Partida Rol por web

Ed se encontró una gran reunión al llegar a aquel lugar y no pudo evitar un silbido de sorpresa. Un tercer espíritu había aparecido allí y parecía haber controlado a los traviesos youkai. Sonrió por algún motivo y alzó la voz. -No deberíamos perder el tiempo, si la youkai de las nieves desease algo malo para nosotros ya lo habría hecho.- dicho esto, comenzó a concentrar su poder para exponer a los dos gemelos y revelar su verdadera forma - ¡Necesitaré ayuda! -

-¡Para ahí! -dije en voz alta al ver a Edward dando por sentado así como así el asunto. ¿Porque nadie lo ve?

-¿Porque no lo ves? O tú Fukuhoshi, vives rodeada de espíritus ¿no?

Les miré desde arriba.

-¡No es una Yuki Onna! Esta camuflando su verdadera identidad.

Ed alzó las cejas, mostrando sorpresa y mirando a Shion, allá arriba en los brazos de Karasu. Volvió a mirar a la dama de las nieves con curiosidad y entrecerró los ojos. - ¡Sea como fuere, les ha atrapado y ellos son una prioridad y un peligro! - exclamó para que ellas y todos le oyeran. Había visto allí a Hotaru, a Miu, a Sakura y a los espíritus de la sacerdotisa y la chica de pelo naranja. Realmente aquello era todo un show.

Miró a la que recientemente se había convertido en su prometida, al menos en palabras de su abuela. - Necesitaré ayuda... creo que después tendremos tiempo para las preguntas y para pedir explicaciones. -

Su puño se crispó y lo pegó bien fuerte junto a su pierna derecha para que nadie lo viera. Una sola mirada y sabía que la dama de las nieves no era realmente tal. Por una parte se sintió furioso y la alarma sonó en su cabeza: tenía que sacar a Yuuki de allí, pero si lo hacía abiertamente descubriría el nexo entre ambos y, tarde o temprano, sería descubierta también. Tenía que salir de aquello de la mejor manera posible.

Por otro lado... miró durante unos cuantos a Shion y suspiró, en parte satisfecho. Si aquella era la joven del museo... había mejorado mucho y se le antojaba realmente atractiva.

Humanos...aparentemente solo Shion valía la pena.

La solté de la cintura y di un paso hacía delante.

Por unos segundos mi mirada se posó en Hotaru, acaso estaba pidiéndole el favor a un espíritu que no era lo que aparentaba?

Desaparecí, ambos cuerpos lo hicieron, para aparecer uno a cada lado de los espíritus gemelos y darle una fuerte patada en el estómago a cada uno, buscando estrellarlos contra la supuesta Yuki Onna, tras eso uno de mis cuerpos se deshizo en plumas negras, de las cuales saqué un kunai.

-Si quieren ser útiles rastreen al responsable de esto, tan solo es una ilusión!- dije a los demás, preparándome para el combate.

La sacerdotisa se pone roja, pero no de la vergüenza, quienes la conocen saben que ese color en sus mejillas es por la rabia que siente, aprieta sus puños y asiente a las palabras de los tres, incluso del extraño Oni que sigue siendo demasiado conocido para ella.  La chica baja las manos  y piensa en qué hacer.

-ilusión...- se mordió el labio inferior, estaba tan preocupada por Oni que no reparó en lo que realmente era. Los ojos de Hotaru brillaron, y sus manos dibujaron tres sellos antes  de detenerse a la altura de su corazón, formando un triangulo - oreru jumon- un rayo de energía sería disparado contra el espíritu de la mujer, buscando revelar su verdadera identidad.Acto seguido, se prepara para el siguiente hechizo,  baja sus manos, de su mano derecha se desenrolla el rosario de cuencas negras que tenía, y lo puso delante de ella, quedando colgando las cuencas más claras y las rojas, este comenzó a girar delante de ella, mientras detectaba el conjuro que  se había lanzando, y a la fuente del mismo. En donde la sacerdotisa estaba parada, se formó un sello mágico, letras que comienza a brillar en un intenso color dorado. Intenta concentrarse y buscar la fuerte de aquella magia.

Frío, agradable y calmante frío. Aunque, claro, a algunos no les gusta el frio. Un nuevo espíritu se une a la lucha, parece en nuestro lado. Pero como Lucius, creo que más bien es, que nuestros intereses coinciden. Se ve como una Mujer de las Nieves, pero es solo un disfraz. Me sorprende que la humana que carga Karasu lo haya detectado.

Karasu y Hotaru prefieren encontrar a quien a generado la ilusión, tal vez no hayan pensado que ella misma pueda estar creando esa ilusión por alguna razón que no nos importa. De hecho, Hotaru decide tomar rapidas cartas en el asunto usando su conjuro de revelación y detección. No tenemos tiempo para perder en esto.

