Partida Rol por web

Los demonios alados siguen acercándose peligrosamente, mientras ustedes dos concentran toda su energía en rasgar por completo el velo entre las dimensiones. Notas cómo la resistencia va cediendo poco a poco, y empiezas a sentir cómo tu cuerpo va traspasando al otro lado - Por favor, - oyes decir a Batson - dile a mi hijo que le amo, y que siento no haber estado a su lado...que estoy muy orgulloso de él - dice mientras tu cuerpo acaba de atravesar al otro lado y ves cómo él se voltea para enfrentar a las criaturas que ya tiene prácticamente sobre él.

En un instante, toda la luz, el calor, la sensación de los seis ojos en tu nuca...todo desaparece, y da paso a una fría oscuridad. Tardas unos segundos en acostumbrarte, pero la oscuridad siempre estuvo de tu lado, y tus afilados ojos enseguida se aclimatan a la falta de luz. Estás en una pequeña habitación de dos por dos metros y hay un hombre sentado con la espalda reposando en la pared, encadenado de pies y manos. Reconoces un traje de mago, pero está raído y hecho jirones. Al observar el rostro, también te resulta conocido, aunque los ojos hundidos y vacíos de expresión hace que no sea más que la sombra del hombre que acabas de dejar atrás, en la dimensión demoníaca...

Por lo demás, la celda está completamente vacía, salvo por una puerta de acero reforzada en la pared frente al mago. Empiezas a fijarte en los detalles de tu entorno, y te das cuenta de que tanto las paredes como el suelo y el techo no son de piedra, sino metálicos. Además, se oye un zumbido, un rumor continuo, como de maquinaria, aunque hay algo más. Un sonido que no aciertas a adivinar. Por último, te da la impresión de, sea lo que sea el lugar en el que te encuentras, está movimiento...

Es aqui donde debo añadir, en el momento en el que comienzo a sentir que el material esta cerca y que es posible pasar a el, estiro mi brazo hasta el mago y lo agarro con fuerza, impongo mi impetu mas fuerte incluso si esto requiere llevarme a estar a la mitad de mis capacidades en el siguiente cuadro de la escena "Nunca tuve pensado irme y dejarte anciano..."y si mi brazo no alcanza, creo una soga y le amarro a su cuerpo!... sacrifico mi integridad con el fin de traerme a ese viejo que hace lo mismo por mi, se que nuestro poder combinado puede hacer grandes cosas (o eso creo) y por ello hago lo imposible hasta el ultimo segundo...

Te sientes agotado. Utilizaste toda tu fuerza y más para lograr atraer hasta el material el alma de Batson. Le agarraste, notaste como tirabas de él cuando tu cuerpo empezaba a traspasar la fisura entre dimensiones. Mientras él intentaba oponerse para no arriesgar tu salto, en el que tenía puestas tantas esperanzas. Aún así no desististe en tu intento, y ahora que ya estás aquí, no estás seguro de que haya funcionado.

Te acercas a Batson y te acucliyas para que tu cara quede frente a la suya. Su mirada sigue perdida, su cuerpo relajado, su respiración tranquila. Su cuerpo está maltrecho, más por estar encerrado que por maltrato físico, aunque al parecer lo han estado alimentando para mantenerlo con vida. Tiene una mordaza que le impediría el habla, en caso de que tuviera intención de decir algo. Por un instante te mira, y puedes ver una chispa en sus ojos, pero enseguida vuelve a mirar al frente, al vacío, y percibes en sus ojos una ausencia total de voluntad.

Con un leve suspiro de fatiga, digo en mis pensamientos e intento trasmitirlo a la mente de Batson "solo espero... que haya valido la pena... aun asi no puedo quedarme para averiguarlo... seguiré!"

En primera instancia, intento identificar las mentes cercanas, en segunda deseo intentar identificar espacios, en tercera si me es posible hacerme invisible, y en cuarta si puedo pasar al mundo de los sueños o solo a esa dimension extraña de la que vengo.

