Partida Rol por web

Cuando se recuperó.y tras ver a Gazlowe reparando la máquina lo primero que pensó fue ese capataz me debe algo. De inmediato se levantó y fue a buscar al capataz. Aunque lo que le apetecía era gastarlo todo en si mismo, un buen masaje, una comida lujosa, alcohol y mujeres, un buen empresario sabe que es importante tener contento a los empleados. Se gastaría el dinero con ellos, pero sólo esta vez y por ser la primera vez que lograban tener éxito en una misión. 

Se plantó ante el capataz y puso su sonrisa más pícara. Como le dije y puede ver soy amigo íntimo de Gazlowe y he hecho algo mucho mejor que reparar el transmisor. He traído al ingeniero, que nunca hubiera venido de no ser por la amistad que nos une. En fin, no quiero entretenerlo; pero reconocerá un trabajo bien hecho y lo recompensará adecuadamente. Dijo alargando la mano.

Aunque bien pensado tampoco tengo porqué gastarlo todo con los chicos. Guardaré algo como fondo para montar el negocio.digamos el cuarenta por ciento, no mejor el cincuenta. Sí es lo justo. Se autoconvenció Gazapito.

Fueron 87 monedas de oro las que el capataz le entregó sin chistar al goblin. Lo cierto es que tal cantidad era muy basta, pocos días se veía que saliera tanto dinero del bolsillo de un comerciante, sin embargo la razón era obvia, no había sido una tarea fácil encontrar a alguien que pudiese solucionar los problemas técnicos de un artilugio tan complicado. 

—Toma este dinero y repártelo entre tus subordinados, ahora este grupo de goblins estará a tu mando, el cual estará a mando mio, no se te olvide eso. 

Acto seguido dejó caer en la mano de Gazapito un pesado costal de moneadas destellantes. Seguro ahora se la pasarían en grande. 

Los cuerpos clavdos cubren la estancia. -Debemos bajar estos cuerpos- tomo mi palanca y trato de seprarar los cuerpos de las paredes, colocandolos en un solo punto para trasladarlos y darle un entierro mas natural. Purifico el ambiente con una mexcla de hierbas. -Hermanos! juntos  limpiemos esto

Cogió las monedas y salió de allí lo más rápido que pudo. Por supuesto capataz,  estamos a su servicio. Por el momento. Se encaminó hasta donde había dejado a Gazlowe. Señor Gazlowe, los chicos y yo vamos a ir a la taberna más cercana a comer algo y beber, quien sabe si algo más si nos llega el dinero.  Siempre es buena idea estar a bien con un ingeniero de su nivel. Está invitado si le apetece.

Tras lo cual se acercó a sus tropas.Chicos, nos han pagado de modo que vamos a divertirnos. Dio a cada uno de ellos 5 monedas y puso rumbo a la taberna. Vamos yo pago esta noche, siempre y cuando la cuenta no pase de treinta monedas. Con el resto del dinero tenía planes para el día siguiente.

Los ojos de su tropa se encienden con el dinero, saben que después de todo tienen un buen jefe. En la taberna todos se ríen del peligro que acaban de pasar, burlándose de la fatalidad que quizás les pudo haber esperado. Todos disfrutan del alcohol orco que ha sido enfriado con magia. Inclusive Gazlowe se une a la fiesta, un disfrute de sensaciones primero de la graganta y después de la piel. unos cuantos se despiden del grupo, marchandose junto a una goblin. 

El goblin cuando se despierta se siente como nuevo. Se viste y se dirige al lugar que habían quedado de verse al día siguiente antes de haber salido ayer de la taberna. 

—¿Qué habrá sido del resto? —piensa Gazapito mientras camina en la vasta ciudad de Ogrimar. 

El tauren se las consigue para subirse a una altura tan alta, convocando al poder de la naturaleza para sacar raices lo suficientemente altas para desprender los cuerpos del techo. Que ingenio de Koren, había recordado del comentario que había hecho su maestro sobre el tamaño de las raíces en el sur de los baldíos, en la tierra de las bestias cerdo.

Plantó la última semilla que le dio su maestro alquimista de aquellas semillas de Horado Rajacieno, dijo unas palabras en druídico antiguo y dejo caer unas gotas en el suelo. Segundos después, de aquella tierra fértil se irguió  majestuosamente una escalera, obra de la naturaleza, quien acompañaba muy pegado al joven tauren. 

Habían limpiado los cuerpos, preparándolos para enterrarlos, entregando así la eterna paz para los espíritus de aquellos cadáveres. Mirándolos más de cerca Koren notó algo que antes era imposible percatarse, aquellos cuerpos calcinados pertenecían sin lugar a dudas de orcos, los cuales en sus posesiones también cargaban el mismo símbolo distintivo de los sátiros.  

Sin lugar a dudas Ogrimar era el lugar donde él debía estar, allí el oro corría de verdad y un joven y emprendedor goblin como él podía prosperar. Poco a poco, con paciencia; pero sin perder de vista sus objetivos.

Por el momento su única fuente de ingresos era el capataz. Eso era algo que tenía que arreglar, si llegaba a pasarle algo al capataz se quedaría sin sustento. Recordó al goblin con el que había hecho negocios cuando le enviaron a por las piezas de reparación y se dirigió hacia allí. Tenía en mente ofrecerle un negocio.

Si como sospechaba el capataz iba a hacerle ir de un sitio a otro nada le impedía traer mercancías exóticas a la vuelta y hacerle un buen precio a su nuevo amigo. Todos salían ganando, simplemente quedaba ponerse de acuerdo en los porcentajes que se llevaría cada uno.

