Partida Rol por web

Recogió la flecha que le entregaba Wynna con un gesto de agradecimiento. Todos ellos habían estado a la altura de las circunstancias, y habían puesto toda su energía en deshacerse rápidamente de esas criaturas. No sabía qué eran, pero no dudaba que en un lugar así podrían haber más. Eran muchos los umbrales y pasillos que desembocaban en el salón donde se encontraban. Los enanos podían encontrarse en cualquiera de ellos, si es que estaba allí. Aunque no se podía descartar nada, lo más seguro es que no tuviera sentido buscarlos en el pasillo desde el que habían venido las criaturas: en todo caso, si estaban ahí, no creía que pudiesen encontrar más que sus cuerpos mutilados por esas garras afiladas. Si seguían vivos, y se habían encontrado a los monstruos del pantano, debían haber buscado refugio en algún lado.

Falenthal miró a su alrededor, a las diferentes aperturas, iluminándolas brevemente con su antorcha. Buscaba algún lugar donde alguien en peligro se hubiera podido atrincherar...

Luego de encargarse de los adefesios, los compañeros se reponen del susto del ataque de semejante enemigo, Griffo, espada en mano, recobra el aliento, más que por el ejercicio es por el olor nauseabundo. Sin decirse nada, Wynna y Griffo entienden que deben actuar rápido y salir de allí, se dirigen a la puerta con piedras multicolores esperando que no haya más sorpresas.

El arco decorado que se abre en el sótano principal -la puerta no está cerrada ni trancada- conduce a un tramo corto de escalones de mármol, que desciende en la oscuridad... está tan oscuro que es difícil saber si bajan mucho o poco.

¿qué hacéis?

El hobbit se adentró en la oscuridad con la confianza intacta en su experiencia de años merodeando cuevas y madrigueras desde pequeño.

de acuerdo, lo que parecía una escalera que bajaba a una profunda oscuridad se reduce a tes metros nada más, para luego después de dos metros de asfalto de adoquín volver a ascender. Pero gracias a tu habilidad observas cómo alquién ha dejado en la penumbra un oscuro cordel al pie del último escalón de bajada. que... o bien es una trampa o una alarma. Mantienes el aliento mientras lo pasas por encima.

(aquí me gustaría saber dónde están tus compañeros exactamente)

Al final de los escalones de subida te topas con una puerta reforzada cerrando el paso que muestra abundantes y recientes marcas de garras.

El elfo no podía quitarse de la cabeza a los monstruos que les habían atacado: trataba de buscar algo entre los pasadizos que les rodeaban, pero no dejaba de oir gorgoteos y rasquidos constantemente. Cada vez que un ruido alcanzaba sus sentidos, se giraba rápidamente esperando ver a los dos cadáveres apestosos levantarse para atacarles de nuevo. En esas condiciones, no pudo encontrar nada que le sirviera. Todos los pasillos le parecieron igual de peligrosos.

Griffo se había internado unos metros en uno de ellos, el más destacado, para ver si encontraba alguna señal de seres vivos. Falenthal se inquietó cuando, tras un minuto, el pequeño hobbit no volvía a aparecer.

-Wynna, ¿crees que le puede haber pasado algo? No he oído sonidos de pelea, pero eso tampoco me tranquiliza. Bajemos a ver qué le ha pasado a nuestro compañero. Hay algo especial en ese muchacho, y no creo que pudiera olvidarlo ni en mil años si lo perdiera.

Con la antorcha por delante, el elfo se adentró bajo el umbral de baldosas naranjas, afinando su vista en busca del Mediano.

La puerta está trancada y desde fuera parece imposible destrabarla. "álguien se ha atrincherado dentro" piensa TUk. mientras repasa con la palma de la mano las marcas de las garras intentando dar con alguna hendidura donde hacer palanca. a dos Palmos de distancia por entre las rendijas un ojo asomado lo observa.

-¿Quieeeennnn VAaahhh? -una voz reseca y agotada que parece próxima a desfallecer, se manifiesta desde detrás de la puerta.