Me asomo levemente a travez de los muros de la prision a ver que logro encontrar, no mucho, incluso solo estiro mi ojo para que solo este sea el que haga el paso por el muro... si está en mis capacidades, me quito el ojo y le "amarro" a una cuerda (realmente haría parte de la cuerda, ya que le tejo de tal forma que no lo pierda) que tejo oniricamente e invisible para ver por las rendijas de la celda... estiro los nervios oculares y observo que hay del otro lado de cada uno de los muros de la prision de este hombre de mirada perdida...

Tomas aliento por unos segundos, intentando recobrar fuerzas. Te pones junto a la pared y estiras tu ojo, proyectándolo fuera de tu rostro, para atravesar las paredes de la celda y descubrir qué hay más allá. Con sumo cuidado, empiezas a introducir tu globo ocular através del metal. Es un proceso un poco lento y desagradable, pero tras unos minutos, empiezas a ver algo más que la oscuridad metálica del muro en si mismo.

Al otro lado, puedes ver un pasillo estrecho, a lo largo del cual hay al menos una docena de puertas, iguales a la que da paso a esta habitación. Cada cierta distancia, puedes ver una luz roja que parpadea cada cierto tiempo, lo que podría indicar que hay varias cámaras vigilando el lugar. Al investigar a ambos lados de la celda, puedes ver que hay otro par de habitaciones de las mismas características y dimensiones que la que habitas, pero desocupadas en estos momentos.

Por último, inspeccionas tras la pared a la que está encadenado Batson. Es más gruesa que las anteriores, y tardas más en poder ver a través de ella, pero al fin, ves un corredor vacío, poco iluminado, con un par de puertas y unas escaleras de subida y de bajada.

En cuanto a las mentes presentes, percibes que hay varias decenas de personas en un área más o menos cercana, pero lo haces de forma amortiguada, como si de alguna manera este lugar limitara tus habilidades psíquicas. ¿O quizá sea el cansancio?

Inspecciono que hay a traves de las varias puertas del lugar, busco otros seres que esten atrapados hasta donde de mi ojo, luego de que este llegue a su limite, me hago una especie de gelatina onirica y me sumerjo en el suelo, paso por el pasillo hasta cada una de las puertas y comienzo inspeccionar cada celda sin dejar ver mi cuerpo en la superficie, siempre protegido por la solides del suelo... 

Tambien hago un semi salto al onirico para ver el estado del mismo, quiero saber si es seguro dar saltos dimensionales sin tambalear nuevamente en la dimension demoniaca.

entiendo que el pasillo es un poco ancho, como con 10 pies, con aproximadamente 12 celdas, parece que estoy en la 8 o algo asi porque a mis dos lados hay celdas y detras de mi muro, que es ancho, llega a un pasillo aislado con escaleras que suben y otras que bajan... mi otro ojo esta mirando y pendiente de estas ultimas escaleras... siempre que sea posible, o al menos estoy pendiente de si alguna mente pasa por este lado.

Estiras tu ojo para ver más allá de las celdas contiguas mientras sigues vigilando el pasillo que hay detrás. Como esperabas, parece que Batson no es el único preso en este lugar. Dos celdas más allá hay un tipo de unos veintitantos atado de pies y manos sobre una camilla. Te parece ver que está consciente, pero está muy aturdido, quizás drogado, y tu ojo le pasa totalmente desapercibido. Una celda más allá hay una muchacha que no tendrá más de dieciséis. Está sentada en un rincón, cogiéndose las rodillas con los brazos, y solloza en silencio.

Cuando intentas traspasar también la pared de esa celda, notas que tu cuerpo ha llegado a su máxima elongación, así que decides explorar el otro lado, donde encuentras dos celdas vacías y tras una gruesa pared metálica, se abre una sala mucho más amplia. Dirías que tiene unos veinte o treinta metros de largo por otros tantos de ancho y una altura de unos cuatro metros. Está iluminada por luz eléctrica y todas sus paredes son metálicas. A primera vista te recuerda la bodega de un barco, aunque debería ser un barco enorme.

A lo largo de la sala, hay varios objetos tapados con sábanas. Podrían ser muebles... aunque más bien dirías que son aparejos. En un lado de la sala, hay un grupo de personas con bata blanca en torno a una camilla, en la que hay una mujer tendida, intubada e inconsciente, mientras los otros parecen examinarla con una maquinaria extraña.

