Fallout: 2239

La guerra, la guerra no cambia nunca.

Los romanos declaraban la guerra a sus vecinos por esclavos y riquezas. España construyo un imperio para saciar su ansía de oro y territorios. Hitler convirtió la desfavorecida Alemania en una superpotencia militar y económica.

En el siglo XXI, la adquisición de recursos seguía motivando la guerra, con la diferencia de que esta vez, las armas y el botín eran la misma cosa. Petróleo y Uranio.

Por eso mismo, el fin del mundo del mundo fue tal y como habíamos previsto, demasiados humanos sin suficientes recursos y espacio para todos. Por esta razón, China invadiría Alaska, Estados Unidos se anexionaría Canadá y la Unión Europea se disolvería en estados fragmentados que luchan por repartirse lo poco que queda del mundo.

En 2077 la vida fue prácticamente borrada de la faz de la Tierra, una gran purga, una pequeña chispa atómica prendida por las manos de los humanos, que pronto quedo fuera de control. Lanzas de fuego nuclear cayeron desde los cielos.

Los continentes fueron engullidos por las llamas y muchos desaparecieron entre los océanos hirvientes. La humanidad casi se extinguió, dejando que los espíritus de los hombres formaran parte de la radiación que se fundió con la tierra devastada. El silencio y la oscuridad cayeron sobre la tierra, durante muchos años.

Pocos sobrevivieron, los más afortunados confinados en gigantes refugios subterráneos, los mas hábiles, fuertes e inteligentes, en la superficie, soportando el calor atómico, la muerte y el hambre.

Con el paso del tiempo, los refugios fueron abriéndose, las comunidades formándose y la civilización, volviendo a florecer....

...pero la guerra, la guerra no cambia nunca.

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