Partida Rol por web

Al cabo de un rato Morgan llega a tierra, su aspecto no es muy imponente, con un aire militar similar al de vuestro compañero Adam. A su lado un negro enorme que lleva dos machetes al cinto y un joven oficial que lleva un libro y un catalejo en sus manos. Avanza entre la multitud dignamente saludando levemente con la mirada ante los vítores y aclamaciones que se oyen.

Estais bebiendo como perros sedientos.

Habeis oido hablar de Morgan, un capitán muy reconocido por la corona de Inglaterra debido a las grandes victorias que ha conseguido. Actua al margen de la armada pero parece contar con el apoyo de su nación. Parece más bien un militar a la antigua usanza que un capitán corsario o pirata.

Observo la fiesta y miro como mis tres camaradas se lanzan a la bebida con desesperación. Sonrío torvamente, y miro a Kat.

- Parece ser que algunos tienen como mayor deseo el coger una buena borrachera nada más oyen la voz "ron gratis". Bien... veo oportunidades. Tal vez Morgan necesite nuevos oficiales para sus barcos, o tal vez aquí haya posibilidades de lograr alguna aventura, ¿quien sabe?. Quizas no sería mala idea "hacerte ver" y mirar que pasa. Aunque con cuidado. No olvides que son, que somos, piratas. Dejarte ver demasiado puede ser peligroso - luego miro al resto de compañeros- Pues esto es lo que hay, señores. No sería mala idea aprovechar la ocasión para enterarnos de todo lo posible...

Adam tiene razón y por alguna extraña razón yo confío en él, así que asiento con una sonrisa. Después de todo, aquello no es algo me asuste, sé cuidarme perfectamente.

-El ron gratis es la debilidad de algunos. No te preocupes que sé cuidarme y haré lo que tenga que hacer. No sé rechazar una buena aventura-le guiño un ojo al rojo.

Me llevo una mano hasta mi muslo para que sepan a lo que me refiero y sonrío para luego alejarme lentamente y perderme entre la multitud.

Carmen hecha un vistazo alrededor y no termina de entender que pasa, aunque quisiera evitar parecer una marinera de agua dulce, quiere enterarse por si puede ser de ayuda a sus compañeros. Se acerca a Alan y lo saluda con un gesto de respeto. Hecho esto, empieza a hablar con él.

Oye Rojo, se que parecerá estúpida mi pregunta pero llevo poco tiempo surcando los mares. -le pregunta Carmen, intentando no hablar demasiado fuerte- Pero tan conocido es Morgan?

Escucho a ccarmen y al otro compañero y me parece buena idea lo de intentar enterarme de algo, (y aprovechar la excusa para tomar unos tragos de ron), así que echo un vistazo a mi alrededor buscando a algún miembro de la flota de Morgan que esté ya bastante bebido, cuanto más rango mejor; me dirijo hacia él y le animo a que nos cuente (a los que estemos alrededor bebiendo) sus últimas aventuras. No resulta muy difícil hacer que suelte la lengua y empiece a presumir de sus hazañas,aunque sí es más complicado conseguir datos concretos sobre la situación de su flota o de sus propósitos futuros.

Asiento a la pregunta de Carmen.

- Está en la cúspide de su poder, y Gran Bretaña le apoya. Mas que pirata es un corsario. Además no debes olvidar que este es un puerto inglés, después de todo. A pesar de lo que pueda parecer es mejor estratega en tierra que en mar. Pero no es nada desdeñable ni en un lugar ni en otro - le respondo en un susurro

¿Qué tal la vida pirata camaradas? Dicen que habrá escased de RON, pero no creáis que me lo creo... ¿Qué opináis? -digo al grupo, mientras pego grandes tragos de mi jarra de ron...

Mike se acerca directamente a uno de los hombres que parece ser de mayor rango. Está en un estado bastante lamentable a estás alturas y no le cuesta conseguir la información que precisa.

Sin ser una conversación convencional lograis extraer pedazos de frases que os dan algún significado como:

esos perros españoles... hemos celebrando la victoria durante estos dias de regreso... les perdonamos la vida por el botín, aunque hubiese sido mejor quemar todo... Morgan es el más grande, viva Morgan...

El resto es ininteligible o carece de importancia.

La celebración se vuelve más caótica que la invasión española que se esperaba. Hombres borrachos y mujeres que se unen para ver si reciben un pellizco, del botín.

Morgan pasa entre los hombres animándolos a beber y recibiendo sus saludos, poco a poco se acerca a vosotros. Va vestido como un auténtico lord inglés y mantiene la mirada firme. Al ver a "La Española" parece esforzarse por permanecer impasible, pero se puede observar como por el rabillo del ojo la está disfrutando al igual que casi todos los hombres de alrededor.

En ese momento una caprichosa ráfaga de aire azota al gran hombre, en un instante su peluca desaparece arrastrada mientras rueda por la calle hacia el mar. La reacción de Morgan es exagerada, hincando las rodillas, llevándose las manos a la cabeza y enrabietado como un crio.

Maldición, mi peluca... Cien pesos a quien la recupera, la quiero YAAAA !

Las personas enmudecen ante la escena y muchos prefieren irse rápidamente en vista del inesperado fin de la fiesta. Los hombres de Morgan son los primeros en reaccionar, pero en su estado la dificultad para lograr la simple tarea se multiplica.

Al oir lo de los cien pesos, apuro mi jarra y empiezo a buscar como loco...

Carmen escucha a Adam atentamente y mira al corsario. Ciertamente, parece un hombre importante, y si consigue mantener a este... Hatajo de gente a sus órdenes, será porque es bueno. Muy bueno -piensa ella mientras mira alrededor, aunque centra su mirada en el corsario y cuando pasa por su lado asiente a modo de respeto. Aunque, momentos más tarde, una ráfaga fatal de viento se lleva la peluca de Morgan, echado por tierra el gran porte del temido corsario. Al darse cuenta, Carmen no puede evitar un respingo y se agacha junto al corsario para ayudarle a encontrar su peluca.

Aguardaba a encontrar algo entre los hombres pero parecen demasiado borrachos para darse cuenta de nada, cuando estoy a punto de subir al barco y chusmear por allì, noto que un hombre se acerca a mis amigos y luego, sonrìo al ver como el aire le arranca la peluca, no està muy lejos de mì, doy un par de pasos intentando llegar a la peluca, la verdad es que estoy a nada de lanzar la carcajada pero me contengo.

Observo cómo el gran hombre pasea orgulloso de aquí para allá entre su gente, hasta el momento en que el viento le arranca la peluca, llevándose con ella su hinchado orgullo. Cuando la veo volar por el aire el instinto me lleva a hacer un par de piruetas para intentar alcanzarla y ...

- Bueno, al menos no es la Armada Real, sólo una flota pirata que seguro será mejor recibida - sonrío para mis adentros mientras observo al orgulloso capitán pavonearse por el puerto cómo si fuese el mismísimo gobernador.

Sorprendentemente, la diosa fortuna le pone un toque de humildad al corsario arrancando la peluca de su curtido cráneo.

Lo cortés no quita lo valiente, e intento coger el apósito piloso para devolvérselo a su dueño...

Al ver la escena, y dado mi estado de embriagadez no puedo más que reirme, sujetandome la tripa y temiendo se me desencaje la mandibula, rio a carcajada limpia...