Cuando decides explorar las celdas del otro lado del corredor, sólo alcanzas a explorar las tres más cercanas a ti. Sólo una de ellas está ocupada por un chico moreno, de unos dieciséis años, que está acostado en posición fetal, con la mirada perdida. Viendo que no puedes estirar más tu cuerpo, decides achatarlo y recorrer el pasillo, con lo que dejas de vigilar el pasillo tras tu celda, que parecía bastante tranquilo por el momento. Con la nueva forma que has adquirido pretendes pasar desapercibido, aunque no estás muy seguro de poder conseguirlo... Al inspeccionar las últimas celdas, encuentras otros dos presos, un hombre y una mujer, ambos demacrados y con los ojos apagados, lo que te hace pensar que llevan aquí largo tiempo.

Tras tu inspección regresas a la celda, e intentas saltar al onírico, con mucha precaución y listo para abortar el salto al mínimo atisbo de la dimensión demoníaca. Parece que el peligro ha pasado, pues en lo poco que consigues percibir en tu microsalto tan solo ves los sueños de la mujer sedada que estaba en la sala, y retazos del inconsciente del resto de personas cercanas a ti. Para tu sorpresa, en el sueño de la mujer, has podido verte a ti mismo junto con ella y otras tres personas más, sentados alrededor de una mesa: uno con el pelo blanco, otro vestido de mago clásico que se parece bastante a Batson y a otro chico, que si no te falla la vista dirías que es el que estaba atado en la camilla dos celdas más allá...

Cuando abres los ojos tardas unos segundos en lograr enfocarlos. Cuando lo consigues, ves un techo metálico sobre ti. Te sientes mareado y con náuseas, pero cuando intentas incorporarte y llevarte una mano a la cabeza te das cuenta de que estás atado. Miras a tu alrededor, y te da toda la impresión de estar en una maldita celda. Una celda metálica para más inri, con una puerta blindada separándote de la salida.

En circunstancias normales no tendrías ningún problema en librarte de tus ataduras y tirar abajo esa puerta. En circunstancias normales. Pero no parece ser el caso. Cuando intentas concentrarte sólo logras notar una punzada en la cabeza, y las náuseas se hacen más intensas... Es como estar colocado de peyote o algo por el estilo. Pero seguro que si logras concentrarte lo suficiente...

No hay duda en mi y con ello realizo el salto al onirico donde me siento mas tranquilo, comienzo a explorar los rincones del complejo en el que estan todos y sus opciones de salida, espío a los que estan por alli, evaluo las armas con las que disponen y el alcance de las mismas, verifico registros de cuantos deben haber y cuento fisicamente cuantos metas hay. busco las llaves o las formas de abrir las cerraduras... y finalmente, intento transportar a alguien al onirico, ejemplo batson...

Evito el sueño de los metas por ahora, me concentro en lo demás, quiero y prefiero tener la informacion antes de hablarles. Intento evaluar la fortaleza mental de los individuos del lugar y ubico el que parece ser el lider, evaluo sus defensas y sus posibilidades de reaccion a algun ataque inadvertido.

Joder, ¿Pero quién era este tío? ¿Mandrake el mago? ¡Kate! ¡¿Estás ahí?! Demonios, grita Harry mientras intenta hacer que deje de dar vueltas la estancia.

¿Dónde carajo estoy?...Mientras tanto Harry se concentra para intentar romper las ataduras. ¡Ouch! Jodidos estupefacientes, esto no es lo que me daban en el instituto.

Harry se pone de pie y examina la estancia. Una habitación metálica... se concentra de nuevo, intenta aclarar su cabeza. Recuerda esos meses que pasó como ayudante en un circo ambulante, y los trucos que le enseñó el viejo Splendin¡, el gran escapista (y borracho, todo sea dicho)...una mano por encima de otra, gira la muñeca...no, para este lado no o te ahorcarás con la condenada soga, para el otro, ahora gira el tronco, no respires, no respires, respira que te vas a ahogar, maldita sea, debí haber ido a más clases de yoga, y... ¡TACHAAAAANNNN! 

Harry levanta inconscientemente los brazos y sonríe a un publico inexistente mientras se libra de las ataduras. ¡FUCK YEAH BITCH!! Grita hasta que vuelve a ser consciente de dónde está y por qué en el primer show infantil que hizo como sustituto de Splendini lo echaron por comentarios ofensivos a los niños. 

