Partida Rol por web

De forma casi automática, y debido al mal olor mi mano se dirige hacia mi rostro. Me aproximo lentamente, con el fin de abandonar la claridad que entra por la puerta.
Observo el suelo, con un ligero golpe con el pie desplazo la cabeza de lo que debió ser un pez.

-Ha llegado a mis oídos que necesitáis alguien fuerte...y creo pagáis por ello

El hombre parece tenso, realmente tenso... -No.- responde. Sus ojos le traicionan. Lanza una furtiva y rápida mirada a tu izquierda. De las sombras, un hombre surge de repente.

¡¡¡¡Iaaaaaeeeeeeeeeeee!!!! Grita, mientras manejando un enorme mazo se lanza contra tí. Está claro que sus intenciones no son contratarte...

Un extraño silencio, breve pero intenso llena la sala, percibo como los ojos de mi mudo interlocutor se desplazan nerviosos hacia mi izquierda. Mi cuerpo se pone inmediatamente en tensión, mi cabeza alerta, justo antes de oír un grito de un atacante.
Mi cuerpo se desplaza, empleando mi fuerza intentaré dejarle aturdido...

Tu veloz movimiento hacia la izquierda consigue interceptar al atacante traicionero. Con un hábil manotazo haces girar su hombro y su cuerpo detrás. Cae al suelo sobre su cabeza en el mismo momento en que te giras a advertir al otro oponente. De reojo, ves como el caído intenta incorporarse en vano, aturdido por el golpe.

-¡Entonces!¿Qué quieres?.- exige saber el otro, quien se detiene sin avanzar en su ataque.

Con forzada tranquilidad, doy un paso atrás disimulado mientras observo al atacante medio aturdido. De reojo y con la mano en mi Katana, respondo:

-Me preguntaba si tendrías trabajo para mi. Supongo que preferirás que me ponga de tu parte. Si no deseas mis servicios tan sólo tenéis que decírmelo. Ahora sois vos el que debéis pensar una respuesta.

Mi cabeza se levanta para mirar fijamente al hombre.

-Me llamo Jutori.- dice el hombre -¿Tú no eres uno de los que protegen a los invitados de la boda? ¿Por qué quieres trabajar conmigo, si tienes un trbajo así?-

Ambos hombres están tensos. El que tiraste al suelo empieza a incorporarse, pero Jutori le hace un gesto para que se aleje de tí y se acerque a una pared.

-Honorable Jutori, (digo con un matiz neutro), no tengo ninguna obligación para con los invitados. Sólo debo preocuparme por un honorable anciano, di mi palabra de ser sus ojos y sus oídos. ¿Obligado yo con aquellos que en el festín previo a las nupcias tuvieron la extraña decencia de intentar servirme la comida en una sala contigua?¿ Obligado por aquellos que pese a salvarles la vida me miran con recelo? Dejaré que saques tus propias conclusiones.

Miro de reojo al samurai que estaba aturdido, mi tono se suaviza casi adopto la voz comprensiva de un hermano que ya no está:

Levántate bravo samurai. Has de saber que hoy has logrado que temiese por mi vida. Nada ha de avergonzarte guerrero, has atacado bien, pero las Fortunas no deseaban mi muerte, al menos por el momento.

Vuelvo a mirar a Jutori

-Trabajar decís, sólo he recibido lo que el protocolo exigía.El Señor, poco después tuvo la cortesía de de pedirme abandonar la sala. Un grupo de invitados fue formalmente nombrados magistrados temporales de la región. Ellos si supondrán un problema.

Como un acto reflejo mi mano se apoya en mi barbilla. Con tono pensativo añado:

Ummmm... Curiosamente en mi mente tengo la lista de los nombrados, una lista que podría proporcionaros.

Un segundo de silencio y:

Bien caballeros, yo estoy dentro de palacio y poseo cierta libertad de acción, decidme ahora que ofrecéis

Jutori se frota la nuca pensativo, mirando de reojo a su compañero, el cual no hace ningún movimiento en absoluto, manteniendo un rostro firme y obstinado, mirando al suelo.

