Partida Rol por web

Zonbichos y Zonbillones

Capítulo 1: Descubriendo un nuevo mundo

Cargando editor
01/02/2013, 10:09
Narrador

Descendieron por las escaleras, pues estimaron que era más seguro: reactivaría su actividad muscular, ejercitaría el músculo cardíaco y siempre venía bien hacer algo de ejercicio.

Alcanzaron la calle y se detuvieron al observar que un zombi se encontraba inclinado sobre el capó de uno de los coches. Parecía estar limpiando el parabrisas. Cuando reparó en ellos extendió la mano pidiendo una moneda.

Todo parecía indicar que tenían dos opciones. Pagar o luchar.

Cargando editor
01/02/2013, 10:53
Fernanda Fernández

Tras salir del edificio, observaron como un zombie-semáforo -pues eran los típicos que se ponían en los semáforos para limpiar el parabrisas y sacarse una calderilla - limpiaba con ahínco el parabrisas de uno de los coches con los que habían llegado hasta la casa del señor Anal. 

La circense se quedó unos segundos quieta, esperando a ver lo que decidía el grupo. Miró a cada uno de sus compañeros sin decir aún nada, y de repente, el zombie-semáforo se dio la vuelta pidiendo algo de calderilla y dando por finalizado su trabajo.

Fernanda, que no llevaba nada encima más que la ropa y unas horquillas y pinzas en su cabeza para sujetar el peinado, se adelantó unos pasos hasta el zombie. Obviamente, interpretó a la perfección los movimientos robóticos y lentos de los no-vivos, para intentar ganarse la "confianza" del zombie que tenían justo delante. Levantó una de sus manos y buscó entre su cabello hasta que encontró dos pequeñas pinzas en color dorado. No sabía si iba a funcionar pero tenían que intentar algo... al fin y al cabo, si había una cura, ese hombre podía volver a ser un ser humano normal, o bueno, todo lo normal que pudiera. 

Extendió su mano hasta la mano del zombie y depositó las dos pinzas de manera torpe sobre su palma.

-Ahhhg... aaaauuu... - balbuceó a modo de agradecimiento zombie mientras se alejaba unos pasos hacia atrás.

Cargando editor
01/02/2013, 12:08
Grant

-¿La zombique?- preguntó Grant sin entender nada de lo que decia la doctora, pero ya se habia acostumbrado a estar descolocado y no entender nada de lo que pasaba a su alrededor. Siguió al resto, pero se detuvo al pasar cerca de Richard mientras arrugaba la nariz ligeramente-. Huele a pegamento...- y tambien veia como algo verde le escurria por la orejar. Prefirio no preguntar.

Una vez afuera y bastante cansado luego del ejercicio fisico, vieron a un zombi limpiando el vidrio de uno de los autos. Hacia un muy buen trabajo y solo dejo un poco de jugos grastricos en el capó. Pero el vidrio quedó genial. Fernanda se adelanto caminando de forma rara, balbuceando algo y entregando lo que parecian ser piojos en la mano del zombi. Grant se encogió de hombros, una vez mas prefirio no preguntar.

Cargando editor
03/02/2013, 09:14
Ángela

Ángela salió a la calle con los demás, aliviada por no haber encontrado más maru-zombis en su camino. Sin embargo, otro amiguito les esperaba en uno de los coches aparcados. Se mantuvo a una distancia prudencial y observó cómo se desarrollaban los acontecimientos. Al menos, éste parecía inofensivo y sólo quería una propina por su trabajo, cosa que a Ángela le pareció de lo más lógico.

Fernanda rebuscó en su pelo y sólo encontró unas pinzas, entregándoselas al zombi-semáforo como pago. Va a pensar que le estamos tomando el pelo... y se va a cabrear. Al menos yo me cabrearía... murmuró por lo bajo, mientras rebuscaba en los bolsillos de su nueva ropa con rapidez. Efectivamente, meter las manos en los bolsillos de las prendas que hace tiempo que no te pones resulta siempre una sorpresa. Ángela encontró un clinex hecho una bola que se deshacía al contacto con los dedos, un paquete de chicles medio vacío y descolorido y una moneda de 2 euros. 

Se agachó y miró a Deivid, recordando que el niño tenía una especie de sexto sentido para comunicarse con aquellos seres

- Pequeño - dijo poniéndole la moneda en la mano - dale esto al señor zombi, dale las gracias por su servicio y dile que de momento ya no le necesitamos. Sé amable con él y, sobre todo no te manches, o tendremos que volver a caza del Señor Anal a lavarte. 

