Año 195 a.C. Roma, tras su victoria en la Segunda Guerra Púnica, sufre la llamada Revuelta Íbera. Aprovechando el descontento de los pueblos sometidos a Roma y de los soldados mal pagados por ésta, diversas tribus íberas se alzan en armas contra el caos administrativo de la división romana entre Hispania Citerior y Ulterior, gran parte de ella cordial con una Cartago en reconstrucción. El Senado decide entonces enviar al Cónsul Marco Porcio Catón el Viejo con un ejército para someter a estos pueblos.
Lo que no saben ni Roma, ni Cartago, ni las tribus íberas, es que aquellos sublevados reciben el apoyo de los Brujah, quienes siguen en guerra contra los Ventrue de Roma. La guerra en la noche toma un cariz sobrenatural y muy peligroso para estos últimos pese a la práctica derrota de Cartago y la victoria de Roma.