Después de eso, Harry pasea por la habitación, mira a su alrededor e intenta tras el subidón usar sus poderes para abrir la puerta...

Trasciendes al onírico sin ningún problema, y percibes varios cientos de mentes en un kilómetro a la redonda, pero más allá de esa distancia, sólo hay silencio. Es una sensación parecida a cuando visitas una isla en mitad del océano, solo que este lugar está en movimiento. Cuando exploras las primeras mentes no tardas en descubrir que estás en un portaviones, de unos 350 metros de eslora, y una tripulación de varios miles de personas. Se trata de una base móvil del ejército mundial, y su capacidad de defensa es bastante elevada. Hay varias decenas de aviones y helicópteros, y defensas antiaereas. Además hay una armería con armas de mano para la tripulación en caso de abordaje.

Una de las salas que destaca en importancia es un laboratorio, donde se hacen investigaciones genéticas con cobayas humanas. También hay una sala de entrenamiento especial, destinada a metahumanos. Un grupo de ellos parece trabajar para el ejército. Que estén ahora mismo en el buque has contado cinco. Al mando está el General Ross, un hombre que ronda los sesenta, de rostro enjuto, pelo canoso y voluntad férrea. Sus hombres lo respetan por encima de todo, y lo admiran por su buen hacer al mando de la nave.

En cuanto a la resistencia mental de la tripulación, es algo más elevada de lo normal. Son soldados bien entrenados, en todos los aspectos, aunque no es nada que no puedas superar con esfuerzo. Al intentar transportar a alguno de ellos al onírico, te das cuenta de que no puedes. Sientes que el caso de Batson fue algo especial: transportaste su mente, su alma, o algún tipo de energía mística ligada a su ser, pero no el cuerpo mismo.

Las puertas de las celdas están en una garita en la antesala del corredor en el que se encuentran, y las de las zonas limitadas a cierto personal las posee el personal autorizado. Son tarjetas de identificación que tienes que pasar por una ranura, y marcar la contraseña en los paneles de control. Hay muchas vías de salida hacia la cubierta, pero una vez ahí, no hay señal de tierra en el horizonte...

Estás en una celda metálica, de dos por tres metros aproximadamente. Te acercas a las paredes para inspeccionarlas, y están malditamente blindadas. Pones tus manos sobre la puerta, y te concentras, intentando sentir su estructura interna, sus cierres, sus goznes, y lo que tendrías que hacer para conseguir abrirla (si consigues concentrarte lo suficiente como para usar tu telequinesis, claro). Cuando te quedas quieto, percibes un leve rumor, un sonido continuo, y te da la impresión de que toda la estancia tiembla ligeramente. Estés donde estés, dirías que está en movimiento.

Dejando a un lado ese pensammiento, te centras de nuevo en la puerta. Cierras los ojos y utilizas toda tu fuerza de voluntad para intentar hacer retroceder los cierres de la puerta blindada. Una gota de sudor resbala por tu frente para quedar suspendida de la punta de tu nariz unos segundos antes de caer al suelo. Sigues aumentando tu concentración, tratando de ignorar la neblina que aturde tu cerebro, de superar el efecto de la droga que inhibe tu poder. Tras algo más de un minuto, sientes cómo los cierres empiezan a desplazarse suavemente, y aunque te cuesta casi toda tu energía, al final consigues moverlos hasta oír un "clic" y notas como la presión de la puerta sobre su marco desaparece, y está lista para poder abrirla simplemente tirando.

Conteniendo la respiración la abres unos centímetros, lo suficiente para poder echar un vistazo fuera. Ves parte de un pasillo, en el que hay otras puertas iguales a la tuya. Desde donde estás sólo puedes ver la pared de enfrente, y cuentas tres puertas. Todo lo que alcanzas a ver es metálico.

Mientras decides qué hacer, te das cuenta de que el efecto de la droga se está pasando lentamente, y te sientes menos aturdido que hace unos minutos. Con suerte, cada vez te será más fácil utilizar tus dones...