-Lucius, usa la cabeza. Una cadena, una red, cualquier cosa que los mantenga sujetos.- Le digo a mi beligerante compañero. Preparo las sombras para atrapar a ambos seres.- Si vas a ayudarnos este es el momento.- Digo dirigiéndome a la mujer de las nieves, obviando el hecho de que su aspecto sea o no un disfraz.

Una rabia se extiende hacia mi proveniente de Hotaru. El motivo de mi miedo no era mas que una ilusion, un engaño.
-Te has reido de mi por ultima vez. No permitiria salirme de control otra vez, no me hacia falta. Ahora tenia a Hotaru a mi lado.
Mis llamas vuelven a rodearme esta vez con mas confianza al saber que no habia frio que encongiera mi corazon, ni agua que intentara apagarme. Sin abandonar mi forma fisica, las llamas rodean mis manos concentrandose en las palmas. Veo un rayo bajando de los cielos a la orden de Hotaru. En el mismo momento en que impactan contra la falsa Yuki Onna, mis manos le descargan dos proyectiles azules.
Miro a mi lado, aun aquella yokai se encuentra alli, en mitad de un combate no puedo entretenerme. Pero...
-Gracias......ya es la segunda vez hoy...... No aparto la mirada de mi objetivo. No la miro directamente. -Soy.....Ogami

La presencia del extraño Youkai haciendose pasar por una Dama de las Nieves era alarmante, no solo por su aparición repentina, ni por su camuflaje, sino por haber detenido al mismo tiempo y con facilidad a ambos espíritus alborotadores. Sakura se tranquilizó al ver que Shion estaba bien y, por dentro, sonrió al ver al espíritu que le estaba cargando en brazos.

Observó la situación, analizándola con prisa. ¿Para que querría un espíritu capturar otros dos espíritus? Miró a Natsuki, la respuesta a su pregunta ya la había respondido con anterioridad Yami. Desea su poder, va a absorberlos para drenarles la energía y volverse mas poderosa. ¡Hay que detenerlos! Dijo con determinación a su compañera, para que actuara con celeridad.

Edward estaba pidiendo ayuda, trabajar en concierto para revelar la verdadera naturaleza de los espíritus, sin embargo parecía que la rabia de Fukuhoshi le guiaba a actuar por si misma, poniendo todo de si para remediar su error.

Sakura corrió en dirección a su Maestro. Llevaba, como le había sugerido anteriormente, el vestido de Mahou Shoujo.

Edward-Sensei, si trabajamos juntos podremos discernir las verdaderas formas de la falsa Yuki Onna y de los espíritus gemelos. El conocimiento de nuestros enemigos nos dará poder sobre ellos.

Concentró su energía en la palma de la mano derecha, la expandió hasta la mano izquierda formando un arco entre sus palmas y luego la expandió hasta encontrarse con la energía espiritual y mágica de Edward. Ya habían trabajado juntos anteriormente y sabían como debía combinar sus fuerzas. Juntos serían capaces de derribar los engaños y tener una Verdadera Visión de lo que estaba sucediendo
 

Natsuki sonríe ante el nombre del Fuego, ve como todos empiezan a atacar a la falsa Yuki Onna, y ella no se queda atrás. Vuelve a mostrar el arco de ki, pero esta vez lo carga, hasta que la flecha adquiere un brillo tan poderoso que mirarla directamente era como mirar al sol.

- Natsuki- le dice sonriente a Ogami. Y dispara, añadiendo su potencia de ataque a la de los demás. Ciertamente, no podían permitir que, fuese lo que fuese, adquiriera más poder. Si sus intenciones eran aviesas, era hora de acabar con esa criatura.

-¡Alto! Estamos presuponiendo que ella es maligna. Si ha venido a ayudarnos, habremos perdido una aliada. ¡No la ataquéis! Revelamos la identidad de los gemelos y si la youkai oculta intenta hacer algo más... La pararemos. - pidió, mirando a la youkai de las nieves

- ¡Espíritu! No hagas daño a los gemelos, no queremos más problemas. -

Miu se sintió realmente pequeña al ver el poderío que poseían algunos de sus compañeros de clase. A su lado, ella era una completa principiante. Las clases con su maestro, le habían hecho creer que había avanzado, pero sin duda, y tras lo que había visto, se había dado cuenta de que no era nadie. Incluso Hotaru, había demostrado ser una digna luchadora. La admiraba tanto que casi llegaba a la envidia.

Al ver llegar a Edward, sintió alivio. Por verle, ya que con él se sentía segura y por saber que estaba bien. Rápidamente se dirigió a él, aunque justo antes de llegar se detuvo de golpe. Estaba preocupada y bastante desconfiada de ella misma.