-Bien... de momento haremos algo sencillo. Comprobaremos que eres útil y... que estás dispuesto a vendernos tu posición privilegiada. Escucha atentamente. Esta tarde mientras tiene lugar en el castillo el torneo de arquería queremos que te dirijas a cierta puerta lateral del palacio y nos la abras. Como entenderás, puede que haya que eliminar un guardia. Así, nos probarás tu determinación.-

Acercándose un par de pasos hacia tí y mirándote a los ojos, añade -Te pagaremos un koku entero por algo así de sencillo. ¿Qué me dices?-

¡Un Koku!, sin saber las consecuencias de mi [B]acción. Qué sucederá cuando la puerta sea abierta. Tal vez deberías llevarme ante vuestro señor. Prefiero que miréis mi espada detenidamente, observar el perfecto acero y alineamiento de la hoja...

(desenvaino mi katana suavemente)

-Mirad la empuñadura, observa con que suave firmeza mantengo mi arma. Me ofreces un misero koku, y dudáis de mí. Ofrecedme un trato adecuado, o llevadme ante el que pueda hacerlo. Soy un samurai, convencedme de lo que voy a ser es justo, y lo haré. [/B]

Mi voz se endurece:

-Vigila atentamente tus palabras honorable Jutori, suelo enfadarme si recibo insultos. Ahora si queréis probar mi determinación, permíteme que yo elija la forma.

-¿Justo? ¿Necesitas pensar que es justo para hacerlo? Entonces quizá no eres la persona que estamos buscando. Justo es un punto de vista, amigo mío.- te dice, dando ahora un paso atrás -Para nosotros hay una buena razón y es la obediencia a nuestro señor. POdemos aumentar el pago a dos koku o a nada, si prefieres hacerlo por puro honor.-

Su sardónica sonrisa se ensancha cuando sigue con su argumentación -Desde luego, lo que vamos a hacer tiene que ver con la muerte. Tiene que ver con matar a alguien, pero eso es trabajo nuestro. Tú sólo tienes que facilitarlo.-

-Vuestro señor...es para mi desconocido, por eso deberías pagarme 2 kokus ahora. Como no soy capaz de predecir el resultado de mi acción ni sé de vuestro objetivo 2 kokus más. Y finalmente por abrir la puerta 2 kokus ...también por adelantado.

-Jutori san no os asustéis... tengo una idea en mente para a ahorrar a tu señor algo de dinero, así me podrá pagar bien.

Jutori se cruza los brazos y niega con cabezazos enérgicos.

-Pues será mejor que la expliques. Porque no tenemos seis koku ni un trabajo tan sencillo los merece, desde luego.-

-Honorable Jutori, espero que no tengas demasiada estima a...

Mi katana se levanta a toda velocidad hacia el compañero de Jutori. Su arco es rápido y el objetivo aparentemente inmóvil.

Un golpe sencillo, un oponente desvalido, no es muy honroso, pero sus intenciones tampoco lo son, al menos que se atrevan a explicarlas.

El golpe golpea de pecho a vientre al hombre, abriendo una horrenda herida de la que comienza a manar sangre y por la que asoman las vísceras. Este hombre cae al suelo sin más, quedando inmóvil e inconsciente mientras se desangra.

-... tú amigo. Ahora honorable Jutori, tú señor tiene un hombre menos a quien pagar... dices, pero mientras las palabras salen de tu boca, un cuchillo ya desenfundado sale de la mano de Jutori hacia tí. El tanto se clava profundamente en el hombro de Yukio, llegando incluso a romper parte del hueso que atraviesa.

Mi rostro se llena de asombro...

Cómo no he podido observar que su arma estaba desenvainada

Mi cuerpo se prepara a recibir el golpe del puñal, el dolor es intenso, noto como la afilada hoja del cuchillo penetra en mi carne.

-ALTO Jutori!!!.Mi sangre ha sido derramada, ahora supongo que puedo aceptar vuestro koku. Necesitaba saber de cuanto valor disponías. Ahora veo que tienes el suficiente, honorable Jutori. Ten presente que podía haberte atacado a tí, estando tu compañero como estaba, me hubiese encontrado en una posición muy favorable,

Manteniendo la postura de combate y mis sentidos alerta digo:

-Decidid si queréis que os abra la puerta, pero necesitaré la cabeza de vuestro compañero. Algo he de llevar al sensei del palacio. Tras esto, le concederé al pobre desdichado un respetable entierro va mi palabra en ello.

Jutori se mantiene en tensión después de su veloz proeza. Parece dispuesto a seguir peleando, con las manos desnudas si hace falta.

-Muy bien. Acepto. Matarás al guardia, abrirás la puerta. Será esta tarde. Debes ausentarte del concurso de tiro al blanco con cualquier excusa. Deberás abrirnos la puerta antes de que empiece la exibición del halconero. ¿Has entendido?-