Acto seguido, se irguió y, con el brazo levantado, se dirigió a sus compañeros:

- ¿Alguien quiere un chicle?

 

Cargando editor
05/02/2013, 09:53
Narrador

Deivid se acercó al zombi y le entregó las monedas que Ángela le dio. El zombi pareció darse por satisfecho y se largó de allí mascullando alguna frase ininteligible con muchas vocales.

Montaron en los coches sin pensárselo dos veces ¿Para que iban a pensárselo dos veces? ¡Con una bastaba! De modo que se pusieron en marcha (en primera, concretamente) y pusieron rumbo a la Avenida de los Remedios.

Llegaron al edificio que buscaban. Era una instalación institucional de investigación. Cuando intentaron entrar, las verja estaba cerrada. Había un pequeño teclado con números y un display que bloqueaban la puerta. Parecía tarea de Grant.

Cargando editor
05/02/2013, 09:59
Narrador

Gran se puso delante del display y lo analizaba cuando unas voces llegaron de la esquina de aquella manzana. No tardaron en aparecer en la siguiente bocacalle una multitud de zombis portando carteles en contra de la experimentación con animales.

Parecían furiosos y cuando los vieron ante las puertas del edificio, comenzaron a caminar hacia ellos.

Notas de juego

Grant. Tienes 4 turnos para abrir la puerta. Dificultad 20. Si no lo consigues, tendréis que luchar contra una multitud de zombis :)

Cargando editor
05/02/2013, 12:36
Grant

Despues de un agradable paseo por una ciudad en ruinas y oliendo a desinfectante y pegamento, llegaron a donde se suponia que debian llegar. Grant no sabia donde estaba, tampoco preguntó pues ya todos comenzaban a hartarse de tener que repetirle todo cada diez minutos. Asi que cada vez que abria la boca la cerraba con una sensacion de que no debia hacer la eterna pregunta "¿Donde estamos?".

Bajó del auto caminando hacia una puerta cerrada con una cerradura electronica. Al parecer tenia un codigo de acceso, sin el cual no podrian abrirla. Grant se puso una mano en el menton pensativo, emitiendo de vez en cuando un "mmm interesante"... el problema era que olvidaba que hacia y miraba a su alrededor confundido. Por suerte una turba de hambrientos zombis se dirigió hacia ellos, eso ayudó a que Grant prestara mas atencion (eso y el que sus compañeros le apremiaran a apurarse)

-Mmm si tenemos en cuenta que es un edificio del gobierno... falta de imaginacion, dejadez, flojera, aburridos, siempre buscando el camino facil... 1, 2, 3, 4, 5 y 6 seran los candidatos- y empezo a teclear los numeros con fastidiante lentitud...

- Tiradas (1)

Motivo: Electronica (intento 1)

Tirada: 1d10

Dificultad: 20+

Resultado: 8(+14)=22 (Exito)

Notas de juego

uso int+electronica

Cargando editor
05/02/2013, 12:51
Narrador

Con un característico sonido, la verja se abrió, dándoles acceso a las instalaciones. Se apresuraron a adentrarse por la entrada con cierto apuro. Maic fue el último en hacerlo, lanzándose en un acrobático salto para evitar ser cogido por la muchedumbre de zombis. Habría sido bastante espectacular si los zombis no se encontraran a veinte metros y avanzaran a la velocidad de un caracol con esguince de tobillo.

En la entrada al edificio encontraron un casillero donde se especificaban todos los departamentos, laboratorios y despachos. Entre ellos localizaron el del doctor "Fisher". Sin embargo, cuando lo localizaron y antes de comprobar su localización, Deivid había echado a correr escaleras arriba con aire decidido.

Notas de juego

¿Lo seguís? ¿Lo ignoráis como si nunca hubiera existido? ¿Le lanzáis un extintor?

Cargando editor
05/02/2013, 17:56
Ángela

Ángela condujo su fantástico coche hasta la dirección indicada. Por el camino, además de estar atenta a las locuras de Richard al volante, reforzó con media bolsa de golosinas el buen comportamiento de Deivid en las últimas horas. 

Al aparcar frente al edificio de investigación, Ángela se sintió pletórica. Su imaginación creó pasillos y salas impolutas, laboratorios asépticos y toda clase de productos desinfectantes y objetos de los que disponer en abundancia: mascarillas especiales, guantes, gafas, batas... Y con ese ánimo bajó del coche, deseando poder entrar en aquella mina de pulcritud.

