Partida Rol por web

Por que todo marche bien, y para eso no nos queda mas remedio que trabajar juntos, y si lo pensais, en esta tripulacion teneis a un mecanico, a un cientifico a un mago y un niño con un dragon ... y a los otros dos ... si lo pensais bien, somos un buen equipo.- digo intentando animarme un poco pero ... es complicado.

-Sí, somos un buen equipo...y ahora debería descansar, éste ha sido un día duro.

Buenas noches entonces y ... descansa.

-Sí, un científico que ni siquiera ha conseguido nada en el campo que precisamente estudia. - Añado entre dientes.

antes crear algo ... hay que explotarlo...

Pasó cierto tiempo hasta que el agua comenzó a salir caliente. Tiempo en el que aproveché para besar a Bellis de manera salvaje. Lo atraje hacia mí y apoyé mi húmeda espalda en la pared con suavidad. Agarré el pelo de Bellis y enrosqué mis dedos en él, mientras bajaba y besaba su cuello, mientras mi otra mano se dirigía hacia su entrepierna y comenzaba a masturbarle.

Lo atraje aún más hacia mí, queriendo sentirlo cerca, todo lo cerca posible, pues no me imaginaba ya la vida sin él.

Deslicé mi lengua por su cuello hasta su mandíbula y le mordí el labio inferior, para después introducir mi lengua en su boca, jugando con la suya, al tiempo que cada vez le masturbaba con mayor fiereza y rapidez.

Dirigí mi boca hacia su oreja y le pegué un pequeño mordisco en el lóbulo. 

-Yo también quiero oírte gritar- susurré, pícara.

Gemí sin poder evitarlo cuando comenzó a masturbarme, le devolví cada beso multiplicado por diez y al igual que ella iva tan rápido que me hacía daño, pero el placer que recibía era inimaginable, me encantaba como lo hacía, no pude evitarlo, su deseo se cumplió, cuando me acercaba al orgasmo grité de placer sin poder evitarlo, esta vez si que salió poca cantidad, pero había sido increible.

Ireth, no puedo creerme que seas tan buena- Susurro comienzo a besarla, le dí la vuelta para que quedara espaldas a mí fuí bajando, besando su espalda hasta que bajé a su trasero, abrí sus nalgas y empecé a pasar la lengua por su ano, en círculos, después introduje mi lengua y cuando estaba bién lleno de saliba me levanté e introduje la puna de mi miembro dentro de su esfinter.

Hoy no quiero parar amor mío-Empecé a bombear lentamente y susurré-Ya me lo has demostrado, pero dime que me quieres, me encanta oirlo-Seguí bombeando para darle el mayor placer que se le podía dar a una mujer por detrás

Emití un grito ahogado cuando se introdujo en mi interior. Me apoyé a la pared con una mano y con la otra me masturbé, mientras Bellis me embestía.

-Dioses, Bellis, por supuesto que te quiero- dije, con la voz entrecortada.

Pasé mi mano desde mi entrepierna a las nalgas de Bellis y las cogí con fuerza, hincando las uñas.

-Dioses, Bellis, quiero que sentirte dentro de mí- susurré, entre gemidos.

Estoy dentro amor mío, y estaré siempre que tú quieras- Dije entre gemidos mis embestidas cada vez eran más rápidas me encantaba.

Quince minútos después empecé a sentir que volvía a llegar a otro orgasmo-IRETH, NO PUEDO MÁS, VOY A TERMINAR OTRA VEZ-Grito, después de un gran gemido acabé dentro de ella-¡Ahg! Que gusto

Me quedé dentro, con el aparao aún erecto y dándole muy lentamente mientras agarré sus pechos y empecé a sobárselos

Me quedé con la boca abierta, respirando fuertemente. Tragué saliva con dificultad y sonreí.

-Ya, ya lo he notado- reí, mientras cogía una de las manos de Bellis y la besaba.

Me incorporé y me giré para buscar los labios de Bellis una vez más, atrayéndolo hacia mí de nuevo y envolviendo mis dedos en sus cabellos.

-No quiero ser aguafiestas, cariño, pero me estoy quedando helada- reí, mientras enterraba mi cara en su cuello.

-Pues salgamos-Digo sonriéndole mientras cerraba el grifo que me costó varios intentos.Cuando salí cogí una toalla y envolví con ella a Ireth.

Me acerqué a ella y seguí besándola mientras recorría con mis manos cada centímetro de su hermoso cuerpo -Me ha gustado todavía más que el primero-Digo mienras le mordía una oreja suavemente

Me retiré el pelo que se me pegaba a la cara y sonreí.

Con la toalla tenía menos frío, sin embargo, con el pelo mojado y descalza, empecé a temblar.

-Y más te gustará el tercero- susurré, pícara, depositando un suave beso en sus labios.

