Partida Rol por web

Andy notó a Wendy un poco incomoda con la propuesta, él no era precisamente un Casanova y esto era lo mas cercano que había tenido a una cita en mucho tiempo. Aunque el viera esto como un medio para conseguir un fin, información sobre el parque de atracciones, no le desagradaba para nada la compañía.
-La idea sería comentar que estamos buscando una parcela para comprar y que hemos visto que las que estaban mas cerca del Parque de Atracciones tienen un precio inferior a las que están situadas en otros lugares.
Vio como Wendy se encendía otro cigarro casi antes de tirar el último que había fumado, quizá algo la había puesto nerviosa, mejor hablarle de algo con lo que se sintiera cómoda y no tuviera lo de la actuación en primera línea de pensamiento.
-¿Sería mejor grabar solo el sonido para no levantar tantas sospechas o te ves preparada para intentar grabar también las imágenes?

Tras la discusión y el momento de tensión el grupo se separa. Vosotros decidís ir a hablar con el Sheriff, así que os encamináis y en menos de 10 minutos encontráis la comisaría. Allí solo trabajaba el Sheriff, que estaba sentado su despacho. De hecho, conforme entráis os dais cuenta que es una pequeña casa con a penas 4 habitaciones que han remodelado para hacerla "comisaría". El sheriff era un hombre un tanto fuerte, de avanzada edad (unos 50 años) y con un bigote bastante grande, que se extendía casi hasta sus mejillas. Lleva un sombrero con una estrella sobre él que parece sacado de un anticuario, y va vestido con un uniforme de color arena, aunque detrás de su escritorio sólo podéis ver la camisa y chaqueta.

El hombre parece metido en sus papeleos, pero cuando nota vuestra presencia levanta la cabeza y con cara de interrogante os pregunta.- ¿Quiénes sois? ¿Forasteros?.- dice entrecerrando los ojos.

Finalmente encontráis una tienda de comestibles a pocos metros de donde os hallábais. Parece pequeñita, y a través de la puerta de cristal se ve a una señora de unos 56 años ordenando cosas detrás de la mesa donde tiene la caja registradora. La tienda está sobrecargada por todos lados de "chucherías", a penas queda espacio para mantenerse herguido sin tocar ninguna bolsa de "gusanitos", o algo por el estilo.

La mujer aún no os ha visto, estáis fuera todavía.

Al final nos dividimos y yo agradecí ese tiempo extra para que Sean y Wendy no se pelearan durante el trayecto.  Sabía que lo mejor que podía hacer era hablar con ambos por separado para que trabajásemos en paz, pero eso iba a ser complicado cuando el tiempo jugaba en nuestra contra.

Caminé todo el camino al lado de Sean, señalándole planos que podríamos coger si fuera necesario. Él era mucho mejor que yo en eso, pero mi única intención era distraerle y relajarlo. Ya podríamos haber dejado a Hugh con ellos dos. Así todo sería más fácil.

-Bueno, ya sabemos que el dueño del bar es un capullo. ¿Cómo os imagináis al sheriff? Yo bajo, gordo, con bigote y con poco pelo.

En un pueblo como este no esperaba encontrarme a nadie que fuera una alegría para los sentidos, y menos en un puesto alto. Esto era un lugar venido a menos que en algún momento sería absorbido por alguna compañía que formaría algo que realmente mereciera la pena.

Al entrar en la comisaría recaí en la extraña distribución del sitio, puesto que parecía más bien una casa.  Son cutres hasta para eso- pensé mientras mis ojos se movían con curiosidad.  La verdad es que el aspecto del hombre era, al menos en un 50%, tal y como me lo había imaginado. Bueno, tiene bigote y es mayor.   Cuando el hombre recayó en nuestra presencia comencé a caminar hacia su escritorio, que estaba lleno de papeles. Seguro que no hay nada interesante por aquí.

