Partida Rol por web

-Bueno, cosas que pasan.. -dije. Demasiados misterios había ya para enfrentarse a nuevos retos-.. ¿y qué me dices de tí? ¿Cual es tu historia?

Suspiré -¿Qué hicimos el día que nos conocimos?- Pregunté -Tal vez... tal vez sea bueno que lo revivamos ¿No?- pregunté acariciando su mejilla mientras me esforzaba concentrándome para que las llamas de mi espada no incendiaran mi casa recién adquirida.

Fruncí el entrecejo, rememorando.

-¿El día que nos conocimos?- pregunté, repitiendo sus palabras-. Pues, te llevé a mi casa, me contaste de dónde venías, estuvimos buscando una manera de encontrar un camino que te llevara a tu hogar... No sé... Lo típico- me encogí de hombros-. He de añadir, por cierto que... Bueno, nos besamos- dije, sonrojádome-. Y, por la noche, bueno- lo miré con una mirada inquisitiva-. Ya sabes... Te puedes hacer una idea.

Asentí -Tal vez... otro beso- Dije acercándome a sus labios, hasta que se juntaron con los míos. No me detuve ahí, seguí besándola la cogí por la cintura y la acerqué a mí.

No sabría decir cuánto había echado de menos sus labios, sus besos, todo. Me recreé en él, me dejé llevar y cerré los ojos, sintiendo cómo cada parte de mi cuerpo disfrutaba de aquel momento.

Rodeé a Bellis con mis brazos y me uní a él en un beso largo, apasionado, mientras reprimía las ganas de llorar, sin saber muy bien por qué.

Me separé de él, lentamente y sonreí.

-¿Algún recuerdo?- pregunté, mirándolo.

¿mi historia? ... simplemente soy un mecanico de una ciudad llamada esmeralda ... nada mas.- dije tranquilamente.

Cuando me separo la miro a los ojos con una sonrisa y digo -Te recuerdo... y también recuerdo... nuestras noches juntos Ireth- Acaricio su mejilla y la vuelvo a besar.

Sonreí abiertamente y le devolví el beso con pasión.

-Te lo vuelvo a decir, Bellis- dije, completamente feliz-. Te he echado muchísimo de menos.

-¿Y cómo acabaste involucrado en todo ésto? Yo por convertirme en la niñera de Bellis, según parece, jaja.. -miré a mi alrededor, ya llevábamos un tiempo solos-. ¿Vamos a buscarles?

-Pero ¿qué pasó?- Pregunté extrañado -¿Cómo nos separamos? No lo entiendo...- Digo llevándome la mano a la cabeza.

Bajé en ese momento la vista y tardé en contestar.

-Verás...- tomé aire y lo miré-. Quisiste luchar. Bueno, más bien te obligaron a luchar- me corregí-. Así que partiste y yo me quedé. Durante tu ausencia, di a luz y, después, cuando quise buscarte, me dijeron que, bueno, habías desaparecido- dije, sonriendo, melancólica-. Pero, lo importante es que estamos otra vez juntos- tomé sus manos y las apreté fuerte-. No dejaré que nos separen otra vez. No- negué con la cabeza, firme.

Suspiré, quería estar con Ireth... ahora recordaba lo que sentía, la estreché con fuerza y besé sus labios -Entonces... ¿Qué hacemos... mi amor?- Añadí al final con una sonrisa.

Devolví el beso a Bellis y suspiré. Sabía lo que quería hacer, pero, no estaba segura de si él también compartía los mismos planes.

-He pensado...- titubeé, diciéndome a mí misma que, tal vez, no era el mejor plan pero era lo que quería hacer-. He pensado en dejar todo esto. Volver a mi pueblo, con nuestra hija, con mi hurón, tú y yo. Todos juntos, vivir en paz, sin sobresaltos, sin aventuras absurdas, sin más muertes. Algo sencillo. Lo que hace la gente normal.

Sonreí radiante, era lo que deseaba -Por supuesto, tú, nuestra hija y yo... con ¿Coco?- Pregunté extrañado -Solos, me parece estupendo- Dije al final.

Sonreí abiertamente.

-Efectivamente, nosotros tres y Coco, mi hurón- corroboré-. No puedo soñar con una vida mejor.