¡Edward-sensei! ¡¿Qué puedo hacer yo?! Preguntó preocupada y temerosa de la respuesta.

En eso escuchó la voz de Miu, la piel de Hotaru se erizó, ¿qué hacía en ese lugar?, era demasiado peligroso,  y los ojos de la chica fueron hacia su amiga, había preocupación extrema en ella, y aunque Ed fuese su maestro, no debía estar ahí, de hecho, ni ella debía estar. Sus labios se tensaron, no podía enviar a Ogami, podía ser un peligro más que una ayuda.

- Yami!! está Miu-chan!!! protégela por favor!- exclamó con todas sus fuerzas, habían varios espíritus combatiendo, Yami podría ur por Miu y Lucius detener a los demonios que tenían delante de ellos.

¡Maldición! Busco a la muchacha. No es difícil encontrarla con ese pelo rubio tan brillante. Se encuentra junto al mago de la librería. Bien. Él puede servir de escudo si hace falta… espera, no, el también es importante para Hotaru. Levanto los zarcillos que se unen formando enormes cabos de sombras, negras como la noche más oscura y envuelvo a los dos espíritus con ellos, mientras voy desplazándome para llegar donde se encuentran los dos humanos. Me concentro en mantener el agarre sobre nuestros oponentes, será mejor que los demás se pongan de acuerdo en quien y quien no es un enemigo.

- ¡Miu! - exclamó girando un poco la cabeza para verla. Le sonrió un poco, aunque la tensión del momento hizo que aquello durase poco - ¡Intenta concentrarte y atar a los dos espíritus gemelos que están atrapados a la Yuki Onna! ¡Puedes hacerlo! -

Fue Karasu quien se acerco primero...o más bien LOS Karasu, puesto que había dos, a golpear a cada uno de los Youkai, haciéndolos chocar contra la "Yuki Onna". Ambos Youkai gemelos liberaron un grito, al mismo tiempo y se los notó dañados. NEEEEEENH! gritaron.

Por otro lado, la "Yuki-Onna" recibió el golpe de ambos cuerpos, que amortiguaron las patadas de Karasu, por lo que solo le quito un poco el aire.

La mujer de las nieves miró a todos con ira y escucho sus comentarios, por lo que antes de recibir sus ataques, sus ojos brillaron, su cabello voló hacia todos lados y arrojó a ambos Youkai gemelos hacia diversos lados, y desapareció.

Uno de los hermanos golpeo contra un edificio, pero el otro salio volando hacia arriba, así que ninguno se hizo daño. Inmediatamente, el que estaba en el aire tomo impulso, y volvió a huir, y su hermano, fue para el lado opuesto.

Al ver que los youkai gemelos eran "liberados" traté de apresar al que venía persiguiendo desde un principio, pero ambos salieron disparados a mucha velocidad.

-Han vuelto a huir...¿Que pretenden con esto?

Puse los brazos en jarras.

-¡No perdamos tiempo! Ah...hola a todos, hoy es una noche agitada, ¿no? -saludé con la mano, tenía a muchos compañeros de colegio cerca y algunos otros conocidos.

Mis llamas se apagan, ya no son necessarias. La unica amenaza real se marcha. Mis hombris se van relajando mientras miro a mi alrededor. Demasiada gente que no conozco. Aunque eso poco me importaba, si quisiera podria saber todo de ellos. Pero a Hotaru le molestaria.

-Perseguirlos....inutil....demasiado rapidos miro el cielo estrellado por donde habian pasado los espiritus. Eran demasiado rapidos.
Hotaru aun estaba enfadada conmigo, no lo parecia, pero lo estaba. Podia sentirlo. Ahora, habia alguien que captaba mi atencio.
-Tu...quien eres? Mire a la Kitsune que tenia al lado.

Natsuki no puede reprimir un suspiro hastiado.
Los hemos perseguido largo y tendido ¿Por qué son tan pesados?
Entonces, antes de empezar a correr, escuchó al Fuego hablarle. Le preguntaba su nombre. Se inclina, respetuosa y le sonríe de manera dulce y suave.
- Natsuki es mi nombre. Es un honor conocerte, Hi-san- le mira detenidamente. Se fija en su potencial interior y puede ver el gran poder del fuego dentro de él. Debía de estar haciendo un gran esfuerzo para contenerse, pero sabía que su intervención le había ayudado. Cuando se da cuenta, se fija en que está toda sudorosa y jadea.
Bueno... al menos... No ha quemado la ciudad...
Una flecha de ki más podría acabar con su resistencia. Debía contenerse y tener cuidado.