Subida por Kamikaze
No hay nada más bonito que un Gatonegro cantando a una Gatablanca en su castillo. El gato negro se puso su gorrito más hermoso y más preciado que tenía. Su intención era la de conquistar cantando a la Gatablanca. La joven y hermosa felina lo miraba con ojos de compasión, pues sentía amor por otro príncipe aún desconocido. Pero ese gorro tan bello, tan bonito y tan brillante, y sobre todo con un sonido tan hermoso como el del papel de aluminio, hizo que la joven gata terminara por caer rendida a los pies de este cantante gatuno.