Partida Rol por web

- Despiadado, la mitad de un tesoro es mucho mas que nada. Estoy seguro que para encontrarlo será necesario embarcación, y algunos hombres para navegar con ella, y que Morgan nos ofrecerá una cosa y otra si aceptamos. ¿O me equivoco?

-El primer paso será averiguar donde está el tesoro antes de que vuestro amigo vaya a por el. Si es necesario es posible que os pueda prestar una embarcación y hombres, ahora mismo la flota estará al menos una semana en el puerto hasta la próxima expedición- contesta Morgan hablando de forma acelerada.

Por detrás se oye comentar en voz baja a uno de los lugartenientes "...el español ese que se vaya a otra parte..."

No termina de convencerme todo, y sigue un tanto enojado. Pero por lo menos me tranquilicé un poco y contesto a mis compañeros:

-Venga, estoy adentro. Aunque no confio en estos tipos.

Escucho el comentario del hombre de Morgan, pero no le doy importancia. Ya iba a tener tiempo de darle su merecido.

Así me gusta Despiadado -digo ante la respuesta que ha dado mi amigo- ¡Ahora podemos celebrar este nuevo trato como se merece! ¡con mucho RON! ¡bebamos para celebrar esta nueva alianza -grito alzando mi jarra, invitando a todos los demás a hacer lo mismo. Tanto si lo hacen como si no, pegaré un buen trago a la jarra...

Morgan parece satisfecho con la decisión de José y os comenta en voz baja.

-Esto es lo que ha pasado según mis fuentes; vuestro amigo encontró una nota dentro del cofre, en ella se habla de un tesoro oculto bajo el altar de un monasterio, el problema es que ese cura borracho es incapaz de recordar un simple nombre y se ha olvidado del monasterio al que hace refencia la nota, San Juan, San Miguel... uno de esos típicos nombres españoles. Creo que vuestro amigo lo sabe y debe estar intentando averiguar donde se encuentra el monasterio. Vuestra misión es conseguir ese tesoro, yo os proporcionaré lo que haga falta para recuperarlo... Y empezaria a moverme pronto, puede que sea mi olfato o mi experiencia, pero me da la sensación de que vuestro amigo piensa solo en si mismo.

Se pone en pie y se dispone a marcharse por la puerta, pero se para y se gira hacia vosotros.

-Podreis encontrarme fácilmente preguntando por mi en esta taberna o en el puerto, pero recordar el trato y cumplirlo- concluye antes de marcharse definitivamente.

Espero a que Morgan se vaya y salgo del bar, haciendo un gesto a mis compañeros para que me sigan. Mi mirada es furiosa. Llego hasta la plaza mas cercana sin decir una palabra, y solo cuando me cerciono de que estamos a solas miro al resto

- Voy a matar al perro traidor de El Escocés. Vayamos a la maldita iglesia a que el cura nos traduzca la nota, y a ver si alguno puede lograr encontrar a las chicas. Debemos reunirnos, informarles del acuerdo que hemos llegado con Morgan, y de la traición de Escocés. Hay un tesoro... y una cuestión... que solucionar

Adam tiene las ideas claras y dirige al resto del grupo hacia una pequeña iglesia de madera en la zona portuaria. Al llegar a ella comprobais que la puerta está abierta. Dentro tan solo un par de ancianas que están inmersas en sus rezos, el parroco está sentado en una silla en el altar, con la cabaza agachada y los ojos cerrados.

La iglesia es austera y carece de adornos de valor. En el altar hay una puerta que posiblemente lleve a la vivienda del parroco.

- Saludos padre - digo tras acercarme a él- Creo que un amigo mio le ha pedido que tradujera unos escritos. Escocés, lo llaman. Se que el papel era este, y necesitaría que me hiciera el mismo favor que le hizo a él - las palabras de Rojo eran claras, y aunque educadas, no ocultaban cierta sequedad. Era evidente que el pirata no estaba de buen humor, precisamente

El hombre no te contesta, sigue en la misma posición con los ojos cerrados, de vez en cuando oyes como una especie de rónquido.

Me acerco al Rojo, le doy un codazo y le digo con una sonrisilla Está totalmente roque, je je, me parece que vas a tener que sacarle de sus dulces sueños y hacer que vuelva a esta realidad que no es tan dulce, je je.

Suspiro pesadamente, y zarandeo al sacerdote. Primero con suavidad y cierta cortesía, pero ni aun así se despierta, con más vehemencia. Una vez esté despierto le miro y, con una cortesía fría, pero sin perder las formas, le digo

- Buenos días, padre. Y perdone que le haya despertado así pero no tengo tiempo. Di a mi amigo el Escocés un mapa y se de buena tinta que usted se lo tadujo. Quiero encontrarlo, pero me temo que ha salido ya sin esperarme. Puede estar en grave peligro si no lo localizo de inmediato. Este es el mapa. ¿Haría el favor de traducírmelo como hizo con él?

Permanezco al margen de la situación, mirando al Cura. Cuando lo veo, me hace pensar una cosa.

Que raro, un cura dormido a estas horas... ¿Habrá sido a causa del RON?

Empiezo a mirar por las cercanías del cura, a ver si veo alguna botella llena de este maravilloso líquido.

Tras desperezarse y darse cuenta de donde está contesta sin mirarte. Es evidente que el parroco está bastante borracho.

-Y a mi que me importa, ya estoy harto de hacer el trabajo de los demás... brlar blar... - balbucea unas cuantas palabras más que centra su vista en el papel y lo coge con rapidez.

Enfocando la vista en el texto exclama - ¡Claro, San Miguel! Ese es el monasterio...- de repente se tapa la boca con la mano mientras os mira tratando de adivinar quienes sois.

El parroco no parece estar en muy buenas condiciones y se niega a dar más detalles. Al final comenta que Morgan ya conoce la existencia del tesoro y seguro que ya se ha puesto en marcha, os recomienda olvidaros del asunto ya que no podeis competir con Morgan.

Al final cae semi inconsciente, posiblemente por estar completamente borracho. Ya se ha hecho tarde y pronto llegará la noche. Recordais que habiais quedado en la misma taberna donde comenzasteis el dia con el resto de compañeros, puede que se un buen lugar para encontarles si es que han regresado de su expedición.