Partida Rol por web

Por increíble que parezca, nuestros cuatro protagonistas coinciden en el pasillo, de camino a la habitación de Claude Owen (tres puertas más a la derecha de donde estáis ahora mismo).

Mientras Merc y Rachel parecen sosegados, Liz y Andrew vienen compungidos y aparetemente muy preocupados. Como si algo les perturbara.

Señor LaFleur, Señorita Crosbie, me alegro de veros pero ¿que hacen aquí? ¿que han descubierto? -pregunto sin rodeos debido al estado de nerviosismo provocado por nuestra última hora de investigación.

Al ver en el pasillo a nuestros compañeros lo interpreto como una buena señal, sin embargo ellos parecen muy inquietos.

- Lo que es seguro es que han averiguado algo importante - supongo optimista en un intento de interpretar sus rostros - y si están aquí... ¡quizás Claude sea una pieza importante!- mi vacío de información se llena de buenas vibraciones y decido enorgullecerme de mi buena intuición (ya que es lo único que tengo frente a un novio recientemente muerto y un vacío absoluto de datos sobre el caso).

El Doctor es el primero en hablar y contesto sin pensar a sus preguntas, en un tono prudente ya que tengo muy presente la delicadeza de todo este asunto.

- Acabamos de ver a Biff y nos dirigíamos hacia la habitación de Claude Owen - digo señalando a su puerta- recordé que Frank también pasaba tiempo con él y quizás pueda darnos más información... sin embargo, de nuestra visita anterior es mejor que los ponga al día el profesor...- termino por decir mirando a LaFleur atentamente, pensando que quizás en este casual encuentro podría enterarme al fin de algo relativo a toda esta investigación.

- ¿Qué le habrá contado Biff?

Ejem... -carraspeé al advertir que la señorita Crosbie había aprovechado la explicación de nuestra pequeña ruta para preguntar indirectamente acerca de la conversación que mantuve a solas con Biff unos minutos-. El señor Biff, un muchacho fuerte y considerado, cree que atacó a la señorita Nangelo, por un lado. Pero también cree que el señor Charlton tuvo algo que ver con el halo de misterio que rodea al ámbito de Asenath Waite... ¿qué descubrísteis en aquella mansión, señores? -les dije mirando sus caras-, se les ve fustigados mentalmente y extremadamente preocupados, incrédulos... ¡Santo Dios!

¿Biff cree que él atacó a la señorita Nangelo? ¿Que ocurrió? ¿porque lo hizo? -pregunto antes de pasar a responder sus propias cuestiones -La Mansión Waite parecía normal, poco usada y antigua pero normal. Hasta que subimos al último piso y vimos a Asenath Waite ¡Esa mujer está loca! Habló de rituales, del poder arcano, de mágia -digo soltando un bufido lleno de desprecio -vinimos aquí porque nos indicó que el señor Owen se creía el mejor del lugar con respecto a las artes arcanas y que estaba muy interesado con el tema de despertar a los muertos, Lady Asenath nos indicó que Owen se jactaba de haber encontrado un poderoso hechizo al respecto.

- Además, la señorita Waite decía que el tal Owen estaba metido en algún tipo de práctica mágica que podía ser peligrosa para él y para los demás. A mí no me cabe ninguna duda de que esa chica era maga, si hubiéseis visto su casa... su actitud... su mirada... había algo extraño que flotaba en el ambiente. La muerte de Frank encierra un misterio que va mucho más allá de lo meramente físico - dijo con un tono de voz nervioso.

Mmm... llegado este momento... -miré a la señorita Crosbie con ojos apenados. Era una buena chica al parecer (al menos era cortés y educada) y sobre todo había perdido a su pareja de forma brutal, asesinado.

Esto... puff... veamos: el señor Biff me contó eso, tampoco he podido discernir su mirada y sus palabras, perdonen mi predisposición... no obstante... ejem... hablé a solas con el señor Biff..., mientras... mientras la señorita Crosbie esperaba fuera.

Miré de nuevo a la chica, que sin duda tendría ahora un gesto de sorpresa.

