Partida Rol por web

Mientras Mizuki y Matsuda hablaban, oyeron unos pasos fuertes y rápidos... Candice Enomoto se acercaba a ellos a toda velocidad, alzando su brazo derecho al divisarlos.

- ¡Heeey! - Grita, hasta frenar en seco y situarse cerca de ambos muchachos. Más atrasado y tranquilo llegaba Itaru, observando el paisaje... Quería tranquilidad y se encuentra con Candice. La joven no parece darse cuenta todavía de que su voluminoso compañero viene detrás y se concentra en la pareja del ilusionista y la programadora. - ¿Habéis encontrado ya el tesoro del dragón?

Al ver que la mujer se acerca a toda velocidad, sin pensármelo dos veces, saco una baraja de las diversas que llevo en los bolsillos y las arrojo hacia delante. Al salir de mis manos, las cartas forman como una especie de nube, en la cual se agitan y rebolotean como si de mariposas se tratase. Justo cuando se va a parar delante nuestra, saco un zippo y hago que una de las cartas comienze a arder, ésta, al moverse, hace que las demás comienzen al unísono a hacer lo mismo. Con un movimiento de mis manos las dirijo hacia el cielo y hago que se rompan en pedazos candentes que caen en foma de ceniza sobre nosotros, pero esa ceniza tiene un color distinto, es totalmente roja. Con la ceniza rojiza en el aire, saco de mi bolsillo un pañuelo y un aspirador pequeño, comienzo a recogerla y luego, la coloco en el paño. Cuando llega Candice le digo - Aprieta con fuerza y verás que pasa - Al apretar, nota como la ceniza comienza a formar un cuerpo alargado, una carta de nuevo - Ahora, desvélala - Al apartar el paño se muestra en su mano una carta exactamente igual a la que le di a Mizono pero ésta es algo distinta. En el reverso aparece una calavera totalmente negra con un fondo amarillo - Prueba a decirle ésto "Animatum" - al oír éso de la boca de la muchacha, la calavera comienza a moverse mientras se ríe abiertamente - Ése es tu tesoro. Nosotros no encontramos dragón alguno pero deberíamos volver, va a anochecer y no es bueno desacatar las órdenes del creador. Por cierto, me llamo Matsuda Terao, encantado.

Estaba tranquilo de la mano de Emmett, mirando a los demás alumnos moverse y a los arboles mover sus hojas con el viento; levanta el rostro para verle sonreír y se siente agradado de que él no le ignoraba. Pero al ver la dulce sonrisa de Sorami se vuelve a embobar.

De pronto, ella tira de Emmett, quien a su vez no suelta a Acke y terminan arrastrándolo dentro del edificio para tomar un mapa. Acke estaba corriendo como podía, era muy rápido y ágil para un pequeño de su edad (claramente un atleta) pero su cuerpo recién se acostumbraba a éste mundo; cuando de pronto la manita de Acke se resbala de la de Emmett, ya que Sorami no tenía ningún miramiento o interés en que Acke pudiera seguirles. Haciendo que el pequeño, salga disparado en una dirección del camino que ellos tomaban.

-¡waaaaaaa perdon!!-

Gritó, mientras iba intentando frenar su carrera, para evitar el accidente que no era del todo su culpa. La sinergia de todo el movimiento lo llevaron a tropezarse con una chica mayor que él, de cabellos azules (Ayano, Aya) quien volteaba al escuchar los pasos agitados del pequeño y su advertencia. Acke, por instinto abrió los brazos, antes de recibir el impacto; por suerte él no pesaba mucho y puede que no se cayesen al suelo ambos.

Itaru continua su camino con tranquilidad, a lo lejos se perfilan dos figuras. Daru mira en todas direcciones y se da cuenta de que el único camino por el cual podía ir se cruzaba inevitablemente con ellos, dejo escapar un suspiro de resignación y continuo andando.

Mientras se acercaba desviaba su mirada en todas direcciones, como si no los hubiese visto aun. Pero una ráfaga de viento que casi le vuela la gorra le hizo centrar la mirada en ellos, era Candice que había cruzado a su lado corriendo sin parar. ¿De donde demonios sale esta muchacha?.

Daru se paro unos segundos para colocarse la gorra y se acerco al grupito formado por el chico y dos chicas, entre ellas Candice. Cuando estaba llegando el chico hizo una demostración bastante vistosa de... magia, demasiado vistosa para el gusto de Itaru. Soltó otro suspiro y se acerco a ellos.

-Eso ha sido... em... impresionante. Le dijo al chico evitando el contacto visual y rascándose la nuca para desviar la atención.

-Yo quiero seguir, volveré mas tarde. Suerte en el camino de vuelta.

Daru se aparto de los tres personajillos y sin pronunciar mas despedida continuo andando. Se había puesto a sudar de los nervios, tanta gente nueva le asustaba un poco.