Ahora contacto las mentes de los metas y las vinculo en un mismo sueño, antes me aseguro de su fidelidad y de que sean los que estan encerrados o en algun tipo de experimento, solo permito la entrada a este sueño a los que al parecer podrian estar del mismo bando. El entorno es en una casa antigua con suelo en madera y paredes con pintura vieja, un par de cuadros de antaño adornan el lugar y en el centro una mesa redonda en madera muy pulida y bien tallada, las sillas de manufactura muy elaborada, tambien en madera muy pulida pero con las patas formando una garra de dragon. Mi vestimenta es en cuero blanco con elaborados adornos en metales como la plata, el oro y el mitrhil de manufactura al estilo elfico, una elegante chaqueta y un deslumbrante pantalon, un cinto en plata con una cabeza de dragon en la evilla, piel blanca y cabello tambien blanco y lacio al estilo de un alto elfo, ojos totalmente negros y el iris blanco, rasgos en general muy axiomaticos.

Me acerco con las manos a la espalda y saludo mostrando mi mano derecha y formando un semicirculo para introducir el lugar: "Sean bienvenidos al recinto del dragon silencioso, un sitio discreto para poder conversar"

Mientras meditas cuál será tu próximo movimiento, de repente notas cómo alguien intenta comunicarse contigo... directamente a tu cabeza. Sientes un leve mareo y cómo esa presencia externa intenta tirar de tu consciencia hacia otro lugar. Cierras la puerta con cuidado, y apoyas tu espalda en ella mientras te sientas lentamente, esforzándote por no caer. Tu mente se va alejando poco a poco de la celda, que empiezas a ver desde fuera de tu cuerpo, hasta que todo se vuelve negro y una nueva escena aparece ante tus ojos...

El entorno en el que aparecéis es en una casa antigua con suelo en madera y paredes con pintura vieja, un par de cuadros de antaño adornan el lugar y en el centro una mesa redonda en madera muy pulida y bien tallada, las sillas de manufactura muy elaborada, tambien en madera muy pulida pero con las patas formando una garra de dragon.

En ella hay un ser que podría ser humano, pero con rasgos algo peculiares. Su vestimenta es en cuero blanco con elaborados adornos en metales como la plata, el oro y el mithril de manufactura al estilo elfico, una elegante chaqueta y un deslumbrante pantalon, un cinto en plata con una cabeza de dragon en la hebilla, piel blanca y cabello tambien blanco y lacio al estilo de un alto elfo, ojos totalmente negros y el iris blanco, rasgos en general muy axiomaticos.

A parte de él, hay una mujer pelirroja, de más de treinta años, ojos claros y expresión curtida; un joven de veintitantos, moreno, desgarbado, y junto a él una muchachita que no tendrá más de dieciséis, de piel blanca, pelo oscuro y ojos verdes, que mira la escena con asombro, mientras le toma la mano buscando protección; también hay un joven de piel morena, de rasgos árabes, que mira a su alrededor con curiosidad; un hombre de mediana edad, vestido de mago clásico, que sonríe complaciente al "elfo"; un hombre caucásico, bastante alto, con pelo enmarañado y mirada perdida; y una mujer asiática que mira a todos lados intentando prevenir un posible ataque.

El ser de piel blanca se acerca con las manos a la espalda y saluda mostrando su mano derecha y formando un semicirculo para introducir el lugar: "Sean bienvenidos al recinto del dragon silencioso, un sitio discreto para poder conversar".

El mago se acerca unos pasos a él y le estrecha la mano derecha con familiaridad - Señor D'Morg, ¡realmente conseguiste sacarme de ese infierno!¡Estoy en deuda eterna contigo, amigo! Y parece que encontraste la forma de reunirnos, al menos a algunos de nosotros. No podría estar más feliz de haber contactado contigo. Aún hay esperanza para el mundo - dice mientras se gira para contemplar a todos los allí presentes, sin perder la sonrisa ni por un instante.

Es realmente extraño, pero ya has visto a al menos dos de estas personas antes: tanto el chico desgarbado como el "elfo" pálido aparecían en tu sueño, en ese en el que estabais reunidos discutiendo planes en torno a una mesa...