El teclado electrónico, la inestable memoria de Grant y la horda de zombis que se les acercaba no hicieron más que ponerla nerviosa y comenzó a idear un plan. Miró a su alrededor y detectó un cartón tirado en una de las esquinas de la calle. Cuando se disponía a recogerlo y robarle el pinta labios a La Jessy para escribir en letras bien grandes "Nosotros también estamos en contra de la experimentación con animales", un característico sonido le alertó de que la puerta se había abierto. Sorprendida, se adentró en el edificio.

Impaciente por comenzar su propia a la par que egoísta expedición, observó los casilleros de las localizaciones. Pero una especie de sexto sentido maternal que jamás había experimentado antes, le hizo girarse en el momento en el que Deivid echó a correr escaleras arriba.

- Deivid, vuelve aquí ahora mizmo!! - gruñó, sorprendiéndose del eco que se formaba en el inmenso edificio. Y como un resorte, sin siquiera meditarlo, Ángela salió detrás del niño. Realmente no estaba enfadada con él; de hecho, siempre que Deivid salía corriendo era por una buena razón... pero ¿qué clase de madre sería si no le metía una buena bronca?

 

Cargando editor
05/02/2013, 18:32
Fernanda Fernández

Cuando el grupo llegó ante la dirección indicada en la casa del Señor Anal, Fernanda se puso muy contenta. Parecía un juego de misterio en la vida real, como cuando desaparecía dinero de la caja del circo y el jefe les mandaba a todos a que se investigaran y si hacía falta, se chivaran unos de otros, hasta conseguir descubrir al ladrón. Fernanda no era muy buena en descubrir al ladrón, pero le encantaba investigar cada centímetro del recinto donde se encontraban acampados. Muchas veces se tiraban días hasta conocer al culpable, pero es que el jefe del circo tenía muy mala uva, y nadie quería escuchar sus reprimendas ni obedecer sus castigos.

La puerta estaba cerrada, y la ilusión por investigar de Fernanda se vino abajo. Grant se adelantó y comenzó a maquinar en su cabeza el modo de abrir paso al grupo hacia el interior. De repente, un ruido proveniente de una de las calles de al lado les alertó. Un grupo de zombies defensores de los animales, gritaban balbuceos sin sentido y caminaban deprisa en dirección al grupo. Fernanda abrió mucho los ojos pensando en que iban a por ella. Su pasado en el circo y la manera que tenía su jefe de tratar a los animales con los que algunos de los trabajadores funcionaban en sus espectáculos, no les habían hecho ganar mucha fama. De todos modos, Fernanda estaba en contra del maltrato animal y jamás había usado ninguno para sus funciones, es más, ella era la que siempre se ofrecía para ayudar con la limpieza del recinto de las bestias y para darles de comer.

La puerta se abrió y el grupo entró con urgencia, no tenían ninguna gana de pelear contra una horda de zombies cabreados. 

Mientras observaban la distribución del edificio, el joven Deivid salió corriendo escaleras arriba como alma que llevaba el diablo. La circense comenzó a dar saltos de felicidad y a sonreír mientras gritaba.

- ¡Bien!, ¡juguemos al pilla pilla!... ¡tonto el último!

Segundos después, Fernanda salió escopetada detrás de Ángela, siguiendo los pasos del niño.

Cargando editor
05/02/2013, 18:53
Grant

Grant, luego de ser palmeado por algunos por su logro y de preguntarse le porque le felicitaban, entro en el edificio con paso seguro, como si no hubiera zombis en ningun lado. Incluso ayudo a levantarse a Maic quien habia hecho una acrobacia propia de un gimnasta.

-Muy bueno, merecias un 10- le dijo mirando luego a la turba de zombis que se acercaba a paso lento y gruñidos varios. ¿Experimentos con animales? Eso estaba mal, si no fuera porque la puerta estaba cerrada saldria a manifestar con ellos.

Vió luego que tres personas del grupo salian corriendo hacia las escaleras y Grant solo pudo decir una cosa.

-Malditas escaleras- y con paso derrotado fue detras de los demas sin saber porque lo hacia o porque le cansaba el pensar en mas escaleras. Aunque, al pensar en un ascensor, sintió que todo su cuerpo temblaba-. Mejor las escaleras- murmuró apretando el paso.

Cargando editor
06/02/2013, 10:06
Richard María von Souflé

Poco a poco Richard María fue recuperando su sentido del equilibrio. A medida que el pegamento se endurecía, desapareció el extraño super-poder de escuchar sonidos de otras habitaciones, y comenzó a tener el mismo oído de siempre (horrible).

Asintió maravillado ante el despliegue de elocuencia informática del chico asiático, que fue capaz de descubrir la contraseña más difícil jamás usada.  Amenazó con canturrear algo de Les Miserables a los zombies para ganar tiempo, y siguió al resto, tratando de evitar la confrontación.