¡Hey, hey! ¡Chico! - grita desde atrás - Es peligroso y no te recomiendo que sigas, antes he visto un hombre-lobo y no portáis nada de plata, a diferencia de mí - mientras coloca un pañuelo en su mano, al retirarlo de golpe aparece un huevo de pascua de chocolate - Ahora observe, caballero - Da un golpe seco en el huevo con el dedo, haciendo que se resquebraje y, al romperse totalmente, de su interior surge una cruz de unos 20cm de alto de plata al 80% - Si quieres puedes quedarte con el chocolate - mientras le guiña un ojo - La magia es la sal de la vida, ayuda a muchas personas y divierte a otras tantas - dice con una sonrisa en la cara - Tengo más trucos si quieres verlos, pero necesito algún material extra, vente con nosotros de vuelta, es peligroso - dice intentando convencer a Daru

Candice mira sin impresión alguna la carta, cual persona a la que acaban de timar.

- Esto no es un tesoro. - Dice, seca. - Yo quiero oro y joyas, no cartas que se mueven... ¡Y seguro que más adelante habrá algo! - E ignorando a Matsuda y Mizuki, decide irse con Itaru. - Daru-san, ¡espérame!

Mizuki también parece algo cansada de la insistencia de Matsuda por volver al edificio. Ella había emprendido este pequeño viaje para ver el vacío... Y al menos tendría que intentarlo para sentir que no ha perdido el tiempo.

- Matsuda, yo quiero ir... Estoy segura de que hay algo grande allí esperándonos. Sea lo que sea lo que nos vaya a decir el Señor Ishida, puede esperar, no creo que tardemos más de una hora en ir y venir. - Argumenta, acomodándose la mochila. - ¿Vamos?

No me parece muy buena idea, pero si no me como e marrón yo solo...entonces que nos "castiguen" después - mientras asiente con la cabeza a Mizuki - No les gusta la magia...qué aguafiestas - dice con desilusión, viendo los pasos enérgicos de Candice - Deberíamos apurar un poco el paso si queremos llegar a su altura ¿O prefieres quedarte un poco más rezagada? - Pregunta a a Mizono con un tono agradable y a la par educado.

Itaru estaba de espaldas al otro chico cuando el hizo el "truco de magia". Se paro en seco mientras él pronunciaba su discurso, dejo escapar un poco de aire y bajo la cabeza en señal de resignación. Llevaba un macuto de color verde desgastado a la espalda con una tira de tela que hacia de sujeción, tiro de ella con la mano derecha para ajustar el macuto y evitar que se cayese. Se acerco despacio hacía el chico y una vez a su lado agarro el chocolate que tenia en la mano, se lo llevo a la boca sin apartar esta vez la mirada del chico, analizándolo de arriba a abajo.

-Um... ¿Como sabes que no llevo nada de plata? -Daru le dio un tirón al macuto que llevaba a la espalda, parecía pesado- e todas formas, no sabemos como va el ciclo horario aquí, igual tarda en anochecer horas, igual segundos. Pero no creo que los programadores de este lugar se dedicasen a poner arañas de nivel 20... ¿No?.

Daru termino su frase con una pequeña risa a un paso entre arrogancia y malicia. Cuando se dio cuenta inclino un poco la cabeza en señal de disculpa.

-Bueno, ¿Quieres venir?. Tengo ganas de ver ese vacío. A no ser que tengas vértigo o miedo. De ser así dilo y volvemos todos.

Daru le daba una excusa a Matsuda para volver, pero ansiaba continuar con el camino. No se detuvo a esperar la respuesta, arranco a andar de nuevo. Cuando se dio cuenta de que una de las chicas le seguía y la otra amenazaba con hacerlo también un escalofrío nervioso le recorrió. Va siendo hora de eliminar el bloqueo al hablar con desconocidos y mujeres... Supongo...

Mientras observo el cuerpo, la mochila y la gorra del chaval, detenidamente - No pareces llevar nada de plata, aunque en el macuto entran muchas cosas. El problema, caballero, es que si un hombre-lobo le ataca, aunque tenga algo de plata en el macuto, no le daría tiempo a sacarlo, ergo, debe tenerlo a mano. Como yo esta cruz que acabo de sacarme de la manga, literalmente. Hay que estar preparado para todo - dice con un cierto tono precavido y sin maldad alguna.

- Para saber la hora...¿porqué no consultas el móvil o un reloj digital que lleves encima? Yo ya he comprobado que se está haciendo algo tarde y no creo que los horarios aquí difieran mucho de los terrestres, además, teóricamente es una recreación, así que debería ser igual - dice con un tono tranquilo - No me voy a acobardar porque haya o no haya algo, claro que vamos - digo señalándonos a Mizuko y a mí - Además, así no me castigarán a mí sólo - dice con cierto tono jocoso.

Daru se llevo una mano a la gorra para evitar que la claridad deslumbrante de su mirada llena de satisfacción cegase a sus compañeros, puso una sonrisa la cual aparto rápidamente y metiendo la mano en su bolsillo de derecho saco una pequeña moneda. Itaru estaba ya andando junto a Candice, detrás de él iba Matsuda y Mizuko así que en vez de darse la vuelta sostuvo en alto lo que había sacado.

Era una pequeña moneda en la cual estaba dibujado una especie de faisán o pavo acompañado de 5 kanjis.

