Partida Rol por web

Me acerco a Lady Maeve y le contesto susurrando también Creáme bella dama, puede ser que sean de tribu noble pero odian a los cainitas y por su comportamiento, diría que están de caza... no creo que negocien nada... retiro un poco mi capucha para que Lady Maeve pueda verme los ojos debemos huir noble dama o al menos, quedarnos a un lado hasta encontrar la ocasión, si ellos quieren enfrentarse a una muerte segura no se lo voy a impedir refieriéndome a los que se preparan para atacar.

Mirando con precaución a ambos respondo en tono amable:- Estoy buscando un lugar donde descansar. No es mi intención cazaros, no os conozco. Ni es mi propósito dañar al bosque.-

Salid ahora mismo de estas areas...Susurra y se mueve agilmente hacia ti Vuestros amigos no-muertos han de caer por la traicion.. Y os muestra los colmillos mientras el lobo que esta a su lado se ubica en posicion de ataque

Los lupinos comienzan a rodaros lentamente mientras que vuestros caballos comienzan a moverse de un lado a otro desesperados y les es imposible controlarlos...

Podeis ver como en sus manos llevan grandes hachas de leñadores

Uno de los lupinos, que a la luz de la luna tenia un pelaje amarillo se lanza corriendo sorpresivamente hacia Fernando quien encabeza el grupo y se ha bajado del caballo e intenta golpearlo con el hacha en una estocada horziontal

Asustado por la belicosidad de la desconocida prefiero huir antes que arriesgarme en un combate que me sería casi imposible vencer.
- Perdonad mi intromisión en vuestro bosque. Buscaré refugio en otro lugar.
Me alejo de ella y su lobo sin perderlos de vista, en dirección a la ciudad.

Francisco, al ver que los caballos se vuelven inestables y no podrán ser controlados con facilidad, desmonta y deja las riendas del animal a Ricard, su escudero. Preparado para la carga de los lupinos, el vampiro siente su sangre hervir ante la proximidad del combate, pero no se deja llevar por el ansia del combate, manteniendo la compostura y actuando como si nada anormal sucediera.

Si no pudieron conmigo miles de moros, no van a poder unos cuantos lobitos... el Señor guiará mi espada...

Daniel se baja del caballo y se situa cerca de Francisco para evitar ser sorprendido por la espalda.

Empieza lo divertido, querido caballero...

Daniel ataca en cuanto tiene oportunidad.

Instintivamente Fernando intenta bloquear con su escudo el ataque del Lupino pero la fuerza del impacto lo lanza hacia atras impacto

Don Fernando cae con su pesada armadura mientras el otro Lupino de negros cabellos se mueve con astucia acechante

Vastagos os dice Dejen Navahermosa...y vuestros tratos con Don Diego o veran las consecuencias...

Y asi como aparecieron se pierden agilmente sin que ustedes puedan reaccionar.

Fernando yace inconsciente en el suelo y ya escuchais los cantos de los gallos y el sonar de campanas

El unico problema que tienes al intentar buscar la ciudad es que te has internado lo bastante en el bosque y te has perdido...veis todos los arboles similares y no notais un sendero para seguir..

Escuchais el cantar de los gallos

Daniel ve el cuerpo caido de Don Fernando en el suelo.

Uno menos... el Señor siempre hace cumplir Su voluntad.

Daniel busca rápidamente su caballo y monta en él. No espera a nadie porque la situación es ya suficientemente grave como para demorarse aún más. Pone a galope su caballo (Daniel es un buen jinete) y se dirige lo más rápido posible fuera del bosque hacia Casa Velasco.

Completamente sorprendido, y más tranquilo sobre mi montura observo a don Fernando, no le podemos dejar aquí, hay que ocuparse de él. Si aún estamos vivos es un milagro, al parecer la Muerte sólo ha estado de paso, lo justo para que hayamos podido mirarle a los ojos...
Me bajo del caballo y me acerco al cuerpo de Don Fernando, para obervar su estado. Deberíamos llevarlo a alguna parte, aunque no creo que sea una buena idea llevar a un caballero como éste, inconsciente, a una posada y en un grupo tan sospechoso. Llamaríamos mucho la atención...

La oscuridad vuelve a disiparse con un movimiento de mi mano y durante unos instantes parezco a punto de perseguir a los lupinos, o a Daniel... o de matar a cualquiera que tenga a mi alcance en un arrebato de locura.
Aunque la furia me invade y no tengo ningun miedo a los lobos conservo, aun en este momento, el suficiente instinto de supervivencia para saber que es mejor dejarlos ir.
Me calmo en un instante, y tan rapido como vino la rabia aparece en mis rasgos la frialdad que me caracteriza, solo cierto desdén hacia todo lo que me rodea.
Miro al Lucius y sin decir nada cargo el cuerpo de Fernando en mi caballo sin apenas esfuerzo. parto hacia el cementerio sin dirigir una mirada hacia los demás.
Este vástago puede serme útil aún.

Francisco, que no se deja amedrentar por unos perros sobrealimentados, monta de nuevo mientras observa todo con estoica frialdad. Se maneja con la arrogancia y la diginidad de un soberano mientras se sube al caballo y toma las riendas. A su espalda, Ricard toma su puesto y el Hospitalario sale cabalgando del lugar en dirección a la posada. Nada más tiene que hacer ahí y así lo demuestra.

Como Fernando lleva su armadura pesada y va inconsciente, Santiago lo levanta con dificultad apenas, con un poco de esfuerzo logra subirlo al caballo pero debe irse a pie llevando por las riendas al caballo y aminorando el paso..

Francsico en su caballo y junto a Ricard quien no dice palabra alguna cabalga hacia la ciudadela a paso ligero...

Lucius y Lady Maeve quedan en medio del bosque viendo como sus compañeros se alejan sin mediar palabra

Quedais vosotros dos solos en medio del bosque, podeis divisar la silueta de Santiago y su caballo alejarse pero la luna que hace unos momentos brillaba con fuerza ya ha desaparecido para ser reemplazada por el continuo cantar de los caballos

Aceleras el paso mientras oyes el cantar de los gallos cada vez mas fuerte y seguido, Ricard a duras penas puede mantenerse despierto y se torna cansado a punto de caer...

Sientes que habeis dejado atras a los demas

Vais a paso lento llevando por la rienda el caballlo con el cuerpo de Fernando sobre el, has dejado atras a Lucius y Lady Maeve pero comiste el polvo que ha dejao Francisco en su caballo

Teniendo aún en mente el mapa que llevo entre mis ropas me dirijo lo más rapidamente posible hacia el cementerio que esta muy cercano al bosque. Muy atento a cualquier cosa rara pero sin demorarme por nada.
Ahi buscaré un lugar donde pasar el día.

Será mejor que partamos ya, el alba no tardará en despuntar y debemos dirigirnos a nuestro refugio, digo acercándome a Lady Maeve. No se si prefiero enfrentarme al Sol o a esos perros salvajes... Tras estas últimas palabras sacudo mi montura para partir Yo me quedaré en el cementerio..