Partida Rol por web

Cierro los ojos durante dos segundos para relajar, necesito toda la velocidad de reacción y de salto que pueda conseguir, sé que una vez pienso en saltar, en una fracción de segundo mi cuerpo se desvanece, pero el problema es avistar el golpe antes de que este llegue a mi.

Por otro lado, pienso en algo: La pistola. Si bien está claro que una pistola normal no debería poder impactar a un ser incorporal, cuando me desfaso, los objetos que porto me acompañan. Pasaría igual que con el colgante de Anabel... Anabel... - Respiro hondo para evitar dejarme llevar por ese pensamiento - Cuando Jordan me lo dio, ella no podía cogerlo, tuve que desfasarme jutno al objeto para que ella pudiese interactuar con su materia, y eso es precísamente lo que necesito.

No obstante, la detonación de un arma haría ruido, demasiado ruido... y probáblemente despertase al rey en caso de que estuviese soñando...

Abro los ojos decidido, en caso de necesitar la pistola, creo que podré usarla, pero mejor guardar ese as bajo la manga.

Vuelvo a coger aire con fuerza y antes de exhalarlo doy un salto hasta la posición de los guardias de la puerta central, aparezco con una mano en el hombro de cada uno, y antes de que tengan tiempo a reaccionar, llevo a cabo el truco que aprendí en la ciberciudad, el truco que lamentáblemente dejó así a Anabel... Saltar acompañado... y soltar al acompañante durante el salto.

Siento como el espacio se pliega sobre si mismo cuando me desvanezco con los dos guardias, siento el tiempo fluir como un río de aguas mansas a mi alrededor... siento el espacio como una serie de hilos cruzando frente a mi, solo tengo que aferrarme a uno para moverme varios metros hacia atrás, y por el camino, abandono a los dos guardias. El acto es cruel, y despiadado, pero el mundo no va a regalarme nada, voy a tener que arrancárselo a golpes.

Mi cuerpo vuelve a formarse dos metros tras el lugar donde comencé mi salto acompañado, y en cuanto que veo que no están los guardias, corro contra la puerta para atravesarla.

Tu truco funciona en apariencia, saltas y agarras a 2 de los guardias que no tardan nada en desaparecer de nuevo junto a ti y ser destruidos a tu paso, sus cuerpos deformes y graciosos construidos por Katnis son destruidos, desperdigados por toda la sala, uno dejando restos de piedra por todas partes, otro desmoronandose para llenar el suelo con una mezcla de algo blanco con restos dorados.

Hay mas guardias en la puerta, pero estos no hacen ademan de atacarte, solo permanecen quietos  tratando de abarcar mas hueco y bloqueandote el camino.

el resto de guardias de todas las puertas se encamina hacia ti, rodeandote poco a poco mientras tu ves como de los restos de cada criatura que has destrozado sale un pequeño brillo estraño y algo traslucido se muestra, es completamente deforme no adopta ninguna forma que puedas reconocer pero si puedes escuchar su grito, un grito ensordecedor que claramente significa dolor.

Me siento fatal conmigo mismo por haber hecho eso, pero no me queda alternativa.

-Lo siento

Dicho eso me desfaso y rápidamente saco la pistola para comenzar a disparar a los guardias sin dejar de avanzar hacia ellos.

El grito de dolor se me incrusta en el cerebro.

Estás matando gente... ¿Esto es lo que quieres? No eres mejor que Bellis, solo un salvaje. Podrías haber adoptado otras tácticas, haber intentado saltar diréctamente al interior o haber hecho varios saltos de un extremo al otro del pasillo para alejar a los guardias... Pero has tomado el camino fácil, el camino de la violencia y no el de la mente... Eres como todo aquello que odias... P... Pero... debo hacerlo. Puedo cargar el peso que sea necesario en mi espalda, pero no puedo fallarle de nuevo a Anabel.