Estaba tan concentrado en averiguar donde estaba el despacho del tal Fisher que apenas se dio cuenta de las incongruencias del niño. Decidió obviarle completamente y seguir su instinto aventurero, siguiendo las indicaciones del panel, no sin antes asomarse al hueco de la escalera.

-¡¡¡Ooooyeee!!! ¡¡Voy a buscar a Fisher!! ¡¡Si necesitáis algo, tararear la canción del Coche Fantástico!!

Cargando editor
07/02/2013, 13:14
Narrador

Todos salieron detrás de Deivid. Todos excepto Richard que se quedó estudiando un plano que había allí cerca para descubrir cómo llegar al despacho del doctor.

Deivid corría por los pasillos con plena confianza, como si supiera exactamente hacia dónde se dirigía. Atravesó pasillos y escaleras con todo el grupo detrás (excepto Richard) y con la música de Benny Hill sonando incomprensiblemente en el hilo musical. Resultaba llamativo cómo un grupo de adultos de diferentes edades y preparación física eran incapaces de alcanzar a un niño pequeño. Por otro lado, se movían a un ritmo idéntico y lo hacían en bloque como si de una sola persona se tratase, moviendo las piernas frenéticamente.

Tras un buen rato corriendo a cámara rápida en un alocado recorrido, Deivid se detuvo delante de una puerta en la que una placa rezaba: Doctor Alan Fisher.

Cargando editor
07/02/2013, 13:20
Deivid

Deivid miraba serio aquella puerta. Todos se habían detenido a observar el extraño comportamiento del muchacho, que de pronto pareció triste.

Notas de juego

Podéis postear. Bueno, en realidad he parado para que postease Ángela. En cuanto lo haga ella, actualizaré :)

Cargando editor
07/02/2013, 15:03
Ángela

Ángela se detuvo en seco junto a Deivid en el mismo momento en el que desapareció el hilo musical. Leyó el cartel de la puerta reafirmando lo que ya imaginaba y miró al niño con una sonrisa de orgullo. Diablos, tenía que reconocer que aquel niño le caía bien de verdad. Pero cuando se disponía a echarle una simbólica bronca por salir corriendo de aquella manera, se percató de su semblante serio y sus ojos tristes. Sí, estaba sucediendo aquello que jamás había imaginado que pudiera ocurrirle a ella: enternecerse por un mocoso. Y en vez de ignorarle y abrir la puerta que todos estaban deseosos de encontrar, decidió hablar con él. Algo importante debía saber, porque nunca antes había reaccionado así, ni siquiera delante de una horda de zombies. 

- Pequeño - dijo agachándose y poniéndose a su altura - ¿qué ocurre? ¿por qué estás triste? Tú ya conocías este lugar ¿verdad? ¿Sabes qué hay detrás de esa puerta? 

Cargando editor
07/02/2013, 17:02
Deivid

Deivid miró a Ángela y asintió en silencio. Acto seguido se giró, tomó el pomo de la puerta y la abrió. Se adentró en aquel laboratorio que estaba a oscuras, activó el interruptor que había a un lado y las luces se encendieron de inmediato. Entonces corrió hacia una mesa que había delante de ellos. Allí, sobre la mesa descansaba un peluche amarillo con forma rectangular. Bob Esponja.

Deivid lo abrazó con ternura. Mientras lo hacía, Ángela que se encontraba muy cerca pudo leer escrito en la etiqueta del muñeco: Deivid Fisher.

Cargando editor
07/02/2013, 17:28
Grant

Grant corrio detras de todos, moviendo su cabeza al ritmo de la cancion, la cual habia aparecido tan misteriosamente como aparecian los pnjs cuando desaparecia el peligro. Al terminar, visiblemente agitado y sin entender porque aun resonaban en su mentes los compases de esa hilarante cancion, Grant vio lo que pasaba entre Deivid y Angela.

Al entrar al fin al laboratorio, todos se habian quedado en silencio, mudos y expectantes, mirando al joven tomar a su Bob Esponja de peluche. Asi que Grant carraspeo, inquieto, completamente ajeno al momento emotivo que se estaba manifestando ante él.

-Nunca me gusto Bob Esponja- murmuró extrañado de que todos estuvieran tan fascinados por ese raro dibujo.

Cargando editor
08/02/2013, 09:52
Richard María von Souflé

Fisher. Fisher. Fisher. La cabeza de Richard María estaba llena de letras y locuciones en gran variedad de idiomas. Estaba allí, dándose cabezazos contra el panel de información, mientras le daba vueltas una y otra vez. ¿Dónde podría estar Fisher? No era un jugador de ajedrez ni un director de cine.