-Buenas tardes- dije, extendiéndole mi mano para presentarme. Soy Alexandra Marks, aunque puede llamarme Alex- le sonreí poniendo cara de niña que no había roto un plato en su vida.  Ellos son mis compañeros, Sean- dije señalando a mi chico- y Hugh. Nos encantaría saber si tendría unos minutos para hablar con nosotros, aunque vemos que se encuentra ocupado en estos momentos- era mejor ir pidiendo las cosas poco a poco en vez de atacarle a la yugular. Al final acabaríamos haciendo lo que nos diera la gana, pero que no se dijera que no lo habíamos intentado.  Somos estudiantes y estamos intentando realizar nuestro proyecto, y para ello sería fundamental su ayuda.

Guardé silencio y miré a Sean, esperando a que él continuara. Yo era la cara bonita y él el cerebro que debía vender las ideas, aunque si se entusiasmaba demasiado yo estaría ahí para suavizar sus palabras.   

Alex siempre consigue calmarme, no sé como lo hace pero lo hace. Ese cabreo no fue lo más habitual en mí y era consciente de que hacer eso no era muy cortés que digamos.  Sin embargo en mi defensa he de decir que era necesario, a veces hay que apretar las tuercas a alguien aunque sea al principio del rodaje. ¿Sabías que Orson Welles despedía a alguien delante de todo el mundo solo para demostrar quién manda ahí? Y si, a veces me comporto de manera errática. Atribuyámosle un 20% a eso también.

 Con la tensión disipada y la carga liberada, nos dirigimos al despacho del Sheriff. Dos personas de buen ver y luego yo con traje para intentar causar buena impresión, caminando por el pueblo. Un pueblo desierto debería añadir, no había ni una sola alma y pensar en aquello me daba escalofríos. Nah, será clavado a Sam Elliot. Y hablara de manera pausada como en El Gran Lebowski. Al menos así me lo quiero imaginar. Digo pasando la mano por la cintura de Alex para atraerla a mí.

Entramos en la oficina y el olor a barniz y desinfectante nos invade las fosas nasales. Parecía estar impecable y no se parecía en nada a los centros de policía de SF. Hola. Sean Parrish. El director del documental. Ella es la presentadora y él es el productor. Estamos haciendo un documental sobre el suceso en el parque de atracciones. Intentamos arrojar un poco de luz al asunto. ¿Podemos concederle una entrevista? Solo serán quince minutos. Le estreché la mano al Sheriff esperando a que nos diera permiso para sentarnos, si es que se daba el caso.  Aun así, una cámara pequeña encendida todo el rato apuntando  a otra parte para grabar la reacción y a la vez mantener  las apariencias. Si volvíamos a captar un cabreo como el del camarero, entonces habría valido la pena grabar.

Tras caminar un poco, Wendy sin dejar de fumar, llegaron a una pequeña tienda de chuches que, si bien no era el escenario más indicado para sonsacar información, les serviría tan bien como cualquier otro lugar de mala muerte. La joven tiró el último cigarro al suelo y lo pisó con fuerza mientras fruncía el ceño. No sabía muy bien cómo iniciar aquella especie de pantomima que Chico Solitario le había propuesto, así que optó por preparar la cámara. Colgándose la del cuello como cualquier turista, la joven inició la grabación de nuevo pero sin quitarle el protector al objetivo, de modo que capturase el sonido de todo lo que hablasen en la tienda pero sin ser evidente que la cámara estaba encendida.

Una vez terminó de trastear con su amado cacharro, Wendy se colocó bien el flequillo sobre la frente y miró a Andy.

Yo ya estoy lista. Vamos - le hizo un gesto al chico para que la siguiera mientras entraba en la tienda con una sonrisa que pretendía ser radiante y que ciertamente quedaba extraña con su apariencia oscura. Esto va a ser un fracaso que flipas. ¿Una pareja de recién casados? ¿Nosotros? Pero si... si parece que acabamos de salir de una terapia en grupo para inadaptados.