Las balas salen inmateriales de las pistola pero casi nada mas alejarse vuelven a su estado fisico, aunque no intactas por el camino pierden materia y algunas aunque no todas explotan directamente, tu intento no funciona, tienes que concentrarte y tocar las cosas para que sean igual de inmateriales que t asique al disparar las balas y alejarlas de ti a esa velocidad no puedes afectarlas con tu habilidad, no te sirven de nada.

Lanzo un grito ahogado y de nuevo mi cuerpo se desvanece.

No tengo otra opción que asesinar cruelmente a los guardias, pero... debo hacerlo, por Anabel.

Mi cuerpo se materializa de nuevo junto a dos guardias, aparezco ya tocándolos, y no pierdo tiempo, solo doy un salto hasta el otro extremo del pasillo para acabar lejos de los veinte guardias que iban hacia mi, y por el camino, asesino a los dos que llevaba conmigo.

igual que la otra vez su cuerpo se destroza se demorona y esparce restos por el suelo y en su lugar aparece un ente deforme y rotorcida que girta de dolor y con furia, 4 de estos entes ya ocupan el pasillo gritando de forma que casi todo el castillo tendra que haber escuchado ya los gritos.

En cuanto reaparezco, mi cuerpo se vuelve a desvanecer, y esta vez salto de soldado en soldado de los defensores de la puerta para irlos matando uno a uno.

Sus gritos se me clavan en los tímpanos, y a pesar de no contener palabras, entiendo perféctamente lo que dicen. Me llaman asesino, me dicen que soy un bárbaro que no atiendo a nada que no sea la violencia, yo trato de explicarles por qué lo hago, pero es inútil, en el fondo sé que tienen razón.

Intentas dar un salto para agarrar a uno de los guardias, pero eres interceptado por una de las abominaciones que gritan, que sujeta tu cuerpo reteniendote de forma que no puedas avanzar ni hacer nada, retenido entre su cuerpo gritando con furia, solo puedes salvar hacia atras y alejarte pero no atravesar su cuerpo como si fuera un bloqueo para ti.

Con el resto de puertas desprotegidas decido entrar a una de las habitaciones para luego correr hacia la pared contigua y desfasarme para atravesarla, si no puedo pasar por el pasillo, lo haré por las habitaciones.

Tu estrategia parace funcionar por que aunque solo hay una sala sin guardias, al menos estos no aprecen dispuestos a perseguirte, cuando entras en la estancia encuentras dentro a 2 ppersonas escondidas tras un mueble tratando de ocultarse del atacante, osea de ti.

Gritan aunque nada comparado a los gritos del exterior, todo marcha bien hasta que tratas de atravesar la pared, en ese momento descubres que no puedes hacer, ocurre como con las abominaciones te retienen no puedes cruzarlas

Emito un pequeño grito de frustración y me giro hacia la puerta esperando a ver si entran los soldados, y de paso hecho un ojo a los que están gritando.

Toda la escena que te rodea cambia y de pronto vuelves a encontrarte en una de las bibliotecas, la que se esta llenado poco a poco de libros, en el centro sentado y riendose a carcajadas se encuentra el rey que no deja de reirse mientras te mira.

Le miro serio.

-Ahora quiero respuestas.

- Primero tendras que hacer preguntas para ello, no crees- 

-¿Por qué terminé aquí y qué han estado haciendo con nosotros?

- Terminaste aqui por que me canse de que mataras a pobres inocentes sin ningun miramiento, y nadie hizo anda con vosotros tu eres libre de hacer exactamente lo que quieras -

-¿Que te cansaste? - Me siento algo confuso - Igualmente eso no tendría sentido con que nos dieseis alojamiento y trabajo. También quiero que me digas qué lugar es este.

- No creo que aun estes preparado para averiguar que es esto, pero uedo decirte por que te di alojamiento, queria ver que seras capaz de hacer en un momento de extrema necesidad y ya lo vi, matar te es tan comun como lo era para tu barbaro amigo -