Si, y no pienso dejar que pase ni un segundo más-Dije mientras la besaba comencé a masturbarla por segunda vez, al ver que dos dedos cabían con suma facilidad introduje tres.

Me agaché y mientras la masturbaba comencé a excitarle el clítoris con la lengua suavemente.

-Bellis- gemí, intentando sujetar con una mano la toalla y con la otra, cogí los cabellos de Bellis y tiré de puro placer.

Me pellizqué los pezones y pasé la lengua por mis labios, disfrutando a más no poder. 

A medida que Bellis continuaba en mi entrepierna, notaba cómo mis piernas me temblaban y se convulsionaron cuando llegué al clímax.

Cogí con ambas manos la cara de Bellis y lo besé con fuerza y pasión.

-Ven- mascullé, cogiéndolo de la mano y conduciéndolo a mi habitación.

-Tendremos que probar a hacerlo en el modo tradicional, ¿no?- dije, mirándolo por encima de mi hombro, sonriendo-. Éstos se van a preguntar qué hacemos...- reí, abriendo la puerta del cuarto.

Al entrar en su cuarto y ver la cama la tumbé sobre ella y empezé a besar y mordisquear sus pezones mientras lo hacía notaba como se endurecían, otra vez listo volví a metersela, levantando sus piernas con mis manos, fuí besando sus gemelos a la vez que se la metía y se la sacaba, fuí besándola hasta llegar al tobillo y de ahí a los pies, se los besé y se los chupé mientras seguía con mi movimiento de cadera.

Puse sus piernas sobre mis hombros y me agaché hasta besarla con mis manos apoyadas a ambos lados de la cabeza, en esa postura mi miembro se introducía en toda su exensión.

Jugé con mi lengua en su boca -Esto cada vez se pone mejor- Susurré mientras no dejaba de hacerle el amor en esa posición en la que Ireth mostraba gran fléxibilidad.

Gritaba cada vez más alto y agarraba fuertemente con las manos las sábanas, arrugándolas. Cerré los ojos y sentí con mayor precisión todo lo que ocurría a mi alrededor. Deseaba que aquello, una vez más, fuese eterno. Que no tuviéramos que salir allá fuera y decir que él estaba tomando un baño y yo apaciblemente dormida.

Cogí con as manos el rostro de Bellis y lo atraje hacia mí para darle un apasionado beso, bailando mi lengua con la suya en nuestras bocas.

Le besé el cuello y el hombro, mientras gemía de placer.

-Dio.... dioses- murmuraba a medida que me iba acercando cada vez más al orgasmo.

Para intensificarlo, apreté los músculos vaginales contra el miembro de Bellis y me eché hacia delante. Fue un truco que me enseñó una de las "señoritas" de la Ciudad, aunque hasta ese momento no lo había probado.

Estallé y grité, cogiendo las sábanas y deshaciendo por completo la cama.

Cuando noté como las paredes de la vagina de Ireh apreaban mi miembro no pude eviar gritar y gemir como un poseso-Ireh, joder, que hembra, joder- No pude eviarlo y acabé a la vez que ella y sin darme tiempo a sacarla, suerte que , con la cantidad de orgásmos que había tenido no podía hechar nada, era materialmente imposible.

Mientras llegaba al orgasmo no pude evitar rodar por la cama hasta caer al suelo de espaldas con Ireh encima de mí, la besé una vez mas cogiéndola de la nuca mientras le volvía a introducir otra vez el miembro en su vagina antes de que se me pasara la excitación.

Ella encima y yo abajo, los dos en el suelo empecé a moverme lentamente admirándo las vistas que tenía delante, con Ireth sentada en mi pelvis y sus pechos rebotando, era increíble y me excité sobremanera, en toda mi vida, nunca había llegado hasta esos límites.

Moví mis caderas al compás de las embestidas de Bellis e hinqué mis uñas en sus fuertes pectorales, al tiempo que gritaba.

Me agaché y lo besé con furia, fuera de mí, mordiéndole el labio inferior. Me revolví el pelo húmedo, salpicando gotas de agua por todos lados y me cogí los pechos, pellizcándome los pezones.

Bajé mi mano a mi entrepierna y me masturbé mientras sentía las acometidas de Bellis, cada vez con mayor velocidad, mientras con la otra mano, volvía a clavar mis uñas en su torso, con fuerza.

¡Ahggg!-Grité de dolor y de placer cuando Ireth me clavó sus uñas, era la mujer más salvaje que había conocido senía cada bote suyo como un regalo del cielo, al final decidí que ya era hora de probar algo nuevo.

Se la saqué y la coloqué de tal manera que su sexo y su ano quedaran a la alura de mi cara mientras que mi miembro quedaba a la altura de la suya, comencé a comérselo todo de arriba abajo, de derecha a izquierda y en círculos, mientras metía mi dedo índice por su ano y le masurbaba el culo mienras hacía el cunilingus.