El Sheriff mira a la chica y luego a Sean, escucha atentamente y tras dar la mano a ambos se levanta de su sitio.- Hey hey hey chico... ¿sabes que te pueden multar por ir grabando por ahí sin permiso?.- dijo serio pero a la vez con una voz tranquilizadora. Una entrevista era algo que no le disgustaba, así que accedió, dirigiéndose a la puerta y cerrándola antes.- A ver, ando un poco ocupado, pero en principio acepto, siempre que no sean preguntas muy comprometedoras... ya conocemos cómo son los periodistas.- dijo ahora en tono de broma, al parecer se había relajado un poco más.- ¿Queréis un poco de coñac?.- dice sacando una mugrienta botella de uno de los cajones y sirviéndose un vaso.

La mujer os mira de arriba a abajo un poco sorprendida.- Hola, ¿qué queréis jóvenes? ¿se os ha perdido algo por aquí? no solemos tener turistas normalmente... solo curiosillos que quieren ver el parque de atracciones.- la mujer sonríe ampliamente, parece cordial, pero sus ojos son de desconfianza.

Andy entró tras Wendy pero al oír a la mujer hablar del parque se adelantó un poco, demasiado rápido les había puesto el caramelo en la boca.
-Buenas tardes, venimos desde la ciudad, unos amigos nos han hablado de este pueblo como un sitio tranquilo donde pasar los días libres y vacaciones. Mi nombre es Andy y ella es Wendy, mi pareja. Esto último sonó un poco raro en boca de Andy, tampoco se giró a ver la cara de Wendy pero podía imaginársela.
-Me ha sorprendido que mencionara dj parque de atracciones, porque mirando los terrenos en venta los que están cerca del parque son bastante más baratos que los otros, por eso nos gustaría informarnos. ¿Es debido a la calidad de la tierra de cultivo o hay alguna otra razón?
Andy esperaba haber dado un buen rodeo antes de hacer la pregunta que andaban buscando.
Tras esto hizo un gesto para que Wendy se acercara e hizo ademán de cogerle la mano para darle un poco más de credibilidad a su historia.
¿Como reaccionará Wendy ante el intento de agarrarle la mano? Espero que no se lo tome mal.

Wendy sonrió a la mujer cuando entraron intentando adoptar una postura corporal relajada, pero no estaba muy segura de si lo conseguiría. Si de por sí odiaba relacionarse con desconocidos, aquella pantomima aún la ponía más nerviosa. Se quedó un poco en blanco cuando la señora se dirigió a ellos. Por suerte, Andy surgió de la nada a contarle aquella historia tan preciosa que habían inventado y Wendy suspiró y rezó a un dios en el que no creía porque aquella mujer se tragara la mentira y pudiesen irse de allí cuanto antes.

La joven fotógrafa fue asintiendo a todo lo que su supuesto novio iba diciendo, aún con esa sonrisa tan artificial plasmada en su rostro. Cuando Chico Solitario la cogió de la mano, el primer instinto de Wendy fue el de apartarse de él, pero trató de controlarlo y dejó que la agarrase igualmente. Por favor, esto no puede ser más raro. Y encima cogidos de la mano, ¿puede haber algo más ñoño? No se lo va a tragar, no se lo va a tragar ni de coña.

Wendy ensanchó aún más su sonrisa y se acercó un par de pasos a Andy mientras miraba alrededor de la tienda como si estuviese muy interesada en las golosinas que se vendían. Necesito azúcar o whisky, una de las dos. Esperó en tensión a que la vendedora respondiese a su "novio".

Andy notó la mano de Wendy y empezó a ponerse un poco nervioso, el contacto físico con otras personas había sido escaso en los últimos tiempos. Se dió cuenta de que la mano podía empezar a sudar en cualquier momento así que soltó a Wendy y se puso a mirar una estantería con un aire distraído mientras preguntaba.
-¿Te apetece comprar algo Wen? era una forma de dirigirse a ella sin utilizar palabras como "cariño", que tensarían aún más esa situación.
A ver si comprando algo y dejando dinero en la tienda quiere por fin hablar sobre el tema porque parece algo retraída

Wendy tuvo que contener el suspiro que estuvo a punto de escapársele cuando Andy soltó su mano. Aquello era raro. Muy raro. Aún así, siguió sonriendo y mirando las estanterías como si fuesen obras de arte expuestas en un museo y no pudiese despegar la vista de ellas. La pregunta directa de Chico Solitario la sobresaltó, pero la hizo reaccionar en seguida.