-Orcos, pobres seres impuros! profanaron esta tierra! terminemos aqui de una vez y vamos a la aldea, tengo que hablar con los sabios. Ustedes orcos vuelvan con Kalthar y haganle llegar esta noticia, que algun otro clan esta trabajando con el consejo de la sombras.- Terminamos de purificar el la cueva y culminamos con el entierro de los cuerpos. Envio a los orcos restantes con Kalthar para que le den mi mensaje. -Algo muy oscuro se esta posando sobre la tierra.- Los Tauren galopanos sin detenernos a direccion de nuestro pueblo y en busca de una audiencia urgente los sabios.

Ino sabía que la vida de todos dependía del resultado de las tácticas. Si salía bien, igual tumbaban al "apestado" pero si no ... no pasaba nada. Ya no habría problemas por los que preocuparse. La paladina apretó lo dientes y puso todo su empeño en derribar al bicho, y tenía la esperanza que su prima, con la ventaja que había adquirido, consiguiera rematar al bicho ... para beneficio de todos. - Ánimo prima, ánimo.

Creo que he fallado.

A Gazapito se le había ocurrido la idea de mercar con mercancía exótica. Había llegado a tal resolución en la noche, cuando estuvo en el bar, hablando con sus ayudantes. Aquel comentario había salido de una conversación aparentemente sencilla, pero lo suficientemente importante para no hacer de menos a los recientes cambios climáticos que se habían dado. A nadie le gustaba la idea, pero parecía bastante obvia la necesidad de ahorrar sus ganancias con tal de recibir a las inclemencias lo mejor posible antes de que éstas llegaran de manera improvista.

Sin embrago, sus ayudantes no vieron en ello la necesidad de exprimir lo mejor posible aquel último viaje, guardando esas monedas para vivir con humildad en vez de arriesgarse el pellejo por doblar las ganancias como el jugador se entrega a una apuesta que le puede llevar al encarnamiento más elevado de los placeres o a la miseria completa.

Antes de ver al resto Gazapito quería hablar con un goblin mercante que había conocido en la capital, pues teniendo en cuenta que una vez arreglado el barco habrían de partir de nuevo quería asegurar un poco de mercancía exótica para antes de esas fechas. 

Koren decide alertar a Kalthar con sus tropas, sabiendo que lo más sensato es que sus mismos hombres les avisé, ya que sabrán dónde encontrarle sin hacer mucho escándalo por ello. Quiso hacerlo él mismo, pero pensó que lo más prudente sería avisar también a los sabios tauren, pues sería necesaria toda la ayuda posible si el autor de tales hechos fuera el consejo de las sobras.

Una vez en Cima De Trueno koren hizo una audiencia con el gran jefe Cairne Pezuña de carne, este se quedó impresionado por las palabras del joven druida, ciertamente aquellas eran malas noticias para un vecino tan cercano y querido como ellos.

—Necesitaremos más información si queremos saber qué es lo que traman, lo mejor será saber noticias de Vallefresno. Joven druida, necesito que contactes a los elfos de la noche y des mensaje de lo que me has dicho a mí. —Dice esto mientras entrega a Koren una carta sellada con el emblema de Cima de Trueno— No tienes tiempo que perder.

Escuchando los consejos del sabio Cairne, preparo a mis hombres para una mision que deberemos hacer con anonimato, recabar informacion de los elfos. ordeno a mis Taurens a preparar alimentos y objetos necesarios para este viaje.

-Hombre viajaremos al amanecer, preparen todo. Hablen con sus familias, ya que no sabemos que nos espera.-

Una vez dicha las ordenes, voy a preparar mi bolso y objetos. pensativo a que esperara a nuestra tribu en el porvenir.

Las tropas de Elawen se lanzaron a la carga contra aquella monstruosidad: necesitaban apoyar a Inomagata, quien ya se encontraba un poco en apuros. Las espadas elficas se hicieron facilmente un espacio en la carne cosida de tal asquerosidad, quien despedía a cantidades iguales pus y sangre. La abominación, aunque torpe y lenta, contenía la fuerza suficiente para hacer papilla a cualquier soldado que se dejase atrapar por sus gordas manos y sus filosos ganchos. Movida por el dolor la abominación encolerizada lanzó su gancho para decapitar a una de las dos líderes. Sin embargo, un soldado muy fiel a la guerrera al ver las intensiones de la bestia se lanzo para interceptarlo, logrando su cometido con su propio cuerpo. Su escudo no opuso ninguna resistencia en contra de aquella potencia demoníaca, la cual estaba conformada literalmente por docenas de lo que una vez fueron hombres. 

Segundos más tarde Dekooj yacía en el suelo, agonizando

—Terminen la misión. —Fueron sus últimas palabras antes de caer inconsciente, quiso decir algo más, pero ya el aire no salía de su boca. 

Todos en su interior sintieron la pérdida de una vida, arrancada por aquella plasta que yacía enfrente, la cual como máquina de guerra que era, había sido diseñada con el único propósito de matar. 

Con la táctica de rotación que les había impuesto ya le tocaba a algunos de sus soldados, e incluso a ella misma, hacerse hacia un flanco y otros, más "frescos" tomar su lugar, pero no podía más que terminar lo que estaban haciendo, máxime, cuando uno de los compañeros había caído, casi partido por la mitad, como si de un salchichón se tratase. De todas maneras. antes de apartarse, lanzó un tajo más, con toda la saña, a modo de venganza, para resarcirse del dolor causado al pobre Dekooj.

La mente de Gazapito iba de una mercancía a otra pensando que era lo que más beneficios podría proporcionarle; pero siempre chocaba con un obstáculo. Por el momento dependía de hacia donde le mandara el capataz.

Poco a poco su codicia fue cercando la mercancía. Vid de Sangre. Era fácilmente transportable, y por su peso siempre podía añadir algunos kilos aunque tuvieran otros encargos.