Shiro-niichan sigue vivo cada cierto rato, pero es volver a sentarme al lado de Alexey, apoyar la cabeza en su hombro, cerrar los ojos UN SEGUNDO y... y... bueno, me quedé dormido. Si almenos hubiese sabido que estaba soñando, me habría despertado pero el sueño parecía tan real que creía estar despierto...

Me despierto al oír la puerta de la habitación cerrarse. Abro los ojos y me los froto con los puños una vez, dos veces y hasta tres veces antes de levantarme y bostezar. Qué sueñoooo.

Miro por la ventana y se me cae el alma a los pies. ¡Wah! ¡Era un sueño! ¡No está lloviendo dulces! Es horrible. Me dan ganas de llorar. Parecía TAN real... jo. Me acuerdo de Shiro-niichan y lo busco debajo de las sábanas de su cama, pero no está. Tampoco Alexey. Pero sí Forbes-san, quien todavía duerme. Fastidiado, voy hacia su cama y lo muevo.
- Hey, hey, Forbes-san, es hora de levantarse, que ya es de día Sr. Perezoso -Le digo, sacudiéndolo de izquierda a derecha. Al ver que no, me dirijo a ponerme el uniforme escolar antes de volver a intentarlo. Cojo una almohada y le sacudo con ella. - ¡Forbes-saaaan! ¡Buenos díaaaaaaaaas! -Grito a pleno pulmón.

Tras un trabajo bien hecho, me voy rápido de la habitación, por si las inyecciones.