Esto... ¡claro! Después de un viaje tan largo necesito algo dulce - cogió un par de bolsas de porquerías tipo gominolas y uno de patatas fritas al azar y lo puso en el mostrador, dedicándole una sonrisa a la señora. Creo que es la vez que he sonreído más tiempo seguido en mi vida, joder. - Con... con esto bastará, creo.

Y ahora responde a la pregunta que te ha hecho, vieja de mierda. Necesito salir de aquí.

La mujer se pone un poco a la defensiva cuando Andy se toma interés en él, pero os contesta educadamente.- Muchas gracias.- dice mientras os cobra. Acto seguido responde.- No os aconsejo que os mudéis aquí, es un lugar un tanto "peculiar" y no lo digo sólo por su gente... en el parque... ocurrió algo. Quedamos totalmente consternados, y desde ese entonces mucha gente se inventa historias... no es un lugar seguro.- Se toma un respiro y mira hacia la mesa.- Esas historias han traído a mucha gente a investigar el lugar, y todo el que entra allí no vuelve a ser el mísmo.

Andy mastica la información mas lentamente de lo que acostumbraba, era mucho en pocas palabras. Tras unos segundos responde a la dependienta.
-Muchas gracias, tomaremos en cuenta lo que nos ha dicho en nuestra decisión. Que tenga un buen día.
Andy se dio la vuelta y camino junto a Wendy hasta el exterior de la tienda, una vez fuera se detuvo y oteó las casas y calles cercanas como buscando algo.
-Se me ha ocurrido algo, la señora ha dicho que ocurrió una tragedia, y si es cierto tuvo que ser noticia y salir en los periódicos, tanto nacionales como locales. Me pregunto si en este pueblo habrá una biblioteca con archivo. ¿Te parece buena idea seguir buscando Wen? Tras acabar la pregunta se puso nervioso al repasarla mentalmente. Perdón, perdón, Wendy. Fue lo primero y más torpe que se le ocurrió en aquel momento.

La historia de aquella mujer resultó de lo más interesante a Wendy. Por fin se topaban con algo más jugoso que unos simples pueblerinos siendo odiosos. La joven se preguntó cuál habría sido aquella "desgracia" que hizo que el pueblo se ganase esa fama mientras salían de la tienda tras despedirse de la dependienta.

Iba a abrir la boca para comentar lo que había pasado dentro cuando Chico Silencioso comenzó a hablar y Wendy la cerró automáticamente. Vaya vaya, parece que alguien está más cómodo en pequeños grupos, pensó sonriendo ligeramente mientras asentía a sus palabras.

Pues sí, sí que es una buena idea... ¿Cómo no se me habrá ocurrido a mí esa mierda? - la joven bromeó, sacando un cigarrillo de nuevo y encendiéndolo con rapidez. Cuanto más nerviosa estaba, más crecía su necesidad de fumar. Aquel viaje iba a pasarle factura en los nervios, sin duda. Cuando Andy la llamó Wen no pudo evitar echarse a reír, lo cual era raro en ella, que siempre tenía ese aire deprimente encima - No pasa nada... ¿esposo mío? - resopló por la nariz y siguió riéndose - Lo de ahí dentro... casi me da algo, en serio. Muy mal.

No explicó más a qué se refería, encogiéndose de hombros e intuyendo que el chico sabría interpretar sus palabras. Parecía igual de raro socialmente que ella.

Wendy miró alrededor en busca de alguna persona a la que poder preguntarle por la biblioteca o el archivo del pueblo.

Andy se sorprendió por la reacción de Wendy, definitivamente era la persona del grupo con la que se sentía más cómodo.
-Bueno, ha funcionado Andy sonrió a Wendy Ahora ya podemos dejar de fingir y buscar a alguien que nos oriente.
Comenzaron a andar calle arriba oteando a cada paso por si veían alguna persona a la que preguntar.
-Por cierto dijo Andy mientras ponía su mano en el hombro de Wendy ¿No tendrás un cigarro de sobra? Después de lo de la tienda necesito relajarme un poco