De pronto sintió como se le iluminaba la cabeza. Acababa de descubrir algo. Pero no había nadie con quién compartirlo, así que subió a grandes zancadas la escalera hasta encontrar al grupo, que parecía reunido en la puerta de un cuarto.

-¡Ya sé a donde tenemos que ir! -dijo completamente alegre y rebosante, ajeno a todo lo que estaba pasando allí. -¡¡Tenemos que ir al puerto!! ¡¡Fisher!! ¡Es pescador en inglés! Seguro que allí encontramos el laboratorio que andamos buscando y podremos...

El volumen de su voz fue bajando y miró uno a uno a las caras de sus compañeros hasta percatarse de que  todos miraban al niño, que tenía un muñeco de Bob Esponja. Entonces levantó las cejas.

-¿Dónde vive el profesor Fisher? ¡¡Dentro de una piña en el fondo del mar!! Está claro como el agua. Vámos, el que quiere peces, tiene que mojarse el culo.

Cargando editor
08/02/2013, 10:02
Fernanda Fernández

Tras corretear todo en fila de un lado a otro, llegaron a la puerta del doctor que andaban buscando. Al detenerse, Fernanda comenzó a dar saltos animando a los demás a que siguieran corriendo, a pesar de haber encontrado el lugar que andaban buscando. Después de comprobar que sus compañeros no estaban por la labor, se detuvo y esperó a que sucediera lo que tuviera que suceder.

Deivid se puso a llorar, abrazando un muñeco de peluche de bob esponja que había sobre la mesa.

- ¡Claro!, ¡ese era el bob esponja que él quería! - dijo contenta, quedándose quieta y cruzando sus brazos sobre su pecho a la vez que asintió fuertemente - Problema resulto. El equipo de la nave ha cerrado un nuevo caso.

El compositor comenzó a elucubrar su idea sobre el doctor. Fernanda se sorprendió por el gran sentido que tenían sus palabras. Cuando se dispuso a ponerse de su parte, su cabeza se giró de manera brusca hasta Deivid, que seguía llorando abrazado a su peluche.

- Humano - dijo con una voz grave y extraña, como de ultratumba, quedando su cuerpo totalmente rígido. Segundos después, su cuerpo se relajó y su cara volvió a mostrar una sonrisa, como si nada hubiera pasado. - Yo estoy contigo, seguro que vive en el mar porque es pescador. - finalizó contenta por su aportación.

Cargando editor
08/02/2013, 16:24
Ángela

Ángela siguió al pequeño Deivid hasta la mesa donde se encontraba Bob Esponja. Cuando el chico lo abrazó con ternura, se percató de la etiqueta y el nombre que estaba escrito en ella. Sus ojos se abrieron como platos, su cuerpo se giró hacia sus compañeros y su mirada se mantuvo perdida durante el lapso de tiempo que su memoria tardó en recopilar detalles y encajarlos como un puzzle. Mientras tanto, Grant, Richard y Fernanda habían hecho sus elucubraciones. 

- ¿Pero queréis dejar de decir sandeces de una vez? - exclamó, visiblemente emocionada - Deivid es el hijo del Dr. Fhiser!!  Lleva su nombre en la etiqueta de Bob Esponja! - y continuó hablando, como si el pequeño no estuviera delante - ahora tiene sentido que sea tan inteligente... por eso conocía este lugar! Este niño es una mina de información... puede que incluso su padre experimentara con él la cura y por eso es capaz de comunicarse con los zombis! y por supuesto, éste es su despacho... - miró a su alrededor observando la estancia - este lugar debe contener información relevante... - dijo esperando que los demás se pusieran a rebuscar. 

Se volvió de nuevo hacia el crío que aún permanecía abrazado a su querido peluche. Esta vez, en lugar de agacharse hasta su altura, le aupó, agarrándole de la cintura para sentarle sobre una de las mesas. No tenía mucha práctica en eso de coger a niños, así que casi pierde el equilibrio en el intento. 

- Pequeño... ahora que hemos encontrado tu peluche, tienes que contarme cuándo fue la última vez que estuviste aquí y qué hacía tu papá. Es muy importante. - dijo mientras sacaba el paquete medio vacío de gominolas del bolso. Ángela podía imaginar que quizá el Dr. Fhiser estuviera muerto o convertido en zombi. ¿Cuál era la mejor forma de formular una pregunta de esas características a un niño de 9 años? Sin duda, sin rodeos - ¿Dónde está tu papá?