Estoo... hola y todo eso... ¿Dónde estamos? Vamos, que hace un momento estábamos en una especie de celda (o algo así), y de repente aparecemos en esta estancia tan florida, y... bueno, ¿Estamos muertos? ¿Soñando?, ¿Y qué es eso de que hay esperanza para el mundo? Harry parece confundido y aturullado mientras intenta quitarse el dolor de cabeza que le causan las drogas con las que despertó. Sin dejar de echar un ojo a su acompañante, mira la estancia y luego al tipo pálido y al mago. Por cierto, me llamo Harry, ¿Y vosotros? 

"Señor Batson, me habría arrepentido eternamente si no lo hubiera intentado con todas mis fuerzas, aun me siento un poco debil pero se que el tiempo me permitirá recuperar mi temple"dice el ser palido con la mirada al mago y una leve sonrisa diligente, con una pequeña reverencia al mago gira su rostro (si, el rostro, realmente la cabeza la deja quieta en un movimiento brumoso gira todo el cuerpo) hacia harry y dice: "Señor Harry, vuestras mentes se encuentran en una dimension en la que podremos temporalmente hablar con tranquilidad, espero nos sea de utilidad. Mi nombre es Jeguen D'Morg, pero creo que pueden llamarme como quieran, responderé a cualquier nombre siempre que se refieran a mi"...

Este ser palido se gira y con las manos atras levanta su mirada a uno de sus cuadros en los que se ven las celdas, el cuadro comienza a moverce y a narrar vividamente la historia de una de estas, parece ser la misma de harry... "Se que tanto ustedes como yo tenemos informacion que nos será de mucha utilidad, asi que me gustaria conocer un poco mas de vosotros con el fin de encontrar la manera de poder ayudarles a salir de este cautiverio, detesto que nos hagan esto..."

La mujer pelirroja mira la escena, aturdida, confundida pero sin atisbo de miedo en su rostro... Soy Áinne McCool, detective de Nueva York, supongo que si hay más gente especial... un placer conoceros, aunque no sé bien porqué aún..duda durante unos segundos, os mira con familiaridad... creo que aún no estamos todos... inspecciona el lugar, fijándose en los detalles y avanza hacia el centro...  bueno, por donde seguir, no cero que nos sobre el tiempo....por lo que sé... estoy en una base del gobierno militar, dónde me estaban realizando unas pruebas, al despertar, ya estaba en la celda... que es dónde sigo... si sigo en las instalaciones... ¿Qué podéis decirme de vuestra localización?...

La joven que tenía agarrado a Harry por el brazo se agarra con un poco más de fuerza al muchacho para intentar vencer su timidez, o quizás su miedo - Yo... yo soy Kate, y... bueno, yo estaba con Harry cuando algo nos atacó y me desperté en una celda... y... ahora estamos aquí... Respecto a información...- titubea la joven mientras busca la mirada de Harry - la verdad es que no hay mucho que yo pueda decir... Así que si alguien está mejor informado de lo que está pasando sería genial que lo compartiera. - dice mirando a todos los demás.

La mujer y los dos hombres que aún no han intervenido aguardan en silencio. Se puede percibir en ellos mucha inseguridad e inquietud, como si esperaran que todo se tratara de un engaño o trampa, o quizás sólo una alucinación, y se muestran reticentes a participar en la conversación, cada uno a su manera.

El chico árabe, tras mucho titubeo, se decide a dar un paso adelante y presentarse - Yo soy Rashid... y llevo mucho tiempo encerrado aquí, no sé cuánto. Vivía en el Sahara con mi familia hasta que un día unos mercenarios atacaron mi casa y nos llevaron a mi padre y a mí... Mi padre no vivió lo suficiente para llegar a esta prisión, y a mí me han tenido aquí desde entonces... Nos hacen pruebas, como dijo la detective, pero no sé para qué. No he salido mucho de la celda, así que no sé mucho más - el chico se gira hacia la mujer y el hombre que aún no han dicho nada, como para cederles la palabra, pero aún así siguen sin decir nada. La mujer sigue con su postura defensiva, y el hombre parece que no es capaz de centrar la atención. Cada vez que alguien ha hablado, se ha quedado mirando un tiempo, pero después ha perdido la vista otra vez en cualquier otro punto del escenario creado por Jeguen.