-Una moneda de 100 yens, de plata, acuñado en el año 1957 -Dijo Daru en voz alta mientras guardaba la moneda- Si aparece un hombre lobo estaremos preparados.

Daru paro de andar y espero a que los rezagados se uniesen a ellos, miro a Matsuda y le sonrío.

-Mi móvil no tiene batería, de todas formas si me pierdo por aquí no veo a quien llamar. Dijo riendo -Me llamo Itaru, Itaru Hashida, pero puedes llamarme Daru.

Encantado, soy Terao, Matsuda Terao y no tengo mote o abreviatura - dice sonriendo - Bonita moneda. ¿Puedo verla más de cerca? Esque me ha llamado bastante la atención - dice con un brillo en los ojos mientras tiene en mente su siguiente truco - aunque con ésa poca cantida de plata poco harás, Daru. Para siquiera hacerle algo, primero deberías tener algo de plata, luego, que se le pueda clavar o penetrar su piel, no solamente tocar. Cierto que su mero roce les provoca quemaduras, pero si se lo clavas sería más fuerte, hardcore y le harías más daño. Como yo - mientras saca la cruz - mira aquí - destapa la parte superior y aparece un pequeño filo - con ésto podríamos plantarle cara pero necesitaríamos más, de las cuales no dispongo. Si aparece, Daru y yo nos encargamos, chicas - digo mientras me hago el valiente y pongo a Daru en el paquete. Realmente me acabo e inventar lo del hombre-lobo para ver cuan locos o cuerdos están, esto pinta bien.

Unos segundos depués, me acerco a Mizuko y susurro - lo de la cruz no quiere decir nada con respecto a lo de la nota, es de herencia familiar - digo con un tono calmado intentando que no piense mal de mí.

Daru se aferra a su pantalón para evitar que el magete le eche mano a su moneda.

-Sera mejor dejar los trucos para mas adelante Matsuda. Tengo ganas de ver el vacío. ¿Seguimos?

Esta vez si espero a que sus compañeros andasen con él en vez de tirar hacía delante, tener un grupo siempre era bueno, iba a echar mucho de menos a sus amigos estando allí. Pero estaba dispuesto a encontrar algunos nuevos.

Mizuki acelera el paso poco a poco para que, inconscientemente, Matsuda se vaya acercando a su lado al grupo que formaban Daru y Candice, aunque esta segunda iba más a lo suyo. No puede evitar esbozar una sonrisa al escucharlos hablar tan abiertamente de un tema como los hombres lobo.

- ¿En serio esperáis encontrar un hombre lobo por aquí? A ver, posible es... Si a los programadores de este mundo les van los sustos. Y hablando de sustos... - Mizuki se descuelga durante un segundo su mochila, sacando la nota que habían encontrado antes. - ¿No sabréis algo de esto?

La nota reza lo siguiente, y parece estar incompleta. 

"... va a ser asesinado"

Yo no os había dicho nada porque érais completos desconocidos y no quería que el pánico os inundase de buenas a primeras. Y tú, chica enérgica ¿porqué no te presentas? Daru lo ha hecho y tú vas a tu rollo. Ahora debemos ser una piña, así que haz lo propio y no te alejes ni vayas por ahí sin preocuparte por nada - dice recriminándole algo que me parece evidente pero que ella parece no captar - Además, tenemos algo que nos está advirtiendo de un asesinato. No estoy molesto pero me preocupa la seguridad del grupo - mientras intenta bajar el tono para que se lo tome a mal la pobre chica.

Emmet mira como Acke se estrella con Aya.- ¿Estas bien?- Le pregunta a Aya, luego mira a Acke.- Mira por donde vas, je, je.- Le dice a modo de regañina, aún que suena más bien como un consejo.- ¿Y que haces por aquí? ¿Estás buscando los mapas?- Le pregunta a la peliazul

Luego se puso a mirar a su alrededor.- Oye, Sorami, dame un mapa anda.- Le dice acercándose a ella.Una vez que me ha dado el mapa, vuelvo junto a Aya.- Oye, vamos al sótano, ¿te vienes? ¡Puede ser interesante! Quizá encontremos algún tesoro.- Miro a Sorami.- O algún fantasma... ¡Jajaja!- Comeinza a reírse.

Cual ninja entrenada, Aya siente la presencia del pequeño acercársele a bastante velocidad... Y coloca su pie como barrera entre el chico y ella. Al darse cuenta de lo que acababa de hacer se lleva una mano a la boca.

- Oh... ¡Lo siento, fue sin querer! Lo hago sin darme cuenta... Hi hi. - La chica le extiende la mano al pequeño para ayudarle a levantarse, pero entonces llega Emmett y le pregunta por como está. - Estoy bien, tranquilo. Deberías preocuparte más por tu amigo, creo. - Escucha las preguntas del irlandés y responde sonriente. - Ah, bueno. Yo acabo de coger el mapa. Quería investigar un poco por mi cuenta las instalaciones... Aunque el sótano no entraba en ellas, es más, no sabía que había sótano.