Verán, señores, es posible que sea un móvil amoroso, pues... -la voz me temblaba-, el señor Biff me contó que la señora Waite frecuentaba mucho el campus, pese a vivir en la mansión, ya que tenía algo... -volvió a mirar apenado a Crosbie-, con Frank. Si: me hizo saber que se veían o algo parecido, ya saben, a escondidas, escarceos...

Cogí una gran bocanada de aire y la solté mirando al suelo, torciendo la vista.

Señorita Crosbie -le dije-, no quería, yo no... no quería impacientarla más con el fallecimiento de Frank, y eso fue lo que me contó en privado, es lo que yo le guardaba... pero veo que es peor ocultar las cosas, pues la investigación puede alargarse. Lo... lo siento mucho, muchacha.

Luego miré al resto.

Lo de venir aquí, a donde vive el tal Owen, es por puro descarte, pues sabíamos que era otro amigo del señor Charlton, bueno... la señorita Crosbie lo apuntó. ¿E... está bien? -le dije finalmente.

Esa última revelación es interesante señor LaFleur. La señora Waite no nos dijo nada que nos hiciese pensar que tenía una relación con Frank. Ella nos dijo que existía un grupo liderado por Owen referente a lo arcano, a magia negra y ese tipo de supercherías -indico tranquilamente tratando de no hacer demasiado hincapié en la posible infidelidad del fallecido -nos dijo que estaba formado por universitarios y que ella había asistido un par de veces. Sea lo que sea mi principal sospechoso no es otro que Owen, alguien que no parece estar demasiado cuerdo.

Nunca has observado una actitud hacia ti de Frank que te hiciera sospechar que había una tercera persona, puede que sean habladurías o puede que estuvieras tan ciega que no viese nada. Aunque en lo más profundo, sientes que Frank te quería de verdad y que jamás se liaría con otra. Es posible que Frank haya ido con la tal Waite, de eso no puedes estar convencida, pero aunque fuese de vez en cuando con ella, jamás te engañaría Frank... estás casi segura.

Todo lo que contaban el Doctor y la señorita Liz era impactante... y ellos mismos parecían no terminar de creer lo que contaban, sin embargo sólo eran voces lejanas ya que mi atención seguía centrada en el profesor - ...conteste las preguntas de Wiggin...- Empezaba a estar nerviosa, por fin tenía toda la pinta de que iba a desvelarse tanto secretismo y por ello seguía cada palabra del profesor, cada gesto -Cuéntenoslo... vamos...-

Él no parecía muy seguro y cada mirada que me dirigía minaba mi confianza, estaba ansiosa por escuchar lo que me había perdido de aquella conversación y cada instante parecía una eternidad, hasta que por fin... nos contó lo descubierto.

- ¿¡¡Móvil amoroso!!?- no tenía sentido, por un momento me bloqueé mientras ellos continuaban hablando. Levanté cabeza cuando se dirigió a mí, con la mirada perdida, sin saber qué decir. No me esperaba algo así.

- Estaba raro... es cierto... pero no pudo ser por eso... Le ocurría algo, estoy segura... pero ¿Waite? ¿engañarme? No podía ser eso. Le ocurría algo, le preocupaba algo... pero no me engañaba... ¿Cómo puede decir algo así Biff?...- Me llevó un momento reactivar mi mente intentando buscar alguna señal que indicara que eso era cierto, o mejor, que era una pura invención de Biff...- ¿Pero por qué...?

La intervención del Doctor terminó de serenarme y devolverme a aquel pasillo.

- Estoy bien... - digo recomponiéndome, tratando de parecer entera y poco afectaba por el golpe, aunque sin estar segura de haberlo conseguido- Pero coincido con el Doctor - digo autoconvenciéndome - No sé porqué Biff ha dicho algo así -carraspeo un poco- pero creo que es harto improbable...

De repente Biff me parecía más culpable - ¿Y si sólo intenta desviar nuestra atención? Hay un asesinato que resolver, y un culpable al que encontrar... ¿móviles amorosos? - intento restarle veracidad al aporte de Biff  -... ¿y a quién buscaríamos entonces? ¿al otro amante de Waite? ¿a ella? ¿a mi misma?

- Los cuatro hemos llegado hasta esta puerta... quizás deberíamos entrar... Puede que al otro lado encontremos más respuestas, y al tener todas las versiones posibles podríamos comenzar con las suposiciones...