Decido seguir a Griffo por el corto pasillo, al tiempo que oigo a Falenthal preocuparse por nuestro pequeño compañero. Voy atenta, pues no me fío nada de este escabroso lugar...

(aquí va mi tirada de Explorar sugerida por nuestro master, por si averiguo algo más: resulta Éxito).

Al avanzar, observo como Griffo se acerca a una robusta, de cuyo interior sale una voz ronca y quebrada. Me pongo en alerta y corro para ayudar al hobbit.

Una voz ronca llegó a los oídos desde lo profundo de las escaleras. Los sentidos agudos del elfo le permitieron entender las palabras, aunque fueron pronunciadas desde detrás de una pesada puerta. ¿Serían los enanos? ¿O quizás esas criaturas de las ciénagas podían hablar, después de todo?

La voz le pareció que tenía una potencia que no sería propia de un anciano cansado, pero había escuchado de la fuerza de voluntad de los enanos y no sería extraño que fuesen los mensajeros perdidos. Pero podía ser una trampa, un encantamiento que engañe a los intrusos, debían asegurarse que eran ellos antes de abrir, podrían esperarlo una decena de adefesios.

-¿Quién va? Será quien viene en todo caso, y no importa quién sea el que venga sino más bien a qué venga. Porque no es que están esperando a alguien ustedes sino a algo, y ese algo no importa quién lo haga siempre y cuando ese algo sea beneficioso para ustedes. Por eso, la pregunta les toca responder a ustedes, aunque no sea quien va, dado donde están, sino quien queda, y espero que responder puedan- dijo el hobbit desplegando su elocuencia.

-ggrrrrrrrrrnn clonk -Se desprende un tablón desde el interior. Y seguidamente otro. Están abriendo por dentro.

-"Parece claro que no quieren malgastar saliva"-piensa Griffo mientras espera.

Tras unos instante , se abre la puerta y la silueta inconfundible de un enano aparece en el vano de la puerta.

-Bieeggghh KOF KOF Kogf -tose el enano-. Bien hallados viajeros, gracias a vosotros quizás tengamos una oportunidad. Desde que llegamos no hemos comido ni bebido nada. Fuimos atrapados por KOGRFF, por la campana.

Falenthal y Wynna llegaron hasta la puerta para poder ver que se abría y de ella salía un enano algo magullado y agradecía el rescate.

-Buenas, buenas para usted señor enano. Mi nombre es Grifferios Tuk, pero llámeme Griffo, mi buen señor. Quienes me acompañan son el elfo Falenthal Linduin y la joven Wynna Fostarr, ellos han sido enviados por el señor Gloin en su búsqueda, yo por otra parte me encontré con ellos en el camino, el entusiasmo y la admiración por su pueblo hicieron que me sumara a esta expedición ya comenzada. Pero luego seguiremos con las presentaciones, ahora es momento de huir, ya nos encontramos con dos de los anfitriones de este lugar y por cómo quedó esta puerta presiento que hay más.

-¡Por el oro más profundo de la montaña! Gracias -se sonríe enano-. Somos Balin y Oin. Fuimos capturados por la campana y cuando quisimos escapar nos vimos rodeados de esas..., esas bestias habitantes del pantano. Por suerte nos pudimos proteger en esta bodega -Señala con la antorcha los barriles enmohecidos y rotos-. Pero creo que llevamos tres días sin comer ni beber una gota. Apenas podemos movernos y menos luchar. En la refriega perdimos nuestras armas.

Rebusco entre mis pertenencias algo de comida y el pellejo de agua. Se lo ofrezco a los enanos.

-Sus nombres son conocidos en las Estancias del Rey Elfo, señor Balin y señor Oin. Espero que no guarden rencor a los nuestros desde su última visita al Reino del Bosque. ¿Están ustedes en condiciones de caminar? Creo que debemos subir a la sala principal y salir por el pantano, tal y como vinimos. Pueden beber y comer mientras andamos, si les parece. ¿O saben de alguna otra salida de este lugar?