- Claro... por eso comentó lo de visitar a Waite... tendríamos que haber ido... con esa información el profesor podría haber contrastado un poco... También podríamos visitarla nosotros mañana...

Me giro hacia el profesor, después de haber estado hablando un poco para todos, mientras espero que otro tome la iniciativa.

- Gracias... Hay que llegar hasta el fondo del asunto, ya sabía que en el camino podría resultar afectada... pero estoy dispuesta a ello- le digo con voz suave y seria, y luego le dedico una sonrisa amable, ya que aunque sea él el portador de la información, no es para nada el culpable al que buscamos.

La señorita Crosbie tiene razón, entremos en la habitación y empecemos a atar cabos sueltos -concluyo rompiendo el silencio mientras miro los rostros confundidos.

Cuando Andrew gira el picaporte, éste gira sólo parcialmente dando a entender que la puerta está cerrada con llave o que la cerradura se ha quedado atascada. Quizás Claude no esté en su cuarto...

Parece que no hay nadie, señores -dije tomando el picaporte y comprobando vagamente y una vez más que se encontraba cerrado-; tal vez si...

Y comencé a forzarlo un poquitín...

Mmmm... Tras un minuto intentando abrir aquella cerradura comprobé que era imposible.

¿Alguien más quiere probar?

Tras el frustrado intento del profesor LaFleur me acerco a la puerta para intentar forzar la cerradura yo mismo. Mientras jugueteo con ella no puedo evitar hablar con mis silenciosos compañeros -Siempre he sido una persona bastante despistada, más de una vez he olvidado las llaves dentro de mi casa o de una habitación con cerradura. La necesidad agudiza el ingenio o al menos eso dicen. Y parece ser que es verdad -concluyo triunfante al lograr abrir la puerta -entremos cuanto antes, que no nos vea nadie. Alguien debería quedarse haciendo guardia ¿está de acuerdo señor LaFleur?

Parece que nos ponemos en marcha de nuevo y es el profesor quien llama a la puerta de Claude. Mientras espero a que entremos mantengo las ganas de escuchar más información que pueda ayudar a resolver todo esto, sobre todo después de la última revelación.

Ahora que nos disponemos a entrar es cuando las palabras relacionadas con la "magia" que comentaron hace unos instantes Wiggin y Liz comienzan a sonarme extrañas y pensando en ello, me topo con la visión de los dos caballeros turnándose para forzar la cerradura, nunca me hubiera imaginado aquella escena y predisposición, aunque por otra parte me agradaba pensar hasta dónde estaban dispuestos a llegar por aclararlo todo.

- Aunque bueno... también podíamos haber insistido un poco más tocando en la puerta... haber preguntado a alguien de los alrededores primero...- Pero ya estaba hecho y en breve, esperábamos tener más respuestas que de otra manera se habrían retrasado un poco.

"Entrar rápido y hacer guardia" eran las dos opciones, y yo no tenía intención alguna de perderme un testimonio más, así que mientras el doctor esperaba la respuesta afirmativa o no del profesor, sin darme por aludida me acerqué a la puerta procurando no quedar en la última posición.

Con una pericia exquisita, Andrew logra abrir la puerta de la habitación, abriendo ésta hacia afuera y dejando al descubierto una habitación perfectamente iluminada por la luz natural que se filtra a través de una ventana de tamaño mediano que está abierta de par en par.

No podéis evitar asomaros y pasar de guardias y precauciones varias,  al asomaros podéis ver una cama, un escritorio, un armario de madera y otro metálico.

Lo más curioso de todo es que tanto el escritorio como la cama y el suelo están cubiertos de papeles y flota un extraño aroma en el aire.

Desatendiendo la "invitación" del doctor Wiggin para la vigilancia, me acerqué a esos papeles, agachándome con cierta dificultad, para observarlo. No toqué nada de momento e intenté mirar los que había boca arriba.

No sé, compañeros... -decía mientras miraba con cierta extrañeza y a la vez claridad los papeles-, no consigo descifrar ese olor... parece como eso... mmm... no sé como explicarlo...

Bueno, el caso es que -giraba la cabeza como un depredador ante su presa, la cual tiene tendida ya en el suelo-, es posible que...

Me dispuse a descubrir algo entre aquella amalgaba de desorden.